Tierno Diallo: «este contrato de trabajo me da la oportunidad de estar más tranquilo»

Tierno Diallo llegó a España hace seis años. Tiene 24 años y viene de Guinea-Conakri. Antes de llegar a Huelva, pasó por ciudades como Melilla, Málaga y Granada. «Cuando decidí quedarme aquí en España tuve la motivación para aprender de aprender el idioma porque sabía que esa era la llave necesaria para poder acceder a un empleo y poder comunicarme sin problemas. Sabría que el idioma me abriría puertas», cuenta en un perfecto castellano.

En su llegada a España, Tierno solicitó protección internacional por diferentes motivos ligados a la situación familiar y también por la situación política, social y económica que vivía su país y que le ponía en peligro. «Nadie se va de su país si no hay un motivo de peso que lo empuje a ello», aporta Chonchi Martín, técnica del Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva. Después de un tiempo, a Tierno le denegaron esa protección internacional y se quedó en una situación de irregularidad sobrevenida, en una situación muy inestable y sin permiso de trabajo.

Tierno Diallo en el camino hacia la empresa para firmar su contrato

La relación entre Tierno y Cáritas Diocesana de Huelva empezó hace 4 años, cuando empezó a trabajar, gracias a la gestión de la entidad, en una empresa dedicada a los frutos rojos. En ese momento vivía en Almonte, «me sentía muy bien allí, me llevaba bien con mis compañeros de piso y también me sentía muy agusto con la gente del pueblo», dice sincero.

Ahora, gracias al trabajo de mediación laboral que realiza Cáritas con las empresas, Tierno ha conseguido un contrato que le ayudará a regularizar su situación. En este trabajo, Cáritas Diocesana de Huelva acoge a las personas en un primer momento para conocerles, saber su disponibilidad y actitudes para comenzar su inserción sociolaboral. Después de darles toda la información y también asesoramiento, se les informa sobre las condiciones laborales específicas, ajustando sus expectativas a la realidad del mercado, fomentando su motivación y facilitándoles listados de empresas.

Tierno firmando el contrato en la empresa Fresencarna

Es en este punto cuando Cáritas comienza a seleccionar las empresas contactadas según el perfil de los participantes. A través de visitas y entrevistas a empresas seleccionadas, contactos telefónicos, envío de documentación sobre nuestro servicio, página web y fidelización con el objetivo de fortalecer y mantener los vínculos de empresas colaboradoras de años anteriores. Por último Cáritas mantiene un contacto muy estrecho con el empresario y el trabajador para saber cómo van las cosas entre ellos y lograr así que la persona contratada se adapte y mantenga el puesto de trabajo.

Gracias a este trabajo, Tierno ha comenzado esta semana una nueva vida en Fresencarna, una empresa onubense y familiar que en plena campaña puede tener unos 45 trabajadores y trabajadoras en plantilla. Pepe Ángel, director de la empresa, cuenta que «soy de Iglesia y si puedo colaborar con Cáritas y ayudar a personas a regularizar su situación, yo feliz. No hay ningún problema, al contrario». En en camino de vuelta, Tierno sonríe, está feliz. «Firmar este contrato me da mucha tranquilidad. Cáritas me ha ayudado mucho para conseguir este contrato y así obtener mi documentación por arraigo social».

De izquierda a derecha: Tierno Diallo, Pepe Ángel y Chonchi Marín

Ahora Tierno quiere seguir trabajando, estabilizar su situación y poco a poco ir cumpliendo sueños.

Apoyar los sueños de las personas es una de las motivaciones que nos hacen, día a día, seguir trabajando. Porque creemos en el talento y en la igualdad de oportunidades para todos y todas.

#SinCompromisoNoHayTrabajoDecente


De izquierda a derecha: Chonchi Marín, Pepe Ángel y Tierno Diallo

Lorieth Herrera: «gracias a esta formación voy a tener más oportunidades laborales»

Lorieth Emilse Herrera Ramírez tiene 28 años, viene de Venezuela y llegó a Huelva hace tan solo un año. «En este poco tiempo estoy muy agradecida porque todas las personas con las que me he ido encontrando me han ayudado y han sido muy agradables conmigo», cuenta. Su madre llegó a España hace cuatro años y, en una de sus visitas, Lorieth comprendió que tenía que cambiar su vida.

Lorieth estudiaba en su país Ingenieria Civil, pero la situación política que atraviesa Venezuela no le dejó continuar con sus estudios. «Había mucha asfixia para el país y por ello también para la Universidad. Yo quería seguir estudiando pero sabía que en mi país no iba a poder continuar. Por eso intenté buscar otras opciones y me concedieron un convenio para poder seguir con mi carrera en l a Universidad de La Laguna», recuerda.

Ese era el plan hasta que llegó la pandemia y después la erupción del volcán que también arrasó con la idea de ir a estudiar a Santa Cruz de Tenerife. «Entonces, como mi madre ya estaba aquí, decidí venir a Huelva y empezar de cero. Al principio fue muy duro porque echas de menos muchas cosas», se sincera.

Para seguir con sus estudios, Lorieth tenía que hacer un proceso burocrático con su Universidad para que legalizaran lo que hasta ahora tenía cursado. «Pero no es tan fácil cómo lo oyes, eso me costaba un dinero que no tenía. Por eso empecé a trabajar de lo que fuera: limpiando, cuidando a personas mayores…».

En ese momento Lorieth decidió ir a la sede de Cáritas Diocesana de Huelva. Allí comentó su situación, sus ganas de seguir con sus estudios universitarios o de empezar un nuevo curso relacionado con su ámbito. «Cuando Ana, la trabajadora social, me dijo que estaban intentando sacar un curso de energías renovables yo no me lo podía creer». Así pues, en julio de este año Lorieth, junto con 11 personas más, comenzó el curso de Instalaciones de Energía Renovable, (energía solar técnica y energía solar fotovoltaica), «yo venía de estudiar mucho, solo teoría, yo nunca en mi vida he cogido una herramienta, y ahora sé un montón de cosas, he aprendido muchísimo y son cosas que me hacen más independiente. Lo importante es aprender, coger experiencia e ir a por tu meta. Gracias a este curso se me van a abrir muchas más oportunidades», dice sincera.

Mientras Lorieth acaba la formación, está gestionando los documentos para poder entrar el año que viene en una titulación universitaria en la Universidad de Linares para poder seguir con la carrera que empezó en Venezuela. Después, sueña con realizar un Máster en Construcción Sostenible. «Me encantaría poder trabajar dentro de empresas que apuesten por materiales sostenibles en la construcción, creando nuevos materiales que sean respestuosos con el planeta. Me gusta mucho la utilidad que se le puede dar sin neceisdad de tomar más de la naturaleza».

Apoyar los sueños de las personas es una de las motivaciones que nos hacen, día a día, seguir trabajando. Porque creemos en el talento y en la igualdad de oportunidades y sabemos que la formación es vital para encontrar un trabajo digno.

#SinCompromisoNoHayTrabajoDecente

¡A por todas, Lorieth!

Cáritas Diocesana de Huelva apuesta por la formación en energías renovables para obtener un empleo digno

Con motivo de la Jornada Mundial por el trabajo decente el próximo 7 de octubre, Cáritas Diocesana de Huelva quiere visibilizar las acciones que realiza para que todo el mundo pueda tener un trabajo decente

Huelva,  5 de octubre de 2022. Cáritas Diocesana de Huelva ha comenzado un nuevo curso de Instalaciones de Energía Renovable, (energía solar técnica y energía solar fotovoltaica) que permitirá que 12 personas reciban una formación específica para su incorporación al mercado laboral.

Se trata de un curso de formación de 470 horas, dirigida a personas desempleadas y cuya meta es mejorar la cualificación profesional o la inserción laboral mediante la adquisición o mejora de competencias, cualificaciones y conocimientos en una determinada ocupación.

El motivo de elegir este curso es porque la comunidad autónoma de Andalucía se encuentra con una tasa de desempleo del 22,54%, un 6,13% superior al año pasado. En concreto la provincia de Huelva está en un 20,70%, según datos de la EPA del primer trimestre del 2021. “En nuestra ciudad nos encontramos con un yacimiento de empleo muy importante: la ocupación de instaladores de energía renovable. Se trata de un sector en eminente crecimiento, resaltando las condiciones climatológicas favorables que se dan en la provincia de Huelva, que hace que las energías alternativas y ecológicas relacionadas con la luz solar tengan un importante auge”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del Área de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva.

El objetivo general del curso es proporcionar a las personas participantes las herramientas y conocimientos teórico y prácticos que les posibiliten la adquisición de las competencias socio-laborales necesarias para acceder al mercado laboral, participando activamente y siendo responsables en su proceso de formación y búsqueda de empleo, así como en la consecución y mantenimiento del mismo.

Para la elección de las personas participantes se han tenido en cuenta diferentes aspectos como los recursos económicos, las responsabilidades familiares fomentando la participación de familias monoparentales, la capacidad de acceso a los servicios públicos, la carencia formativa o la escasez de experiencia laboral por parte de las personas, fomentando así la participación de aquellos perfiles que más necesitaran la promoción y el acceso a derechos.  

Cáritas Diocesana de Huelva apuesta por promover una sociedad más humana y justa para todas las edades

Mañana, 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad y Cáritas Diocesana de Huelva se suma en su apuesta por promover una sociedad más humana y justa para todas las edades.

Cabe recordar que las personas mayores son el pegamento entre nuestro pasado y nuestro presente yse merecen toda nuestra atención, escucha y amor. Por eso, desde el Programa de Familia de Cáritas Diocesana de Huelva se está impulsando el trabajo con las personas mayores, especialmente con aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, tratando de empoderarlas, de evitar su aislamiento y favorecer su participación en la vida de la comunidad.

Este trabajo se viene desarrollando desde hace varios años en la zona de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde se dan numerosos condicionantes específicos derivados del hábitat y de la insuficiencia de servicios y recursos en los pueblos que suponen un desequilibrio en cuanto a derechos y oportunidades y, por tanto, un riesgo para las personas mayores que viven en estos pueblos.

El proyecto pretende contribuir al bienestar cotidiano de las personas mayores de esta zona de manera que puedan mejorar los hábitos de vida saludable, físicos y mentales.

Un ejemplo del trabajo que se realiza es Emilia. Ella vive sola en Cumbres Mayores, sin apoyo familiar en la localidad. Es viuda desde hace muchos años y sufre problemas psicológicos. Para ella es muy importante el apoyo que Cáritas le ofrece porque alivian sus momentos de soledad, la van a visitar, le dan conversación y le hacen sentirse acompañada.
Flora (derecha) es de Aroche y su sobrina se encarga de su cuidado. Aún así, agradece mucho charlar y pasar un rato agradable con otras personas. En este caso con Concha (izquierda), voluntaria de Cáritas que dedica su tiempo a dar una mejor vida a nuestros mayores.
Carmen (izquierda), vecina de Cortegana, no tiene apoyo familiar en la localidad. Por eso Mari (derecha) es la encargada de estar pendiente de prestarle ayuda con las compras , pasea con ella, la lleva a misa…

También se realizan talleres de memoria para trabajar con las personas mayores distintos aspectos y ayudarles a que no pierdan capacidades cognitivas propias de la edad.

Este es el taller de memoria que se realiza en Santa Ana la Real, un pequeño pueblo de 480 habitantes donde no hay muchos recursos básicos. Para las mujeres que participan, el taller les sirve de entretenimiento, para socializar y hablar con las compañeras. Muchas dicen que hablan solas para escuchar a alguien.
Taller de memoria de Aroche celebrando el Día del Alzheimer.

Este proyecto también quiere sensibilizar a los más pequeños de la casa, por eso, organiza diferentes actividades para unir a las nuevas generaciones con nuestros mayores.

Encuentro generacional en Aroche. Trabajaron con los pequeños intentando explicarles la importancia de nuestros mayores y todo lo que pueden enseñarnos.

Un trabajo encomiable que es llevado a cabo por personal técnico y una gran red de personas voluntarias que ofrecen su tiempo a cuidar de las personas mayores y darles la dignidad y el respeto que merecen.

¡Muchísimas gracias!

Iglesia por un Trabajo Decente denuncia el alto desempleo estructural

La actual situación inflacionista, provocada inicialmente por el aumento desmesurado de los beneficios de las empresas de energía, tiene como consecuencia directa el crecimiento del coste de la cesta de la compra y de la vida de las familias trabajadoras. Este contexto es también una amenaza para el empleo que sigue tensionado por el impacto de la pandemia. Con una tasa de desempleo de más del 12%, Iglesia por un Trabajo Decente (ITD), de la cual Cáritas forma parte, denuncia que “aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad vinculados al trabajo en nuestro país”.

En su manifiesto, “Sin compromiso no hay trabajo decente”, hecho público con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del próximo 7 de octubre, subraya que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad”. “El alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”, apunta.

Es el caso de Rosa Casillas, una joven bióloga de 29 años que consiguió emanciparse hace menos de un año. Al igual que muchos jóvenes en nuestro país, esta educadora ambiental hace malabares todos los meses para llegar a fin de mes. “Es una situación que vivo con agobio, ya que hay semanas que compagino cuatro trabajos, uno más estable por las mañanas y otros por las tardes y fines de semana. Es frustrante ver cómo a veces ni con todo mi esfuerzo es suficiente para ahorrar por si viene un mes malo. La temporalidad, el pluriempleo, la inestabilidad horaria. No entiendo por qué las jóvenes tenemos que sufrir una precariedad tan denigrante para intentar tener una vida digna”.

Frente a esta situación, ITD reivindica “la necesidad de seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que sean decentes”. Reclama también que se incorpore a la agenda política las causas que provocan la “tragedia tan extendida” de la siniestralidad laboral, ya que “dos personas trabajadoras mueren cada día en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo”.

Respuesta necesaria

Para ello, ITD hace un llamamiento “al Gobierno y a los agentes socioeconómicos a comprometerse con el empleo de calidad en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras”. “El compromiso de quienes son sensibles a estas situaciones son una respuesta necesaria”, subraya.

En este sentido, la iniciativa urge analizar la propuesta del papa Francisco de reducir la jornada laboral (sin que ello redunde en bajada salarial) como medida de creación de trabajo decente. Asimismo, considera que debe “aflorar el trabajo que se desarrolla en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente”.

Con el objetivo de celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta, ITD anima a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis. “Que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente”, pide la iniciativa en su manifiesto.

La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formado por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».

Cáritas propone la economía Social y Solidaria como un modelo de crecimiento con impacto positivo en las personas y en el planeta

Desde su creación en 1965, los sucesivos informes FOESSA han constatado la gran influencia que el modelo socioeconómico tiene sobre la evolución de la pobreza y la desigualdad. Los ocho estudios presentados en estos años revelan que la exclusión social ha crecido en los periodos de recesión, pero no se ha reducido durante las épocas de bonanza económica.

Frente a esta realidad, son cada vez más las voces que se alzan para defender términos como una economía humanista o del bien común. Muchos de estos conceptos van tomando forma, mientras que otros ya son una realidad, como la Economía Social. Con más de 100 años de historia, la economía social y solidaria ha demostrado que puede convertirse en un motor de cambio hacia un modelo de desarrollo más integral e inclusivo.

Actualmente, representa el 10 por ciento del PIB en España, engloba a más de 43.000 empresas y ocupa a más de 2,2 millones de personas. Su fuerte arraigo social, su sistema participativo y su máximo respeto a la dignidad humana y el medio ambiente son una prueba solvente de que existen otras maneras de hacer economía.

Esta ha sido algunas de las reflexiones que han surgido en la Jornada ¿Otra economía es posible?, organizada por Cáritas Española y la Fundación Pablo VI. El encuentro -que se puede seguir a través de Youtube– fue inaugurado por Milagros Paniagua, secretaria General de Objetivos y Políticas de Inclusión y Previsión Social; Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Jesús Avezuela Cárcel, director general de la Fundación Pablo VI.

“Hemos de comprender -señaló Natalia Peiro- que ni las estructuras, ni las organizaciones que los hombres crean son buenas o malas en sí mismas. Tampoco lo es la economía. Depende del modo en cómo hacemos economía, en cómo desarrollamos nuestras actividades económicas, lo que deriva a que se conviertan en unas herramientas nocivas, es decir, contrarias al desarrollo humano; o que sean instrumentos útiles para que las personas podamos satisfacer plenamente nuestras necesidades y así ejercer nuestros derechos de modo completo”.

“Para que el sistema económico actualmente vigente deje de ser injusto, y no promueva la desigualdad, la pobreza, y la exclusión, -añadió Peiro- es necesario que cambie su finalidad, que modifique su objetivo actual, que utilice las herramientas de gestión a favor del desarrollo pleno de cada una y de todas las personas que habitamos el mundo”.

Responsabilidad social de las empresas

En esta labor de transformación, es fundamental, sin embargo, una implicación activa tanto de las personas como de las estructuras y organizaciones del sistema económico.

“Las empresas tienen un papel decisivo a la hora de generar no solo riqueza sino también valor social. Pero para poder llevar a cabo esa función es fundamental que todo el tejido productivo y empresarial -a través de una profunda reflexión- consiga verse a sí mismo como agente que cuida la sociedad en la que opera y a la que pertenece”, subrayó la secretaria general de Cáritas Española.

La responsabilidad social de las empresas se concreta en la creación de un tipo de empleo que, por una parte, “respete la dignidad de la persona y favorezca su completo desarrollo, y, por otra, permita el acceso a derechos directamente vinculados a la renta disponible, mediante unos salarios suficientes”.

Durante su intervención, Milagros Paniagua resaltó que “la equidad y la redistribución eficiente de los recursos hace que las personas se sientan parte de la sociedad y hay que luchar porque esto sea así”. Paniagua recordó que para conseguir la inclusión de las personas más vulnerables es necesario que tanto las administraciones como el tercer sector “trabajen conjuntamente”. “Cada uno tiene su papel en el acompañamiento a los más excluidos, pero tenemos que trabajar con quienes están más cerca de los ciudadanos para que el impacto sea mayor”.

El encuentro contó con la participación de expertos en Economía, empresarios y representantes de la OIT (Organización Internacional del Trabajo); de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM); la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), y del Centro Internacional de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Corporativa (CIRIEC).

Entre ellos, destacan Aldo Olcese, empresario y especialista en Responsabilidad Social Corporativa (RSC); Jesús Pérez Mayo, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura y patrono de la Fundación FOESSA; Félix Peinado, director de la oficina de la OIT para España; Alfonso Carcasona, empresario y exvicepresidente de CEIM; Adoración Mozas, presidenta de CIRIEC y Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES y Social Economy Europe.

Nuevas iniciativas de economía humanista

Con el objetivo de analizar nuevas propuestas de organización empresarial y económica, la jornada contó también con la presencia de Diego Isabel La Moneda y Pablo Sánchez, fundadores de NESI y B Lab Spain, respectivamente. Se trata de dos iniciativas en el campo empresarial, que han conseguido crear riqueza teniendo en cuenta a las personas y el cuidado del planeta.

Desde el Foro NESI han desarrollado el “Plan A, Economía para la Vida”, una iniciativa colaborativa con 38 Estrategias y 383 propuestas para transformar la economía de España. Diego es co-fundador y director de este Foro. Colabora además con varias redes internacionales de nueva economía, ha sido elegido miembro de la Red de Líderes Responsable de la Fundación BMW y es autor del libro “Yo soy Tú”.

B Lab Spain es una fundación privada que lidera un movimiento global de personas que utilizan la fuerza de las empresas para generar un impacto positivo. Tiene una sólida experiencia en el campo de la evaluación del impacto social y la sostenibilidad empresarial. Es Licenciado en Económicas por la Universidad de Barcelona y Doctor en Administración de Empresas por la Universidad Politécnica de Cataluña.

Cáritas, testimonio de un nuevo modelo económico

Cáritas lleva tiempo trabajando para ser testimonio de un modelo económico que recupere el sentido original de la economía como herramienta de organización de los recursos al servicio de todas las personas para satisfacer sus necesidades y lograr su bienestar, garantizando sus derechos y cuidados del planeta.

Su labor en favor de un modelo que opta por iniciativas empresariales que garanticen el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social, le ha permitido convertirse en la última década en la mayor promotora de empresas de inserción de España con 2.225 puestos de trabajo y 252 líneas de negocio en el año 2021.

En 2018, Cáritas creó además Moda-Re. En pocos años, este proyecto textil confederal se ha convertido en el mayor operador en la recogida y reciclaje de ropa usada en España y uno de los principales de todo el sur de Europa. En 2021, alcanzó 1.136 puestos de trabajo, de los cuales más de la mitad están ocupados por mujeres, mientras que el 48% se reserva a personas en situación o riesgo de exclusión social.

La Casa de la Buena Madre: construyendo un futuro para jóvenes migrantes

La casa de la Buena Madre nace como una respuesta de la iglesia a la necesidad de abordar  y atender la  realidad de aquellos jóvenes migrantes que, después de salir de centros de tutela o emergencia tras llegar a la mayoría de edad, se veían literalmente en la calle.  En este sentido, Cáritas Diocesana de Huelva tuvo claro desde el primer momento la necesidad de ofrecer un espacio de acogida y dignidad que permitiese potenciar la inclusión social de estos menores, así como la convivencia ciudadana y la participación de los jóvenes migrantes en la comunidad.

Huelva, por su cercanía a la frontera sur, por ser lugar de llegada de  miles de personas temporeras  a la llamada de la campaña agrícola de los frutos rojos y por la existencia de asentamientos chabolistas de inmigrantes, es un lugar en el que se pone de manifiesto la realidad de muchos jóvenes viviendo realidades de vulneración o exclusión y que lo único que necesitan es una oportunidad para desarrollarse personalmente y labrarse un futuro. Solo a través de  alternativas creativas y  de empatía  a estas situaciones de injusticia y falta de acceso a los derechos humanos podemos acercarnos a la justicia social y combatir así todas las desigualdades, discriminaciones y el estigma social.

Se trata de jóvenes que por el momento vital que están viviendo, por las dificultades de acceso a vivienda, educación, formación o empleo, necesitan de un apoyo y seguridad  que les ayude a su transición a la vida adulta. Partimos de la base de las potencialidades personales  y por ello los procesos son independientes y personales. A todos les une una dura realidad que queda atrás pero también sus ganas de tener un futuro mejor para ellos y para sus familias.

El trabajo de Cáritas prioriza en la cercanía de la acogida, el acompañamiento en los buenos y los malos momentos y, sobre todo, en lograr que estos jóvenes logren la soñada independencia, no sólo centrada en la mera capacidad de vivir por sí mismos sino en el sentido de ser parte de una comunidad que les haga sentirse vecinos y participantes activos de la misma

Desde el inicio del proyecto, la riqueza de diferentes puntos de vista sociales y culturales sobre un mismo tema, las tradiciones propias, la comida, la forma de relacionarse con Dios nos ha permitido  reconocernos en la riqueza de lo diverso y en la cultura del entendimiento.

Ahora en la casa viven Cheikh, Zakaria, Youssef, Mouhcine, Oussama y Ebrima…. todos ellos con unas ganas de salir adelante que contagian y llenan de esperanza  a quien conoce  la Casa de la Buena Madre; la que ahora les acoge, les da la seguridad y el amor necesario para que  sigan aportando mucho más a todos  de que lo a veces reciben a cambio.

Por último, desde Cáritas Diocesana de Huelva quieren agradecer a los  Hermanos Maristas, que han cedido este espacio a la entidad para que desde la comunión y el compromiso puedan seguir construyendo un futuro para estos jóvenes. 

Este proyecto está financiado por la Dirección General de Políticas Migratorias de la Junta de Andalucía.

Cáritas acompaña a casi un millón de personas en más de 15 proyectos de construcción de la paz

Más de 88 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas en lo que va de año a abandonar sus hogares a causa de la guerra. Desde 2008, los desplazamientos forzosos por culpa de los conflictos bélicos han aumentado un 64%. Aunque la paz no es solo pero sí prioritariamente ausencia de guerra y de violencia, la celebración este miércoles del Día Internacional de la Paz viene indudablemente cargada de conflictos que se recrudecen, se cronifican y se renombran.

Según el Informe Global Peace Index 2022, Afganistán sigue siendo el país menos pacífico del mundo por quinto año consecutivo, seguido de Yemen, Siria, Rusia y Sudán del Sur. Los cinco países con mayor deterioro de la paz en este 2022 fueron Rusia, Ucrania, Guinea, Burkina Faso y Haití.

Una de las líneas de trabajo prioritarias de Cáritas es la construcción de la paz, en los países citados anteriormente, pero también en otros conflictos y crisis prolongadas. Gracias a la Red Internacional de Cáritas, presente en más de 160 países, y con profundo arraigo, es posible desplegar nuestra acción en tres ámbitos: prevención de la violencia, mediación en los conflictos y mitigación del impacto humanitario en las víctimas.

Durante los dos últimos años, Cáritas Española ha logrado acompañar a casi un millón de personas a través de 15 proyectos de construcción de paz en siete países y con un presupuesto total de 1.254.712 euros.

“En Cáritas entendemos la paz no sólo como la ausencia de guerra y violencia. También como la convivencia de todos los ámbitos de la vida: social, político, económico y medioambiental. Desde este enfoque respondemos al desafío de construcción de la paz en diferentes ámbitos y realidades que abordan lo coyuntural y lo estructural”, explica Eva Cruz, directora del área de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

Algunos de los países en los que Cáritas Española desarrolla proyectos de construcción de la paz se encuentra Colombia. En la región de Chocó, uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado interno, Cáritas ha contribuido en el último año a asegurar la alimentación, el acceso a agua y la higiene personal, la atención sanitaria y el refugio temporal a 9.785 víctimas de la violencia, así como a fortalecer sus capacidades de autoprotección frente a los actores armados.

En esta misma línea, Cáritas ha atendido en el último año a 1.017 familias afectadas por el conflicto en Siria en las gobernaciones de Hama y Homs, a través de ayudas económicas y distribución de kits de higiene, además de favorecer el acceso a la educación a 700 niños/as desplazados por causa de la guerra.

Integración de los desplazados

En Ucrania, hasta el momento, se han distribuido 45.000 raciones de comidas, 150.000 paquetes de comida, 290 personas han sido beneficiarias de ayudas económicas, 45.000 personas han accedido a agua potable, 120.000 personas han sido beneficiarias de kits de higiene básica, y 151.000 familias han recibido ayuda para equipar sus hogares e incluso comenzar a restaurarlos en lugares liberados por el ejército.

Para este año escolar, tanto las Cáritas de las ciudades del oeste de Ucrania, como las de los países fronterizos (Polonia, Moldavia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia) y otros afectados (Rep. Checa y Bulgaria), pondrán en foco en la integración de refugiados y desplazados en las comunidades de acogida.

Cáritas también apoya acciones de mediación en conflictos: en República Democrática del Congo, Cáritas acompaña y forma a líderes comunitarios y voluntarios parroquiales para que promuevan el diálogo en comunidades con presencia de actores armados. En el último año, estos líderes han llevado a cabo 7 acciones de mediación comunitaria dirigidas a parar o prevenir enfrentamientos entre grupos armados, lo que ha librado a cerca de 10.000 personas de una situación de violencia generalizada en sus comunidades.

Por último, se acompaña a las comunidades en la fase inmediatamente posterior a la situación de violencia generalizada, mediante acciones de pedagogía para la paz, cuya finalidad es profundizar en la reconciliación y evitar una reactivación del conflicto: en Sudán del Sur la ayuda alimentaria para las poblaciones que retornan a sus lugares de origen tras huir de ellos por la guerra civil, se acompaña de acciones facilitadoras de la implementación de los acuerdos de paz a nivel local en cinco diócesis; de ellas se han beneficiado unas 13.000 personas

Cáritas trabaja por la paz también en tiempo aparentemente pacíficos, mediante la promoción de la transparencia y el buen gobierno, a través de apoyo a misiones de observación electoral, sobre todo en países africanos como Malí y República Democrática del Congo; o del fortalecimiento de las capacidades de la sociedad civil para la vida democrática en Colombia.

Toda esta labor se realiza en contextos de violencia, donde la propia Cáritas (su personal y sus oficinas en terreno) son también víctimas de amenazas, hostigamientos, robos, etc. El caso más reciente lo encontramos en Haití, donde en los últimos días, tres oficinas de Cáritas han sido saqueadas en Les Cayes, Gonnaives y Port de Paix. No se han producido daños personales, pero se llevaron equipos de oficina, muebles y sacos de comida. Cáritas Española trabaja directamente con Cáritas Les Cayes a través de dos proyectos de seguridad alimentaria y de recuperación de medios de vida de las familias afectadas por el terremoto de 2021.

Empleo y formación: un camino efectivo para salir de la pobreza y vivir dignamente

Para Cáritas Diocesana de Huelva, el empleo es una de las llaves más importantes para impulsar a las personas y que puedan salir de las situaciones de pobreza que estén atravesando. Según los datos de la EPA del primer trimestre de este año, la tasa de desempleo se encuentra en 13,65%, disminuyendo los contratos a tiempo completo en 171.500 personas, mientras que el empleo a tiempo parcial se incrementa en 71.300.

Nos encontramos ante una crisis de la precariedad que deja casi dos millones de hogares que dependen económicamente de una persona que tiene trabajos inestables. Esto significa que en el último año ha tenido tres o más meses de desempleo o contratos diferentes en empresas distintas.  Esta inestabilidad genera en las familias pobreza económica, frustración laboral y personal e impide desarrollar proyectos vitales estables y que tiene efectos a nivel psicológico y emocional.

Por estos motivos, Cáritas Diocesana de Huelva, y más concretamente el área de Empleo y Formación, tiene un objetivo claro con estas personas. El programa responde a necesidades reales de personas en situación o en riesgo de exclusión, con los que Cáritas trabaja con un enfoque multidisciplinar e integrador en el que construyen estrategias personalizadas, en función de las diferentes situaciones de partida (pobreza, inmigración, violencia, discapacidad, discriminación).

Cáritas se mueve por todo el ancho y largo de la provincia. “Tenemos una implantación y capilaridad en el todo el territorio que nos permite múltiples vías de entrada de las personas participantes a los programas de empleo a través de las diferentes parroquias. Esta implantación junto con un acompañamiento integral a las personas, en sus procesos vitales y desde la cercanía son claves en el modelo de intervención. Acompañamos a cada persona en cada momento, en su proceso de reapropiación y transformación de su realidad”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del programa de Empleo.

Por otra parte, en el trabajo de orientación y mediación se establece un contacto directo y cercano con las personas participantes, favoreciendo la participación de los mismos. El diseño del itinerario debe de ser consensuado, siendo la persona la que toma sus propias decisiones y el técnico estará apoyando su proceso.

Dentro del servicio de acogida y orientación laboral, las personas pasan por una primera fase de acogida. En un clima de confianza, se conoce a la persona a través de una entrevista y se crea el primer vínculo con ella. Después, una vez obtenida la información, se valora lo que esa persona necesita en el plano laboral y también en otros aspectos que la persona requiera, como es la salud, su situación familiar… Después, las personas trabajadoras de Cáritas junto con la persona participante del proyecto, elaboran y programan una serie de actividades para mejorar sus competencias y la inserción al mercado laboral. Después, a través de entrevistas, las personas tienen un seguimiento por parte de Cáritas y siempre ese plan que se hizo puede ser revisado y modificado.

Por otra parte, existe la mediación laboral y en este sentido Cáritas cuenta con una agencia de colocación que acoge a las personas en un primer momento para conocerles, saber su disponibilidad y actitudes para comenzar su inserción sociolaboral. Después de darles toda la información y también asesoramiento, se les informa sobre las condiciones laborales específicas, ajustando sus expectativas a la realidad del mercado, fomentando su motivación y facilitándoles listados de empresas.

Es en este punto cuando Cáritas comienza a seleccionar las empresas contactadas según el perfil de los participantes. A través de visitas y entrevistas a empresas seleccionadas, contactos telefónicos, envío de documentación sobre nuestro servicio, página web y fidelización con el objetivo de fortalecer y mantener los vínculos de empresas colaboradoras de años anteriores. Por último Cáritas mantiene un contacto muy estrecho con el empresario y el trabajador para saber cómo van las cosas entre ellos y lograr así que la persona contratada se adapte y mantenga el puesto de trabajo.

Cabe destacar que este proyecto está subvencionado por el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2020.

Cáritas considera un avance la equiparación de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar

La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el pasado jueves, del Real Decreto-Ley 16/2002 por el que se mejoran las condiciones de trabajo y de Seguridad Social de las trabajadoras del hogar supone un gran avance en la equiparación de los derechos laborales y de Seguridad Social a los del resto de trabajadores y trabajadoras por
cuenta ajena de todas las mujeres que trabajan en el sector de los cuidados y el hogar.
Esta reivindicación histórica fue recogida, de manera específica, en el documento que, bajo el título “Para una sociedad más justa. Propuestas políticas ante las elecciones legislativas de 2019”, planteaba Cáritas para esta legislatura.

Cáritas, lleva décadas acompañando a las mujeres trabajadoras del hogar familiar, así como reivindicando la equiparación y adecuación de sus derechos a lo contemplado en tratados internacionales, como el Convenio 189 de la OIT recientemente ratificado por el Congreso, y a la Jurisprudencia, tanto de tribunales españoles como del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La nueva norma recoge algunas de esas reiteradas peticiones de un sector integrado de forma mayoritaria por mujeres y con un alto porcentaje de migrantes. Este colectivo, especialmente vulnerable, podrá por fin, acceder a la cobertura ofrecida por la prestación por desempleo y al Fondo de Garantía Salarial en caso de insolvencia de la familia empleadora tras la extinción del contrato de trabajo, como ocurre con el resto de las personas trabajadoras por cuenta ajena.
Además, se especifican las causas de finalización de la relación laboral en términos semejantes a la de cualquier trabajador o trabajadora. La figura del desistimiento, que permitía un despido sin causa, anacrónica e injusta, desaparece.

Por otro lado, se arbitra un sistema de bonificaciones para la persona empleadora en el coste de las cotizaciones que esperamos alivie, en parte, la carga económica para las familias sin por ello restar derechos a las personas trabajadoras. Sin embargo, el Real Decreto, deja todavía algunos aspectos sin resolver que impiden la equiparación total entre las trabajadoras del hogar y el resto de personas trabajadoras del régimen general. “Se mantienen diferencias en el cálculo de la indemnización por despido y en
la cuantía cubierta por parte del FOGASA. De igual manera, de cara a la cobertura por
incapacidad permanente o por jubilación, la equiparación plena se ha quedado por el camino”, explica Pedro Carceller, técnico del equipo de Incidencia Política de Cáritas Española. “Cáritas -señala- celebra los progresos logrados y seguirá trabajando para promover el pleno reconocimiento social y legal de la profesión, tratándose de un pilar fundamental del sistema de cuidados necesitado de reflexión y promoción”.