Día de las Personas Sin Hogar: «Sin salida» ante un sistema de protección que no funciona

La celebración del Día de las Personas Sin Hogar, que este año tiene lugar el 31 de octubre, vuelve a reunir a las organizaciones sociales que trabajan con estas personas para denunciar las dificultades continuadas y permanentes que afrontan para acceder a los derechos fundamentales y que se han agravado aún más durante la pandemia.

En esta edición, las entidades que impulsan en toda España la Campaña de Personas Sin Hogar lanzan una alerta bajo el lema “¿Sin salida? Perdidos en un sistema de protección social que no protege. Digamos basta. Nadie Sin Hogar” para poner el foco en el laberinto al que se enfrentan unas personas perdidas en un sistema de protección social que no funciona.

Ante esa realidad, Cáritas, Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados), XaPSLL (Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar de Barcelona) y besteBI (Plataforma por la Exclusión Residencial y a favor de las Personas Sin Hogar de Bilbao) demandan el apoyo de la ciudadanía y de los medios de comunicación para reclamar a las Administraciones públicas la puesta en marcha de una protección social adecuada, justa y digna para todas las personas, conforme a los derechos fundamentales.

Nos preguntamos qué ha sucedido con las personas más vulnerables. “Con la crisis del coronavirus hemos visto que muchas personas han visto sus derechos vulnerados. Si a una persona con la vida normalizada le cuesta pedir cita en el médico, en la seguridad social o sacar el empadronamiento porque todo va por internet o por teléfono, la gente que no tiene casa no tiene acceso a internet y en muchos casos no tienen ni teléfono, se le hace todo un laberinto y realmente no encuentran salida para conseguir lo más básico”, cuenta Josema Gómez, responsable del Centro de Día de Puertas Abiertas.

Nuevas realidades detectadas

La Covid-19 ha supuesto el agravamiento de situaciones de miles de personas que se encontraban en una vivienda insegura o inadecuada, o que incluso estaban ya en situaciones de exclusión y que, con el impacto añadido de la pandemia, se han visto expulsadas de sus viviendas o de los alojamientos precarios en los que se encontraban.

De forma concreta, los efectos más devastadores se detectan en los siguientes casos:

– Personas sin título legal en sus alojamientos o lugares en los que viven y que han tenido que abandonar sus viviendas ante el temor al contagio del propietario/a.

– Personas que llevaban alojadas años en pensiones u hostales económicos que cerraron sus puertas en el estado de alarma y que han tenido que abandonar sin una alternativa residencial.

– Mujeres que se han visto repentinamente en situación de calle (empleadas de hogar en régimen interno expulsadas de los domicilios, mujeres víctimas de trata o que ejercían la prostitución y se las ha echado de los clubs o pisos donde se alojaban…).

– Personas que han tenido que abandonar sus viviendas o alojamientos por la situación de hacinamiento que vivían, y que se han visto en la necesidad de mantener una cuarentena o aislamiento y no tenían donde hacerlo.

– Personas temporeras sin una alternativa de alojamiento segura ni adecuada, mucho más expuestas al contagio.

En este ya más de año y medio desde que apareció la pandemia, el Observatorio de la Realidad Social de Cáritas ha constatado situaciones de una gran desprotección social, personal, afectiva o emocional. Algunos ejemplos de este aumento de la desprotección y mayor vulnerabilidad son:

– Más de la mitad de la población activa acompañada por Cáritas (53%) está en situación de desempleo.

– En enero de 2020, 258.000 personas atendidas por Cáritas vivían en hogares que no han percibido ningún ingreso, 75.000 personas más que antes de que comenzara la presente crisis.

– El 67% de las familias atendidas por Cáritas dicen contar con ninguna o insuficiente información como para tramitar el Ingreso Mínimo Vital (IMV).

– Como consecuencia de sus precarias condiciones económicas, más de 700.000 personas acompañadas por Cáritas residen en hogares que no disponen de dinero para pagar la vivienda ni los suministros. A su vez, el 16% de las familias atendidas por Cáritas se han visto obligadas a cambiar de vivienda.

– Cerca de la mitad de hogares tienen graves dificultades para afrontar los gastos de alquiler o hipoteca (44%), así como los gastos de suministro asociados a la vivienda (47%), lo que supone un deterioro en sus condiciones de vida.

Un sistema de protección social que ha fallado

Como se señala en los materiales editados dentro la Campaña, estas realidades de vulnerabilidad y deterioro de miles de personas y familias confirman que los sistemas de protección social han fallado y ha fragilizado aún más las ya de por sí debilitada situación de los más vulnerables.

Las entidades sociales aseguran que una consecuencia directa de las medidas de confinamiento y de mantenimiento de las medidas de protección sanitaria fue la reducción, o cancelación automática, de las intervenciones sociales y sanitarias presenciales. Todo el sistema de protección social, ya fragilizado de por sí, se vio fuertemente resentido impactado, con lo que muchas personas con situaciones vitales muy complicadas no tuvieron otro remedio que paralizar o posponer procesos de acompañamiento personal, o de acceso a recursos y prestaciones sociales.

Propuestas para un sistema de protección social adecuado y accesible

Desde la Campaña de Personas Sin Hogar se urge, tras el grave impacto de la COVID19, al fortalecimiento de las políticas públicas, poniendo su foco en las personas más vulnerables, que muchas veces son invisibles o ni siquiera están en el sistema, a fin de facilitar el acceso y ejercicio real del derecho a la protección social, que en muchas ocasiones no se garantiza, o es muy deficiente y limitado.

Los mecanismos de protección se deben implementar y hacer reales por medio de:

– Facilitar el acceso al derecho a la protección social en los procesos administrativos, en los plazos, en la flexibilidad, en los espacios, etc.).

– Garantizar el ejercicio del derecho a la protección social, a través del desarrollo y adaptación de sistemas de prevención, protección y seguimiento desde los servicios sociales, y con herramientas como el acompañamiento social, etc.

– Garantizar el acceso y disfrute del derecho a la justicia en los casos de vulneración de sus derechos.

Junto a ello, un sistema de protección social adecuado debería:

– Desarrollar medidas de carácter preventivo, y no meramente asistenciales.

– No limitarse a facilitar el acceso a prestaciones económicas, sino ser una verdadera herramienta de cambio y mejora de la vida de las personas, incluyendo medidas de acompañamiento social a corto, medio y largo plazo.

– Tener en cuenta la participación de las personas vulnerables en el diseño de las políticas públicas que desarrollan sus derechos humanos.

– Incluir y pondrá en valor acciones de evaluación y coordinación.

¿Qué puedo hacer yo?

Las entidades promotoras de la Campaña de Personas Sin Hogar invitan también a la ciudadanía, a título personal, a comprometerse y contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de exclusión o sin hogar, a intentar ponerse en el lugar del otro, o a preguntarse por la realidad que están viviendo las personas más vulnerables.

Gesto de sensibilización

Este año, y una vez superadas las restricciones a la movilidad y la distancia física impuestas por la pandemia, volvemos a recuperar la presencialidad con diferentes actos de sensibilización:

  • Jueves 28 de octubre: Acto de sensibilización en el Paseo de la Ría. A las 19:30h tenemos una cita en el inicio del Paseo de la Ría, junto al Muelle del Tinto. Leeremos el manifiesto que habla sobre la realidad de las personas en situación de sinhogarismo y justo después haremos un gesto de sensibilización con todas las personas asistentes. Además el evento estará amenizado con música en directo.
  • Domingo 31: a las 12:00 se celebrará la Eucaristía dedicada a las personas sin hogar en la Iglesia de San Sebastián.

CAMPAÑA #Nadie sin hogar

Perdidos en un sistema de protección social que no protege

El impacto de la COVID 19 en nuestras vidas es inmenso, pero lo es aún mayor en las vidas de las personas más vulnerables y excluidas de la sociedad como ocurre con las personas sin hogar.

Ellas no tienen un hogar donde poder refugiarse, cuidarse y recuperar la salud y la tranquilidad, y además ven dificultado su acceso a los mecanismos de protección social, que resultan insuficientes y poco adaptados a su realidad.

Protección social para todas las personas

Para avanzar hacia una sociedad donde vivamos con plena universalidad e igualdad se nos presentan varios retos, que a la vez son oportunidades:

  • Garantizar una políticas públicas de protección social fortalecidas, adecuadas y centradas en las personas más vulnerables, manteniendo la denuncia de las vulneraciones de derechos cuando se producen.
  • Reforzar los espacios de coordinación, recordando la sinergia que generamos cuando impulsamos los espacios de trabajo en red entre las organizaciones. Debemos dar una respuesta desde los derechos, que apueste por un sistema de protección social fuerte y consolidado que facilite los procesos de inclusión.
  • Contar con unos medios de comunicación sensibles y veraces, que contribuyan a la sensibilización y difusión de la situación en la que viven las personas sin hogar, que en muchos casos sigue siendo desconocida para la mayoría de la población, y hacerlo sin reproducir los estereotipos habituales que perpetúan el estigma del sinhogarismo.
  • Recuperar valores como la solidaridad, la justicia, la empatía, de cara a construir una sociedad diferente, donde todas las personas cuenten. Debemos avanzar a una sociedad de los cuidados, donde mutuamente nos protejamos, y protejamos la vida de cada persona y de todas, sin dejarnos a ninguna (sobre todo a los más vulnerables). 

En Cáritas facilitamos acogida y apoyo anualmente a casi 40.000 personas en situación de sin hogar en todo el país

¿Qué puedo hacer yo?

Podemos intentar ponernos en le lugar del otro, preguntarnos por la realidad que están viviendo las personas más vulnerables.

¿Me paro a pensar, a sentir cómo les está afectando esta situación a ellas?

Además, puedo interesarme, desde el respeto y la cercanía, por las situaciones de vulnerabilidad de personas cercanas, familiares, vecinas, etc… Participar en la comunidad a través de mi parroquia o de asociaciones del barrio, prestar mi ayuda y acompañamiento para facilitar algunos trámites a personas que lo necesiten.

Conoce más sobre la campaña y sus propuestas en los materiales.

#NadieSinHogar

Cáritas Diocesana de Huelva pone en marcha la campaña ‘Nadie Sin Hogar’

Cáritas Diocesana de Huelva, junto a toda la Confederación, ha lanzado la Campaña Nadie Sin Hogar,  que se enfrenta este año al reto de lanzar su mensaje en un contexto social mucho más frágil y deteriorado. La realidad de las aproximadamente 40.000 personas en situación de sinhogarismo acompañadas por Cáritas y los 2.500.000 de personas en situación de extrema vulnerabilidad que existen hoy en nuestro país como consecuencia de los efectos de la crisis, nos piden responder a los retos que esta emergencia humana nos ha puesto delante. En 2020, Cáritas Diocesana de Huelva acompañó a más de 700 personas en situación de sinhogarismo.

Los sistemas de cuidado y protección actuales no están siendo ni los suficientes ni los adecuados para proteger a las personas más vulnerables. Con la Campaña queremos remarcar la importancia del derecho humano a la protección social, y sensibilizar y concienciar sobre la importancia de que se ofrezcan e implementen respuestas adecuadas y adaptadas sobre todo a las personas en situación de exclusión social o residencial. Queremos además reclamar un sistema de protección social pleno para todas las personas.

Las personas en situación de sin hogar que viven en la calle han sido un grupo especialmente vulnerable en el contexto de la pandemia. Precisamente en el momento de necesidad de mayor protección, las personas que estaban ya en una situación de vulnerabilidad y fragilidad no recibieron las respuestas ni seguramente las medidas más adecuadas para afrontarlas. Las situaciones de aislamiento se agravaron y los sistemas de protección social se debilitaron y fallaron, dejando a las personas que más lo necesitaban muy desprotegidas y probablemente sin los apoyos más adecuados para salir adelante.

Es por eso que este año hemos querido poner en valor precisamente estas dificultades con el lema “¿Sin salida? Perdidos en un sistema de protección social que no protege”. Nos preguntamos qué ha sucedido con las personas más vulnerables. “Con la crisis del coronavirus hemos visto que muchas personas han visto sus derechos vulnerados. Si a una persona con la vida normalizada le cuesta pedir cita en el médico, en la seguridad social o sacar el empadronamiento porque todo va por internet o por teléfono, la gente que no tiene casa no tiene acceso a internet y en muchos casos no tienen ni teléfono, se le hace todo un laberinto y realmente no encuentran salida para conseguir lo más básico”, cuenta Josema Gómez, responsable del Centro de Día de Puertas Abiertas.

Por ello, desde Cáritas queremos hacer visible esta realidad y por ello hemos organizado distintos eventos a los que por supuesto os invitamos:

  • Sábado 23 de octubre: Acto de sensibilización en el Mercado del Carmen. Desde las 10:30 hasta las 12:30 estaremos en la entrada del Mercado del Carmen con una mesa informativa de la Campaña de personas sin hogar y también asistirá la Tienda de Cáritas para sensibilizar sobre el consumo de Comercio Justo.
  • Jueves 28 de octubre: Acto de sensibilización en el Paseo de la Ría. A las 19:30h tenemos una cita en el inicio del Paseo de la Ría, junto al Muelle del Tinto. Leeremos el manifiesto que habla sobre la realidad de las personas en situación de sinhogarismo y justo después haremos un gesto de sensibilización con todas las personas asistentes. Además el evento estará amenizado con música en directo.
  • Domingo 31: Eucaristía en la Iglesia de San Sebastián.

Por una alimentación digna, saludable, autónoma e inclusiva

Cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo. Este año se hace un llamamiento mundial a la solidaridad para conseguir que los alimentos saludables lleguen a todos los rincones del planeta, especialmente a los lugares más desfavorecidos y que han resultado más dañados por la crisis del COVID-19.

Cáritas Diocesana de Huelva, en su trabajo diario con las personas más vulnerables, apuesta por una ayuda de alimentación que no deje atrás la dignidad, la autonomía de las familias y su inclusión con la sociedad. Nuestro trabajo, en este sentido, implica acompañar a la persona desde una perspectiva humanista, integradora y comunitaria, con una orientación que profundice en las causas y, desde aquí, seamos capaces de proponer alternativas. No medimos nuestro trabajo en kilos repartidos, sino en la calidad de la atención de las personas acompañadas y en los procesos transformadores generados hacia la justicia social.

Por ello, desde los servicios de Cáritas y en concreto a través del Programa de Familia, las respuestas a las necesidades de alimentación de las personas y familias se intenta realizar teniendo en cuenta el derecho de las personas a una alimentación saludable y en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía, a través de acciones que no estigmaticen a las personas generando más desigualdad. Por este motivo, la gestión de las ayudas económicas va encaminada hacia la dignidad, la autonomía y la salud integral de las personas y se ofrece “en forma de tarjetas monedero, vales para comprar en supermercados concretos o ayudas económicas, de manera que las personas puedan utilizar la red normalizada de comercio y puedan decidir qué desean comer, adaptar su menú a sus necesidades particulares de salud, a sus gustos, a sus costumbres culturales, para que así tengan una alimentación mucho más variada”, cuenta Marifé Aceituno, responsable del Programa de Familia de Cáritas Diocesana de Huelva.

De manera complementaria, también se realizan talleres y sesiones formativas con las familias para hacer un buen uso de esas ayudas. Por ejemplo se llevan a cabo talleres de organización y economía doméstica en los que se tratan temas como la nutrición y la alimentación, aprender a hacer una compra responsable y saludable, aprovechamiento de las comidas, conservación, lista de la compra, elaboración de menús saludables… de manera que las familias puedan adquirir hábitos saludables en cuanto a la forma de alimentarse.

Con este tipo de formaciones las familias tienen la posibilidad de hacer un uso justo y responsable de las ayudas que se les prestan, a la misma vez que tienen libertad y autonomía para ejercer su derecho a tener una alimentación saludable.

En nuestra provincia, ejemplo de este tipo de trabajo es la Cáritas Parroquial de Cristo Sacerdote ya que quieren seguir apoyando y acompañando a las familias del barrio con dificultades para cubrir sus necesidades más básicas y para ello “necesitamos de la solidaridad y el compromiso de los vecinos del barrio”. En lugar de realizar una campaña de recogida de alimentos, “ofrecemos a la comunidad vecinal un cauce concreto para realizar una acción solidaria. Es una invitación a dejarse afectar por la situación de los vecinos del barrio que lo están pasando mal, participando e implicándose en este proyecto. Nuestras pequeñas acciones, por muy insignificantes que sean pueden servir para construir un mundo más justo y fraterno”.

Cáritas Diocesana de Huelva apuesta porque el trabajo decente sea una realidad

El 7 de octubre, las organizaciones que integran la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebran y reivindican el trabajo como derecho y medio para desarrollarnos, crear y realizarnos como personas en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Desde Cáritas Huelva trabajamos día a día para capacitar a las personas con una formación que les empuje a conseguir un trabajo remunerado y digno. El objetivo que persigue el Área de Empleo, junto con las acciones de formación que en esta área se llevan a cabo, consiste en trabajar unas estrategias para aumentar el grado de empleabilidad de las personas destinatarias, así como incidir en el desarrollo de habilidades y destrezas personales y profesionales en la búsqueda de empleo y llevar a cabo acciones formativas que potencien la inserción laboral de los mismos. De hecho, desde aquí resaltamos la labor que el Fondo Social Europeo hace ya que financia las actividades que se llevan a cabo desde el proyecto de orientación laboral y mediación laboral.

Uno de los aspectos más importantes dentro de la orientación y la mediación laboral para conseguir que el trabajo decente sea una realidad “es la de informar a las personas que vienen buscando trabajo y también a aquellas empresas y empleadores que ofrecen el trabajo lo que son los convenios reguladores en materia de trabajo y dejar muy claro que siempre trabajamos con esas condiciones”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del Área de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva.

Desde Cáritas sabemos que el empleo favorece a diferentes aspectos de tu vida, como por ejemplo ayuda a establecer unos horarios, a sentirte útil, a darte valor, a favorecer tu economía, a aspirar en tu profesión, a crear equipo,  a socializarte… “Una de las cosas más importante que te aporta el empleo es el crecimiento personal, porque normalmente la gente viene con un empleo precario o con mucho tiempo en desempleo, y eso hace que no crean en ellos mismos y en sus capacidades”, cuenta Gallardo.

“En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”. (Fratelli Tutti 162) Como movimientos de Iglesia trabajamos en equipo con el fin de visibilizar el derecho del trabajo decente; que sea una realidad real en la vida de las personas y respete nuestra casa común. Desde este espacio, animamos a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión.

Cáritas Diocesana de Huelva acompaña a las personas del asentamiento de Lepe afectado por las riadas

Lepe fue uno de los municipios más afectados por la fuerte riada del pasado jueves en nuestra provincia. La lluvia hizo grandes destrozos en el pueblo, arrasando con muchas de las casas de los ciudadanos y ciudadanas de la localidad. Las imágenes de las calles anegadas han copado nuestros móviles y redes sociales durante varios días, imágenes que retratan una desoladora escena de los estropicios que causó el temporal para la vecindad del pueblo y que nos dañan a todos profundamente.

Desde Cáritas Diocesana de Huelva queremos recordar que estas fuertes lluvias también afectaron a las personas que residen en los asentamientos chabolistas. Afortunadamente, gracias a que la mayoría de estos asentamientos se encuentran en zonas elevadas no han sufrido muchos daños. Sin embargo, los daños más importantes se han dado en el asentamiento que hay tras el estadio de fútbol y sólo han sido de carácter material.

En este asentamiento viven en este momento alrededor de 15 personas que  también lo han perdido todo. Desde Cáritas hemos centrado la ayuda en ofrecerles los recursos de primera necesidad: alimentos, utensilios de cocina, colchones, ropa y productos de aseo.

Se trata de una realidad de máxima vulnerabilidad social ya que aunque estas personas se esfuercen en limpiar sus casas de cartón, pallets y plástico, “no dejan de continuar viviendo en unas condiciones que se sitúan al margen de los derechos humanos y a años luz de lo que podríamos consideran un hogar digno”, comenta Juan Manuel Breva, responsable del área de exclusión de Cáritas Diocesana de Huelva. En estos días seguimos acompañando y  haciendo un seguimiento continuo de la realidad personal de cada una de estas personas dentro de la dureza de su día a día.