Cáritas responde a la llamada de emergencia de Cáritas Jerusalén para llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza

Cáritas Española ha respondido a la llamada de emergencia de Cáritas Jerusalén para llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Esa solicitud de apoyo fue activada el pasado 4 de enero a través de Caritas Internationalis para asistir a la población de esta zona, y poder acompañar también a familias de Cisjordania afectadas por el agravamiento de su situación económica y social como consecuencia del conflicto.

Para ello, Cáritas Española realizará un primer envío de 250.000 euros. Su objetivo es prestar asistencia médica primaria y ofrecer apoyo económico a través de la entrega de dinero en efectivo a las familias atrapadas en la Franja de Gaza. Además, ha abierto la campaña de emergencia “Cáritas con Tierra Santa” para canalizar la solidaridad de los donantes.

“Cáritas Jerusalén ha requerido ahora el apoyo de la red de Cáritas nacionales y en concreto de Cáritas Española porque sus equipos se encuentran más seguros, la logística de las operaciones está más afianzada y, en consecuencia, se dispone de mayor capacidad para llevar a cabo una asistencia a mayor escala”, explica Pablo Reyero, coordinador de Oriente Medio en el área de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

Gran llamada de emergencia

El llamamiento de emergencia solicitado por Cáritas Jerusalén y activado por Caritas Internationalis tiene un presupuesto total de 2,95 millones de euros. El plazo de ejecución será de un año y el número estimado de beneficiarios directos alcanzará las 23.275 personas y 35.720 beneficiarios indirectos.

“Los equipos en Gaza darán atención en salud primaria, apoyo psicosocial y salud mental, y coordinarán la entrega de efectivo a las familias más vulnerables para la cobertura de necesidades básicas. Paralelamente se trabajará para rehabilitar el centro médico de Cáritas en la ciudad de Gaza, hoy muy dañado por los bombardeos, y ponerlo en funcionamiento lo antes posible. En Cisjordania el apoyo será en forma de transferencias de efectivo para que las familias más vulnerables puedan cubrir sus gastos en alimentación, sus alquileres o adquirir otros artículos de primera necesidad”, explica Pablo Reyero.

Según el último informe de situación facilitado por Caritas Internationalis, las muertes de civiles siguen aumentando a diario y la falta de acceso a alimentos, agua potable y tratamiento médico está poniendo a la población civil en una situación de riesgo aún mayor. Además, el 85% de la población ha sido expulsada de sus hogares, más del 60% de las viviendas han quedado destruidas o dañadas y las escuelas se han visto obligadas a cerrar.

“Somos conscientes que, por desgracia, la crisis humanitaria no desaparecerá en el corto plazo, por lo que seguiremos apoyando mientras podamos, en la medida en que la Confederación nos lo indique y mientras Cáritas Jerusalén nos lo solicite”, explica Pablo Reyero.

Aumento de la exclusión en Cisjordania

La crisis también tiene un gran impacto en la población de Cisjordania, que depende en gran medida del turismo y la peregrinación. Las tiendas de recuerdos, los hoteles, los guías turísticos y todos los que trabajan en el sector de la hostelería llevan más de tres meses sin ingresos. De hecho, en algunas ciudades el 70% de los residentes dependen de este sector y miles han sido despedidos de sus empleos.

Además, los jornaleros y trabajadores de Cisjordania que se ocupaban en Israel ya no pueden cruzar los puestos de control, por lo que han perdido sus permisos de trabajo y sus fuentes de ingresos también se han visto reducidas. Cáritas Jerusalén estima que unas 170.000 personas se encuentran en esa situación. Esta realidad ha creado una grave y preocupante crisis económica.

Un llamamiento al alto el fuego

Ante el enorme sufrimiento vivido en estos más de 100 días de contienda, Cáritas insta una vez más al alto el fuego, sumándose al constante llamamiento de paz del Papa Francisco y de Caritas Internationalis.

Cáritas Española colabora con Cáritas Jerusalén desde hace más de dos décadas. Este trabajo conjunto busca mitigar el sufrimiento en Tierra Santa y dar respuesta a las personas en situación de vulnerabilidad. Las actuaciones de cooperación fraterna se dan en el marco de la confederación internacional de Cáritas. A través de esta colaboración, se han desarrollado programas de atención a la salud, asistencia psicosocial, seguridad alimentaria y promoción de medios de vida.

Ecuador en una espiral de violencia

La crisis económica, política, social que atraviesa el Ecuador y que ha sido profundizada por la pandemia, puso en evidencia la agudización de la pobreza e inequidades existentes en el país.

Es importante mencionar que estas causas han generado un repunte de la delincuencia y la violencia que se han visto fortalecidas por la corrupción y la penetración del narcotráfico en los estamentos públicos y privados. Esta situación ha provocado el deterioro de oportunidades para acceder a trabajos dignos, percepción social de inseguridad y que en muchos casos las familias abandonen sus hogares para buscar nuevas oportunidades de vida.

En este sentido la Pastoral Social Cáritas Ecuador, sensible a la situación de la población ecuatoriana y principalmente de quienes padecen este sufrimiento que son los más pobres y, especialmente los niños, niñas y adolescentes y personas en situación de vulnerabilidad, ha estado priorizando acciones para intervenir en procesos de desarrollo humano integral y solidario que permitan construir la paz en la sociedad ecuatoriana y por supuesto el cuidado de la creación.

Sin embargo eso no ha evitado que estemos al margen de hechos violentos, pues desde hace tiempo ya se han suscitado situaciones como secuestros en albergues para migrantes, amedrentamiento de equipos durante eventos, bombas en las entradas de los albergues, emprendimientos extorsionados, viviendas deshabitadas por temor, prohibición de ingresar a los Centro de Privación de Libertad, violación de acuerdos establecidos en las cárceles para la liberación de rehenes e incluso amenazas de muerte a líderes de las comunidades y líderes religiosos que defienden la Casa Común.

Algunas experiencias en Cáritas locales están orientadas al trabajo con víctimas de la violencia, la comunidad y quienes ejercen esa violencia. Y se espera avanzar en temas como la protección y atención económica y psicosocial a las víctimas, formación en intervención en crisis, prevención de la trata con fines de reclutamiento y sexual, así como en espiritualidad y oportunidades para los grupos más vulnerable sin embargo es urgente encontrar ayuda, porque para hacer el bien no se trata solo de querer hacerlo, hay que saber hacerlo y necesitamos que alguien nos ayude a encontrar ese camino  generando protocolos de respuesta, ya que está situación limita todo el trabajo en las comunidades, los encuentros presenciales e incluso las propuestas de proyectos para presentar a la cooperación.