Cáritas Diocesana de Huelva denuncia que los derechos laborales de las empleadas de hogar están “gravemente desprotegidos”

Más de 518.800 personas trabajan como empleadas de hogar en nuestro país, pero el pasado mes de enero solo 378.805 estaban afiliadas en el Régimen de la Seguridad Social. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), alrededor del 30 por ciento no tienen contrato. Estas bajas cifras de afiliación -unido a que se trata de un sector muy feminizado (el 95% son mujeres) y la mayoría de origen extranjero- hace que se encuentren en una situación de especial vulnerabilidad.

Una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) además ha dictaminado que España discrimina a las trabajadoras del hogar al negarles la prestación por desempleo. “Tenemos que poner en valor lo que estas personas realizan, ya que cuidan de lo que más queremos: nuestro hogar, nuestra familia… Es un sector que está muy desprotegido ya que las ofertas van de boca en boca”, subraya Toñi Gallardo, responsable de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva.

Frente a esta realidad y con motivo de la celebración -el 30 de marzo- del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, Cáritas reclama un aumento de los niveles de protección de estas trabajadoras.

Pérdida de derechos

La actual vulneración de derechos laborales en el campo del empleo doméstico afecta a todas las facetas de la vida de la mujer. Muchas veces la falta de tiempo libre les impide cualquier tipo de conciliación familiar y personal, mientras que las elevadas tasas de temporalidad e irregularidad salarial aumentan la precariedad y restringe el acceso a las prestaciones.

Esta pérdida de derechos provoca además indefensión en la mujer que, a menudo, no es consciente de sufrir explotación, normalizándola y pensando que es un paso necesario para conseguir un trabajo mejor. En el caso de las mujeres inmigrantes, al estar fuera de su país de origen, asumen que deben “aguantar” todo. Muchas de ellas, incluso, son conscientes de sufrir vulneraciones, pero no lo denuncian por miedo a perder el trabajo, por creer que no sirven para nada o por no sentirse legitimadas de hacerlo.

Desde el programa de Empleo y el Servicio de Orientación y mediación laboral, a través  del Fondo social europeo, Cáritas Diocesana de Huelva acompaña a las empleadas de hogar y a las familias para asegurar que se cumplen los derechos de las trabajadoras, así como las necesidades de las personas empleadoras. “Todas las personas que quieran dedicarse a esto tienen que tener una formación previa, ya que es un trabajo delicado porque cuidan de personas mayores, niños, niñas y personas con discapacidad. Por eso intentamos que toda la gente tenga formación mediante cursos de la entidad o formaciones de otras entidades”, cuenta Gallardo.

Cáritas Diocesana de Huelva, como agencia de colocación, aplica todas las exigencias que establece la ley como son las de seguridad social, la regularización de los sueldos y los descansos. Desde su programa de empleo hacen un trabajo de sensibilización muy grande, ya que informan de cómo hacer esto de manera legal y cumpliendo todos los requisitos para evitar cualquier tipo de abuso. Además de ser una oportunidad económica para las personas, también es una oportunidad para regularizar su situación administrativa. “Hay empleadores y empleadoras que están dispuestas y que tienen esa sensibilidad. Desde Cáritas le hacemos todas las gestiones para facilitarles todo lo posible”, comenta Gallardo.

Un ejemplo de buenas prácticas es Juanma, que contactó con Cáritas Diocesana de Huelva para buscar una persona interna que cuidara de su madre. En ese momento, “había una chica que aún no tenía el permiso de trabajo, hacía 3 años que estaba en el país y cumplía todos requisitos para regularizar su situación”, apunta Toñi Gallardo. En ese momento Juanma no se lo pensó, creyó que era lo correcto y lo más justo, “es un trabajo muy duro y no todas las personas lo valoran, incluso a veces las desprestigian y debería de ser todo lo contrario porque tenemos que tener en cuenta que están cuidado de nuestros familiares, lo que más queremos”, dice Juanma.

Juanma es una de esas personas que apostó por regularizar la situación de Yoli, que así se llama la empleada del hogar que cuida de su madre. “Y es que gracias a hacerlo de manera legal ella está asegurada realizando este trabajo, ha podido formalizar su situación y conseguir su arraigo, es lo justo y deberíamos de tener más empatía a la hora de hacer estas contrataciones”, apunta Juanma, que no deja de insistir en lo contento que está al ver a su madre feliz y cuidada.

Por eso Cáritas recuerda en este día la importancia de tomar consciencia sobre este trabajo y las vulneraciones que se permiten, además que, como apunta la entidad «todas las profesiones tienen alguna plataforma para luchar por sus derechos y en este caso quienes nos reunimos son las asociaciones para luchar y revindicar por este colectivo”.

Es una profesión que va creciendo, ya que somos una sociedad cada vez más longeva y “la respuesta que da la administración no cubre las necesidades de este colectivo. Por eso tenemos que darle importancia a la formación de estas personas”, finaliza Gallardo.

Cáritas Diocesana de Huelva celebra este sábado 2 de abril un Encuentro de Voluntariado

Un día para festejar los 75 años de la Confederación, un momento de convivencia para estar cerca del voluntariado

Huelva, 29 de marzo de 2022. Este sábado 2 de abril Cáritas Diocesana de Huelva celebra un Encuentro Provincial de Voluntariado, en un marco tan especial como la aldea del Rocío, y con una significativa relevancia, ya que se va a celebrar después de un largo tiempo sin poder realizar encuentros de convivencia presenciales, que tan motivadores resultan para todas las personas que forman el voluntariado de Cáritas Diocesana de Huelva. De este modo, “volvemos a vernos, a compartir, a celebrar la labor de un voluntariado siempre activo por difíciles que hayan sido las circunstancias, y comprometido con la caridad y la atención a quienes más sufren”, cuenta María Vilchez, técnica de Formación y Animación Comunitaria.

El encuentro tiene como inspiración y eje central la campaña del 75 aniversario de Cáritas Española, “75 años de amor por los demás”, en el que la entidad pretende mirar hacia atrás, valorando todo el camino recorrido y la ingente labor realizada, y que toda esta trayectoria sirva como impulso para afrontar un presente con numerosos desafíos que requiere lo mejor de cada uno, “y un futuro en el que queremos soñar juntos con una Cáritas que continúe navegando con fortaleza, unión y compromiso, por turbulentas que puedan resultar las aguas”, comenta Vilchez.

Cáritas Diocesana de Huelva es una institución de voluntariado y por ello “queremos darle el valor que merecen, ya que tienen un papel importantísimo en nuestra labor con las personas que más lo necesitan y también aportan un valor grandísimo a la sociedad en general”, cuenta Faruk Narváez, responsable del Área de Formación y Animación Comunitaria. La institución está llamada a cuidar los espacios de convivencia, “sobre todo después de los momentos que hemos vivido, que no han sido fáciles y que por la situación de la pandemia nos han alejado un poco”, apunta Narváez

El derecho a no ser cómplice de violaciones de Derechos Humanos y ambientales en nuestras compras

Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Derechos del Consumidor, 15 marzo, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo recuerda a la ciudadanía la importancia de ejercer su derecho a conocer el proceso de fabricación de los productos y a garantizar que dichos artículos se han elaborado respetando los derechos humanos y la protección ambiental.

Las organizaciones de Comercio Justo reclamamos que los consumidores y consumidoras tienen derecho a no ser cómplices de manera indirecta de los abusos que en ocasiones provocan las empresas multinacionales especialmente en territorios de África, América Latina o Asia, a través de cadenas de producción repletas de subcontrataciones en las que se diluye la responsabilidad y la transparencia.

Nos referimos a violaciones de Derechos Humanos como la explotación laboral infantil: Solo en el sector del cacao, en Ghana y Costa de Marfil más de 2,1 millones de niños y niñas trabajan realizando tareas peligrosas para su integridad física. La gran mayoría de esta producción se dedica a la exportación, para la fabricación de chocolates que se consumen en la Unión Europea o en Estados Unidos

O a hechos como los relacionados con el sector textil, cuya producción se realiza fundamentalmente en países asiáticos, del norte de África, Centroamérica o Europa del Este y en el que las trabajadoras (en un 80% son mujeres) continúan viviendo en la pobreza ya que según denuncia la Campaña Ropa Limpia, ninguna marca de ropa importante puede demostrar que las trabajadoras  perciben un salario digno que pueda cubrir las necesidades básicas. Además, las condiciones en las que trabajan son en muchos casos poco seguras para su salud y la integridad, como se ha puesto de manifiesto en tragedias como la ocurrida el año pasado en Tánger o el derrumbe del edificio Rana Plaza, en Bangladés, en el 2013 , el caso más trágico pero no el único.

La necesidad de leyes para las empresas 

Ante estos hechos abusivos, las organizaciones de Comercio Justo entendemos que las empresas deben asumir su responsabilidad.

Son estas las que deben garantizar la producción respetuosa y sostenible a lo largo de toda la cadena de suministro de sus productos, en cualquier lugar del mundo.

Para ello, algunos países europeos como Francia, Alemania y Noruega ya cuentan con leyes llamadas de “debida diligencia” que regulan  la actividad de las empresas a lo largo de toda la cadena de producción en cualquier lugar del mundo. Otros como Holanda, Austria, Bélgica o Luxemburgo están desarrollando procesos políticos en este sentido.

En España, varias organizaciones nos hemos unido en la Plataforma por Empresas Responsables para pedir al Gobierno que apruebe una ley similar. Se están empezando a dar pasos importantes. El pasado mes de febrero el Ministerio de Derechos Sociales y la Agenda 2030 abrió un periodo de consulta pública para recibir aportaciones a un anteproyecto de ley en este sentido.

Además, en el ámbito europeo, la Comisión presentó recientemente el borrador de una directiva de debida diligencia para las empresas en materia de derechos humanos y sostenibilidad.

En este vídeo, elaborado por la ECCJ (y adaptado a castellano por la Plataforma por Empresas Responsables), se explica de manera muy clara y breve la necesidad de acabar con los abusos de derechos humanos y ambientales de las empresas, y la  importancia de leyes para evitarlos:

Sellos de Comercio Justo, sellos que garantizan los derechos humanos y la protección ambiental

Por otro lado, las organizaciones recuerdan que los sellos de Comercio Justo garantizan que los productos se han elaborado respetando los Derechos Humanos, laborales y ambientales.

Actualmente hay 5 certificaciones de Comercio Justo avaladas como por la Organización Mundial del Comercio Justo: Fairtrade, Símbolo de Pequeños Productores, Fair for life, Naturland y el sello de la Organización Mundial del Comercio Justo.

Los sellos de Comercio Justo van impresos en las etiquetas o envases de los productos y garantizan, tras las correspondientes auditorías, evaluaciones y análisis periódicos, que se han cumplido los 10 principios del Comercio Justo.

La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente desarrollará sus prioridades con el lema “Sin compromiso, no hay trabajo decente”

La iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) va a seguir defendiendo, en 2022 y por octavo año consecutivo, la importancia del trabajo decente para todas las personas y para que este compromiso sea una responsabilidad de toda la Iglesia. Con humildad, pero con rotundidad, queremos tener de fondo y como lema que “Sin compromiso no hay trabajo decente”. La dignidad del trabajo y el trabajo decente es una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y compromiso de toda la Iglesia.

La última encuesta de población activa (EPA) confirmaba la recuperación del empleo a tiempos prepandémicos, pero también mostraba sus grandes debilidades, como son un alto desempleo estructural y la normalización de condiciones laborales precarias y temporales que, durante la pandemia, según FOESSA, ha generado más trabajadores pobres. Esta realidad, se aleja del sueño de Dios y del anhelo de millones de personas que quieren un trabajo decente para alcanzar una vida digna.

Sin compromiso, no hay trabajo decente
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) considera que es urgente abordar esta situación y centrará sus reflexiones y convocatorias en la celebración del Primero de Mayo, día internacional de las trabajadoras y los trabajadores; y de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del 7 de octubre. Ambas son dos citas claves en su quehacer y en sus dinámicas para la promoción de la dignidad del trabajo, especialmente entre mujeres y jóvenes.

Un compromiso con el trabajo decente que este año pretende avanzar en varias direcciones. En primer lugar, entre las entidades promotoras que abordarán una reflexión sobre las realidades laborales en nuestros movimientos, por coherencia evangélica y por el testimonio que estamos llamados a dar. En segundo lugar, con un protagonismo mayor de las entidades que impulsan la Iglesia por el Trabajo Decente en las diócesis del país que, además, acerquen la iniciativa a parroquias, movimientos, comunidades cristianas, centros educativos, etc.

Un tercer aspecto será incrementar la relación iniciada con la Conferencia Episcopal Española, a través de su Pastoral del Trabajo, que haga crecer este camino sinodal por el trabajo decente. Y, finalmente, en esta misma orientación de promover la dignidad del trabajo, se pretende dialogar con las organizaciones sindicales y sociales.

Sensibilización y adhesión
ITD también actualizará sus materiales de sensibilización e información, y seguirá promoviendo la adhesión de parroquias, colectivos e instituciones para avanzar en la construcción de “un nosotros” cada vez más grande y se sumen a proclamar la importancia del trabajo decente “hacia el interior de nuestras organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad”.

Cáritas pone a disposición de las familias ucranianas un cupo inicial de 1.111 plazas de acogida en toda España

Cáritas Española pondrá a disposición de las familias ucranianas 1.111 plazas de acogida en toda España. Tras una encuesta a toda la Confederación, se ha avanzado un primer compromiso por parte de 23 Cáritas diocesanas para acoger en distintos recursos y programas a los refugiados que se han visto obligados a dejar sus hogares por la invasión rusa.

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, más de 2,3 millones de personas han huido de Ucrania desde el inicio de las acciones militares llevadas a cabo por Rusia el pasado 24 de febrero.

En las próximas semanas esta capacidad se irá ampliando a medida que las Cáritas diocesanas puedan evaluar su capacidad de acogida. En un principio, este millar de plazas se distribuyen entre viviendas (587) y centros de acogida o albergues (524).

Ayuda de emergencia

Cáritas Española además está en Ucrania desde el año 2010 a través de diversos proyectos de acción social. Tras la invasión rusa, esa colaboración se ha intensificado. Una semana después del inicio de la crisis, envió a Cáritas Ucrania una primera partida de 100.000 euros para atender las necesidades básicas de las personas vulnerables durante sus desplazamientos.

Cáritas Española además ha aprobado la asignación de otros 200.000 euros para programas de emergencia en Moldavia y Polonia ante la masiva huida de la población a esos países vecinos.

Hasta el pasado 3 de marzo, 100.000 ucranianos habían cruzado por la frontera de Moldavia, el país más pobre de Europa. Se calcula que un 45% de ellos permanecerá en el país, usando las redes de familiares y amigos, centros de acogida gubernamentales, servicios de organizaciones sociales, incluida la propia Iglesia.

Los fondos destinados por Cáritas Española a Moldavia serán utilizados para acondicionar y ampliar la capacidad de acogida en refugios, garantizar un transporte seguro y ofrecer apoyo psicosocial. Con esta intervención, que durará 8 meses, se dará atención a 9.600 personas.

En el caso de Polonia, donde el número de desplazados supera ya los 1,3 millones de personas, los 100.000 euros enviados por Cáritas Española irán al reparto de ayuda monetaria para que los refugiados puedan satisfacer sus necesidades más inmediatas. El programa durará tres meses y beneficiará a unas 5.600 personas.

En los puntos fronterizos de Przemysl, Zosin, Hrebenne, Lubaczow y Dorohusk, se han montado “Tiendas (de campaña) de Esperanza”, donde las personas pueden descansar, reciben comida y bebida caliente, ropa, kits de higiene básica y medicinas básicas. “En un primer momento, las personas que llegaban a estos puntos fronterizos contaban con más recursos o con familiares o amigos o incluso con una idea clara de a dónde ir. En estos momentos, las personas necesitan más apoyos, tienen menos planes y menos recursos para conseguir alojamiento propio”, comenta Carmen Gómez de Barreda, responsable de la campaña de emergencia Cáritas con Ucrania.

“Avalancha de solidaridad”

El apoyo de Cáritas Española a todas estas intervenciones es posible gracias a la “avalancha de solidaridad” de toda la sociedad española. La coordinadora de Relación con donantes e instituciones de Cáritas Española, María Ángeles García, señala que “los niveles de generosidad están siendo similares a los registrados durante el tsunami del sudeste asiático en 2004 y al del terremoto de Haití en 2010”.

Actualmente, Cáritas Española no está canalizando donaciones en especie hacia Ucrania, puesto que, según recuerda García, “se trata de una gestión inabordable” para las Cáritas de la región.

“Aunque nos es imposible prever cuál será la evolución de la situación en los próximos días, hacemos un llamamiento a la solidaridad de la sociedad para que podamos seguir atendiendo a las familias que lo están perdiendo todo en este conflicto humanitario”, señala.

Las personas que quieran colaborar con la campaña de Cáritas con Ucrania, pueden hacerlo a través del Bizum 00566 o a través de una aportación a la siguiente cuenta: La Caixa / ES69 2100 8475 932200263766

Concepto: Ucrania

8 de Marzo: Cáritas Diocesana de Huelva reivindica el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia machistas

La celebración del Día Internacional de la Mujer ofrece un año más a Cáritas la oportunidad de poner el foco sobre la realidad de vulnerabilidad de las mujeres que acompañamos cada día y que está asentada en un sistema de desigualdad entre hombres y mujeres de carácter estructural e histórico que tiene consecuencias directas sobre todas ellas.

Dicha desigualdad recorre todos los ámbitos de nuestra sociedad y queda patente en cuestiones que van, entre otras, desde la brecha de género en el mundo laboral o las dificultades para la conciliación y la corresponsabilidad en los cuidados hasta cuestiones tan graves como las violencias sexuales o los feminicidios.

Todas las desigualdades de género, en cualquiera de sus formas y presentes en todas las esferas de la vida, tanto en el ámbito público como privado, suponen claras vulneraciones a los derechos humanos de las mujeres, y de las niñas y adolescentes.

El acompañamiento a las mujeres en situación de vulnerabilidad y/o exclusión social, una prioridad para Cáritas

Ante la celebración el 8 de marzo del Día de la Mujer, Cáritas Diocesana de Huelva lleva años trabajando  de manera transversal dentro de todas sus áreas el tema de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, así como poniendo el énfasis en la detección de situaciones de especial vulnerabilidad  que pueden sufrir las mujeres. Además desde Cáritas se pone el foco en el agravamiento de la situación de vulnerabilidad de las mujeres que sufren algún tipo de violencia por ser mujer. Estas situaciones son acompañadas a través del proyecto ‘Atención a las mujeres en situación de marginalidad’, más conocido como proyecto AMMAR y los talleres de intervención y educación familiar que se organizan desde el Área de Familia.

Hay que tener en cuenta que la población de mujeres que Cáritas Diocesana de Huelva atiende está constituida por mujeres que viven distintas situaciones de pobreza, exclusión, marginación y violencia. Son mujeres tanto españolas como migrantes, víctimas de discriminaciones importantes y múltiples, que muchas veces tienen imposibilidad de acceder a sus derechos más básicos (educación, vivienda y empleo). Además, la figura principal que acude a los espacios de acogida son fundamentalmente mujeres, ya que son las que habitualmente encabezan sus familias. Por otro lado hay un porcentaje muy alto de familias monoparentales con hogares encabezados por mujeres. Son ellas las que en la mayor parte de los casos asumen la responsabilidad de tirar hacia delante con sus familias porque muchas veces sus parejas no desempeñan un papel importante en el entorno familiar.

En muchas ocasiones hay conductas y sucesos en sus vidas que inciden muy negativamente en la salud integral de estas mujeres: distintos tipos de dependencia, ser víctima de explotación sexual o estás en contexto de prostitución, vivir o haber vivido malos tratos físicos y psicológicos, no tener pautas claras de cuidados de la propia salud… Por ello es importante dar una respuesta para fortalecer su salud integral. En este sentido, Cáritas Diocesana de Huelva desempeña acciones concretas para paliar esta problemática. Dentro del proyecto AMMAR para  promover la igualdad de género y favorecer la integración social y el desarrollo personal de las mujeres, se desarrollan talleres orientados a mejorar su promoción. Además de esta actividad, se visita a las mujeres en situación de calle para conocer su realidad en primera persona y crear un vínculo que impulse el trabajo con la mujer. También, según la problemática de la mujer, se comienza a trabajar un proceso personal con la mujer donde ella es la protagonista de su propio cambio donde es acompañada en todo momento.

Otra de las acciones realizada desde el Área de Familia en las parroquias de Huelva ciudad cabe destacar el trabajo de intervención y educación familiar que se realiza en varias parroquias desde hace más de seis años. Se trata de una acción que se va consolidando en algunas parroquias de la periferia de Huelva  como son la de San Fco de Asís, la de Sagrada Familia, Ntra Sra del Carmen y Ntra Sra de los Dolores, que siguen apostando por tratar de ofrecer una respuesta integral a las problemáticas y necesidades detectadas en las familias atendidas. En ellos participan mujeres con graves dificultades socioeconómicas, a las que se acompaña durante varios meses con el fin de promover su desarrollo y crecimiento personal, detectando y trabajando sus carencias y reforzando sus capacidades o potencialidades de manera que se conviertan en protagonistas de su proceso de cambio, y se involucren más en la resolución de sus problemas.

A parte se dan talleres específicos para facilitar el cumplimento de los objetivos propuestos:

  • Taller de habilidades parentales. En él se trata la educación de hijos e hijas, las relaciones familiares… “tratamos pautas para educar a sus hijos y favorecer la comunicación con ellos y también la vida familiar. Además también realizamos mediaciones cuando se necesita, entrevistas personales tanto a ellas como a los más pequeños…” cuenta Samuel Garrido, técnico del Área de Familia.
  • Taller de desarrollo personal. Se trabaja la gestión de emociones, la mejora de autoestima…
  • Taller de hábitos saludables. Dentro se trabajan temas como el deporte, el descanso, las relaciones, la alimentación, los malos hábitos…

Aprovechando que este último taller está en marcha esta semana y que hoy es el Día Internacional de la Mujer, el grupo de mujeres va a tener una jornada especial en Decatlón en la que disfrutarán de una clase de defensa personal, una de zumba y otra de yoga.  “Para ellas es un momento muy importante para compartir con otras compañeras, para sentirse valoradas y para que miren por ellas mismas”, apunta Garrido.

La ventaja de trabajar de forma grupal es el poder generar espacios de relación, de encuentro y de aprendizaje donde se acompaña a las mujeres desde la cercanía, desde la cotidianeidad de sus circunstancias. Es un lugar donde ellas pueden abrirse y compartir miedos, dificultades y logros, reducir el estrés y la ansiedad, donde se potencia el conocimiento personal y puedan reconocerse como personas valiosas y capaces de mejorar su vida.

Hay que tener en cuenta que estas mujeres, que en su mayoría son portadoras de la situación propia y la de sus familias y llevan el peso de los problemas, no disponen de espacios de aprendizaje, de apoyo, de escucha de sus preocupaciones e incluso de ocio. El trabajo en grupo se convierte para muchas de ellas es un espacio no sólo de aprendizaje sino también de terapia personal. Supone un tiempo que dedican a ellas mismas, al encuentro consigo mismas y con las demás.

Urgen respuestas valientes para acabar con la desigualdad de género y las violencias machistas

Los avances de las últimas décadas han sido importantes, pero aún queda mucho camino por recorrer. La igualdad de género es fundamental para construir sociedades inclusivas e igualitarias. La experiencia nos demuestra que, en la medida en que son reconocidas, las mujeres desempeñan un papel decisivo como impulsoras del desarrollo local, el emprendimiento social, la autonomía familiar, la solidaridad comunitaria y la construcción de la paz.

Como afirma el Papa Francisco, “la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que «doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos» (Fratelli Tutti, 23)”.

En esta jornada internacional del 8 de marzo, Cáritas hace un llamamiento a las Administraciones públicas, a los responsables políticos, a los agentes económicos y sociales, a la comunidad cristiana y a toda la sociedad para:

– Construir un marco de relaciones entre hombres y mujeres sin barreras ni divisiones, donde los derechos de las mujeres y las niñas, sean protegidos, respetados y garantizados.

– Trabajar por un mundo libre de violencias machistas, donde no se criminalice a las víctimas sino a los culpables, que evite la politización de las violencias vividas por las mujeres y que, desde la conciencia de que no son hechos aislados, reclaman respuestas públicas valientes y unánimes.

– Apostar de manera intensiva por una educación basada en la igualdad de roles, la responsabilidad compartida y la tolerancia que sirva para erradicar las conductas machistas todavía imperantes en nuestra sociedad.

– Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres en la vida política, económica y pública.

Sólo a través de la puesta en marcha de políticas públicas reales, dotadas de recursos, encaminadas a erradicar las desigualdades existentes tanto en el ámbito internacional, nacional como local, podremos conseguir vivir en una sociedad auténticamente igualitaria, inclusiva y sostenible.

Ocho reconocidas líderes sociales serán embajadoras de la iniciativa «Ellas Somos Nosotras» de Cáritas

De cara al Día internacional de la Mujer, que se celebra mañana 8 de marzo, Cáritas lanza la iniciativa «Ellas Somos Nosotras». Se trata de una propuesta en la que, a través de la voz de 8 embajadoras, se pretende hacer llegar a toda la sociedad la realidad de las mujeres en situación de vulnerabilidad y poner el foco sobre las múltiples brechas y situaciones de exclusión que sufren las mujeres a las que Cáritas acompaña y cuyos derechos son vulnerados.

«Ellas Somos Nosotras» busca promover, además, la solidaridad económica con los programas de atención a mujeres de Cáritas tanto en España como en otros países de todo el mundo en los que estamos presentes a través de numerosos proyectos de cooperación fraterna con las Cáritas locales.

Apoyo de ocho mujeres líderes

Este gesto solidario cuenta con la colaboración desinteresada como embajadoras de Marta ColominaAna IrustaSonsoles OnegaAdela MartínAna BujaldónMontserrat LluisElena Gris y Gloria Lomana, ocho mujeres líderes en su sector, comprometidas públicamente con la igualdad de oportunidades y que, desde su posición profesional y reconocimiento social, reclaman avances decididos en materia de igualdad.

Cáritas lanza esta iniciativa en un momento muy especial: la celebración, en 2022, del 75 aniversario. A lo largo de estos tres cuartos de siglo de “amor por los demás”, como señala el lema de esta conmemoración, y de servicio a las personas, Cáritas ha sido testigo de cómo la realidad de pobreza y exclusión tiene rostro de mujer y, al mismo tiempo, de la activa capacidad de liderazgo y autonomía de las mujeres a la hora de protagonizar su propio desarrollo. Esto demuestra que es posible otro modelo de sociedad basado en la igualdad, tanto en el propio hogar como en las relaciones comunitarias y sociales, y en la vida pública.

Dar visibilidad a realidades de vulnerabilidad y exclusión

Son muchas las realidades de vulnerabilidad y exclusión que Cáritas acompaña dentro y fuera de España, pero dentro de esta iniciativa se quiere visibilizar algunas de ellas. En concreto, durante la próxima semana las ocho embajadoras de «Ellas Somos Nosotras» compartirán las siguientes realidades:

• Mundo rural: El papel de las mujeres campesinas en el desarrollo de sus familias y comunidades.

• Situaciones de conflicto: las violaciones de derechos que sufren las mujeres en las zonas afectadas por conflictos.

• Liderazgo indígena: formación y empoderamiento de las mujeres indígenas.

• Víctimas de trata: mujeres víctimas de la esclavitud del siglo XXI.

• Precariedad laboral: la desigualdad en el empleo que afrontan muchas mujeres.

• Mujeres mayores: un rol crucial e invisibilizado en nuestra sociedad.

Bajo el hashtag #EllasSomosNosotras, esta iniciativa irá dando a conocer en redes sociales más aspectos sobre cada una de estas realidades, el trabajo que Cáritas realiza y las historias personales de algunas de sus protagonistas.

En palabras de María Angeles García, coordinadora del Equipo de Donantes e Instituciones de Cáritas, que impulsa esta campaña, “esperamos poder dar voz a miles de mujeres y seguir fortaleciendo nuestra labor gracias a la solidaridad de todas y todos, porque ellas somos nosotras y nosotras somos ellas.

FOESSA constata que la exclusión en Andalucía ha aumentado más de un 36% y alcanza ya a más de 2,2 millones de personas

Cáritas Regional de Andalucía ha presentado esta mañana en Sevilla el informe sobre “Exclusión y desarrollo social en Andalucía”. El documento, resultado de una encuesta realizada a más de 600 familias andaluzas, retrata las graves consecuencias de la crisis en nuestra comunidad autónoma.

El acto fue presentado por Francisco José Sánchez Heras, vicepresidente de Cáritas Regional y director de Cáritas Diocesana de Málaga, que ha agradecido la participación de más de 600 familias que “nos abrieron sus puertas, nos confiaron información valiosa para la investigación e incluso nos compartieron sus sensaciones y emociones en momentos tan difíciles”, aseguró.

La investigación, explicó Sánchez, atiende a tres ejes: el económico, que tiene que ver con los ingresos y el consumo; el político, relacionado con los derechos a la salud, la vivienda, la educación y la participación política; y el relacional, que analiza el conflicto y aislamiento social. Unos ejes que contemplan, a su vez, 37 indicadores que nos permiten situar a la población en cuatro escenarios posibles: la integración plena, la integración precaria, la exclusión moderada y la exclusión severa. Estas variables permiten mostrar -según indicó Sánchez- “una completa radiografía social de Andalucía que tiene en cuenta todos los espacios en lo que una persona puede estar excluida, más allá de los recursos económicos”.

Más de dos millones de personas en exclusión
Durante su intervención, Thomas Ubrich, del Equipo de Estudios de Cáritas Española y miembro del comité técnico de la Fundación FOESSA, destacó el “shock sin precedentes” que la crisis ha supuesto para la cohesión social y sobre todo para las personas y familias más frágiles y desfavorecidas.

“El tsunami que ha supuesto esta crisis –señaló Ubrich- se ha llevado por delante a un buen número de hogares que disfrutaban de una posición privilegiada de integración plena”, de forma que solo el 42% de los hogares andaluces participan con normalidad en la sociedad frente al 49,3% que lo hacía en 2018.

Desde entonces, la exclusión en Andalucía ha aumentado más de un 36%, lo que implica que, en 2021, algo más de 2,2 millones de personas (el 26,3% de la población andaluza) se encuentran en situación de exclusión social. De ellas, la mitad, 1,1 millones de personas, se encuentra en una situación de exclusión severa; y de estas, casi 475 mil personas están en una situación aún más crítica, es la denominada sociedad expulsada.

El informe revela, además, que la desigualdad y los niveles de pobreza monetaria son altos y persistentes para muchas familias en Andalucía, algo que determina no solo la exclusión, sino que además es fruto de la cronificación de la misma.

Brecha digital
Una de las huellas más significativas de la pandemia ha sido la brecha digital, que afecta a tres de cada 10 hogares. La falta de conocimiento y medios tecnológicos ha generado un apagón digital que afecta a casi la mitad de los hogares que están en situación de exclusión. “Esta situación conlleva -según Ubrich- una pérdida de oportunidades laborales, formativas, de relaciones o de acceso a derechos como ayudas y prestaciones sociales y que nuevamente afecta a quien más necesita de esas oportunidades”.

El informe realizado por la Fundación FOESSA constata, además, que la brecha causada por razón del género, de la nacionalidad extranjera y de la edad se han hecho más profundas desde el inicio de la crisis.

Así, la desventaja acumulada por razón de género permanece. La exclusión afecta al 37% de los hogares cuya persona sustentadora principal es una mujer, frente al 22% donde esa figura es un hombre.

Nueva grieta
Por otro lado, ser extranjero en Andalucía sigue suponiendo una causa que afecta significativamente a la situación de exclusión. El 72% de los hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentran en situación de exclusión, lo que supone un porcentaje tres veces mayor que entre los hogares encabezados por alguien de nacionalidad española. Ello dibuja una nueva grieta en una sociedad fracturada.

La edad configura la tercera brecha asentada en nuestra sociedad. Uno de cada cuatro jóvenes menores de 30 años está afectado por procesos de exclusión social que les impide dibujar proyectos de vida para transicionar a la vida adulta. “Tenemos una juventud sin empleo o en empleos temporales y precarios y, por tanto, sin posibilidades de emancipación ni de sustentar una vida independiente o a una familia”, comentó Ubrich.

Otro colectivo que acumula mayores factores de vulnerabilidad es el de las familias con hijos, con una prevalencia de exclusión social mayor frente a las familias sin hijos.

Peores condiciones de trabajo
El estudio revela que la consecuencia más visible de esta crisis se ha concentrado en la actividad económica y en el empleo, alcanzando a un mercado de trabajo con importantes tensiones que han derivado en la destrucción de empleo y la paralización de dinámicas laborales.

Se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y menos realizados personal y socialmente. La precariedad ha crecido con fuerza y alcanza a casi 320.000 hogares (9,8%) que dependen económicamente de una persona que sufre inestabilidad laboral grave.

Además, se han agravado las causas que dificultan el acceso al derecho al trabajo a una parte de las personas desempleadas, lo que genera una peligrosa tendencia a la cronificación de la situación de desempleo.

Ubrich alertó que, durante la crisis, “más de 200 mil familias tienen como sustentador principal a una persona desempleada de larga duración, más de 500 mil familias tienen a todos sus miembros activos en paro y casi 200 mil familias carecen de algún tipo de ingreso periódico, predecible, que permita una mínima estabilidad”.

Jóvenes, adultos entre 45 a 65 años, personas de origen inmigrante y personas en situación de exclusión social son las más perjudicadas por este sistema laboral, que solo les permite el acceso a empleos en sectores no cualificados, en empleos temporales y precarios, con mayor exposición a la enfermedad durante la pandemia y con mayor proporción de despidos.

Además del empleo, la vivienda y la salud son otros grandes motores de la exclusión en Andalucía. En cuanto a la salud, más de 475 mil hogares (14,7%) sufren falta de acceso a medicamentos o tratamientos por problemas económicos.

En relación a la vivienda, el informe revela que la combinación entre precios altos e ingresos bajos o inestables hacen que algo más de 400 mil familias (12,4%), una vez realizado el pago del alquiler o la hipoteca, queden en situación de pobreza severa.

Estrategias de las familias para sobrevivir
Ante este escenario, las familias han tenido que desplegar las estrategias necesarias para no verse arrastradas por la crisis. Tres han sido las más repetidas: acudir a ahorros propios; buscar o pedir dinero u otros recursos a familiares o amigos o la reducción de gastos habituales, sobre todo en alimentación, ropa o calzado.

Tras el dibujo de la sociedad andaluza que presenta el informe de la Fundación FOESSA, Mariano Pérez de Ayala, presidente de Cáritas Regional y director de la diocesana de Sevilla, planteó la urgente necesidad de activar políticas que permitan recuperar los derechos perdidos de miles de andaluces, sobre todo de aquellos que más sufren las consecuencias de las crisis.

Según Pérez de Ayala, “esta nueva crisis arroja a una parte de la población a situaciones de exclusión; de las que desgraciadamente no se recuperarán jamás, pues los periodos de bonanza económica no consiguen recuperar a una parte de los que caen en esta situación cuando la economía se contrae”.

Frente a esta situación, el presidente de Cáritas Andalucía ha reclamado una mayor cobertura de los servicios sociales y su adaptación a la realidad social del siglo XXI.

“En una ciudad como Sevilla hay zonas donde se atiende a las personas hasta con tres meses de espera, los profesionales se encuentran sobrepasados y solo se responde a necesidades muy básicas y en unas cuantías irrisorias”, denuncia Pérez de Ayala, que también ha manifestado la necesidad urgente de favorecer medidas que mejoren la atención sanitaria y políticas que protejan el derecho a la vivienda y que promuevan el empleo, su estabilidad y unas condiciones dignas, además ampliar y mejorar la cobertura de ayudas, como el Ingreso Mínimo Vital, entre otros que permitan a las personas cubrir sus necesidades más básicas y las de sus familias.

“Estas familias, las que engrosan las cifras de la exclusión -concluyó- no pueden quedarse solas, no pueden seguir siendo héroes por más tiempo. Necesitan de políticas públicas a la altura de los retos que tenemos por delante y de la solidaridad de toda nuestra sociedad”.

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Cáritas Ucrania mantiene su plan de ayuda de emergencia con el objetivo de «no dejar a nadie atrás»

En medio de una situación de riesgo cada vez mayor, los centros de Cáritas Ucrania continúan atendiendo a la población civil necesitada. Sus 36 oficinas repartidas por todo el país trabajan de forma coordinada con las sedes operativas de la Cáritas nacional, en Kiev y Lviv.

Aunque algunas oficinas locales han tenido que ser evacuadas por razones de seguridad, sobre todo en el Este del país y algunos barrios de Kiev, los centros de Cáritas que siguen a salvo están atendiendo a los desplazados internos y, en coordinación con otras organizaciones humanitarias locales, trabajan en la identificación de las necesidades más urgentes de los damnificados por la escalada bélica.

Desde el inicio de la invasión, Cáritas Ucrania mantiene un proyecto de emergencia para satisfacer las necesidades básicas de las personas más vulnerables. En estos momentos, se están equipando con ayuda humanitaria 11 centros de acogida (Kramatorsk, Rubizhne, Zaporizhya, Volnovakha, Mariupol, Kharkiv, Dnipro, Kyiv, Zhytomyr, Odesa, Ivano-Frankivk) para sumarse al plan de respuesta a la emergencia.

La respuesta de Cáritas Ucrania está dando prioridad al reparto de comida caliente, agua, kits de higiene básica, refugio temporal para personas que han abandonado sus hogares, servicio de lavandería y transporte seguro para las personas que buscar reunirse con familiares en otras zonas del país. El plan de emergencia incluye también atención a casos especiales (como ancianos, menores y personas con discapacidad) y acompañamiento emocional básico y actividades de ocio para niños que les ayuden a mantener la normalidad en medio de la situación de gran estrés provocada por los ataques.

A pesar de la precaria seguridad y las dificultades, Cáritas continua su trabajo humanitario en Ucrania. Como señala Fr. Vyacheslav Grynevych, director ejecutivo de Cáritas-Spes Ucrania, “nuestras ciudades, casas y jardines de infancia han sido destruidos. Pero nadie podrá destrozar nuestras aspiraciones de paz y libertad”. “En este momento dramático, alabamos el compromiso de los trabajadores y voluntarios, que siguen ayudando a quienes lo necesitan”, añade. “Y con la ayuda de Dios, continuaremos nuestro servicio, sin dejar a nadie atrás”.

“Estoy muy orgullosa de nuestros equipos, que están trabajando duro para estar atentos a las necesidades de los más vulnerables, mientras gestionan a la vez sus propias circunstancias personales. Estamos muy agradecidos por el apoyo de nuestras Cáritas hermanas y de la gente de buena voluntad. Por favor, apoyen nuestro plan de respuesta de emergencia. Las necesidades crecen a diario”, afirma por su parte Tetiana Stawnychy, presidenta de Caritas Ucrania

RESPUESTA DE LAS CÁRITAS DE RUMANÍA, POLONIA, MOLDAVIA Y BULGARIA

Las Cáritas de los países vecinos –Rumanía, Polonia y Moldavia— están activando también planes nacionales de acogida a los flujos de refugiados ucranianos que están cruzando las fronteras.

Rumanía, con más de 600 km de frontera con Ucrania, ha recibido ya a unos 10.000 refugiados y se espera que el número siga aumentando en los próximos días. Las Cáritas de Bucarest, Iasi, Maramures y Satu Mare han empezado a evaluar la situación y establecer equipos de primera intervención. El equipo nacional de emergencia ha visitado la frontera y empezado a diseñar planes de intervención para definir un programa de respuesta a la emergencia centrado en la acogida y apoyo a centros de acogida para refugiados (información, servicio de lavandería, servicio de comunicación, alimentos y kits de higiene), programas específicos de acogida infantil, refugio y alojamiento temporal en parroquias locales y movilización de voluntarios para la acogida.

Cáritas Polonia está preparando también la acogida, alojamiento y transporte seguro para los refugiados, con programas de emergencia similares a los habilitados por Cáritas en Rumanía.

Por su parte, Cáritas Moldavia, que comparte unos 1.200 km de frontera con Ucrania, ha puesto en marcha un plan de emergencia a través de su oficina nacional, en Chisinau, y las seis Cáritas locales en Grigorauca, Rascov, Ribnita, Stauceni, Stircea y Tiraspol. En total, cuenta con unos 200 agentes en terreno. En coordinación con las autoridades locales, se ha apoyado a 390 personas ubicadas en centros oficiales (Chisinau, Ocnita, Palanca) con comida, agua, kits de higiene y apoyo social y emocional. Además, se está preparando un centro gestionado por Cáritas en Chisinau, donde ofrecer alojamiento digno y seguro a unos 70 refugiados, con especial atención a menores y mujeres.

En la misma línea, y aunque no es un país limítrofe, Cáritas Bulgaria también está preparando centros para dar respuesta a la llegada de refugiados ucranianos, que llegan bien por vía terrestre, bien por ferry desde Odessa al puesto de Varna. A 28 de febrero, se calculaba que más de 7.000 ucranianos habían llegado al país y se espera que este número aumente en los próximos días.

Todas las Cáritas de la región han preparado a su personal y voluntarios en planes de respuesta de emergencia rápida, protocolos de salvaguarda y código de conducta.

RESPUESTA CÁRITAS ESPAÑOLA

Cáritas Española trabaja en Ucrania desde 2010, apoyando proyectos de acción social y de emergencia. Aunque en este momento, todos estos programas están detenidos, a la espera de que la situación se estabilice, se están apoyando económicamente los proyectos de Cáritas Ucrania y del resto de la región para garantizar la movilidad segura de las personas que ven obligadas a huir de la guerra, con atención especial a las personas vulnerables.

Cáritas Española agradece los innumerables mensajes de solidaridad con Ucrania y las oraciones que se nos han hecho llegar y que se están transmitiendo a las Cáritas hermanas de Ucrania y los países vecinos. Asimismo, Cáritas Española no está canalizando donaciones en especie hacia Ucrania, puesto que para las Cáritas de la región se trata de una gestión inabordable.

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Uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de uso adictivo de las pantallas

Bajo el título el “Impacto de las pantallas en la vida de la adolescencia y sus familias en situación de vulnerabilidad social: realidad y virtualidad”, Cáritas Española ha presentado esta mañana en Madrid los resultados de una encuesta realizada a 930 jóvenes, padres y tutores en torno al uso que hace de las pantallas la población entre 12 y 17 años en situación de vulnerabilidad y exclusión social procedente de familias acompañadas por Cáritas en sus diferentes programas y proyectos.

El informe, presentado por Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española; Daniel Rodríguez del Equipo de Estudios de Cáritas, y Carmen García, responsable del programa de Infancia, Adolescencia y Juventud, revela que la práctica totalidad de los adolescentes tienen contacto diario con las pantallas y el 96% cuentan con móvil propio. Los jóvenes encuestados declaran que, de media, tuvo su primer móvil a los 11,4 años. Pero los más jóvenes señalan que su inmersión en las pantallas fue antes, a los 10,5 años.

“El análisis de estos datos despierta una doble alerta: por un lado, el acceso cada vez más temprano a las pantallas y por otro, que la mayoría de las aplicaciones, redes o páginas donde se abren perfiles son para mayores de 16 años, un aspecto de especial relevancia para enfocar la educación que debe darse desde la infancia sobre el uso responsable de los móviles”, señala Daniel Rodríguez, del Equipo de Estudios de Cáritas Española.

Además de generalizado y precoz, el uso de pantallas muestra evidentes diferencias de género. El porcentaje de chicos que juegan a diario, uno de cada tres, triplica el de las chicas y mientras que el 6% de los chicos declaran no jugar nunca ese porcentaje se eleva hasta casi la mitad (43%) entre las chicas.

Ellas prefieren las redes, ellos optan por los videojuegos

Ellas, en cambio, muestran mayor preferencia por las redes sociales y aunque las diferencias de género por tiempos de uso no son tan marcadas, sí lo es el propósito del mismo. Las chicas tienden a ser más activas en redes generando muchas más publicaciones lo que hace que tengan un perfil mucho más expuesto mientras ellos tienden a asumir en mayor medida el rol de espectadores y jueces.

Dada la ausencia de consenso en la comunidad científica, el estudio ha optado por señalar el uso abusivo cuando el tiempo de exposición a las pantallas sobrepasa las 6 horas diarias. En esta situación se encuentran el 36% de los jóvenes. El riesgo de uso adictivo se produce cuando se genera un efecto de dependencia hacia las pantallas, que termina interfiriendo de forma negativa en la vida cotidiana y aparecen dificultades para controlar el tiempo de dedicación a las mismas.

“El abuso de las pantallas puede conllevar o no una adicción. Relacionamos esta adicción con las emociones que las pantallas despiertan y consideramos que se da una conducta adictiva cuando el uso, o la ausencia de este, genera ciertos niveles de aislamiento, ansiedad, falta de control y dependencia”, explica Rodríguez. En esta situación se encuentran uno de cada cinco jóvenes.

El estudio revela que vivir en el espacio de la exclusión no implica un mayor riesgo de adicción. El poder de las pantallas, por lo tanto, atrapa por igual a aquella juventud cuyas familias atraviesan por dificultades como a aquellas otras más integradas.

Ejemplo en casa

No obstante, el ejemplo que la juventud recibe en casa es la variable que más influencia tiene sobre la adicción. Cuando un joven convive con progenitores que hacen un uso razonable de las pantallas la probabilidad de llegar a desarrollar una conducta adictiva se reduce un 70%.

En el caso del uso de videojuegos sí hay diferencias importantes entre la población en situación de exclusión y el conjunto de la juventud. La adolescencia en situación de exclusión sufre el doble de adicción a los videojuegos que la juventud en su conjunto y afecta al 12%. Además, la adicción de los adolescentes varones (21%) a los videojuegos cuadriplica al de las chicas (4,9%).

En los casos de uso adictivo a los videojuegos, las condiciones de vida y la escasez de oportunidades sí parecen un elemento diferencial entre la población en situación de exclusión y el conjunto de la juventud. “Aunque, como hemos señalado, la situación socioeconómica de las familias no es el factor que más influye en el uso adictivo, sí hay situaciones que protegen a la juventud de esta adicción y queremos destacar principalmente dos. En primer lugar, el ejemplo que la juventud recibe en casa tiene una notable influencia sobre la adicción y, en segundo lugar, las posibilidades que tienen los jóvenes de acceder a un ocio estructurado”, explica Rodríguez.

Ausencias en clase y más suspensos

El 18% de la población adolescente en situación de vulnerabilidad social además ha faltado algún día a clase en el último mes sin motivo justificado. Un porcentaje que se incrementa hasta el 23% cuando hay adicción a las pantallas y hasta el 28% cuando hay un uso abusivo de las mismas.

Por otro lado, también hay una relación directa entre número de suspensos y el uso conflictivo de pantallas. Casi la mitad de la adolescencia y juventud que abusa de las pantallas ha suspendido 3 o más asignaturas mientras que ese porcentaje se eleva hasta el 60% cuando hay un uso adictivo.

“La conclusión es clara, la adicción y el uso abusivo están estrechamente ligados al absentismo escolar y al número de suspensos”, subraya Rodríguez.

Más conflictos familiares

Los progenitores, por su parte, tienen claro que las pantallas afectan negativamente a la comunicación en casa y terminan provocando un empeoramiento en la actitud de sus hijos. El 28% creen que las pantallas son las culpables de que la comunicación haya empeorado en el seno de la familia llevando incluso al engaño en el 20% de los casos. Por otro lado, uno de cada cuatro adultos afirma que el uso de pantallas ha empeorado la actitud de su hijo en casa, lo cual, para el 17% de los padres y madres, tiene como consecuencia un incremento de los conflictos en el seno familiar.

De hecho, sólo el 12% de los progenitores se sienten preparados para afrontar la educación digital de sus hijos e hijas, mientras la mayoría, el 53%, dicen necesitar apoyo o sentirse desorientados. Así, los progenitores muestran gran interés por disponer de mayor información y apoyo en cómo educar a sus hijos en el uso saludable de las pantallas ya que el 82% perciben en éstas riesgos bien en el ámbito relacional bien en el educativo.

“Todos (adultos y jóvenes) estamos pasando por lo mismo, y al mismo tiempo, por el uso desmedido de la tecnología y en continuo aprendizaje. La diferencia es que, normalmente, los adultos lo vivimos con miedos y con inseguridades mientras que los jóvenes sin miedos. Por ello, la infancia, los adolescentes y los jóvenes son los más vulnerables entre los vulnerables y, especialmente en estos momentos de cambios. Lo que les está pasando ocurre a una velocidad tal que no está facilitando un margen de adaptación y reflexión que les permita entender cómo se sienten y cómo vertebran las relaciones en estos momentos de cambio”, asegura Carmen García.

Autorregulación

Lo digital supone además para los jóvenes nuevas formas de comunicación y relación que en algunos casos están ganando terreno sobre la comunicación más tradicional. El 11% de la juventud prefiere, con frecuencia, hablar por WhatsApp antes que hacerlo en persona. Esta nueva forma de comunicación tiene dos elementos clave: la conexión permanente y la inmediatez.

Para la responsable del programa de Infancia, Adolescencia y Juventud de Cáritas Española es necesario “acompañar a los adolescentes, ayudarles a generar valores y educarles en la práctica de la paciencia y en frenar la impulsividad: la impulsividad de no responder a un mensaje en ‘caliente’ y saber esperar para dar una respuesta que, bajo ningún concepto falte el respeto y que sepamos que no nos vamos a arrepentir en un futuro. En otras palabras, el aprendizaje de la tan difícil autorregulación. Con la clave siempre de no culpabilizar y no juzgar”.

El objetivo del informe, según precisó Natalia Peiro durante la rueda de prensa, es que “llegue y sea consultado no sólo por las 70 Cáritas diocesanas sino por todas aquellas personas y colectivos interesados en acercarse a los universos simbólicos de nuestra juventud y adolescencia”. “Nuestro deseo de dar voz a los jóvenes y a sus familias ha guiado este proceso y eso se ha plasmado en el diseño de la investigación y las técnicas que se han utilizado. Porque la vocación de este estudio no es otra que la de aportar datos y elementos para una reflexión más amplia de toda la sociedad sobre cómo está afectando el uso de pantallas a la juventud y adolescencia actual”, añadió.

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