Tres de cada diez hogares no cuentan con ingresos suficientes para alcanzar unas condiciones de vida dignas

Con las heridas de la pandemia aún abiertas, los hogares en España afrontan ahora una nueva crisis, esta vez de tipo inflacionaria, derivada principalmente de la guerra en Ucrania. El conjunto de la sociedad se está viendo afectada por el encarecimiento del coste de la vida. Los recibos aumentan y cada vez cuesta más llenar la nevera y pagar las facturas.

Frente a este nuevo contratiempo, tres de cada diez hogares en España (31,5%) no cuentan con un presupuesto que garantice unas condiciones de vida dignas. Así se desprende del informe “El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo”, presentado este jueves por Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Thomas Ubrich, miembro del equipo técnico de la Fundación FOESSA.

Para llegar a esta conclusión, el estudio propone la construcción del Presupuesto de Referencia para unas Condiciones de Vida Dignas (PRCVD). Se trata de un sistema de medición complementario, que permite abordar la pobreza no solo a partir de los ingresos disponibles, sino que los asocia a las necesidades básicas de los hogares.

“El PRCVD establece el presupuesto mínimo que necesita una familia para vivir con dignidad en un contexto concreto. La intención es adaptar dicho presupuesto a las características específicas de cada tipo de hogar, de forma que la pobreza no se defina de manera abstracta, atendiendo únicamente a los ingresos, sino de una forma concreta, en relación con las necesidades de los hogares”, precisó Ubrich.

Este indicador -sobre el que la UE también está trabajando con el objetivo de definir una metodología común de medición en los estados miembros- contempla no solo el acceso a los alimentos, sino también otros bienes necesarios tales como la vivienda, su equipamiento o suministros (energía o internet). Además, toma en cuenta el acceso a derechos como la educación, el ocio, los gastos sanitarios o la atención a las situaciones de dependencia. En resumen, el presupuesto resultante es la suma de ocho partidas de gastos necesarios para que cualquier hogar pueda vivir en condiciones de vida dignas.

A partir de esta aproximación a las necesidades reales de los hogares, el estudio advierte que el 31,5% de los hogares en España (seis millones de familias) tienen unos ingresos muy por debajo de lo que necesitarían para vivir en condiciones de vida dignas – es decir que viven con ingresos inferiores al 85% de su presupuesto de referencia-. Ese porcentaje es superior a la tasa de pobreza relativa (20,7%) y a la tasa AROPE (25,3%), calculadas por el INE para el año 2019.

Menores a cargo y lugar de residencia

La metodología señala como asfixiante la realidad de los hogares que cuentan con menos del 85% del presupuesto de referencia. Se trata de hogares con graves dificultades, cuyo presupuesto varía muy sensiblemente según la presencia de menores y adolescentes en el hogar, así como por la ciudad de residencia. Así, en el caso de un hogar unipersonal en Barcelona, supone vivir con menos de 1.400 euros mensuales frente a casi 1.000 euros en la ciudad de Cáceres. Para un hogar de una pareja con dos jóvenes mayores de 13 años en Madrid, el 85% del presupuesto de referencia implica no llegar a los 2.900 euros mensuales frente a los 2.400 euros en el caso de Orense. Para un hogar monoparental con dos niños menores de 12 años de edad supone vivir con menos de 2.200 euros en San Sebastián y cerca de 1.300 euros en Ciudad Real.

“Los hogares con graves dificultades para satisfacer sus necesidades básicas se encuentran, sobre todo, entre los que viven en alquiler, hogares con presencia de niños y niñas en edad de estudiar, personas con discapacidad o situación de dependencia, la existencia de deudas, la ausencia de ingresos estables y el desempleo de alguno o todos los miembros activos del hogar. Es crucial, además, considerar la brecha de género y el conjunto de dificultades añadidas que soportan los hogares encabezados por una mujer sola con la responsabilidad exclusiva de la crianza de los niños”, puntualizó Ubrich.

Las partidas de gastos esenciales –vivienda, alimentación y transporte–, que son los capítulos del gasto a los que las familias están dedicando la mayor parte de sus ingresos, son precisamente los que están soportando el mayor incremento de los precios. Así la inflación correspondiente a los gastos en vivienda y suministros (agua, luz, gas) alcanzaba en junio de 2022 el 19%, al igual que la partida de transporte. Por su parte, el crecimiento de los precios de la alimentación superaba el 13%.

Más de 80 de cada 100 euros

La inflación constante de los últimos meses y la acusada incidencia de la misma en estos tres grupos de gastos está dibujando un escenario especialmente preocupante para las familias con menos recursos.

Si antes de la crisis de la inflación, los hogares con ingresos inferiores a 1.500 euros mensuales destinaban a estas tres partidas 61 euros de cada cien euros que ingresaban, al terminar el año estarán dedicando 80 de cada cien. Las familias en peor situación -con ingresos menores a los 1.000 euros- que antes de la crisis se veían obligados a dedicar casi el 70% de esa cantidad exclusivamente a vivienda y alimentación, al finalizar el año superarán los 80 euros de cada 100.

“La incertidumbre generada por la guerra en Ucrania, la evolución de los costes energéticos y las cifras de inflación observadas en los últimos meses han incrementado aún más el riesgo de enquistamiento o cronificación de estas situaciones de exclusión social”, advirtió la secretaria general de Cáritas Española.

Estrategias de las familias más vulnerables para sobrevivir

Al igual que en los primeros años de la Gran Recesión y la crisis económica asociada a la Covid-19, las familias, cuyo “colchón” es pequeño o inexistente tratan de afrontar la falta o la pérdida de capacidad económica del hogar a través de varias estrategias para sortear sus dificultades económicas.

Siete de cada diez hogares vulnerables han renunciado o han reducido sus gastos en ropa y calzado y casi la mitad han recortado el presupuesto familiar en alimentación (3 millones de hogares), hasta el punto de que una cuarta parte de ellos no puede llevar la dieta especial que necesita por cuestiones médicas o que el 18% de hogares con niños ha dejado de usar el comedor escolar por no poder costearlo (casi medio millón de hogares con niños a cargo).

La luz o el gas son gastos ineludibles, sobre todo, si el hogar integra menores de edad o personas dependientes. No obstante, seis de cada diez hogares han reducido el consumo de electricidad, agua o calefacción, y un 22% ha pedido ayudas para pagar sus suministros.

Pese a los riesgos evidentes para la salud, una tercera parte de los hogares con graves dificultades, renunció a tener un accesorio sociosanitario que necesitaba (prótesis, gafas, audífonos), y el 14% dejó de comprar algún medicamento por cuestiones económicas.

“Es incuestionable que estas estrategias no son inocuas en la vida de las personas y familias que las tienen que activar. No son decisiones, sino imposiciones marcadas por la privación, estrategias de supervivencia con consecuencias negativas directas”, indicó Ubrich.

Algunas propuestas

La crisis del Covid-19 dejó una profunda huella que ahora se ve agravada por la escalada de la inflación. “Tenemos una nueva oportunidad de actuar con medidas urgentes sobre las consecuencias, pero también sobre las causas estructurales de una realidad que perjudica siempre con más fuerza a los mismos. De nuevo desde FOESSA y Cáritas apelamos a más justicia social y a trabajar por el bien común empezando por los sectores más vulnerables de la sociedad”, subrayó la secretaria general.

Frente a esta situación, Cáritas Española considera necesario que las políticas públicas aborden la pobreza y la desigualdad desde una doble perspectiva: rescatando a las familias que más están sufriendo, pero también perfeccionando el sistema de protección social a largo plazo.

“Parece claro que las políticas sociales han de complementar los ingresos de los hogares cuando estos no son suficientes, facilitar el acceso a puestos de trabajo estables y de calidad de modo que se evite la precariedad laboral, y promover el acceso a una vivienda digna y adecuada, mediante una política pública de vivienda. También las políticas de inversión en sanidad, educación y atención a la dependencia resultan fundamentales para que los hogares en situación de carencia no se vean en una trampa de pobreza en la que las estrategias que se ven obligados a implementar en el corto plazo limitan su capacidad de salir de la pobreza en el medio y largo plazo”, apuntó Ubrich.

Campaña ‘Nadie sin hogar’: Fuera de cobertura. No dejes que se queden fuera.

Las personas sin hogar viven sin cobertura sanitaria, social o legal. Sin un hogar digno. Sin apoyo y sin red.

Desde hace 30 años trabajamos para hacer visible la vulnerabilidad extrema de las personas que quedan al margen: al margen de las relaciones sociales, del espacio público normalizado, del acceso a su derecho de vivienda, empleo y protección social.

En el último año hemos atendido a 37.207 personas que viven en la calle y hemos puesto a su disposición 420 centros y recursos en los que acompañamos y ofrecemos oportunidades para que no queden al margen.

¿Podríamos vivir sin conexión en una sociedad hiperconectada?

La desconexión es vivida como una pérdida de posibilidades y oportunidades, pero… Qué significa para las personas que se encuentran en grave exclusión social vivir sin conexión:

  • Sin conexión a los servicios públicos de la comunidad en la que viven.
  • Sin conexión a relaciones sociales, familiares.
  • Sin conexión a su salud física y mental.
  • Sin conexión a sus propios recursos personales y posibilidades.
  • Sin conexión a su propia dignidad, merecedores del derecho a la libertad,
    educación, cultura, sanidad, trabajo, vivienda, a construir una familia, a participar de la sociedad en la que vivimos sin conexión al Derecho a la vida.

La realidad de las personas sin hogar

Carecen de alojamiento o tienen pero necesitan ayuda de algún servicio social para mantenerlo.

A veces se sigue creyendo que las personas sin hogar solamente son quienes están en la calle, que tienen algún tipo de patología o que sufren adicciones. Pero además cuentan todas las que viven en centros de acogida, en una vivienda insegura, temporal, ocupada, bajo amenaza de desahucio…

Muchas de ellas han ido acumulando vivencias traumáticas que dañan su salud mental y desencadena dificultades para clarificar y tomar decisiones
en sus vidas. Además sus principales fuentes de apoyo (recursos económicos, familia y amigos) se van agotando y con ellas sus esperanzas.

Qué puedes hacer tú. Implícate.

No permitas que se queden fuera de cobertura.

Para ello puedes contribuir a crear reflexión y debate en torno a este tema, favorecer comunidades de cuidado, visibilizar la dura realidad que sufren e  interesarte por la situación de exclusión de las personas cercanas a tu entorno.

Un buen punto de partida es conocer y difundir los materiales que te facilitamos.

Cáritas urge medidas concretas para garantizar la identificación y protección de las víctimas de trata

El número de víctimas de trata de seres humanos es elevado. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2018 se detectaron y denunciaron unas 50.000 víctimas de trata a nivel mundial. El 50% de estos delitos se cometieron con fines de explotación sexual, mientras que el 38% tuvieron como finalidad el trabajo forzoso. En los casos de explotación sexual, nueve de cada diez víctimas (92%) son mujeres y niñas.

Hoy 18 de octubre se celebra el Día Europeo contra la Trata de Personas, una jornada que supone una nueva oportunidad para seguir denunciado la situación de vulneración de Derechos Humanos en la que se encuentran las víctimas de este delito.

El año pasado Cáritas acompañó a 3.312 mujeres a través de diversos programas en los que se proporciona atención especializada en contextos de prostitución, explotación sexual y de trata con fines de explotación sexual. De ese total, 1.762 mujeres fueron contactadas a través de visitas a los lugares de ejercicio de la prostitución, mientras que 1.550 recibieron atención en alguno de nuestros centros de atención especializados.

El número de mujeres en las que se detectó una situación de explotación sexual fueron 529. “La cifra es menor que el año anterior. Creemos que no solo ha influido el menor número de visitas a los lugares donde las mujeres ejercen la prostitución, sino las dificultades para la detección de indicios de explotación sexual”, explica Noelia de Pablo, responsable de los programas de mujer, prostitución y trata de Cáritas Española.

De acuerdo a los datos recogidos por nuestra entidad, 301 mujeres presentaban indicios de trata con fines de explotación sexual (9% de las mujeres acompañadas), de las cuales 74 mujeres (2,2%) fueron identificadas formalmente por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Los datos nos indican un año más la necesidad de poner en marcha un nuevo mecanismo de identificación que permita una mejor detección e identificación, y por ende protección a las víctimas”, subraya De Pablo.

Grandes dificultades

La larga trayectoria de trabajo de Cáritas en este ámbito de exclusión social nos permite ser testigos de las dificultades que viven las mujeres para salir de la situación en la que se encuentran. Entre ellas destacamos:

El alto porcentaje de mujeres de origen extranjero. La realidad de los flujos migratorios demuestra cómo las mujeres sufren diferentes tipos de violencias en el país de origen. “A ello se suma la falta de oportunidades aquí y allí, además de los engaños y promesas que no se corresponden con la realidad de lo que se encuentran cuando llegan a nuestro país”, señala De Pablo.

Casi la totalidad de estas mujeres tienen cargas familiares. En la mayoría de los casos el motivo principal del proceso migratorio que viven estas mujeres es la búsqueda de oportunidades para ellas y para sus hijos. En algunos casos los menores que tienen a cargo están en España y, en otros, deben hacerse cargo de ellos en su país de origen.

El estigma propio del contexto de prostitución. Esta realidad condiciona a las mujeres por las posibilidades de rechazo de su familia y de su comunidad. “Esto conlleva un fuerte impacto psicológico y físico que se hace evidente en el aislamiento, inseguridad, miedos y fobias, culpa, dependencia emocional, destrucción de la propia identidad y procesos de indefensión aprendida. En un alto porcentaje de ellas esto se traduce en trastorno de estrés postraumático”, indica De Pablo.

Aumento del ejercicio de la prostitución en pisos. Al igual que en años anteriores, el cierre de los clubs ha incrementado el desplazamiento de las mujeres a los pisos. “Esto provoca que sea una realidad cada vez menos accesible a las entidades sociales, lo cual dificulta nuestro trabajo”, apunta De Pablo.

Todas estas situaciones, sumadas a la situación administrativa irregular en la que se encuentran muchas mujeres, conlleva una grave vulneración de derechos, como, por ejemplo, el acceso a ayudas, al empleo, a la salud o a la vivienda, entre otros.

A estas dificultades hay añadir también el uso y abuso de las nuevas tecnologías. En los últimos años, las redes de trata de personas se han adaptado a las nuevas dinámicas y utilizan las nuevas tecnologías como formas de captación, además de ser más habitual la explotación sexual a través de la Red (videollamadas, sesiones en directo, etc).

Frente a esta realidad es cada vez más urgente la aprobación de una Ley Integral contra la Trata, como viene demandando desde hace años la Red Española Contra la Trata de Personas (RECTP), de la que Cáritas es colaboradora.

Dicha Ley, con dotación presupuestaria adecuada, debería incorporar cuestiones como:

1. Abordar todas las formas de trata para las diferentes formas de explotación (sexual, laboral, mendicidad forzada, criminalidad forzada, matrimonio forzado, etc.) desde un enfoque de derechos humanos y una perspectiva de género e infancia. Debe contar además con una asignación de presupuesto clara y comprometida.

2. Tener rango de Ley Orgánica, consolidando los avances que se han producido en este ámbito en los últimos años y proporcionando un marco de obligaciones estable, dotando de coherencia al ordenamiento jurídico actual.

3. Creación de un organismo coordinador de carácter estatal con una comisión permanente y un equipo técnico multidisciplinar que se encargue entre otras cuestiones del proceso de identificación de las víctimas. Se establecerían dos tipos de identificación: la identificación provisional y la identificación formal.

4. Atención y protección de las víctimas desde una dimensión integral.

Cáritas, en línea con el mensaje del Papa Francisco, con motivo de la pasada Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, recuerda que “la trata de personas es violencia” y anima a toda la sociedad a combatir “todas las formas de explotación”.

Cáritas redobla su apuesta por la dignificación de las personas vulnerables a través del uso de tarjetas monedero y códigos QR en las ayudas a la alimentación

El acceso a la alimentación sigue siendo un derecho inaccesible para una parte importante de la población mundial. Según el último informe de la FAO 2022, en el último año, los efectos de la pandemia, los conflictos y los desastres naturales han provocado que 828 millones de personas estén subalimentadas. Esto supone que 150 millones de personas más viven con hambre respecto a 2021.

Este domingo 16 de octubre celebramos el Día mundial de la Alimentación y un año más, la cita no está exenta de desafíos. A los números del hambre se suman los 3.100 millones de personas que no pueden permitirse una dieta saludable a causa del aumento del coste de los alimentos. La nueva coyuntura inflacionista está afectando a muchas familias vulnerables que no habían logrado superar aún los efectos de la crisis económica provocada por la pandemia.

El trabajo de Cáritas implica acompañar a la persona desde una perspectiva integradora y comunitaria, con una orientación que profundice en las causas y, desde aquí, ser capaces de proponer alternativas. Cáritas no mide su trabajo en kilos repartidos, sino en la calidad de la atención de las personas acompañadas y en los procesos transformadores generados hacia la justicia social.

Por ello, desde los servicios de Cáritas y en concreto a través del Programa de Familia, las respuestas a las necesidades de alimentación de las personas y familias se intenta realizar teniendo en cuenta el derecho de las personas a una alimentación saludable y en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía, a través de acciones que no estigmaticen a las personas generando más desigualdad. Por eso Cáritas camina hacia la autonomía, la dignidad, y la salud integral de las personas dando la oportunidad a estas mismas de que puedan utilizar la red normalizada de comercio y decidir qué desean comer adaptado a sus gustos y a sus costumbres culturales.

De manera complementaria, también se realizan talleres y sesiones formativas con las familias para hacer un buen uso de esas ayudas.

En nuestro país, el 23% de la población ha tenido que reducir gastos en alimentación por problemas económicos. Ese porcentaje escala hasta el 59% cuando se trata de hogares en situación de exclusión social, según el último informe FOESSA presentado a inicios de este año con datos a partir de una encuesta realizada en 2021.

“La subida de la cesta de la compra supone un problema para miles de personas, que, con economías precarizadas, viven la angustia de no poder llevar una buena alimentación a sus hogares. Se trata de otra cara de la pobreza que somete a las personas a unas condiciones de maltrato personal y colectivo que deterioran, no solo la salud física y cognitiva, sino también la psico-emocional”, señala María Martínez del programa por el derecho a una alimentación saludable, sostenible e inclusiva de Cáritas Española.

Más de 1,2 millones de personas atendidas

El año pasado, las 70 Cáritas diocesanas atendieron las necesidades básicas de 1.287.382 personas en situación de vulnerabilidad. Esta cifra es un 20 por ciento superior a la registrada antes del inicio de la pandemia.

Las personas que están acudiendo a Cáritas tienen trabajos precarios o están en desempleo. Tampoco cuentan con redes de apoyo y muchas veces arrastran también una concatenación de problemas, como falta de formación, viviendas precarias, ingresos mínimos o prestaciones que no llegan o casi siempre son insuficientes. “La comprensión de estos problemas estructurales nos exige una atención necesariamente integral, planificada y coordinada entre los diferentes sectores implicados públicos y privados”, recuerda María Martínez.

Esa atención integral ha llevado a Cáritas a trabajar desde tres pilares básicos: la dignidad, la autonomía y la libertad de las personas más vulnerables. Por ello, en los últimos años la Confederación ha redoblado sus esfuerzos para que las personas en situación de vulnerabilidad puedan comprar los productos de alimentación que necesitan de acuerdo a sus propias peculiaridades culturales, sociales, sanitarias y en aquellos establecimientos de su barrio o pueblo que deseen.

“Todo ello se lleva a cabo mediante herramientas que no generan ningún tipo de estigma o discriminación, a través de tarjetas monedero solidarias y tarjetas propias de determinados establecimientos. Otra novedad que estamos incorporando es la utilización de códigos QR para evitar la proliferación de residuos de plástico”, explica María Martínez. “Este cambio de modelo nos permite además disponer de tiempos y espacios para generar comunidades donde podamos encontrarnos, conocernos, relacionarnos y vincularnos desde la vecindad, la amistad. Se trata de experiencias que siembran esperanza”, añade.

Crisis alimentaria en Sahel y Cuerno de África

El informe de la FAO 2022 sobre el Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo no deja lugar a dudas: el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por contener o reducir el hambre y está muy lejos de poder conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 en materia de acceso a una alimentación sana y adecuada.

El acceso a la alimentación es un derecho especialmente vulnerado en África. Cerca de 278 millones de personas pasan hambre en este continente olvidado. Ante esta realidad, Cáritas Española ha puesto en marcha una campaña de captación de fondos para atajar la grave crisis alimentaria que se está produciendo en las regiones del Sahel y el Cuerno de África.

En el Cuerno de África -región que incluye Etiopía, Somalia, Eritrea, Djibouti, Sur Sudán, Kenia y Sudán-, la sequía más severa y persistente de los últimos 70 años está afectando directamente a 36,1 millones de personas, incluyendo 24,1 millones en Etiopía, 4,2 en Kenia, y 7,8 en Somalia, donde se estima que durante este mes de octubre se alcanzará la situación de hambruna.

Hasta un total de seis cosechas consecutivas fallidas por la falta de lluvia, el agotamiento de las reservas de agua, la muerte de casi cuatro millones de cabezas de ganado por falta de pasto y agua, y la subida de un 73% de los precios de los cereales provocada por la guerra en Ucrania, componen un escenario imposible de sobrellevar para las familias, cuyos recursos están agotados.

Según la Oficina de Acción Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), en este 2022 se llegará a la cifra récord de 18 millones de personas en riesgo severo de hambruna, principalmente en Burkina Faso, Mali, Níger y Chad. Por otro lado, más de 6 millones de niños y niñas de estos países habrán sufrido desnutrición severa según UNICEF, lo que convierte a la región del Sahel como una de las zonas del planeta que va a ver más empeorada la vida de su población.

La principal razón de este aumento del hambre es el incremento de la población desplazada que huye de los conflictos interétnicos que sacuden estos cuatro países. Actualmente se calcula que cerca de tres millones de personas han tenido que abandonar sus hogares. Por otro lado, estos cuatros países -Burkina Faso, Mali, Níger y Chad- son los más vulnerables ante el cambio climático con sequías e inundaciones recurrentes que destruyen y anegan las cosechas aumentando de ese modo la inseguridad alimentaria de miles de hogares.

Además de las razones políticas internas y a la medioambientales, la crisis del Covid-19 ha supuesto que numerosos hogares hayan visto reducidos sus ingresos, principalmente los encabezados por mujeres, aumentado más si cabe la brecha con respecto a los hombres. Tras empezar a ver mejorada la situación, la guerra de Ucrania ha supuesto una reducción de cereales en el mercado internacional y, por tanto, un aumento de su precio, lo que ha tenido consecuencias desastrosas para numerosas familias.

Programas de seguridad alimentaria

Cáritas Española a través de sus socios locales está ejecutando diferentes intervenciones tanto con fondos propios como públicos con el fin de contribuir a la seguridad alimentaria de las poblaciones sobre todo en las regiones del norte y centro de Burkina Faso y en las regiones de Segú, Mopti, Gao, Bandiagara y Menaka en Mali. Se estima que más de 200.000 personas se habrán beneficiado de estas acciones, principalmente mujeres y niños y niñas, a lo largo de este año.

De igual manera, Cáritas Española apoya a varias Cáritas de los países del Cuerno de África en su esfuerzo de acompañamiento a las poblaciones más vulnerables, tanto con actuaciones puramente de ayuda humanitaria en aquellas regiones más castigadas por los conflictos armados, la sequía y la inundación, como con creación y refuerzo de cooperativas agrícolas para seguir construyendo familias y comunidades cada vez más resilientes frente a los retos que supone el cambio climático y los efectos de las crisis económicas mundiales.

En este momento, los esfuerzos humanitarios se centran en los territorios más afectados de Sudán del Sur, Etiopía, Somalia y Kenia, donde Cáritas Española interviene a través de las Cáritas locales garantizando una ayuda de calidad enfocada además a reforzar capacidades y ofrecer oportunidades de recuperación en el corto y medio plazo.

Cáritas urge en esta jornada a los poderes públicos y a la comunidad internacional a garantizar la promoción de políticas proactivas que aumenten la disponibilidad y la asequibilidad de alimentos en el mundo. “Invitamos a sumar recursos y voluntad política para alcanzar en 2030 la meta del ‘Hambre cero’ (ODS 2) como una cuestión de justicia social, y a adoptar medidas eficaces que favorezcan una transformación sostenible de los sistemas alimentarios para garantizar el pleno ejercicio del derecho a la alimentación”, asegura Eva Cruz, directora de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

El cupón de la ONCE celebra el 75 aniversario de Cáritas

El 75 aniversario de Cáritas es el motivo del cupón de la ONCE del domingo, 23 de octubre. Serán cinco millones de cupones los que lleven por toda España la labor que realiza esta institución de la Iglesia.

Miguel Carballeda, presidente del Grupo Social ONCE, ha entregado a Manuel Bretón Romero, presidente de Cáritas, una lámina enmarcada con este cupón en el que se puede leer el lema ’75 años de amor por los demás’, durante un acto celebrado hoy, en la sede del Consejo General de la ONCE.

Cáritas Española fue instituida en 1947 por la Conferencia Episcopal Española con el objeto de llevar adelante la acción caritativa y social de la Iglesia. A través de su trabajo en el campo de la acción social, la economía solidaria, la incidencia política y la investigación sociológica, Cáritas ha conseguido acompañar y mejorar la autonomía de numerosas personas afectadas por la exclusión y la pobreza.

Toda esta labor ha sido posible gracias a las 73.661 personas voluntarias que forman el pilar básico de la acción de Cáritas, apoyadas por 5.408 personas contratadas. Durante el año 2021, las 70 Cáritas diocesanas -repartidas en más de 5.402 parroquias- han logrado invertir 403 millones de euros. Cerca de 2,62 millones de personas se han beneficiado de los distintos programas que Cáritas ha llevado adelante dentro y fuera de España.

El 69% de sus fondos proceden de donantes particulares, empresas e instituciones, mientras que el 31 por ciento restante son subvenciones de la administración pública tanto a nivel municipal, como nacional o europeo.

Con el afán de mejorar la autonomía de las personas en situación de vulnerabilidad, Cáritas ha centrado gran parte de sus esfuerzos en la economía solidaria. Esto le ha permitido convertirse en la última década en la mayor promotora de empresas de inserción de España con 2.225 puestos de trabajo y 252 líneas de negocio.

En 2018, Cáritas creó además Moda-Re. En pocos años, este proyecto textil confederal se ha transformado en el mayor operador en la recogida y reciclaje de ropa usada en España y uno de los principales de todo el sur de Europa. En 2021, alcanzó 1.136 puestos de trabajo, de los cuales más de la mitad están ocupados por mujeres, mientras que el 48% se reserva a personas en situación o riesgo de exclusión social.

El Sueldazo del Fin de Semana de la ONCE ofrece, todos los sábados y domingos, un premio principal a las cinco cifras y serie de 300.000 euros, más 5.000 euros al mes durante 20 años consecutivos a un solo cupón. Y premios de 2.000 euros al mes durante 10 años consecutivos, a otros cuatro cupones.

Los cupones de la ONCE se comercializan por los más de 19.000 vendedores y vendedoras de la Organización. Además, se pueden adquirir desde www.juegosonce.es, y en establecimientos colaboradores autorizados.

Tierno Diallo: «este contrato de trabajo me da la oportunidad de estar más tranquilo»

Tierno Diallo llegó a España hace seis años. Tiene 24 años y viene de Guinea-Conakri. Antes de llegar a Huelva, pasó por ciudades como Melilla, Málaga y Granada. «Cuando decidí quedarme aquí en España tuve la motivación para aprender de aprender el idioma porque sabía que esa era la llave necesaria para poder acceder a un empleo y poder comunicarme sin problemas. Sabría que el idioma me abriría puertas», cuenta en un perfecto castellano.

En su llegada a España, Tierno solicitó protección internacional por diferentes motivos ligados a la situación familiar y también por la situación política, social y económica que vivía su país y que le ponía en peligro. «Nadie se va de su país si no hay un motivo de peso que lo empuje a ello», aporta Chonchi Martín, técnica del Programa de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva. Después de un tiempo, a Tierno le denegaron esa protección internacional y se quedó en una situación de irregularidad sobrevenida, en una situación muy inestable y sin permiso de trabajo.

Tierno Diallo en el camino hacia la empresa para firmar su contrato

La relación entre Tierno y Cáritas Diocesana de Huelva empezó hace 4 años, cuando empezó a trabajar, gracias a la gestión de la entidad, en una empresa dedicada a los frutos rojos. En ese momento vivía en Almonte, «me sentía muy bien allí, me llevaba bien con mis compañeros de piso y también me sentía muy agusto con la gente del pueblo», dice sincero.

Ahora, gracias al trabajo de mediación laboral que realiza Cáritas con las empresas, Tierno ha conseguido un contrato que le ayudará a regularizar su situación. En este trabajo, Cáritas Diocesana de Huelva acoge a las personas en un primer momento para conocerles, saber su disponibilidad y actitudes para comenzar su inserción sociolaboral. Después de darles toda la información y también asesoramiento, se les informa sobre las condiciones laborales específicas, ajustando sus expectativas a la realidad del mercado, fomentando su motivación y facilitándoles listados de empresas.

Tierno firmando el contrato en la empresa Fresencarna

Es en este punto cuando Cáritas comienza a seleccionar las empresas contactadas según el perfil de los participantes. A través de visitas y entrevistas a empresas seleccionadas, contactos telefónicos, envío de documentación sobre nuestro servicio, página web y fidelización con el objetivo de fortalecer y mantener los vínculos de empresas colaboradoras de años anteriores. Por último Cáritas mantiene un contacto muy estrecho con el empresario y el trabajador para saber cómo van las cosas entre ellos y lograr así que la persona contratada se adapte y mantenga el puesto de trabajo.

Gracias a este trabajo, Tierno ha comenzado esta semana una nueva vida en Fresencarna, una empresa onubense y familiar que en plena campaña puede tener unos 45 trabajadores y trabajadoras en plantilla. Pepe Ángel, director de la empresa, cuenta que «soy de Iglesia y si puedo colaborar con Cáritas y ayudar a personas a regularizar su situación, yo feliz. No hay ningún problema, al contrario». En en camino de vuelta, Tierno sonríe, está feliz. «Firmar este contrato me da mucha tranquilidad. Cáritas me ha ayudado mucho para conseguir este contrato y así obtener mi documentación por arraigo social».

De izquierda a derecha: Tierno Diallo, Pepe Ángel y Chonchi Marín

Ahora Tierno quiere seguir trabajando, estabilizar su situación y poco a poco ir cumpliendo sueños.

Apoyar los sueños de las personas es una de las motivaciones que nos hacen, día a día, seguir trabajando. Porque creemos en el talento y en la igualdad de oportunidades para todos y todas.

#SinCompromisoNoHayTrabajoDecente


De izquierda a derecha: Chonchi Marín, Pepe Ángel y Tierno Diallo

Lorieth Herrera: «gracias a esta formación voy a tener más oportunidades laborales»

Lorieth Emilse Herrera Ramírez tiene 28 años, viene de Venezuela y llegó a Huelva hace tan solo un año. «En este poco tiempo estoy muy agradecida porque todas las personas con las que me he ido encontrando me han ayudado y han sido muy agradables conmigo», cuenta. Su madre llegó a España hace cuatro años y, en una de sus visitas, Lorieth comprendió que tenía que cambiar su vida.

Lorieth estudiaba en su país Ingenieria Civil, pero la situación política que atraviesa Venezuela no le dejó continuar con sus estudios. «Había mucha asfixia para el país y por ello también para la Universidad. Yo quería seguir estudiando pero sabía que en mi país no iba a poder continuar. Por eso intenté buscar otras opciones y me concedieron un convenio para poder seguir con mi carrera en l a Universidad de La Laguna», recuerda.

Ese era el plan hasta que llegó la pandemia y después la erupción del volcán que también arrasó con la idea de ir a estudiar a Santa Cruz de Tenerife. «Entonces, como mi madre ya estaba aquí, decidí venir a Huelva y empezar de cero. Al principio fue muy duro porque echas de menos muchas cosas», se sincera.

Para seguir con sus estudios, Lorieth tenía que hacer un proceso burocrático con su Universidad para que legalizaran lo que hasta ahora tenía cursado. «Pero no es tan fácil cómo lo oyes, eso me costaba un dinero que no tenía. Por eso empecé a trabajar de lo que fuera: limpiando, cuidando a personas mayores…».

En ese momento Lorieth decidió ir a la sede de Cáritas Diocesana de Huelva. Allí comentó su situación, sus ganas de seguir con sus estudios universitarios o de empezar un nuevo curso relacionado con su ámbito. «Cuando Ana, la trabajadora social, me dijo que estaban intentando sacar un curso de energías renovables yo no me lo podía creer». Así pues, en julio de este año Lorieth, junto con 11 personas más, comenzó el curso de Instalaciones de Energía Renovable, (energía solar técnica y energía solar fotovoltaica), «yo venía de estudiar mucho, solo teoría, yo nunca en mi vida he cogido una herramienta, y ahora sé un montón de cosas, he aprendido muchísimo y son cosas que me hacen más independiente. Lo importante es aprender, coger experiencia e ir a por tu meta. Gracias a este curso se me van a abrir muchas más oportunidades», dice sincera.

Mientras Lorieth acaba la formación, está gestionando los documentos para poder entrar el año que viene en una titulación universitaria en la Universidad de Linares para poder seguir con la carrera que empezó en Venezuela. Después, sueña con realizar un Máster en Construcción Sostenible. «Me encantaría poder trabajar dentro de empresas que apuesten por materiales sostenibles en la construcción, creando nuevos materiales que sean respestuosos con el planeta. Me gusta mucho la utilidad que se le puede dar sin neceisdad de tomar más de la naturaleza».

Apoyar los sueños de las personas es una de las motivaciones que nos hacen, día a día, seguir trabajando. Porque creemos en el talento y en la igualdad de oportunidades y sabemos que la formación es vital para encontrar un trabajo digno.

#SinCompromisoNoHayTrabajoDecente

¡A por todas, Lorieth!

Cáritas Diocesana de Huelva apuesta por la formación en energías renovables para obtener un empleo digno

Con motivo de la Jornada Mundial por el trabajo decente el próximo 7 de octubre, Cáritas Diocesana de Huelva quiere visibilizar las acciones que realiza para que todo el mundo pueda tener un trabajo decente

Huelva,  5 de octubre de 2022. Cáritas Diocesana de Huelva ha comenzado un nuevo curso de Instalaciones de Energía Renovable, (energía solar técnica y energía solar fotovoltaica) que permitirá que 12 personas reciban una formación específica para su incorporación al mercado laboral.

Se trata de un curso de formación de 470 horas, dirigida a personas desempleadas y cuya meta es mejorar la cualificación profesional o la inserción laboral mediante la adquisición o mejora de competencias, cualificaciones y conocimientos en una determinada ocupación.

El motivo de elegir este curso es porque la comunidad autónoma de Andalucía se encuentra con una tasa de desempleo del 22,54%, un 6,13% superior al año pasado. En concreto la provincia de Huelva está en un 20,70%, según datos de la EPA del primer trimestre del 2021. “En nuestra ciudad nos encontramos con un yacimiento de empleo muy importante: la ocupación de instaladores de energía renovable. Se trata de un sector en eminente crecimiento, resaltando las condiciones climatológicas favorables que se dan en la provincia de Huelva, que hace que las energías alternativas y ecológicas relacionadas con la luz solar tengan un importante auge”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del Área de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva.

El objetivo general del curso es proporcionar a las personas participantes las herramientas y conocimientos teórico y prácticos que les posibiliten la adquisición de las competencias socio-laborales necesarias para acceder al mercado laboral, participando activamente y siendo responsables en su proceso de formación y búsqueda de empleo, así como en la consecución y mantenimiento del mismo.

Para la elección de las personas participantes se han tenido en cuenta diferentes aspectos como los recursos económicos, las responsabilidades familiares fomentando la participación de familias monoparentales, la capacidad de acceso a los servicios públicos, la carencia formativa o la escasez de experiencia laboral por parte de las personas, fomentando así la participación de aquellos perfiles que más necesitaran la promoción y el acceso a derechos.  

Cáritas Diocesana de Huelva apuesta por promover una sociedad más humana y justa para todas las edades

Mañana, 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas de Edad y Cáritas Diocesana de Huelva se suma en su apuesta por promover una sociedad más humana y justa para todas las edades.

Cabe recordar que las personas mayores son el pegamento entre nuestro pasado y nuestro presente yse merecen toda nuestra atención, escucha y amor. Por eso, desde el Programa de Familia de Cáritas Diocesana de Huelva se está impulsando el trabajo con las personas mayores, especialmente con aquellas en situación de mayor vulnerabilidad, tratando de empoderarlas, de evitar su aislamiento y favorecer su participación en la vida de la comunidad.

Este trabajo se viene desarrollando desde hace varios años en la zona de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde se dan numerosos condicionantes específicos derivados del hábitat y de la insuficiencia de servicios y recursos en los pueblos que suponen un desequilibrio en cuanto a derechos y oportunidades y, por tanto, un riesgo para las personas mayores que viven en estos pueblos.

El proyecto pretende contribuir al bienestar cotidiano de las personas mayores de esta zona de manera que puedan mejorar los hábitos de vida saludable, físicos y mentales.

Un ejemplo del trabajo que se realiza es Emilia. Ella vive sola en Cumbres Mayores, sin apoyo familiar en la localidad. Es viuda desde hace muchos años y sufre problemas psicológicos. Para ella es muy importante el apoyo que Cáritas le ofrece porque alivian sus momentos de soledad, la van a visitar, le dan conversación y le hacen sentirse acompañada.
Flora (derecha) es de Aroche y su sobrina se encarga de su cuidado. Aún así, agradece mucho charlar y pasar un rato agradable con otras personas. En este caso con Concha (izquierda), voluntaria de Cáritas que dedica su tiempo a dar una mejor vida a nuestros mayores.
Carmen (izquierda), vecina de Cortegana, no tiene apoyo familiar en la localidad. Por eso Mari (derecha) es la encargada de estar pendiente de prestarle ayuda con las compras , pasea con ella, la lleva a misa…

También se realizan talleres de memoria para trabajar con las personas mayores distintos aspectos y ayudarles a que no pierdan capacidades cognitivas propias de la edad.

Este es el taller de memoria que se realiza en Santa Ana la Real, un pequeño pueblo de 480 habitantes donde no hay muchos recursos básicos. Para las mujeres que participan, el taller les sirve de entretenimiento, para socializar y hablar con las compañeras. Muchas dicen que hablan solas para escuchar a alguien.
Taller de memoria de Aroche celebrando el Día del Alzheimer.

Este proyecto también quiere sensibilizar a los más pequeños de la casa, por eso, organiza diferentes actividades para unir a las nuevas generaciones con nuestros mayores.

Encuentro generacional en Aroche. Trabajaron con los pequeños intentando explicarles la importancia de nuestros mayores y todo lo que pueden enseñarnos.

Un trabajo encomiable que es llevado a cabo por personal técnico y una gran red de personas voluntarias que ofrecen su tiempo a cuidar de las personas mayores y darles la dignidad y el respeto que merecen.

¡Muchísimas gracias!

Iglesia por un Trabajo Decente denuncia el alto desempleo estructural

La actual situación inflacionista, provocada inicialmente por el aumento desmesurado de los beneficios de las empresas de energía, tiene como consecuencia directa el crecimiento del coste de la cesta de la compra y de la vida de las familias trabajadoras. Este contexto es también una amenaza para el empleo que sigue tensionado por el impacto de la pandemia. Con una tasa de desempleo de más del 12%, Iglesia por un Trabajo Decente (ITD), de la cual Cáritas forma parte, denuncia que “aún quedan demasiadas situaciones de vulnerabilidad vinculados al trabajo en nuestro país”.

En su manifiesto, “Sin compromiso no hay trabajo decente”, hecho público con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, del próximo 7 de octubre, subraya que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad”. “El alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”, apunta.

Es el caso de Rosa Casillas, una joven bióloga de 29 años que consiguió emanciparse hace menos de un año. Al igual que muchos jóvenes en nuestro país, esta educadora ambiental hace malabares todos los meses para llegar a fin de mes. “Es una situación que vivo con agobio, ya que hay semanas que compagino cuatro trabajos, uno más estable por las mañanas y otros por las tardes y fines de semana. Es frustrante ver cómo a veces ni con todo mi esfuerzo es suficiente para ahorrar por si viene un mes malo. La temporalidad, el pluriempleo, la inestabilidad horaria. No entiendo por qué las jóvenes tenemos que sufrir una precariedad tan denigrante para intentar tener una vida digna”.

Frente a esta situación, ITD reivindica “la necesidad de seguir vigilando y regulando las condiciones laborales para que sean decentes”. Reclama también que se incorpore a la agenda política las causas que provocan la “tragedia tan extendida” de la siniestralidad laboral, ya que “dos personas trabajadoras mueren cada día en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo”.

Respuesta necesaria

Para ello, ITD hace un llamamiento “al Gobierno y a los agentes socioeconómicos a comprometerse con el empleo de calidad en un contexto inflacionista de subida de precios que no pueden soportar los salarios de las personas trabajadoras”. “El compromiso de quienes son sensibles a estas situaciones son una respuesta necesaria”, subraya.

En este sentido, la iniciativa urge analizar la propuesta del papa Francisco de reducir la jornada laboral (sin que ello redunde en bajada salarial) como medida de creación de trabajo decente. Asimismo, considera que debe “aflorar el trabajo que se desarrolla en el ámbito de los cuidados y convertirse ya, en trabajo decente”.

Con el objetivo de celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta, ITD anima a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis. “Que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente”, pide la iniciativa en su manifiesto.

La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formado por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, la Juventud Estudiante Católica (JEC) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC). Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».