Cáritas Diocesana de Huelva se ha ido conformando en una red viva y dinámica a lo largo y ancho de toda la provincia, de personas voluntarias integradas en Equipos de Cáritas Parroquiales o en los diferentes centros de acogida, con una metodología clara y desde el acompañamiento. Cáritas trabaja en diferentes espacios que se ubican en zonas como el Andévalo, Huelva Ciudad, la Costa, las Minas, el Condado Oriental y el Condado Occidental.
Estos espacios permiten trabajar a lo largo de todo el curso, siempre de manera coordinada, con un sentido de comunión, para responder a las realidades de pobreza y vulneración que tienen las personas. Este año se ha retomado la presencialidad, después de un año complicado en el que, a pesar de que todas las plataformas online han permitido que el contacto y el trabajo siga adelante, desde Cáritas “valoramos el contacto directo y la cercanía con el voluntariado, seguimos apostando por estos espacios tan ricos para la acción sociocaritativa”, expresa Faruk Narváez, responsable de la Formación y Animación Comunitaria.
Cada coordinadora está formada por las Cáritas Parroquiales de la zona, que se reúnen mensualmente para poner en común las diferentes acciones, las buenas prácticas e intercambiar ideas para seguir aprendiendo del trabajo de los demás.
La coordinadora es un espacio de comunicación, oración, reflexión y formación. Este año en concreto una de las acciones donde más se van a invertir esfuerzos es en abrir espacios para tender puentes con otras personas que puedan ser parte del voluntariado de Cáritas. Este año la Iglesia es convocada en Sínodo y por ello, estas coordinadoras son el espacio perfecto para practicar “la comunión, la participación y la misión”; un lugar para caminar juntos y reflexionar sobre el camino recorrido desde el trabajo con las personas más vulnerables.
Son numerosas las acciones que en el año se realizan desde las Cáritas Parroquiales en las diferentes zonas de la provincia. La Formación y la Animación Comunitaria es también el motor indispensable para responder desde la comunidad Cristiana en clave de compromiso y compartir solidario. Este año los equipos inician con una reflexión que nos comparte el Delegado Episcopal Vicente Martín, que nos invita a seguir tres caminos: el de los últimos, el del evangelio y el de la creatividad, “ya que es necesario seguir cultivando sueños de fraternidad para ser signos de esperanza, especialmente para los jóvenes, que son, al mismo tiempo, las víctimas más frágiles de esta época y los actores potenciales del cambio de época”.
Tres caminos en un nuevo curso para que “el sueño de la fraternidad y la amistad social no se quede en palabras” y sea capaz de integrar a los más pobres. (Fratelli tutti, 6)