El Día del Mundo Rural, 15 de mayo, llega este año en una situación especial. Tras más de dos meses de crisis sanitaria nuestros pueblos continúan con su labor constante y silenciosa pero que hoy más que nunca nos ratifican en la preservación de sus valores.
Esta crisis ha puesto de manifiesto que la idiosincrasia del mundo rural y el estilo de vida de nuestros pueblos y núcleos rurales es más necesaria que nunca y que, tras años en segundo plano, cobra una relevancia especial, como preservadora de vida y de cuidados.
En primer lugar, porque gran parte de nuestra población ha continuado produciendo los alimentos necesarios para el conjunto de la sociedad. Las personas agricultoras y ganaderas son esenciales en una crisis como la vivida. Al igual que el personal sociosanitario, de limpieza, transporte o seguridad, el sector primario merece el reconocimiento y el aplauso de toda la sociedad.
En segundo lugar, porque la forma de vida en nuestros pueblos es en comunidad, lo que facilita la cooperación y el cuidado mutuo. En muchos de nuestros pueblos se han creado redes de apoyo y ayuda entre vecinas y vecinos para cuidar de los mayores, proveer a otras familias de las compras y lo necesario para el día a día. Se trata de gestos solidarios habituales en la vida de nuestros pueblos que ahora se multiplican con naturalidad.
Tenemos el privilegio de que, aún confinados, podemos respirar aire puro, sin tener contacto con otras personas, pero sabiendo que están a nuestro lado. Vivir en un pueblo te protege de la contaminación y el consumo sin sentido, en esta crisis y siempre. Contamos con la madre naturaleza como aliada y protectora para vivir esta situación, pues nuestro entorno y nuestro paisaje, al que le hemos dado un respiro, está más verde y más hermoso que nunca.
Como Cáritas para celebrar el Día del Mundo Rural queremos hacer un llamamiento a preservar todos estos valores. También queremos felicitar a nuestros vecinos y vecinas por su responsabilidad a la hora de adoptar las medidas que el Estado de Alarma ha requerido.
Pilar Vizcaíno, directora de CáritasDiocesana de Huelva, nos comparte esta reflexión en el Día del Mundo Rural:
San Isidro Labrador y La Tierra roja de Tara. Hoy celebramos el Dia del Mundo Rural, el mismo en que celebramos la festividad de San Isidro, el primer laico en subir a los altares y al que se le relaciona con milagros de naturaleza agrícola, con el agua, consiguiendo que de la tierra manara toda su fertilidad y riqueza gracias a este don que del cielo nos llega para que las cosechas no faltaran. Sin duda, un hombre de Dios.
He querido hacer mi reflexión de hoy con algo que a mí, personalmente, me evoca un arraigo a todo lo rural, a la tierra, a la naturaleza, a un sentido de pertenencia, a lo que te da fuerzas, a que todo nos es dado, y que en ocasiones, muchísimas ocasiones y por muchas razones, hemos olvidado.
Todos conocemos la mítica frase «la tierra roja de Tara» de Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) en la pelicula «Lo que el viento se llevó». Ella, después de tanto sufrimiento, guerra, hambre, sabía que volviendo a Tara recuperaría sus fuerzas, volvería a nacer de nuevo. Tara lo es todo, es pertenencia, es hogar, es familia, es patria, es raíz, es cultura, es naturaleza; pero también es esfuerzo, Tara no brota sola, no se cosecha sola, Tara necesita el esfuerzo y la constancia, el amor de quien sabe que de Tara sacará las fuerzas y la motivación para continuar adelante; Tara es lo que saca a tu familia adelante. En Tara están tus recuerdos, tu pasado, tu raíz, tu verdadero yo, con quien tú te encuentras cara a cara.Tara es tu Tierra.
Tara para mí, es sentido de trascendencia, de conexión con todo lo que viene de Dios. Yo saco las fuerzas también de Tara, cada uno tenemos la nuestra; las mías, mis fuerzas, sin duda, están en la tierra roja de Tara, que me conecta con la naturaleza, que hace contemplar su belleza, con un atardecer en paz, lleno de matices y colores que dejan sin palabras porque sólo habla el alma; que me hace valorar lo más sencillo y humilde; que me hace apreciar la gastronomía pobre de los pastores, donde ni un pedazo de pan duro queda sin aprovechar; que me hace agradecer la compañía de animales que aunque sea un huevo, también comparten contigo lo que tienen; que me hace valorar el esfuerzo de saber lo que es sembrar y lo duro que es; o de quienes son ganaderos y viven en un mundo burocratizado que casi no les deja vivir; de saber lo que es el valor de lo artesano, lo cultural, y que casi no es valorado, hasta el punto que se pierden saberes y oficios de nuestros pueblos porque nadie trasmite, nadie aprende, no tiene apoyos ni tiene rentabilidad al no encontrarse los medios para que esos saberes encuentren dentro del mundo en que vivimos, una actualización sin que se pierdan.
Se habla mucho de despoblación del mundo rural, de volver al mundo rural, se habla tanto. Pero se sabe tan poco del mundo rural. Como en tantas ocasiones, no se pregunta a los que viven en este medio, no se les preguntan a los que hacen posible que comamos todos los días, a los que han gestionado el mundo rural. Se dan recetas desde los papeles, desde los despachos ¡como siempre!, pero se desperdician esfuerzos y muchos recursos. Replantearse el Mundo Rural sería realmente necesario, preguntando a los que saben y viven en él, a quienes de verdad han hecho una opción, como San Isidro, de vivir en la tierra roja de Tara. Sin duda, la mejor de las opciones.
En el Día del mundo Rural, en el Día de San Isidro labrador, gracias a tantos «isidros» que hoy en día nos seguís llevando a nuestras mesas y a nuestras casas los mejores frutos de nuestra tierra.
Por cierto, tenemos tierras «rojas» como las de Tara en nuestra hermosa y espectacular provincia. Pero hay una que, ciertamente, es roja. Está por las tierras de Candón, y sus contrastes en esta época con los girasoles, te llenan el alma.
Cáritas.
29 de abril de 2020. – A raíz de la declaración del estado de alarma con motivo
del Covid-19 y el consecuente confinamiento de la población, muchas han sido
las repercusiones sociales, familiares, económicas y laborales que han afectado
a una gran parte de la población de Huelva. Por ello, siguiendo con su modelo
de trabajo de atención a los más vulnerables y excluidos, desde el primer
momento Cáritas ha tratado de volcarse con
todas las personas que sufren a causa de esta pandemia para procurar aliviarles
la situación que tanto el confinamiento como la pérdida o dificultad de
trabajar, les ha generado. Así, las
atenciones se han incrementado notablemente tanto en CáritasDiocesana como en todas las CáritasParroquiales de la provincia, acudiendo a
nuestra entidad multitud de personas que llaman en busca de ayuda y de
orientación hacia otros recursos.
Para tratar de dar
respuestas a las numerosas situaciones a las que nos enfrentamos, Cáritas Diocesana
inició la
campaña Cada gesto cuenta para obtener donativos teniendo en cuenta que no sólo el incremento de
necesidades es mucho más elevado que en épocas atrás, sino que a ello se une el
hecho de que las parroquias, al estar cerradas, no tienen posibilidades de
obtener colectas para atender las necesidades que se les plantean por los
vecinos de sus barrios o pueblos.
Por ello, queremos agradecer el compromiso con los
más desfavorecidos de toda la provincia de Huelva y de toda la sociedad
onubense, pues han sido numerosas las personas, entidades, pastorales de la
Iglesia diocesana, sacerdotes, religiosas, Hermandades, empresas, asociaciones
agrarias o de hostelería, colegios, grupos políticos, profesionales liberales y
medios de comunicación que se han volcado en ayudar no sólo con sus
donativos económicos, sino con materiales sanitarios para atender a los
colectivos vulnerables que atiende Cáritas, así como alimentos y artículos de
primera necesidad. Igualmente, queremos destacar y agradecer el gran apoyo que
Cáritas está recibiendo y las numerosas llamadas que se reciben a diario para
ofrecerse y entregarse al servicio de los más necesitados.
No podemos olvidarnos de la
cooperación entre entidades y con las distintas administraciones que estamos
teniendo. La generosidad y el sentido de corresponsabilidad y fraternidad que
está demostrando toda la sociedad onubense son las que harán posibles que,
entre todos, se alumbren respuestas a los que más van a sufrir los efectos de
esta crisis de tal modo que podamos vivir estos tiempos siendo sembradores de
esperanza.
Por último, Cáritas quiere
destacar la importancia del voluntariado que es la esencia de esta entidad,
muchos de los cuales son personas mayores o se encuentran dentro de los riesgos
de vulnerabilidad de contagio de esta enfermedad, pero que siguen prestando su
servicio y su generosa entrega desde sus casas o desde las parroquias
acompañando a las familias y colectivos más necesitados. Tampoco queremos
olvidarnos de nuestros trabajadores y trabajadoras que no han parado de
acompañar la realidad de aquellos que, ahora más que nunca, más nos necesitan.
A su vez, queremos informar de cómo se está trabajando
específicamente desde las distintas áreas de Cáritas Diocesana de Huelva:
Cómo se trabaja con las familias
Desde
que se declaró el Estado de Alarma a causa de la amenaza que para la salud de
la población española supone la aparición del COVID-19, desde Cáritas hemos
visto incrementada, de un modo meteórico y muy significativo, la demanda de
familias que, debido al cese de la actividad laboral unido al confinamiento, se
encuentran en una situación de mayor precariedad, vulnerabilidad e
incertidumbre con respecto a la capacidad para solventar sus dificultades en
los meses venideros. Las atenciones queCáritas está realizando tanto en Huelva
como en las parroquias de la ciudad y los pueblos se han triplicado con
respecto a las atenciones que se hacían antes de la crisis del Covid-19.
A
través de las Cáritas Parroquiales se está atendiendo a las familias que
atraviesan un momento difícil. Lo que principalmente se da son ayudas para
cobertura de necesidades básicas, suministro, alquiler, farmacia, luz y agua.
Además, se está facilitando que ellos mismos puedan ir a comprar alimentos con
una ayuda económica.
Antes
de que comenzara esta crisis, ya muchas de las familias onubenses atravesaban
una situación precaria, ahora esto empeora porque tienen más dificultades de
acceso a un empleo ya que muchas de estas familias se han visto afectadas por
despidos o ERTES que hacen que el sustento principal económico que entraba en
el hogar desaparezca. Esto hace que se
cree un nuevo perfil de personas que por primera vez acuden a Cáritas
relacionado con estos nuevos despidos y ERTES. Por otra parte, las Cáritas
Parroquiales de Huelva Ciudad están activas, atendiendo las necesidades nuevas
que van surgiendo a través del teléfono.
Desde todas las CáritasParroquiales de la provincia onubense
Esta
crisis sanitaria, derivada en otra socioeconómica sin precedentes, exige respuestas
rápidas, personalizadas y coordinadas con la administración pública, elemento
clave en este escenario. De este modo, las Cáritas Parroquiales de la provincia
han dado un paso adelante, respaldadas en muchos casos por donaciones
desinteresadas de vecinos, hermandades y otras organizaciones de diversa
índole, y con creatividad y gran disposición han articulado modos para poder
ayudar a esas familias desfavorecidas en estos momentos tan complejos.
Las
actuaciones han sido muy variadas, que podríamos englobar en dos bloques
principales:
Apoyo
en cobertura de necesidades básicas: se interviene en
coordinación con las entidades locales competentes (ayuntamientos y/o
Diputación Provincial) en la detección de familias, organización de recursos,
reparto de los mismos y seguimiento de los casos, todo ello sin descuidar el
estado de confinamiento ni la seguridad del voluntariado y destinatarios. Otras
acciones destacables han sido la elaboración de mascarillas para personal
sanitario y residencias de mayores y la creación de grupos en redes sociales
para la detección de casos y generar respuestas ante ellos.
Apoyo
emocional y acompañamiento: el voluntariado está en constante
contacto con las personas destinatarias, no solamente para proporcionar
recursos, sino para escucharlas, consolarlas y acompañarlas en este duro
trance. El teléfono e Internet se han convertido en herramientas cruciales para
ofrecer cariño y esperanza.
Las
Cáritas Parroquiales movidas por la dedicación y el entusiasmo están dando
respuesta a estar realidad desde sus propios recursos así como en coordinación
con las distintas entidades locales. Siguen vivas, activas y acompañando el
sufrimiento ajeno, demostrando una vez más que #LaCaridadNoCierra.
Desde el Empleo
Desde el área de Empleo se continua realizando la
intermediación laboral, en la cual, contactan con empresas y las ponen en
contacto con personas dispuestas a trabajar. Trabajamos fundamentalmente con
personas que nos vienen derivadas de parroquias, promocionando la proyección y
el fomento de la persona en su conjunto. En estos últimos días hemos recibido
cientos de llamadas, que atendemos y escuchamos. Estamos para eso, para estar cerca aunque sea a través del teléfono.
Desde
que comenzó la crisis, desde el área de Empleo hemos conseguido cubrir más de 200 ofertas de trabajo principalmente en el sector agrícola. Hemos
trabajado con personas que viven en los asentamientos
chabolistas, dotándoles de trabajo digno y vivienda, también con personas sin hogar, consiguiendo, de
igual manera, vivienda y empleo. Además hemos atendido a familias en situación de desempleo dándoles la oportunidad de
encontrar otro trabajo para que no pierdan sus ingresos.
Por otra parte, se están tramitando ofertas para
personas cuidadoras ya que en estos momentos hay muchas personas mayores a las
que sus familias no pueden estar cuidando sea en el hospital o en sus casas.
Son muchas las personas que se ven en una situación
de dificultad y tienen que buscar trabajo para salir adelante. Desde Cáritas,
entendemos la difícil situación que están viviendo muchas personas, la
desesperación que están sintiendo, y la rabia que sienten ya que muchas de
ellas nos comunican la desidia de llamar a un teléfono y que detrás del cable
no haya nadie para atenderte.
Desde el Área de Exclusión
Se
han mantenido todos los proyectos y se siguen atendiendo a los mismos
colectivos que antes de la pandemia; para ello hemos tenido que hacer un
esfuerzo importante a la hora de tomar
medidas de prevención, tanto para las personas que trabajamos en el día a día
como para las personas a las que atendemos.
Para
muchas de las personas que atendemos verdaderamente somos el único soporte vital con el que cuentan, ya que en
muchos casos carecen de esa red social y familiar de apoyo tan importante en momentos
de crisis.
El
colectivo de atención habitual que se
atiende desde el área son las personas
sin hogar; en esta realidad de
pandemia que vivimos actualmente y en la que el confinamiento es una
obligación, nos encontramos con muchas personas incapaces de cumplirlo, simplemente porque carecen del espacio físico
en el que pasarlo o porque ese espacio no reúne las mínimas condiciones de
habitabilidad, o de acceso a agua o luz. Si ya antes trabajamos con personas en
exclusión social o en una situación de vulnerabilidad elevada, los últimos
acontecimientos han agravado esta realidad aún más.
El
cierre o la reducción de servicios que atendían estas realidades unido a la
imposibilidad de acceder a los recursos económicos de supervivencia con los que estas personas iban sobreviviendo han hecho que muchas de
ellas hayan visto agravada su situación.
Se
han mantenido los servicios
fundamentales en el centro de día
de Puertas Abiertas, la única particularidad
ha sido reducir el aforo manteniendo de esta forma la distancia social y
extremar la higiene y desinfección de las instalaciones. Se siguen ofreciendo
los servicios de desayuno, duchas y aseo, lavandería, taquillas y prensa. El número de personas atendidas
diariamente oscila entre las 40 y 50.
Especial
repercusión ha tenido el
confinamiento en todas aquellas personas
inmigrantes que malviven en los asentamientos chabolistas de la provincia;
no podemos olvidar que en torno a unas 2500
personas están pasando estos días de confinamiento en chabolas construidas con
cartón y plástico, sin acceso a los derechos humanos y a las necesidades vitales más elementales.
Es muy complicado para estas personas poder seguir las medidas de higiene que
constantemente nos aconsejan ya que no tienen
acceso tan siquiera acceso al agua potable.
Desde las casas de acogida
Las casas de Acogida con las que
cuenta Cáritasson
tres: la Casa de Santa María, la Casa de los Milagros y la Buena Madre. Las
tres continúan su andadura diaria con las limitaciones que sufrimos en
cualquiera de nuestros hogares. Actualmente hay 20 personas acogidas en
estos recursos residenciales.
En
todos ellos se han tomado las medidas necesarias para poder garantizar la
máxima seguridad de todas las personas acogidas: realizando actividades de
concienciación y formación respecto a esta nueva realidad, restringiendo
entradas y salidas, facilitando material específico de prevención, respetando
las distancias de seguridad, habilitando espacios de aislamiento por si hubiese
algún caso de contagio, facilitando de medios electrónicos para poder continuar
con los procesos formativos y/o terapéuticos de manera online.
No
podemos olvidar en estos días a los más de 60 voluntarios que colaboraban de
forma activa en los proyectos que se desarrollan en el área de exclusión. La
necesidad de protegerlos y reducir riesgos ha hecho necesario prescindir de sus
servicios de forma temporal. Aunque creemos, que cuando todo esto acabe, vamos
a necesitar de todo su esfuerzo, ganas y compromiso.
Cáritas Diocesana de Huelva ha intensificado sus esfuerzos
desde que se declaró el estado de alarma. La entidad, que atiende a las
personas más vulnerables de la sociedad, constata como este colectivo se está
incrementando a raíz de los graves efectos económicos y laborales provocados
por la crisis sanitaria del coronavirus. En la última semana se han
atendido las llamadas de cientos de nuevas personas que han contactado por
primera vez con Cáritas.
La responsable del Área de Empleo, Antonia Gallardo nos explica que “muchas
de las personas que han contactado en los últimos días con Cáritas son trabajadores que han perdido su puesto
en sectores como el comercio y la hostelería y que ahora, se reinventan ya que
necesitan trabajar y, se adaptan para hacer otros trabajos que nunca antes
han realizado, como son las campañas agrícolas”.
Por otra parte las empresas quieren a gente de la provincia de Huelva para
trabajar y así, adaptarse a las exigencias del Gobierno. Antes de la crisis, ya
había muchas personas en situación de exclusión, pero ahora se ven
incrementadas por el cierre de empresas y por tanto, pérdida de trabajo.
Desde el área de Empleo tenemos la experiencia de muchos años trabajando la
intermediación laboral, en la cual, contactan con empresas y las ponen en
contacto con personas dispuestas a trabajar. “Trabajamos fundamentalmente con
personas que nos vienen derivadas de parroquias, promocionando la proyección y
el fomento de la persona en su conjunto. En estos últimos días hemos recibido
cientos de llamadas, que atendemos y escuchamos. Estamos para eso, para estar cerca aunque sea a través del teléfono”,
comenta Gallardo.
Desde que comenzó la crisis, desde el área de Empleo se han conseguido cubrir 130 ofertas de trabajo principalmente en
el sector agrícola. Han trabajado con personas que viven en los asentamientos
chabolistas, dotándoles de trabajo digno y vivienda, también con personas sin
hogar, consiguiendo, de igual manera, vivienda y empleo. Además han atendido a
familias en situación de desempleo dándoles la oportunidad de encontrar otro
trabajo para que no pierdan sus ingresos.
Son muchas las personas que se ven en una situación de dificultad y tienen
que buscar trabajo para salir adelante. Desde Cáritas, entendemos la difícil
situación que están viviendo muchas personas, la desesperación que están
sintiendo, y la rabia que sienten ya que muchas de ellas nos comunican la
desidia de llamar a un teléfono y que detrás del cable no haya nadie para
atenderte.
Pese a que el confinamiento ha obligado a cambiar la forma de trabajar,
desde Cáritas hemos reforzado la atención telefónica para ofrecer sus servicios
a todas las personas que veníamos atendiendo y también a nuevos demandantes.
En el marco de la
campaña ‘Ante el coronavirus, cada gesto cuenta’ Cáritas Diocesana
de Huelva ha habilitado una cuenta
bancaria (ES38 2100 7434 3722 0024 1033) para recibir donaciones que
ayuden a seguir con la actividad de apoyo, atención y acompañamiento de los
colectivos más vulnerables durante el estado de alarma, ya que vienen tiempos
difíciles para muchas personas.
Todos tenemos la oportunidad de ser solidarios en nuestra declaración de la renta. ¡Descubre cómo!
Todos tenemos la oportunidad de ser solidarios en nuestra declaración de la renta.
Cuando marcas conjuntamente las casillas de Iglesia Católica y de Fines Sociales estás aportando el 1,4% de tus impuestos al sostenimiento de la Iglesia y a apoyar proyectos de atención a personas en situación de pobreza y exclusión. Recuerda que se pueden marcar ambas casillas y que no tendrás que pagar más ni te devolverán menos.
En tu próxima declaración de renta… Mejor2.
Siete preguntas básicas sobre la asignación tributaria a través del 1,4% del IRPF
¿De verdad puedo marcar las dos casillas a la vez?
Sí. Se pueden marcar las dos casillas conjuntamente.
¿Y es cierto que marcando las dos casillas se duplica la ayuda?
Sí, cada casilla marcada genera el 0,7%. Si marcas las dos casillas se destina el 1,4%.
¿Y a mí me cuesta algo?
No, no te cuesta nada. Tú decides el destino del 1,4% de tus impuestos.
¿Y si no marco alguna casilla?
Hacienda destinará el importe correspondiente a otras partidas de los presupuestos generales del Estado.
¿Por qué es bueno marcar la casilla Iglesia Católica?
Porque así puedes destinar un porcentaje de tus impuestos a colaborar con las necesidades de la Iglesia.
¿Por qué debo marcar también la casilla Fines Sociales?
Porque de este modo, un porcentaje de tus impuestos se destina a proyectos sociales en España y en países desfavorecidos.
¿Percibe Cáritas recursos de las casillas de Iglesia Católica y de Fines Sociales?
Sí. Cáritas es parte esencial de la Iglesia Católica y, además, como organización social recibe fondos de la casilla de Fines Sociales.
Ayúdanos a conseguir que cada vez más personas marquen ambas casillas, difunde esta campaña con nuestros materiales descargables.
Ante la irrupción del Coronavirus y el sufrimiento que va dejando a su paso, Cáritas Española, junto a la Conferencia Episcopal Española y los medios de comunicación Cope y TRECE, queremos aprovechar la Semana Santa para darle un nuevo impulso a nuestra Campaña “Cada gesto cuenta”, vinculándola a lo que en estos días celebramos como Iglesia: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y la llamada a vivir la fraternidad, haciendo vida el mandamiento nuevo del amor.
Siguiendo
los pasos del Señor y alimentados por la Palabra de Dios, el Pan
eucarístico y la oración, abriremos bien los ojos para descubrir los
rostros frágiles y necesitados, dejaremos que nuestro corazón se mueva a
compasión sin dejarse vencer por la indiferencia, ofreceremos nuestro tiempo,
nuestras manos, nuestros donativos a favor de
las Cáritas diocesanas, y hasta nuestras personas, para
levantar y acompañar al caído en el camino.
Hacer memoria para amar sirviendo
Cada Jueves Santo hacemos memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de todo lo que aconteció en el marco de la misma: la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, el mandato del amor… Este amor fraterno quiso Jesús significarlo en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio, al que los cristianos estamos llamados.
La Eucaristía es “sacramento de la caridad”. En ella se “actualiza sacramentalmente el don de la propia vida que Jesús ha hecho en la Cruz por nosotros y el mundo entero. Al mismo tiempo en la Eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana” (Sacramentum caritatis 88). La Eucaristía es fuente y corazón de nuestra fe, aliento de nuestra esperanza y alimento de nuestra caridad. Quien comulga con Cristo entra en comunión con toda la humanidad y se siente comprometido a ser don para los demás.
El Jueves Santo es el Día del amor fraterno, pues no se puede separar Eucaristía y amor a los hermanos, un amor que se hace servicio concreto, sencillo y gratuito al estilo de Jesús. Efectivamente, no hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir. No hay amor si no se está dispuesto, siguiendo el ejemplo de Jesús, a inclinarse y despojarse de todo aquello que estorba. No hay amor sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita. Ahora bien, antes es necesario dejarse “lavar”, acoger agradecidamente el cariño, el cuidado y la cercanía de otros; y desde esa experiencia “arremangarse” para servir gratuitamente, especialmente a los que más sufren y los más pobres.
En el Día del Amor fraterno, Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio. En el momento actual, este servicio lo hemos de centrar especialmente en los enfermos por el Coronavirus y en sus familias; también, por supuesto, en las personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social. “¿Veis lo que he hecho? Haced vosotros lo mismo”. Gracias a Dios, esta fraternidad está manifestándose ya en múltiples gestos solidarios y de cuidados que apuntan hacia la Pascua, pues el amor alumbra nuestra esperanza. Aún así, nos queda mucho por hacer.
Algunas actitudes para vivir la fraternidad.
En estos días tan duros necesitamos potenciar actitudes y
valores. Apuntamos algunos que nos pueden ayudar a vivir el amor fraternal.
Mirada atenta para descubrir la necesidad del
otro, comenzando por aquellos con quienes comparto el hogar y el confinamiento.
Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad
y acoger el cariño y la cercanía del otro.
Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad
inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que
nos necesitamos todos.
Compasión. Sentir con el otro y estar al lado
compartiendo desalientos y esperanzas.
Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro,
asumiendo las consecuencias de las propias acciones.
Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo
que soy y tengo, aunque parezca insignificante.
Acompañar como expresión del amor hecho servicio
generoso, entregado y cercano.
Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando
con ternura a todos los que sufren.
Esperanza, la que viene de Cristo resucitado,
una esperanza que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de
salvación y alegría.[2]
Un gesto: la fraternidad alumbra la esperanza.
Desde Cáritas proponemos un gesto para el día de Jueves
Santo. Se trata de encender una vela en
el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.
Con este gesto queremos unirnos a Jesús en su Última Cena y a
todos por los que Él se entrega. En un día donde se nos pide “aislarnos”,
cuando solo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, nos
sentimos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con
toda la humanidad sufriente, alumbrando, de esta manera, la Pascua que
esperamos.
Oración-Bendición:
Gracias Señor, porque nos
amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por
otro.
Gracias Señor, porque en
la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra
sed…
Gracias Señor, porque en
la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que
estamos dispuestos a entregar la nuestra…
Gracias Señor, porque en
el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque
quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que
fuesen una comunidad de amor.
Bendice
nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles y enfermos con
quienes hoy nos sentimos especialmente unidos; que la fraternidad alumbre para
ellos la esperanza. AMEN.
[1] Cf. Cáritas Española, “Conectados y … ¿Vinculados? Guiones Litúrgicos de Cuaresma Pascua
2020.
[2] Cf. Cáritas Española, “Tu compromiso mejora el mundo”, Guiones Litúrgicos de Cuaresma y
Pascua 2018.
En pleno impacto sanitario y social de la pandemia del coronavirus, que está causando una grave precariedad social y un intenso sufrimiento en tantas familias de nuestro país, la Iglesia española, a través de Cáritas, la Conferencia Episcopal y los medios de comunicación Cope, Trece TV y Ecclesia, invitan a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados.
La celebración del Día del Amor Fraterno en el día de Jueves Santo es un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor.
La fraternidad alumbra la esperanza
Hay formas concretas de expresar esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus.
Una de ellas es el gesto que Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen para el día de Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”. Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.
Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos.
Apoyo económico a las personas más vulnerables
Otro gesto a través del cual es posible expresar en el Día del Amor Fraterno esa cercanía solidaria con los afectados ante el impacto del coronavirus es canalizar ese compromiso a través del apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta” lanzada por Cáritas Diocesana de Huelva para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.
Los efectos del Covid-19 en las condiciones económicas y sociales del país están siendo muy intensos y todo indica que, debido a la crisis de empleo en ciernes y la falta de ingresos a la que ya se enfrentan cientos de miles de familias, las demandas de apoyo urgente van a multiplicarse. En ese escenario, los esfuerzos de acompañamiento de Cáritas estarán, como en ocasiones recientes, allí donde las necesidades de las personas más frágiles sean mayores.
Hacer memoria para amar sirviendo
Cada Jueves Santo, la Iglesia hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio.
No hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir, si no se está dispuesto a despojarse de todo aquello que estorba, sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita.
En este Día del Amor Fraterno de 2020, cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia.
Algunas actitudes para vivir la fraternidad
Dentro de la llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir este año la jornada del Amor Fraterno potenciando el valor de la acogida, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivir el amor fraternal:
– Mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento.
– Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro.
– Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos.
– Compasión. Sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.
– Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones.
– Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante.
– Acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.
– Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren.
– Esperanza, la que viene de Cristo resucitado, que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría.
Oración-bendición
Asimismo, y con objeto de acompañar el encendido de una vela en el momento de compartir la cena, Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen una oración-bendición:
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos; que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza.
Zahra, Hassana, Rachida, Aouitef son algunas de las mujeres que viven desde el pasado agosto en la Casa Santa María de los Milagros de Cáritas Diocesana de Huelva. Una casa de acogida para personas en situación de sin hogar y que además atraviesan una enfermedad. Esta casa se ha convertido en un espacio de recuperación y fortalecimiento de la salud. Durante el periodo que estén en la casa, las personas tienen cubiertas todas sus necesidades básicas, tratamiento médico, acompañamiento, actividades para la mejora personal y de autoestima. Se les brinda un espacio donde se sientan acogidas y queridas, donde se les ayude a serenarse y estar en paz consigo mismas. Además, cuando la situación de la persona es terminal se les acompaña en el duelo y en la aceptación de su final.
Por la crisis del coronavirus y el confinamiento, estas personas que se recuperaban en la casa han tenido que limitar sus salidas. Solo aquellas que tienen que acudir a la sesión de quimioterapia pueden ir al hospital. Estas mujeres vinieron a España para trabajar en la campaña de frutos rojos, muchas de ellas hace más de 13 años que trabajan los campos durante los 9 meses que dura la campaña. Hay que destacar que para sus familias, el sueldo de estas mujeres es el único sustento económico que tienen.
Este año se encontraron con una enfermedad que les impidió seguir trabajando. Muchas de ellas necesitaban un espacio estable de recuperación, un lugar donde pudieran ser atendidas, un sitio donde pudieran sentirse apoyadas en la enfermedad y poder recuperarse. Y por eso, la Casa Santa María de los Milagros se convierte en el abrazo cálido, en la mano que se tiende al que está derrotado, en la voz que susurra para calmar los miedos.
Ahora, asustadas por la situación y lejos de sus familias, intentan invertir su tiempo haciendo algo útil para ellas y para otros. Esta semana han comenzado a fabricar mascarillas que usarán cuando vayan al hospital a recibir el tratamiento. “Es una forma de entretenerse, de sentirse útil y contribuir para hacer algo ante esta situación”, cuenta una de las responsables de la casa.
Desde Cáritas Diocesana de
Huelva seguiremos acompañando a las personas que más lo necesitan, siendo
conscientes de la situación y tomando todas las medidas de prevención, pero con
absoluta disposición para estar allí dónde nos necesitan.
Cáritas denuncia los intentos de phishing que están circulando en los últimos días a nivel estatal a través de WhatsApp y redes sociales para recaudar de manera fraudulenta y utilizando el nombre y la imagen de nuestra institución fondos económicos y ayuda en especie para los afectados por el coronavirus.
Estamos trabajando para frenar ese fraude y poner la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional.
Rogamos a todos los voluntarios, socios y donantes, así como a toda la ciudadanía, que se abstengan de acceder a esa aplicación fraudulenta y eviten replicarla a través de cualquier medio de comunicación o dispositivo.
Ante cualquier duda a la hora de hacer efectiva a través de Cáritas la solidaridad con los efectos del coronavirus en las personas más vulnerables, aconsejamos consultar los canales habilitados a tal efecto tanto en las respectivas páginas web de las Cáritas Diocesanas como en la web de Cáritas Española, o a través de los servicios de atención telefónica de la Cáritas más cercana.
Cuenta única para apoyar la Campaña de Captación de Fondos de Cáritas Diocesana de Huelva:
LA CAIXA: ES38 2100 7434 3722 0024 1033
No olvide declarar el concepto,‘Covid-19 Cáritas’ en el momento del ingreso bancario.
Recuerde que para recibir certificación de sus donaciones es imprescindible que nos comunique nombre y apellidos, NIF/CIF y dirección completa. Para ello, si lo necesita, puede comunicárnoslo a los correos cgallardo.administracion@caritashuelva.org , nsoto.administracion@caritashuelva.org o a los números de teléfono 627 61 01 13 // 660 17 58 87
Si prefiere otra forma de realizar la donación, envíenos sus datos por la misma vía y nos pondremos en contacto con usted para proceder como considere más convenientemente.
La emergencia generada por el impacto en España del coronavirus está empujando a unas condiciones socio-sanitarias extremas a unas 12.000 personas que viven en unas condiciones ya de por sí muy precarias en los asentamientos e infraviviendas de Huelva, Almería y Tenerife.
Las Cáritas Diocesanas de estas tres provincias vienen alertando desde la declaración del estado de alarma de esta grave situación de desamparo, que afecta a un número importante de personas que ya de forma habitual viven en situaciones de exclusión residencial y que ahora ven cómo las medidas de confinamiento les limitan aún más su acceso a los derechos humanos.
Imposibilidad de garantizar el confinamiento
Las Cáritas de Huelva, Almería y Tenerife, que desde hace años están dando respuesta a las necesidades de estas personas y familias, vienen alertando en las dos últimas semanas de la imposibilidad material de cumplir con lo establecido en el Real Decreto-ley 8/2020 de 17 de marzo, en cuanto a la adopción de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19.
“¿Cómo pueden hacerlo si donde habitan no pueden tener acceso al mínimo vital necesario para vivir con dignidad, con acceso mínimo al agua, la alimentación o a la salud, y malviven en barrancos, cuevas, playas, asentamientos rurales y urbanos, o casas abandonadas?”, se pregunta uno de los responsables de esas Cáritas. “Para ellos es una quimera la consigna del `quédate en casa´”, añaden.
Esta emergencia sanitaria se superpone a una situación extrema previa a la crisis, caracterizada por una falta de recursos de primera acogida, carencia total de alojamiento alternativo e imposibilidad de acceso a derechos humanos básicos (salud e higiene, agua potable o alojamiento digno), como detalló en su informe Philip Alston, relator especial de la ONU para la Pobreza Extrema, tras su visita a los asentamientos en febrero pasado.
En este sentido, es importante subrayar la recomendación recogida hace pocos días por la Relatoría Especial de Naciones Unidas para una Vivienda Adecuada de “la vivienda como primera medida de contención del COVID-19”, junto a la manifestada también por la Relatoría Especial de Naciones Unidas de los derechos al Agua y Saneamiento el pasado lunes 23 de marzo, donde señala que “no se podrá parar el COVID-19 sin proporcionar agua a las personas en situación de vulnerabilidad”.
Datos sobre las zonas afectadas
En Tenerife, Cáritas indica que actualmente hay alrededor de 1.000 personas repartidas en varios municipios que viven en quebradas, barrancos, casas abandonadas o cuevas.
Cáritas Huelva informa que unas 2.500 personas permanecen en varios asentamientos urbanos y rurales repartidos por distintas localidades de la provincia.
En Almería, Cáritas Diocesana señala que alrededor de 8.000 viven en cortijos abandonados, asentamientos construidos con chabolas de plástico y madera, antiguas balsas y construcciones abandonadas.
Todas estas personas se enfrentan actualmente a estas carencias, que han sido documentadas por las Cáritas locales:
– No están teniendo acceso a agua potable y saneamiento, o, si lo tienen, mediante el suministro a través de camiones cisterna y puntos de agua, las personas afectadas tienen que salir fuera de los asentamientos, además de carecer de recipientes adecuados para su traslado y conservación. En muchos casos, tampoco hay acceso a agua no potable para saneamiento.
– Carecen de acceso a medidas sanitarias de prevención y contención del COVID-19, excepto a los kits de higiene facilitados por entidades sociales, como Cáritas.
– Tampoco disponen de kits de alimentación, según se establece en las medidas ordenadas por Ministerios de Defensa y de Derechos Sociales y Agenda 2030 respecto a personas en situación de sin hogar. El único suministro de comida son las bolsas que las entidades sociales les están proporcionando, aunque cada vez con mayores dificultades:
Propuestas
Cáritas está reclamando en los distintos niveles de coordinación y toma de decisiones, tanto local y autonómico como estatal, las medidas necesarias para garantizar en esos asentamientos la aplicación de uno de los ejes señalados en el Real Decreto del 17 de marzo: “Refuerzo del Sistema Nacional de Salud en todo el territorio nacional con el aseguramiento de suministro de bienes y servicios necesarios para la protección de la salud pública, el abastecimiento alimentario, el suministro de energía eléctrica, productos derivados del petróleo y gas natural y ciertas medidas también en materia de transportes”.
Además, es urgente asegurar las medidas de confinamiento en los asentamientos rurales y urbanos e infraviviendas de las zonas donde residen las personas y familias afectadas, tal y como las Cáritas de Huelva, Almería y Tenerife vienen planteando a las distintas Subdelegaciones y Delegaciones de Gobierno, Ayuntamientos y servicios de Protección Civil, así como ante organismos de la Administración estatal.
Para ello, Cáritas pide la convocatoria inmediata de Mesas de Emergencia para facilitar medidas de confinamiento en asentamientos rurales y urbanos e infraviviendas ante la crisis del coronavirus, con la presencia de los tres niveles de Administración pública (local, autonómica y estatal) y las entidades sociales, con el objetivo de coordinarse en la aplicación, seguimiento y evaluación de las medidas que se establezcan.
Entre estas medidas, es indispensable garantizar con la máxima urgencia:
– Abastecimiento permanente de agua potable, alimentos (comida caliente de forma cíclica y temporal) y medidas sanitarias de prevención del COVID-19 con la tutela y coordinación del Ministerio de Defensa, a través de unidades sanitarias especializadas.
– En su caso, y para poder hacer seguimiento de cuarentenas obligadas por la pandemia, utilización de espacios habilitados a tal efecto.
– Dada la especial situación de vulnerabilidad de las mujeres y menores, facilitar alojamientos adecuados a las que puedan ser trasladados.
España es uno
de los países de la Unión Europea más castigados por la pandemia. Los casos de personas
infectadas no paran de aumentar y se estima que cada cuatro días se duplica el
número de casos positivos.
Las
instituciones educativas de todos los niveles están cerradas desde el pasado 11
de marzo y la población confinada en sus hogares para evitar el contacto y la
propagación de la infección.
El Gobierno
declaró oficialmente el estado de alarma el sábado 14 de marzo lo que implica:
Severas
restricciones a los movimientos diarios de todos los ciudadanos, excepto en
casos de necesidad urgente: ir a trabajar, comprar alimentos o atención médica
o asistencia a personas mayores u otras personas vulnerables.
Todos los
viajes nacionales e internacionales están restringidos.
Además, el
Gobierno anunció un paquete de medidas urgentes para enfrentar el impacto
económico y social de la crisis.
Actuación de Cáritas
Diocesana de Huelva
Cáritas
Diocesana de Huelva está colaborando en el cumplimiento de las medidas
señaladas a partir del estado de alarma, evitando el tránsito y la aglomeración
de personas. Por ello, se han suspendido temporalmente aquellas actividades
(atención presencial, reuniones, encuentros, formación, etc) que podrían
suponer un riesgo para las personas, tanto
personas participantes, como voluntarios/as y trabajadores.
Cáritas quiere
seguir desarrollando la misión de atender a las personas en situación de mayor
vulnerabilidad y riesgo de exclusión social, velando por su atención y cuidado.
Como consecuencia del confinamiento provocado por el estado de alarma decretado, muchas actividades comerciales y productivas han quedado paralizadas, por lo que muchas personas van a ver agravada su situación económica, viéndose abocadas a solicitar ayudas para paliar sus necesidades básicas, y otras que ya vivían una situación de precariedad, se van a empobrecer aún más.
Con el objetivo de seguir acompañando y ayudando a las personas más vulnerables (personas mayores, enfermas, solas, familias o mujeres solas con hijos/as, personas sin hogar, etc) y organizar el servicio de la caridad en los equipos de Cáritas parroquiales y en nuestros programas y proyectos, para garantizar la respuesta a las situaciones urgentes que se nos están planteando, desde Cáritas Diocesana de Huelva se han elaborado protocolos de actuación con orientaciones adaptadas a este momento concreto y con un replanteamiento de nuestros servicios..
Las Cáritas Parroquiales y Cáritas Diocesana estamos identificando las necesidades humanas y materiales que tiene nuestra provincia, tanto de voluntariado como de material sanitario y de protección, alimentación y productos de primera necesidad, con el fin de poder dar respuesta a las necesidades de las personas más afectadas y con mayores dificultades.
Este nuevo escenario de empobrecimiento, va a exigir de todas las personas comprometidas con Cáritas y solidarias con nuestra sociedad, el hacer frente y colaborar con este nuevo reto que nos plantea la situación de incertidumbre que estamos viviendo. Más aún cuando el principal ingreso de las Cáritas Parroquiales eran las colectas y actualmente, a causa del cierre, esos ingresos se ven mermados.
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una donación mediante transferencia o ingreso en cuenta
También puede contribuir al trabajo de Cáritas mediante una donación
puntual realizando una transferencia o ingreso en esta cuenta.
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CAIXA: ES38
2100 7434 3722 0024 1033
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Cáritas’ en el momento del
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completa. Para ello, si lo necesita, puede comunicárnoslo a los
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