Por una alimentación digna, saludable, autónoma e inclusiva

Cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo. Este año se hace un llamamiento mundial a la solidaridad para conseguir que los alimentos saludables lleguen a todos los rincones del planeta, especialmente a los lugares más desfavorecidos y que han resultado más dañados por la crisis del COVID-19.

Cáritas Diocesana de Huelva, en su trabajo diario con las personas más vulnerables, apuesta por una ayuda de alimentación que no deje atrás la dignidad, la autonomía de las familias y su inclusión con la sociedad. Nuestro trabajo, en este sentido, implica acompañar a la persona desde una perspectiva humanista, integradora y comunitaria, con una orientación que profundice en las causas y, desde aquí, seamos capaces de proponer alternativas. No medimos nuestro trabajo en kilos repartidos, sino en la calidad de la atención de las personas acompañadas y en los procesos transformadores generados hacia la justicia social.

Por ello, desde los servicios de Cáritas y en concreto a través del Programa de Familia, las respuestas a las necesidades de alimentación de las personas y familias se intenta realizar teniendo en cuenta el derecho de las personas a una alimentación saludable y en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía, a través de acciones que no estigmaticen a las personas generando más desigualdad. Por este motivo, la gestión de las ayudas económicas va encaminada hacia la dignidad, la autonomía y la salud integral de las personas y se ofrece “en forma de tarjetas monedero, vales para comprar en supermercados concretos o ayudas económicas, de manera que las personas puedan utilizar la red normalizada de comercio y puedan decidir qué desean comer, adaptar su menú a sus necesidades particulares de salud, a sus gustos, a sus costumbres culturales, para que así tengan una alimentación mucho más variada”, cuenta Marifé Aceituno, responsable del Programa de Familia de Cáritas Diocesana de Huelva.

De manera complementaria, también se realizan talleres y sesiones formativas con las familias para hacer un buen uso de esas ayudas. Por ejemplo se llevan a cabo talleres de organización y economía doméstica en los que se tratan temas como la nutrición y la alimentación, aprender a hacer una compra responsable y saludable, aprovechamiento de las comidas, conservación, lista de la compra, elaboración de menús saludables… de manera que las familias puedan adquirir hábitos saludables en cuanto a la forma de alimentarse.

Con este tipo de formaciones las familias tienen la posibilidad de hacer un uso justo y responsable de las ayudas que se les prestan, a la misma vez que tienen libertad y autonomía para ejercer su derecho a tener una alimentación saludable.

En nuestra provincia, ejemplo de este tipo de trabajo es la Cáritas Parroquial de Cristo Sacerdote ya que quieren seguir apoyando y acompañando a las familias del barrio con dificultades para cubrir sus necesidades más básicas y para ello “necesitamos de la solidaridad y el compromiso de los vecinos del barrio”. En lugar de realizar una campaña de recogida de alimentos, “ofrecemos a la comunidad vecinal un cauce concreto para realizar una acción solidaria. Es una invitación a dejarse afectar por la situación de los vecinos del barrio que lo están pasando mal, participando e implicándose en este proyecto. Nuestras pequeñas acciones, por muy insignificantes que sean pueden servir para construir un mundo más justo y fraterno”.

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