Celebramos el Encuentro de Mundo Rural «Tejiendo redes de esperanza» en Punta Umbría

El Encuentro de Mundo Rural, espacio de amplia trayectoria en Cáritas Huelva, se desplaza este año al arciprestazgo de la Costa y en concreto a la localidad de Punta Umbría.

Este encuentro tiene como objetivo principal dar visibilidad al mundo rural, tanto a sus riquezas y potencialidades como a los retos que atraviesa en la actualidad. Con este espacio comarcal reforzamos la acción y presencia de la Iglesia en los pueblos a través de la cercanía de las Cáritas parroquiales, dando valor a la participación, las redes comunitarias de los territorios, los cuidados de las personas y los cuidados de la naturaleza.

De este modo, a lo largo de la jornada habrá espacios para la reflexión, el diálogo y también para la celebración del modo de vida de nuestros pueblos y su identidad cultural, económica y social.

Este encuentro está organizado por Cáritas Diocesana de Huelva, Cáritas Parroquial de Punta Umbría y la Coordinadora de la Costa.

Una profunda mirada al «duelo migratorio» en la V Jornada sobre Duelo y Pérdidas

Una iniciativa de ADUPE y su Centro de Escucha San Camilo de Huelva, organizada
junto al Secretariado diocesano de Migraciones, Cáritas Diocesana de Huelva, la Fundación Don Bosco y Huelva Acoge

El aula magna del Seminario acogía, durante el pasado miércoles, 12 de marzo, esta V  Jornada sobre el Duelo y las Pérdidas que, este año, ha tenido por lema «Duelo Migratorio:  claves para una atención integral e Integradora». Se trata de una iniciativa de la asociación  ADUPE (Acompañamiento en el Duelo y la Pérdida) que ha organizado conjuntamente con  el Secretariado diocesano de Migraciones, Cáritas Diocesana de Huelva, la Fundación Don  Bosco y Huelva Acoge, y que ha contado con unos 150 asistentes, tanto de forma presencial  como en modalidad online, venidos de distintas entidades sociales –técnicos, voluntarios y  usuarios–, alumnos del ciclo de Auxiliar de Enfermería del Colegio Dioceano, voluntarios de  delegaciones y secretariados diocesanos así como miembros de distintas comunidades  parroquiales de la diócesis, trabajadores sociales de la administración pública, voluntarios  de la Red de Centros de Escucha de diversos puntos de la geografía española (Badajoz,  Logroño, Tarrasa, Pontevedra, Valencia, Sevilla…) y otras personas interesados en el tema.  

Una jornada que ha ofrecido una mirada profunda al duelo migratorio a través de un  programa que ha querido trazar el itinerario por los procesos de quienes con inmensa  resiliencia viven, sufren y transitan sus particulares viajes migratorios: particulares porque ,  a pesar de los elementos comunes, cada historia de vida ha mostrado lo sagrado de cada  persona en su libre decisión y derecho a migrar, lo que exige un acercamiento libre de  prejuicios, capaz de acoger y acompañar de forma integral e inclusiva; procesos porque  mostró las diversas causas y motivaciones que están en el origen de la decisión de migrar,  transitando por la narración de un camino, plagado de pérdidas, hacia un horizonte soñado  abierto a la esperanza.  

La jornada comenzaba con el saludo del delegado diocesano para la Pastoral Social y la  Promoción Humana, el sacerdote José Antonio Sosa Sosa, y la apertura de la mano del  presidente de ADUPE, Héctor M. Sánchez, que fijó los objetivos de la jornada que conectó  con las palabras del papa Francisco en su carta para la Cuaresma: «No podemos recordar el  éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria  y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera  llamada a la conversión… Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta  de algún inmigrante, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide».  

A continuación, Concepción Martín Vela, directora del secretariado diocesano de  Migraciones, introdujo el concepto «duelo migratorio» y presentó una radiografía sobre la  realidad migrante en la provincia de Huelva, para dar paso al testimonio de 7 personas  migradas a nuestra provincia que narraron sus particulares historias, lo que supuso el  momento central de la jornada. En palabras de Valentín Rodil, experto en duelo del Centro  de Humanización de la Salud de Tres Cantos (Madrid), «no se trata de extraer enseñanzas de  estos testimonios sino de ver como las palabras de las personas que han venido hoy aquí les  construyen a ellas mismas cuando lo cuentan. Los testimonios han hablado de sufrimiento y  podría parecer que eso es hablar de duelo, pero todos han expresado también decisiones que es lo  que nos hace humanos».  

De este modo, en la sesión de la tarde, conducida por Valentín Rodil, abundó en el duelo  como un proceso de destrucción, pero también y sobre todo de reconstrucción en el que  siempre hay vacíos que quedan, pero donde las decisiones nos proyectan en esperanza. A  través de varias metáforas, el profesor Rodil hizo reflexionar al auditorio sobre el valor de la  escucha en estos procesos de elaboración del duelo. Por su parte, el director del Centro de  Escucha San Camilo de Huelva, Juan F. Martínez, informó sobre el servicio que desde este  centro se está ofreciendo desde el modelo humanizar a las personas que se acompañan.  

La jornada concluyó con un panel de experiencias de técnicos de las distintas entidades  organizadoras en representación de quienes acompañan a diario a estas personas y sus  procesos destinados a la inclusión: Carmen Murillo, coordinadora de los proyectos  socioeducativos y de emancipación juvenil de la Fundación Don Bosco en Huelva;  Concepción Martín Vela, directora del secretariado diocesano de Migraciones, técnica en  Cáritas Diocesana y voluntaria del Centro de Escucha San Camilo; Almudena Álvarez  Conde, psicóloga de Huelva Acoge; y Juan Manuel Breva, responsable del área de Inclusión  de Cáritas Diocesana de Huelva. En esta mesa final, se expusieron los retos y desafíos de  esta tarea, las oportunidades para crecer en el trabajo en Red y la dimensión profética y de  conciencia social y ante la administración que, junto a otras entidades, pueden abrirse en  adelante. Un colofón realmente interesante para una jornada que, en el sentir general de  los asistentes, ha ofrecido una oportunidad de encuentro, de compartir experiencias y de  crecimiento mutuo.  

El Grupo Diocesano de Migraciones de la Diócesis de Huelva denuncia las condiciones en las que viven algunas personas temporeras llegadas a Huelva

Huelva, 17 de marzo 2025. Todos los años llegada esta fecha y coincidiendo con el final de la campaña de la aceituna en Jaén, miles de personas temporeras migrantes se desplazan hacia los municipios de Huelva, donde comienza la temporada de recolección de frutos rojos. Este flujo migratorio, habitual en esta época del año, trae consigo una serie de desafíos tanto para las personas trabajadoras como para las localidades que los reciben, así como para los empresarios y la propia administración.

En Lepe, uno de los puntos clave de acogida es un albergue de personas temporeras que no es suficiente para atender la llegada masiva de estas personas. Muchos de los recién llegados, ante la falta de espacio, se ven obligados a dormir en las calles, expuestos a las inclemencias del tiempo y en condiciones precarias. Esta situación ha generado preocupación entre las organizaciones sociales y las autoridades locales, que intentan buscar soluciones temporales para aliviar el problema sin poder dar respuestas a todos.

En otros municipios como Palos de la Frontera ocurre algo similar, las chabolas que fueron arrasadas por un gran incendio y que no dejaron volver a construir dejan un lugar desolador donde se concentran las personas que van llegando y sin alternativa de alojamiento lo que hace que numerosas personas duerman al raso acompañados de un fuego que los calienta para pasar de la noche.

En Lucena del Puerto, las personas temporeras que regresan a los asentamientos informales se encuentran con que sus chabolas han sido devastadas por algún que otro incendio y tampoco tienen alojamiento alternativo, algunos se afanan en volver a construirlas para pasar la temporada de trabajo. En Lucena se ha construido un pequeño albergue pero que no está en marcha por la falta de gestión. De hecho, estas estructuras que servían como refugio durante las campañas anteriores, han sido eliminadas en operativos de desalojo, dejando a muchos sin un lugar donde resguardarse.

En Moguer, otra localidad que recibe a cientos de temporeros, también se desborda y se puede ver cómo están por las calles o hacinados en almacenes indignos u otro tipo de infraviviendas. En Moguer no existe albergue para personas temporeras, están trabajando en la línea de erradicación del chabolismo habilitando unas viviendas alternativas.

Ante esta realidad, algunas de esas personas temporeras confían en que, una vez encuentren trabajo en alguna finca, les ofrezcan alojamiento en la misma propiedad, una práctica común en el sector agrícola onubense.

La llegada de las personas temporeras a Huelva marca el inicio de una de las campañas más importantes para la economía de la región, pero también pone en evidencia las carencias en materia de infraestructura y apoyo social para estos trabajadores esenciales. Mientras tanto, las organizaciones no gubernamentales y colectivos locales redoblan sus esfuerzos para brindar asistencia humanitaria, reclamando a las administraciones públicas medidas urgentes que garanticen condiciones dignas para quienes sostienen uno de los pilares económicos de la provincia.

Como personas cristianas no podemos ignorar la valiosa aportación de las personas migradas a nuestra sociedad y nuestra Iglesia1 y denunciamos la necesidad de políticas integrales que aborden de manera sostenible la situación de las personas temporeras, garantizando sus derechos y mejorando su calidad de vida.

El Grupo Diocesano de Migraciones de la Diócesis de Huelva está formado por el Secretariado de Migraciones, Cáritas Diocesana de Huelva, Fundación Don Bosco, HOAC, CONFER, Nuevo Horizonte y Pastoral Penitenciaria.

Concurso de fotografía de Mundo Rural: ‘Tejiendo redes de Esperanza’

Desde Cáritas Diocesana de Huelva convocamos el Concurso de fotografía de Mundo Rural. El objetivo es animar a la sociedad a captar imágenes en nuestro entorno local y provincial que reflejen valores y gestos,  de tradiciones, de artesanía, de paisajes humanos y naturales, de cercanía, de cuidado, fraternidad universal y solidaridad y también de denuncia o reclamo frente a realidades que se puedan presentar en nuestro territorio.

Con este concurso de fotografía queremos celebrar y reconocer  la presencia que realizan las Cáritas parroquiales en los territorios onubenses, el deseo de seguir trabajando para  crear comunidad y vecindad solidaria entre sus habitantes y la preocupación por el cuidado de la naturaleza. Aprovechamos para dar visibilidad a este concurso enmarcado en dos acciones importantes en nuestra agenda de sensibilización desde la Red de Cáritas Diocesana de Huelva:

  • Encuentro de Mundo Rural en Punta Umbría el 29 de marzo de 2025. Este día se expondrán las fotos que nos hayan llegado hasta el momento.
  • y la celebración del Día del Mundo Rural el 15 de mayo de 2025, que será el día donde daremos a conocer el fallo del jurado

PARTICIPANTES

Este concurso esta abierto a todos los miembros de la sociedad de Huelva sean o no profesionales de la fotografía.

TEMA

Libre, reflejando de algún modo la realidad de los pueblos y/o territorio rural de la provincia de Huelva

ENVÍO O RECEPCIÓN DE LAS FOTOGRAFIAS

Podrá realizarse bien personalmente en Cáritas Diocesana de Huelva, C/ Doctor Cantero Cuadrado, 1. 21004 Huelva o por correo electrónico: informacion@caritashuelva.org, con las siguientes características:

  • Formato JPG
  • Sin marcas de agua
  • Sin alteraciones digitales o edición con IA
  • Que permitan una impresión con calidad aceptable. Junto con la obras se deben enviar los siguientes datos:
  • Nombre y apellidos
  • Número de teléfono y correo electrónico
  • Título de la fotografía

PLAZOS DE ENTREGA

Del 7 de marzo  al 9 de mayo de 2025. Los premios se entregarán el 15 de mayo con motivo del Día del Mundo Rural.

JURADO Y PREMIOS

El jurado estará compuesto (1profesional de fotografía, 1 miembro de la dirección de Cáritas, técnica responsable del programa de Comunicación  y el Delegado de Cáritas).

PREMIOS

  • Una cesta con productos de Comercio Justo de la Tienda de Cáritas.
  • Cesta 2. Segundo puesto
  • Cesta 3. Tercer puesto

Más información:

Requisitos de las fotografías:

  • Las fotografías serán inéditas, que no hayan sido publicadas, exhibidas o premiadas anteriormente ni sujetas a permisos de edición.
  • En blanco y negro o a color. Tamaño mínimo 1 GB y máximo 5 MB y formato JPG. Las fotografías se presentarán sin marcas de agua, ni cualquier tipo de firma o logo.
  • No se admitirán fotografías recortadas, ni panorámicas ni de tamaños no estándar. Tampoco se admitirán fotografías manipuladas digitalmente, ni virajes de color, clonaciones, montajes fotográficos o todas aquellas alteraciones que cambien la fotografía tal y como fue realizada. No se entenderán como manipulaciones los ajustes de máscara de enfoque, saturación, niveles y otros ajustes necesarios en todo revelado digital.
  • Será requisito imprescindible que las fotografías preserven y respeten el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen de las personas retratadas, conforme a la Ley (ES) 1/1982 de protección civil, derecho al honor, intimidad personal y familiar y a la propia imagen y cualquier otra normativa en vigor que regule dichos derechos en España. Con el envío de las fotografías se entenderá que el autor cuenta con el consentimiento expreso e inequívoco de la/s persona/s retratada/s y/o de sus representantes legales para captar, reproducir y difundir su imagen de conformidad con lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos, y de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.
  • Del mismo modo, la presentación de fotografías al concurso implicará que el/la autor/a declara ser el/la único/a propietario/a de dichas obras, que no son copia de otras y que sobre las mismas no existe ningún tipo de restricción de los derechos de propiedad intelectual, siendo responsable de todos los daños morales y patrimoniales que pudiera presentarse si no fuera el autor o propietario legítimo de la obra.
  • En caso de fotografías relacionadas con la naturaleza, deberán cumplir el código ético de la Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza (www.aefona.org) que garantiza una incursión con espíritu conservacionista. El respeto por la naturaleza debe prevalecer sobre cualquier actividad desarrollada en el entorno natural

Uso de las fotografías:

La participación en el concurso conlleva la cesión a favor de Cáritas de los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación sobre las obras fotográficas, que podrán aparecer en las diversas publicaciones y exposiciones que se realicen, así como en su web y redes sociales. Los/as autores/as se reservan el resto de derechos, incluida la propiedad de la obra.

Las fotografías presentadas al concurso podrán formar parte de una exposición temporal o permanente en formato impreso en distintas localizaciones geográficas o en formato digital. Así como utilizadas a través de boletines, carteles, redes sociales u otros soportes, dentro del ámbito de difusión y sensibilización, promovido desde Cáritas Diocesana de Huelva.

Tratamiento de los datos de carácter personal:

De acuerdo con lo dispuesto en el Decreto General sobre la protección de datos de la Iglesia Católica en España, así como la normativa europea y estatal sobre la materia, los datos de carácter personal que faciliten los/las participantes en este concurso fotográfico, serán tratados exclusivamente para la gestión de dicha participación, siendo el responsable del tratamiento Cáritas Diocesana de Huelva.

Los datos proporcionados se conservarán durante el tiempo necesario para gestionar el concurso, así como para posibles exposiciones fotográficas y su difusión. Los datos no se cederán a terceros, salvo en los casos en que exista una obligación legal, y no se prevé la transferencia internacional de sus datos personales.

Los/las participantes en el concurso fotográfico tendrán derecho a acceder, rectificar y suprimir los datos, así como al ejercicio de otros derechos, como se explica en la Política de Privacidad y datos de nuestra página www.caritashuelva.org

Consultas:

www.caritashuelva.org

95924522

informacion@caritashuelva.org

Por la dignidad de las mujeres. Trabajo decente, derecho, no privilegio.

Desde la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente denunciamos la desigualdad, explotación y precariedad que afectan especialmente a las mujeres en el ámbito laboral. La economía sumergida perpetúa la vulnerabilidad de millones de trabajadoras, negándoles derechos fundamentales y condiciones dignas de vida.


Un grito por la justicia laboral e igualdad

El trabajo es clave para la dignidad humana. La economía sumergida niega este derecho al privar a las mujeres de empleos justos y equitativos. Urge que esta problemática sea priorizada en las agendas políticas y sociales. “El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno, que corresponde a su dignidad, que expresa y acrecienta la dignidad humana” (CDSI, 287)


Las mujeres en la economía sumergida: Una realidad invisible

En España se calcula que la economía sumergida supone en torno al 16% del PIB y es muy difícil calcular cuál es la participación exacta de la mujer en ese porcentaje, sin embargo, todos los estudios coinciden en que es mayoritaria en todos los casos. Muchas empleadas del hogar, jornaleras, cuidadoras y limpiadoras trabajan sin contratos ni protección social, enfrentando jornadas extensas, salarios bajos y despidos arbitrarios. La situación es aún más grave para las mujeres migrantes, quienes, debido a barreras administrativas, racismo y xenofobia, se ven obligadas a aceptar empleos informales. Además, muchas enfrentan riesgos de trata y explotación sexual.


Propuestas para un cambio transformador
Desde Iglesia por el Trabajo Decente proponemos acciones concretas para combatir la economía sumergida y mejorar la vida de las trabajadoras:

  1. Regularización laboral: Formalizar empleos en sectores como el doméstico, agrícola y de
    servicios, eliminando barreras administrativas y protegiendo los derechos laborales.
  2. Inspección y cumplimiento de leyes: Fortalecer los mecanismos de inspección laboral y
    sancionar a quienes exploten a las trabajadoras y trabajadores, acompañados de campañas
    informativas sobre derechos laborales.
  3. Regularización de migrantes: Garantizar permisos de residencia y trabajo justos para las
    personas migrantes, contribuyendo a una economía más equitativa.
  4. Educación y capacitación: Implementar programas formativos para que las mujeres accedan a empleos de calidad, fomentando también su organización y liderazgo.
  5. Acompañamiento pastoral y social: La Iglesia debe continuar apoyando a las trabajadoras que sufren vulneraciones de derechos laborales, escuchándolas, acompañándolas y denunciando injusticias, reflejando el compromiso evangélico con las personas vulnerables.
  6. Conciliación y corresponsabilidad: Promover políticas que equilibren la vida laboral y familiar, como permisos parentales igualitarios y servicios de cuidado accesibles y de calidad.
    Un llamado a la esperanza.
    El 8 de marzo es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la justicia social. Como seguidores y seguidoras de Jesús, debemos enfrentar estructuras de exclusión y pobreza como la economía sumergida, con valentía y esperanza. Tal como expresó el Papa Francisco al convocar el Jubileo 2025 bajo el lema “Peregrinos de esperanza”, estamos llamados a redescubrir la fuerza transformadora de la fe y la esperanza. Es posible transformar un mundo donde las mujeres vivan con dignidad y el trabajo sea una fuente de
    vida plena. Sigamos luchando por un trabajo decente para todas y todos, y por una sociedad en la que nadie sea invisible.

Uno de cada cinco hogares sustentado por mujeres sufre exclusión social

El nivel de exclusión social es mayor entre aquellas familias cuya sustentadora principal es una mujer. El 21,4% de esos hogares están en situación de exclusión, mientras que, en el caso de los hombres, la exclusión es del 16%. Así lo refleja la sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales realizada el verano pasado para el IX Informe FOESSA, que será presentado a finales de este año.

Aunque en los últimos años, se ha registrado una mejoría más rápida en los hogares encabezados por mujeres, la situación está lejos todavía de la igualdad. Esta brecha de género persistente mueve a Cáritas a visibilizar y denunciar, con motivo del Día Internacional de la Mujer, las múltiples desigualdades que sufren las mujeres que acompaña.

“La falta de acceso a recursos, la precariedad laboral, la brecha salarial y la carga desproporcionada de los cuidados (muchas madres solas con menores a cargo) son factores que las condenan a una vida de inestabilidad. No podemos hablar de justicia social sin abordar estas desigualdades y sin exigir políticas que promuevan la equidad y la inclusión”, señala Leticia Escutia, responsable del programa de Mujer de Cáritas Española.

La desigualdad económica impacta de manera diferencial en las mujeres, perpetuando su situación de vulnerabilidad. La brecha salarial de género alcanza un 19,6%, lo que equivale a que las mujeres cobren de media 5.212,74 euros menos al año que los hombres. Esto se debe a factores como la carga de los cuidados, la segregación horizontal en sectores feminizados con baja remuneración y la segregación vertical que limita el acceso a puestos de dirección.

Además, la tasa de desempleo femenina (12,54%) sigue siendo superior a la masculina (10,02%). En este contexto, el 65% de las personas atendidas en programas de empleo de Cáritas han sido mujeres (36.128), principalmente mayores de 45 años con estudios básicos y un creciente número de migrantes.

A esto se suma el hecho de que un gran número de mujeres se vean abocada a trabajar en la economía sumergida. Así, muchas empleadas del hogar (en su mayoría internas), jornaleras, cuidadoras y limpiadoras trabajan sin contratos ni protección social, enfrentando jornadas extensas, salarios bajos y despidos arbitrarios. La situación es aún más grave para las mujeres migrantes, muchas de ellas, además, en situación administrativa irregular.

“Ante esta realidad, Cáritas reivindica el acceso al mercado laboral en igualdad de condiciones, con trabajos dignos y sin discriminación de género. Se exige la formalización del empleo en sectores precarizados como el doméstico, agrícola y de servicios, así como la eliminación de barreras administrativas para las mujeres migrantes, garantizando permisos de residencia y trabajo justos. También se demanda el reconocimiento social y mejores condiciones laborales para trabajos esenciales desempeñados mayoritariamente por mujeres”, asegura Leticia Escutia.

El acompañamiento a las mujeres en situación de vulnerabilidad y/o exclusión social, una prioridad para Cáritas

Ante la celebración el 8 de marzo del Día de la Mujer, Cáritas Diocesana de Huelva lleva años trabajando  de manera transversal dentro de todas sus áreas el tema de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, así como poniendo el énfasis en la detección de situaciones de especial vulnerabilidad  que pueden sufrir las mujeres. Además desde Cáritas se pone el foco en el agravamiento de la situación de vulnerabilidad de las mujeres que sufren algún tipo de violencia por ser mujer. Estas situaciones son acompañadas a través del proyecto  AMMAR y los talleres de intervención y educación familiar que se organizan desde el Área de Familia.

Hay que tener en cuenta que la población de mujeres que Cáritas Diocesana de Huelva atiende está constituida por mujeres que viven distintas situaciones de pobreza, exclusión, marginación y violencia. Son mujeres tanto españolas como migrantes, víctimas de discriminaciones importantes y múltiples, que muchas veces tienen imposibilidad de acceder a sus derechos más básicos (educación, vivienda y empleo). Además, la figura principal que acude a los espacios de acogida son fundamentalmente mujeres, ya que son las que habitualmente encabezan sus familias. Por otro lado hay un porcentaje muy alto de familias monoparentales con hogares encabezados por mujeres. Son ellas las que en la mayor parte de los casos asumen la responsabilidad de tirar hacia delante con sus familias porque muchas veces sus parejas no desempeñan un papel importante en el entorno familiar.

En muchas ocasiones hay conductas y sucesos en sus vidas que inciden muy negativamente en la salud integral de estas mujeres: distintos tipos de dependencia, ser víctima de explotación sexual o estás en contexto de prostitución, vivir o haber vivido malos tratos físicos y psicológicos, no tener pautas claras de cuidados de la propia salud… Por ello es importante dar una respuesta para fortalecer su salud integral. En este sentido, Cáritas Diocesana de Huelva desempeña acciones concretas para paliar esta problemática. Dentro del proyecto AMMAR para  promover la igualdad de género y favorecer la integración social y el desarrollo personal de las mujeres, se desarrollan talleres orientados a mejorar su promoción. Además de esta actividad, se visita a las mujeres en situación de sinhogarismo para conocer su realidad en primera persona y crear un vínculo que impulse el trabajo con la mujer. También, según la problemática de la mujer, se comienza a trabajar un proceso personal con la mujer donde ella es la protagonista de su propio cambio donde es acompañada en todo momento.

Otra de las acciones realizada desde el Área de Familia en las parroquias de Huelva ciudad cabe destacar el trabajo de intervención y educación familiar que se realiza en varias parroquias desde hace más de seis años. Se trata de una acción que se va consolidando en algunas parroquias de la periferia de Huelva  como son la de San Fco de Asís, la de Sagrada Familia, Ntra Sra del Carmen y Ntra Sra de los Dolores, que siguen apostando por tratar de ofrecer una respuesta integral a las problemáticas y necesidades detectadas en las familias atendidas. En ellos participan mujeres con graves dificultades socioeconómicas, a las que se acompaña durante varios meses con el fin de promover su desarrollo y crecimiento personal, detectando y trabajando sus carencias y reforzando sus capacidades o potencialidades de manera que se conviertan en protagonistas de su proceso de cambio, y se involucren más en la resolución de sus problemas.

Principales víctimas de las crisis humanitarias

A nivel mundial, las mujeres y niñas siguen siendo las principales víctimas de crisis humanitarias, conflictos armados y desastres naturales. En 2023, el número de mujeres asesinadas en conflictos armados se duplicó, representando el 40% de las víctimas mortales. Además, la violencia sexual en contextos de guerra aumentó un 50%, convirtiendo los cuerpos de las mujeres en otro campo de batalla. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el 62% de las mujeres en movilidad han manifestado sentirse inseguras durante su desplazamiento, y una de cada tres no se siente segura en su destino.

“A pesar de las dificultades, muchas mujeres han logrado salir adelante, demostrando una enorme fortaleza, resiliencia y capacidad de superación. Han enfrentado violencia, discriminación y barreras sistémicas, pero con el apoyo adecuado y el acceso a oportunidades, han conseguido transformar sus realidades y construir un futuro digno para ellas y sus familias. Es imprescindible seguir apostando por iniciativas que fomenten la equidad, la autonomía económica y la formación en igualdad de oportunidades”, indica la responsable del programa de Mujer de Cáritas Española.

Cáritas reivindica la necesidad de un compromiso firme con la igualdad entre mujeres y hombres. En pleno siglo XXI, la desigualdad de género sigue siendo una de las mayores barreras para el desarrollo humano y la justicia social. Promover una sociedad equitativa, donde todas las mujeres puedan vivir con dignidad y derechos plenos, es una tarea urgente y necesaria.