CAMPAÑA #Nadie sin hogar

Perdidos en un sistema de protección social que no protege

El impacto de la COVID 19 en nuestras vidas es inmenso, pero lo es aún mayor en las vidas de las personas más vulnerables y excluidas de la sociedad como ocurre con las personas sin hogar.

Ellas no tienen un hogar donde poder refugiarse, cuidarse y recuperar la salud y la tranquilidad, y además ven dificultado su acceso a los mecanismos de protección social, que resultan insuficientes y poco adaptados a su realidad.

Protección social para todas las personas

Para avanzar hacia una sociedad donde vivamos con plena universalidad e igualdad se nos presentan varios retos, que a la vez son oportunidades:

  • Garantizar una políticas públicas de protección social fortalecidas, adecuadas y centradas en las personas más vulnerables, manteniendo la denuncia de las vulneraciones de derechos cuando se producen.
  • Reforzar los espacios de coordinación, recordando la sinergia que generamos cuando impulsamos los espacios de trabajo en red entre las organizaciones. Debemos dar una respuesta desde los derechos, que apueste por un sistema de protección social fuerte y consolidado que facilite los procesos de inclusión.
  • Contar con unos medios de comunicación sensibles y veraces, que contribuyan a la sensibilización y difusión de la situación en la que viven las personas sin hogar, que en muchos casos sigue siendo desconocida para la mayoría de la población, y hacerlo sin reproducir los estereotipos habituales que perpetúan el estigma del sinhogarismo.
  • Recuperar valores como la solidaridad, la justicia, la empatía, de cara a construir una sociedad diferente, donde todas las personas cuenten. Debemos avanzar a una sociedad de los cuidados, donde mutuamente nos protejamos, y protejamos la vida de cada persona y de todas, sin dejarnos a ninguna (sobre todo a los más vulnerables). 

En Cáritas facilitamos acogida y apoyo anualmente a casi 40.000 personas en situación de sin hogar en todo el país

¿Qué puedo hacer yo?

Podemos intentar ponernos en le lugar del otro, preguntarnos por la realidad que están viviendo las personas más vulnerables.

¿Me paro a pensar, a sentir cómo les está afectando esta situación a ellas?

Además, puedo interesarme, desde el respeto y la cercanía, por las situaciones de vulnerabilidad de personas cercanas, familiares, vecinas, etc… Participar en la comunidad a través de mi parroquia o de asociaciones del barrio, prestar mi ayuda y acompañamiento para facilitar algunos trámites a personas que lo necesiten.

Conoce más sobre la campaña y sus propuestas en los materiales.

#NadieSinHogar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *