Cáritas, al lado de nuestros mayores

Cáritas, 10 de enero 2020. A veces, en nuestro día a día, nos dejamos llevar por aspectos superficiales de nuestra vida, olvidándonos, del valor que tiene la experiencia o el sentido colectivo de nuestra sociedad. Las personas mayores son el pegamento entre nuestro pasado y nuestro presente, y su conocimiento debe ser contado y compartido. Por ello, se merecen toda nuestra atención, escucha y amor.

Desde el Programa de Familia de Cáritas Diocesana se está impulsando el trabajo con las personas mayores, especialmente con aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, soledad o que presentan deficiencias en lo que se refiere a una atención plena e integral, con el objetivo de apoyarlas y acompañarlas a ellas y sus familiares en su día a día,  tratando de empoderarlas, evitar su aislamiento y favorecer su participación en la vida de la comunidad

Este trabajo se viene desarrollando desde hace varios años en la zona de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde se dan numerosos condicionantes específicos derivados del hábitat y de la insuficiencia de servicios y recursos en los pueblos  que suponen un desequilibrio en cuanto a derechos y oportunidades y, por tanto, un riesgo para las personas mayores que viven en estos pueblos.

La pirámide poblacional de la Sierra presenta una pronunciada curva de envejecimiento, no siendo ajena al fenómeno que se reproduce en la mayoría de países desarrollados. Además, hay que destacar otro aspecto importante que se produce simultáneamente en la población,  que es el aumento de la esperanza de vida. Pese a que cada vez más se llega a la vejez con unas mejores expectativas de vida, también es verdad que el alargamiento de la misma propicia la aparición de enfermedades y discapacidades que merman las habilidades funcionales del anciano. La discapacidad tiene como consecuencia una pérdida de autonomía funcional que afecta al desenvolvimiento del anciano para llevar a cabo las actividades de la vida cotidiana.

Sin embargo, uno de los dramas más grandes que vive la población mayor en esta zona es precisamente la  falta  de  relaciones  humanas, la soledad y el aislamiento. Los voluntarios de Cáritas han ofrecido durante muchos años, y siguen ofreciendo, acompañamiento y apoyo emocional a las personas mayores en casos de soledad o abandono. Ofrecen su tiempo, generosidad, experiencias y conocimientos, a las personas mayores más vulnerables de esta zona. La presencia del voluntariado posibilita la creación de una red social generadora de factores de protección para estas personas y de fortalecimiento para las familias.

El proyecto, por tanto, pretende contribuir al  bienestar cotidiano de las personas mayores de la zona de la Sierra de manera que puedan mejorar los hábitos de vida saludable, físicos y mentales, al objeto de incrementar su autonomía personal y calidad de vida así como a mejorar su red de apoyo social, evitando su soledad y aislamiento.

Para lograrlo se llevan a cabo actividades relacionadas con el apoyo y cuidado personal a las personas mayores a través de una intervención profesional en el ámbito sanitario, mental y social del mayor en situación de aislamiento y con dificultades físico-psicológicas en las tareas básicas de la vida diaria; se ofrece apoyo también en la gestión de servicios, prestaciones para dar cobertura a las necesidades básicas detectadas, derivación a las instituciones o recursos pertinentes de los casos en situación de abandono; talleres de estimulación cognitiva para mejorar  el funcionamiento cognitivo y ralentizar el proceso de deterioro, evitar la desconexión del entorno, aumentar la autoestima y autonomía personal y actividades de ocio y convivencias para favorecer las relaciones sociales, la comunicación y convivencia con otras personas. Además se desarrollan acciones formativas y de acompañamiento para personal de ayuda a domicilio, familias y voluntarios.

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