Cáritas Diocesana de Huelva apuesta porque el trabajo decente sea una realidad

El 7 de octubre, las organizaciones que integran la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebran y reivindican el trabajo como derecho y medio para desarrollarnos, crear y realizarnos como personas en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Desde Cáritas Huelva trabajamos día a día para capacitar a las personas con una formación que les empuje a conseguir un trabajo remunerado y digno. El objetivo que persigue el Área de Empleo, junto con las acciones de formación que en esta área se llevan a cabo, consiste en trabajar unas estrategias para aumentar el grado de empleabilidad de las personas destinatarias, así como incidir en el desarrollo de habilidades y destrezas personales y profesionales en la búsqueda de empleo y llevar a cabo acciones formativas que potencien la inserción laboral de los mismos. De hecho, desde aquí resaltamos la labor que el Fondo Social Europeo hace ya que financia las actividades que se llevan a cabo desde el proyecto de orientación laboral y mediación laboral.

Uno de los aspectos más importantes dentro de la orientación y la mediación laboral para conseguir que el trabajo decente sea una realidad “es la de informar a las personas que vienen buscando trabajo y también a aquellas empresas y empleadores que ofrecen el trabajo lo que son los convenios reguladores en materia de trabajo y dejar muy claro que siempre trabajamos con esas condiciones”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del Área de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva.

Desde Cáritas sabemos que el empleo favorece a diferentes aspectos de tu vida, como por ejemplo ayuda a establecer unos horarios, a sentirte útil, a darte valor, a favorecer tu economía, a aspirar en tu profesión, a crear equipo,  a socializarte… “Una de las cosas más importante que te aporta el empleo es el crecimiento personal, porque normalmente la gente viene con un empleo precario o con mucho tiempo en desempleo, y eso hace que no crean en ellos mismos y en sus capacidades”, cuenta Gallardo.

“En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”. (Fratelli Tutti 162) Como movimientos de Iglesia trabajamos en equipo con el fin de visibilizar el derecho del trabajo decente; que sea una realidad real en la vida de las personas y respete nuestra casa común. Desde este espacio, animamos a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión.

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