Un voluntariado que acoge y promociona en la Casa de Santa María

Cáritas es conocida por ser una organización en la que el voluntariado es el motor esencial de su acción. Según los datos de la última Memoria, en Cáritas Diocesana de Huelva participan actualmente 800 personas voluntarias que ofrecen desinteresadamente su tiempo libre, su conocimiento y su buen hacer para hacerse presentes junto a las personas que viven la injusticia de la pobreza.

En la Casa de Acogida Santa María de Cáritas Diocesana de Huelva, participan actualmente 19 personas voluntarias. Esta casa es un recurso residencial de carácter temporal que acoge a personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad o exclusión social y desean plantearse unos objetivos vitales acordes con una vida normalizada y autónoma. Esta casa proporciona alojamiento y manutención, cubriendo las necesidades básicas de las personas acogidas. Además, favorece la integración social de la persona acogida y su autonomía personal, y favorece acciones que ayudan a la sensibilización social y promoción de las personas que sufren la marginalidad a fin de crear una visión más integradora y humana.

En este recurso, las personas voluntarias son mayores de edad y tienen un alto grado de madurez, característica que garantiza el compromiso constante y el respeto hacia las personas que viven en la casa. Además, son personas positivas, que saben escuchar y trabajar en equipo, que quieren compartir y crecer junto a otras personas, que promueven la empatía, y que, en definitiva, transmiten con sus acciones y palabras, aquellos valores e ideales que persigue con su trabajo voluntario.

Estas personas se encargan de distintas funciones como el acompañamiento en la convivencia durante la noche,  clases de apoyo en “Lectura comprensiva” y apoyo escolar, acompañamiento a la compra, acompañamiento en la cocina y acciones de ocio y tiempo libre. Esta última, por ejemplo, supone integrar a personas que están acogidas en la casa, en actividades de ocio y tiempo libre.

Si estás interesado en este tipo de voluntariado en Cáritas no dudes en contactar con nosotros en el correo comunicacion@caritashuelva.org o en el teléfono 959522426.

Un voluntariado comprometido

Cáritas, 20 de enero 2020. Minutos antes de las 21:30h, ya hay personas que esperan en medio de la noche para entrar en ese lugar que muchos llaman «Refugio de San Sebastián». En las puertas, entre ellos hablan, y comentan que aquí tendrán un lugar dónde poder dormir tranquilos y sin frío, un lugar, que les ofrecerá aquello que no tienen: un sitio al que llamar hogar.

A estas personas que carecen de un sitio al que llamar hogar, desde el día 2 de enero, cuentan con un sitio donde refugiarse del frío, donde encontrar el calor que la fría calle no les da, donde tener comida caliente y también, donde encontrar compañía, un abrazo cálido y alguien con quien poder hablar. Este proyecto, impulsado por la Diócesis de Huelva, está sirviendo para dar cobijo a las personas sin hogar durante las frías noches de invierno –hasta el 21 de marzo-, contemplando además servicio de cena y desayuno. Este refugio cuenta con 20 plazas, y es un recurso en el que se ofrece ayuda básicamente asistencial, en concreto, alojamiento nocturno, cena y desayuno.

Esto, no sería posible sin los voluntarios y voluntarias que prestan su tiempo para ayudar a hacer de esta labor una realidad. Lidia, Pepa, Kiko, Conchi, Rocío, son algunos de los nombres de las personas voluntarias que ayudan con su tiempo a estas personas. Ellos, les brindan una cena caliente, una escucha activa, una charla y un cálido abrazo.

-Yo he traído ensaladilla- dice una voluntaria.

-¡Pues yo he traído un caldo bien caliente!- comenta otro voluntario.

Cada uno aporta su grano de arena para hacer una montaña fuerte, para ofrecer, en definitiva, el calor más importante, el humano. Por otro lado, además de proporcionar abrigo durante las horas nocturnas, el Refugio de San Sebastián nace con el objetivo de favorecer la generación de vínculos y convertirse en un espacio desde el que empezar un proceso de recuperación personal y de reducción de daños, previniendo un mayor deterioro.

Desde aquí queremos agradecer a todas las personas voluntarias que se han sumado al proyecto. Gracias por regalar vuestro tiempo a aquellos que más lo necesitan. Gracias, de corazón, porque sin vosotros no se podrían hacer realidad estos proyectos que a tantas personas ayudan a seguir adelante.

Día y noche: una atención integral a las personas sin hogar

Son más de 300 las personas que según el último censo realizado por Cáritas Diocesana de Huelva, viven en las calles de la capital. En estos días que nos cuesta salir a la calle, es cuando apreciamos más que nunca el calor de un hogar, la sábana en el sofá, el edredón en la cama, el café caliente por las mañanas y la tostada recién salida del horno. Muchas personas en nuestra capital no cuentan con estos servicios que para muchos de nosotros se convierten en algo común.

Por su realidad de exclusión e invisibilidad social, uno de los colectivos prioritarios de Cáritas Diocesana de Huelva son las personas en situación de sin hogar. Y es que, el término  ‘sin hogar’ engloba algo más allá que carecer de un techo. Cáritas aborda esta realidad desde hace más de dos décadas y vemos, cada vez más, que esta situación, lamentablemente, sigue aumentando.

Por ello, desde las 09:30 de la mañana, técnicos y voluntarios del centro de día Puertas Abiertas atienden esta realidad. Este proyecto empezó siendo puramente de reducción de daños ha ido poco a poco creciendo hacia un recurso que busca una intervención integral con la persona. En este centro, las personas se pueden tomar un café caliente con una tostad, pueden leer la prensa, lavar su ropa y ducharse. A demás, los técnicos pertenecientes al proyecto escuchan, gestionan y asesoran a cada persona según su situación personal para intervenir de manera integral con la persona.

Por la tarde vuelven a abrir, de lunes a viernes, para ofrecer sus servicios. Según técnicos del proyecto “cada vez van viniendo más personas que poco a poco se van enterando de lo que ofrecemos”. Así pues, a partir de las 16:30 y hasta las 19:30, muchas personas se acercan al Centro para resguardarse del frío y tomar algo caliente.  Además, de lunes a miércoles se realiza el Taller de Artesanos, que nace como respuesta a las necesidades de las personas que se encuentran en situación de exclusión social. Llevan a cabo una actividad manual utilizando material reciclado para la realización de artículos de artesanía. Los artículos son realizados por los usuarios junto con un grupo de voluntarios que dirigen la actividad. Josema Gómez, responsable del Centro de Puertas Abiertas, explica que “el Taller de Artesanos es importante porque conseguimos que los usuarios vuelvan a adquirir una serie de habilidades que por su situación han dejado de tener”.

Por último, el pasado día 2 de enero, la Diócesis de Huelva puso en marcha un nuevo recurso para las personas sin hogar en la capital. Se trata del ‘Refugio de San Sebastián’, que está sirviendo para dar cobijo a este colectivo vulnerable durante las frías noches de invierno –hasta el 21 de marzo-, contemplando además servicio de cena y desayuno. Este refugio cuenta con 20 plazas, y es un recurso en el que se ofrece ayuda básicamente asistencial, en concreto, alojamiento nocturno, cena y desayuno. Además de proporcionar abrigo durante las horas nocturnas, nace con el objetivo de favorecer la generación de vínculos y convertirse en un espacio desde el que empezar un proceso de recuperación personal y de reducción de daños, previniendo un mayor deterioro.

Cáritas, al lado de nuestros mayores

Cáritas, 10 de enero 2020. A veces, en nuestro día a día, nos dejamos llevar por aspectos superficiales de nuestra vida, olvidándonos, del valor que tiene la experiencia o el sentido colectivo de nuestra sociedad. Las personas mayores son el pegamento entre nuestro pasado y nuestro presente, y su conocimiento debe ser contado y compartido. Por ello, se merecen toda nuestra atención, escucha y amor.

Desde el Programa de Familia de Cáritas Diocesana se está impulsando el trabajo con las personas mayores, especialmente con aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, soledad o que presentan deficiencias en lo que se refiere a una atención plena e integral, con el objetivo de apoyarlas y acompañarlas a ellas y sus familiares en su día a día,  tratando de empoderarlas, evitar su aislamiento y favorecer su participación en la vida de la comunidad

Este trabajo se viene desarrollando desde hace varios años en la zona de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde se dan numerosos condicionantes específicos derivados del hábitat y de la insuficiencia de servicios y recursos en los pueblos  que suponen un desequilibrio en cuanto a derechos y oportunidades y, por tanto, un riesgo para las personas mayores que viven en estos pueblos.

La pirámide poblacional de la Sierra presenta una pronunciada curva de envejecimiento, no siendo ajena al fenómeno que se reproduce en la mayoría de países desarrollados. Además, hay que destacar otro aspecto importante que se produce simultáneamente en la población,  que es el aumento de la esperanza de vida. Pese a que cada vez más se llega a la vejez con unas mejores expectativas de vida, también es verdad que el alargamiento de la misma propicia la aparición de enfermedades y discapacidades que merman las habilidades funcionales del anciano. La discapacidad tiene como consecuencia una pérdida de autonomía funcional que afecta al desenvolvimiento del anciano para llevar a cabo las actividades de la vida cotidiana.

Sin embargo, uno de los dramas más grandes que vive la población mayor en esta zona es precisamente la  falta  de  relaciones  humanas, la soledad y el aislamiento. Los voluntarios de Cáritas han ofrecido durante muchos años, y siguen ofreciendo, acompañamiento y apoyo emocional a las personas mayores en casos de soledad o abandono. Ofrecen su tiempo, generosidad, experiencias y conocimientos, a las personas mayores más vulnerables de esta zona. La presencia del voluntariado posibilita la creación de una red social generadora de factores de protección para estas personas y de fortalecimiento para las familias.

El proyecto, por tanto, pretende contribuir al  bienestar cotidiano de las personas mayores de la zona de la Sierra de manera que puedan mejorar los hábitos de vida saludable, físicos y mentales, al objeto de incrementar su autonomía personal y calidad de vida así como a mejorar su red de apoyo social, evitando su soledad y aislamiento.

Para lograrlo se llevan a cabo actividades relacionadas con el apoyo y cuidado personal a las personas mayores a través de una intervención profesional en el ámbito sanitario, mental y social del mayor en situación de aislamiento y con dificultades físico-psicológicas en las tareas básicas de la vida diaria; se ofrece apoyo también en la gestión de servicios, prestaciones para dar cobertura a las necesidades básicas detectadas, derivación a las instituciones o recursos pertinentes de los casos en situación de abandono; talleres de estimulación cognitiva para mejorar  el funcionamiento cognitivo y ralentizar el proceso de deterioro, evitar la desconexión del entorno, aumentar la autoestima y autonomía personal y actividades de ocio y convivencias para favorecer las relaciones sociales, la comunicación y convivencia con otras personas. Además se desarrollan acciones formativas y de acompañamiento para personal de ayuda a domicilio, familias y voluntarios.