Cáritas Parroquial de Beas apuesta por la artesanía para generar una red de apoyo y oportunidades laborales

Cáritas Parroquial de Beas lleva a cabo un taller de artesanía, en concreto, un taller de bordado de mantones y flecos. Una iniciativa que surge de la reflexión realizada por el voluntariado de la Cáritas Parroquial, el cual sentía la necesidad de completar y desarrollar a otros niveles el trabajo que llevaban años realizando con las familias más vulnerables de la localidad. Dicho trabajo había ido transformándose hacia una acogida y atención personalizadas, acompañando a las familias en sus diversas situaciones, enfocándolo desde un punto de vista promocional.

Desde que el taller arrancó hace tres años, cuando se estudió que podía tener salidas laborales para las mujeres que aprendieran a coser las prendas, ya que las mujeres del pueblo son muy aficionadas a los vestidos de flamenca. También se reflexionó sobre el valor de promocionar técnicas artesanales para que así no queden en el olvido, y el beneficio terapéutico que tiene cualquier trabajo manual en sí mismo.

El grupo siempre ha sido de cuatro-cinco mujeres, de hecho, algunas de ellas  aún permanecen desde sus comienzos y otras se han ido incorporando. En el taller reciben una vez en semana formación sobre bordados de mantones y elaboración de flecos. La formación es impartida por una monitora experta en bordados, también de la localidad, y en las sesiones siempre está presente una voluntaria del equipo, que además aporta dulces y café para la merienda, merienda que se convierte en espacio de encuentro y celebración para todas ellas. En total, en todos estos años han pasado por el taller 18 mujeres, lo que significa, 18 familias con las que se ha trabajado y se continúa trabajando.

Las mujeres no perciben una beca económica como tal por su participación, pero sí una ayuda personalizada en alimentación u otras cuestiones. Además, este taller es de las pocas iniciativas grupales a nivel provincial que se ha mantenido activa durante 2020 en los periodos que ha sido posible, y con todas las medidas de seguridad pertinentes, tales eran su motivación e ilusión por su continuidad, tanto por parte de las alumnas como de las voluntarias.

Los objetivos que este taller son muchos:

  • La adquisición y desarrollo de técnicas de confección y bordado, que pudieran contribuir a generar salidas laborales para las mujeres en situación vulnerable.
  • La promoción de técnicas artesanales desarrolladas por oficios tradicionales, muy significativas por su aportación al patrimonio cultural de la provincia y al valor del territorio.
  • Generar una oportunidad, un lugar de encuentro que propicien el intercambio, la confianza y la creación de una red de apoyo entre mujeres, desdibujándose las fronteras a veces marcadas de manera rígida entre voluntaria-destinataria, tornándose en un espacio en el que todas, mujeres, seres de igual dignidad, aprenden, comparten inquietudes y alegrías, se apoyan mutuamente y crecen como personas.

La iniciativa en sí misma siempre pretendió ser una acción sencilla, pequeña en número de participantes, en la que se disfrutara con el proceso sin pensar demasiado en el resultado. Ya han realizado ventas de algunas confecciones y han ampliado sus artículos a adornos navideños o mascarillas. Están seguras de querer continuar,  ya que cuentan con lo más importante: la ilusión del alumnado y la dedicación constante de las voluntarias como motores esenciales de este taller.

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