Cáritas. 29 de abril de 2020. – A raíz de la declaración del estado de alarma con motivo del Covid-19 y el consecuente confinamiento de la población, muchas han sido las repercusiones sociales, familiares, económicas y laborales que han afectado a una gran parte de la población de Huelva. Por ello, siguiendo con su modelo de trabajo de atención a los más vulnerables y excluidos, desde el primer momento Cáritas ha tratado de volcarse con todas las personas que sufren a causa de esta pandemia para procurar aliviarles la situación que tanto el confinamiento como la pérdida o dificultad de trabajar, les ha generado. Así, las atenciones se han incrementado notablemente tanto en Cáritas Diocesana como en todas las Cáritas Parroquiales de la provincia, acudiendo a nuestra entidad multitud de personas que llaman en busca de ayuda y de orientación hacia otros recursos.
Para tratar de dar respuestas a las numerosas situaciones a las que nos enfrentamos, Cáritas Diocesana inició la campaña Cada gesto cuenta para obtener donativos teniendo en cuenta que no sólo el incremento de necesidades es mucho más elevado que en épocas atrás, sino que a ello se une el hecho de que las parroquias, al estar cerradas, no tienen posibilidades de obtener colectas para atender las necesidades que se les plantean por los vecinos de sus barrios o pueblos.
Por ello, queremos agradecer el compromiso con los más desfavorecidos de toda la provincia de Huelva y de toda la sociedad onubense, pues han sido numerosas las personas, entidades, pastorales de la Iglesia diocesana, sacerdotes, religiosas, Hermandades, empresas, asociaciones agrarias o de hostelería, colegios, grupos políticos, profesionales liberales y medios de comunicación que se han volcado en ayudar no sólo con sus donativos económicos, sino con materiales sanitarios para atender a los colectivos vulnerables que atiende Cáritas, así como alimentos y artículos de primera necesidad. Igualmente, queremos destacar y agradecer el gran apoyo que Cáritas está recibiendo y las numerosas llamadas que se reciben a diario para ofrecerse y entregarse al servicio de los más necesitados.
No podemos olvidarnos de la cooperación entre entidades y con las distintas administraciones que estamos teniendo. La generosidad y el sentido de corresponsabilidad y fraternidad que está demostrando toda la sociedad onubense son las que harán posibles que, entre todos, se alumbren respuestas a los que más van a sufrir los efectos de esta crisis de tal modo que podamos vivir estos tiempos siendo sembradores de esperanza.
Por último, Cáritas quiere destacar la importancia del voluntariado que es la esencia de esta entidad, muchos de los cuales son personas mayores o se encuentran dentro de los riesgos de vulnerabilidad de contagio de esta enfermedad, pero que siguen prestando su servicio y su generosa entrega desde sus casas o desde las parroquias acompañando a las familias y colectivos más necesitados. Tampoco queremos olvidarnos de nuestros trabajadores y trabajadoras que no han parado de acompañar la realidad de aquellos que, ahora más que nunca, más nos necesitan.
A su vez, queremos informar de cómo se está trabajando específicamente desde las distintas áreas de Cáritas Diocesana de Huelva:
Cómo se trabaja con las familias
Desde que se declaró el Estado de Alarma a causa de la amenaza que para la salud de la población española supone la aparición del COVID-19, desde Cáritas hemos visto incrementada, de un modo meteórico y muy significativo, la demanda de familias que, debido al cese de la actividad laboral unido al confinamiento, se encuentran en una situación de mayor precariedad, vulnerabilidad e incertidumbre con respecto a la capacidad para solventar sus dificultades en los meses venideros. Las atenciones que Cáritas está realizando tanto en Huelva como en las parroquias de la ciudad y los pueblos se han triplicado con respecto a las atenciones que se hacían antes de la crisis del Covid-19.
A través de las Cáritas Parroquiales se está atendiendo a las familias que atraviesan un momento difícil. Lo que principalmente se da son ayudas para cobertura de necesidades básicas, suministro, alquiler, farmacia, luz y agua. Además, se está facilitando que ellos mismos puedan ir a comprar alimentos con una ayuda económica.
Antes de que comenzara esta crisis, ya muchas de las familias onubenses atravesaban una situación precaria, ahora esto empeora porque tienen más dificultades de acceso a un empleo ya que muchas de estas familias se han visto afectadas por despidos o ERTES que hacen que el sustento principal económico que entraba en el hogar desaparezca. Esto hace que se cree un nuevo perfil de personas que por primera vez acuden a Cáritas relacionado con estos nuevos despidos y ERTES. Por otra parte, las Cáritas Parroquiales de Huelva Ciudad están activas, atendiendo las necesidades nuevas que van surgiendo a través del teléfono.
Desde todas las Cáritas Parroquiales de la provincia onubense
Esta crisis sanitaria, derivada en otra socioeconómica sin precedentes, exige respuestas rápidas, personalizadas y coordinadas con la administración pública, elemento clave en este escenario. De este modo, las Cáritas Parroquiales de la provincia han dado un paso adelante, respaldadas en muchos casos por donaciones desinteresadas de vecinos, hermandades y otras organizaciones de diversa índole, y con creatividad y gran disposición han articulado modos para poder ayudar a esas familias desfavorecidas en estos momentos tan complejos.
Las actuaciones han sido muy variadas, que podríamos englobar en dos bloques principales:
- Apoyo en cobertura de necesidades básicas: se interviene en coordinación con las entidades locales competentes (ayuntamientos y/o Diputación Provincial) en la detección de familias, organización de recursos, reparto de los mismos y seguimiento de los casos, todo ello sin descuidar el estado de confinamiento ni la seguridad del voluntariado y destinatarios. Otras acciones destacables han sido la elaboración de mascarillas para personal sanitario y residencias de mayores y la creación de grupos en redes sociales para la detección de casos y generar respuestas ante ellos.
- Apoyo emocional y acompañamiento: el voluntariado está en constante contacto con las personas destinatarias, no solamente para proporcionar recursos, sino para escucharlas, consolarlas y acompañarlas en este duro trance. El teléfono e Internet se han convertido en herramientas cruciales para ofrecer cariño y esperanza.
Las Cáritas Parroquiales movidas por la dedicación y el entusiasmo están dando respuesta a estar realidad desde sus propios recursos así como en coordinación con las distintas entidades locales. Siguen vivas, activas y acompañando el sufrimiento ajeno, demostrando una vez más que #LaCaridadNoCierra.
Desde el Empleo
Desde el área de Empleo se continua realizando la intermediación laboral, en la cual, contactan con empresas y las ponen en contacto con personas dispuestas a trabajar. Trabajamos fundamentalmente con personas que nos vienen derivadas de parroquias, promocionando la proyección y el fomento de la persona en su conjunto. En estos últimos días hemos recibido cientos de llamadas, que atendemos y escuchamos. Estamos para eso, para estar cerca aunque sea a través del teléfono.
Desde que comenzó la crisis, desde el área de Empleo hemos conseguido cubrir más de 200 ofertas de trabajo principalmente en el sector agrícola. Hemos trabajado con personas que viven en los asentamientos chabolistas, dotándoles de trabajo digno y vivienda, también con personas sin hogar, consiguiendo, de igual manera, vivienda y empleo. Además hemos atendido a familias en situación de desempleo dándoles la oportunidad de encontrar otro trabajo para que no pierdan sus ingresos.
Por otra parte, se están tramitando ofertas para personas cuidadoras ya que en estos momentos hay muchas personas mayores a las que sus familias no pueden estar cuidando sea en el hospital o en sus casas.
Son muchas las personas que se ven en una situación de dificultad y tienen que buscar trabajo para salir adelante. Desde Cáritas, entendemos la difícil situación que están viviendo muchas personas, la desesperación que están sintiendo, y la rabia que sienten ya que muchas de ellas nos comunican la desidia de llamar a un teléfono y que detrás del cable no haya nadie para atenderte.
Desde el Área de Exclusión
Se han mantenido todos los proyectos y se siguen atendiendo a los mismos colectivos que antes de la pandemia; para ello hemos tenido que hacer un esfuerzo importante a la hora de tomar medidas de prevención, tanto para las personas que trabajamos en el día a día como para las personas a las que atendemos.
Para muchas de las personas que atendemos verdaderamente somos el único soporte vital con el que cuentan, ya que en muchos casos carecen de esa red social y familiar de apoyo tan importante en momentos de crisis.
El colectivo de atención habitual que se atiende desde el área son las personas sin hogar; en esta realidad de pandemia que vivimos actualmente y en la que el confinamiento es una obligación, nos encontramos con muchas personas incapaces de cumplirlo, simplemente porque carecen del espacio físico en el que pasarlo o porque ese espacio no reúne las mínimas condiciones de habitabilidad, o de acceso a agua o luz. Si ya antes trabajamos con personas en exclusión social o en una situación de vulnerabilidad elevada, los últimos acontecimientos han agravado esta realidad aún más.
El cierre o la reducción de servicios que atendían estas realidades unido a la imposibilidad de acceder a los recursos económicos de supervivencia con los que estas personas iban sobreviviendo han hecho que muchas de ellas hayan visto agravada su situación.
Se han mantenido los servicios fundamentales en el centro de día de Puertas Abiertas, la única particularidad ha sido reducir el aforo manteniendo de esta forma la distancia social y extremar la higiene y desinfección de las instalaciones. Se siguen ofreciendo los servicios de desayuno, duchas y aseo, lavandería, taquillas y prensa. El número de personas atendidas diariamente oscila entre las 40 y 50.
Especial repercusión ha tenido el confinamiento en todas aquellas personas inmigrantes que malviven en los asentamientos chabolistas de la provincia; no podemos olvidar que en torno a unas 2500 personas están pasando estos días de confinamiento en chabolas construidas con cartón y plástico, sin acceso a los derechos humanos y a las necesidades vitales más elementales. Es muy complicado para estas personas poder seguir las medidas de higiene que constantemente nos aconsejan ya que no tienen acceso tan siquiera acceso al agua potable.
Desde las casas de acogida
Las casas de Acogida con las que cuenta Cáritas son tres: la Casa de Santa María, la Casa de los Milagros y la Buena Madre. Las tres continúan su andadura diaria con las limitaciones que sufrimos en cualquiera de nuestros hogares. Actualmente hay 20 personas acogidas en estos recursos residenciales.
En todos ellos se han tomado las medidas necesarias para poder garantizar la máxima seguridad de todas las personas acogidas: realizando actividades de concienciación y formación respecto a esta nueva realidad, restringiendo entradas y salidas, facilitando material específico de prevención, respetando las distancias de seguridad, habilitando espacios de aislamiento por si hubiese algún caso de contagio, facilitando de medios electrónicos para poder continuar con los procesos formativos y/o terapéuticos de manera online.
No podemos olvidar en estos días a los más de 60 voluntarios que colaboraban de forma activa en los proyectos que se desarrollan en el área de exclusión. La necesidad de protegerlos y reducir riesgos ha hecho necesario prescindir de sus servicios de forma temporal. Aunque creemos, que cuando todo esto acabe, vamos a necesitar de todo su esfuerzo, ganas y compromiso.