El confinamiento en La Casa de los Milagros

Zahra, Hassana, Rachida, Aouitef son algunas de las mujeres que viven desde el pasado agosto en la Casa Santa María de los Milagros de Cáritas Diocesana de Huelva. Una casa de acogida para personas en situación de sin hogar y que además atraviesan una enfermedad. Esta casa se ha convertido en un espacio de recuperación y fortalecimiento de la salud. Durante el periodo que estén en la casa, las personas tienen cubiertas todas sus necesidades básicas, tratamiento médico, acompañamiento, actividades para la mejora personal y de autoestima. Se les brinda un espacio donde se sientan acogidas y queridas, donde se les ayude a serenarse y estar en paz consigo mismas. Además, cuando la situación de la persona es terminal se les acompaña en el duelo y en la aceptación de su final.

Por la crisis del coronavirus y el confinamiento, estas personas que se recuperaban en la casa han tenido que limitar sus salidas. Solo aquellas que tienen que acudir a la sesión de quimioterapia pueden ir al hospital. Estas mujeres vinieron a España para trabajar en la campaña de frutos rojos, muchas de ellas hace más de 13 años que trabajan los campos durante los 9 meses que dura la campaña. Hay que destacar que para sus familias, el sueldo de estas mujeres es el único sustento económico que tienen.

Este año se  encontraron con una enfermedad que les impidió seguir trabajando. Muchas de ellas necesitaban un espacio estable de recuperación, un lugar donde pudieran ser atendidas, un sitio donde pudieran sentirse apoyadas en la enfermedad y poder recuperarse. Y por eso, la Casa Santa María de los Milagros se convierte en el abrazo cálido, en la mano que se tiende al que está derrotado, en la voz que susurra para calmar los miedos.

Ahora, asustadas por la situación y lejos de sus familias, intentan invertir su tiempo haciendo algo útil para ellas y para otros. Esta semana han comenzado a fabricar mascarillas que usarán cuando vayan al hospital a recibir el tratamiento. “Es una forma de entretenerse, de sentirse útil y contribuir para hacer algo ante esta situación”, cuenta una de las responsables de la casa.

Desde Cáritas Diocesana de Huelva seguiremos acompañando a las personas que más lo necesitan, siendo conscientes de la situación y tomando todas las medidas de prevención, pero con absoluta disposición para estar allí dónde nos necesitan. 

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