La acogida en las Cáritas Parroquiales, con 75 equipos de voluntarios y voluntarias en nuestra
Diócesis, probablemente constituye la red de ayuda más extensa y cercana de apoyo para las
personas en situaciones de exclusión y vulnerabilidad.
Las Cáritas Parroquiales no se limitan a dar repuesta a las principales demandas provocadas
por la crisis sino que también su tarea consiste en hacerse cercana a las personas, reivindicar
su dignidad, buscar con ellos respuestas a sus necesidades y descubrir sus potencialidades.
Las Cáritas Parroquiales son una oportunidad de compromiso y solidaridad para las personas
que se implican, participando en los equipos de las Cáritas Parroquiales mediante un
voluntariado comprometido o con aportaciones económicas.
Finalmente, pretenden ser un espacio de coordinación con otras entidades, generando con
ellas y con la sociedad, una red de ayuda, promoción y sensibilización. En este apartado
hablaremos de las distintas coordinadoras que componen esta gran familia de Cáritas.
¿Cuál es la misión de las
Cáritas parroquiales?
Solidaridad inserta en la cotidianeidad.
Sacar a la luz a los invisibilizados.
Hacer de la parroquia un lugar de referencia.
Convertir la parroquia en plataforma para la integración.
Trabajar con la exclusión.
Ser expresión de una Iglesia austera, desprendida y solidaria.
Sensibilización con los países del sur.
Potenciar la acción comunitaria de base tejiendo una red sólida.
Impulsar la comunicación cristiana de bienes. Propiciar este compartir con los países del sur.
Conciencia crítica y análisis.
El servicio a los pobres: elemento esencial de la Iglesia.