Cáritas propone la economía Social y Solidaria como un modelo de crecimiento con impacto positivo en las personas y en el planeta

Desde su creación en 1965, los sucesivos informes FOESSA han constatado la gran influencia que el modelo socioeconómico tiene sobre la evolución de la pobreza y la desigualdad. Los ocho estudios presentados en estos años revelan que la exclusión social ha crecido en los periodos de recesión, pero no se ha reducido durante las épocas de bonanza económica.

Frente a esta realidad, son cada vez más las voces que se alzan para defender términos como una economía humanista o del bien común. Muchos de estos conceptos van tomando forma, mientras que otros ya son una realidad, como la Economía Social. Con más de 100 años de historia, la economía social y solidaria ha demostrado que puede convertirse en un motor de cambio hacia un modelo de desarrollo más integral e inclusivo.

Actualmente, representa el 10 por ciento del PIB en España, engloba a más de 43.000 empresas y ocupa a más de 2,2 millones de personas. Su fuerte arraigo social, su sistema participativo y su máximo respeto a la dignidad humana y el medio ambiente son una prueba solvente de que existen otras maneras de hacer economía.

Esta ha sido algunas de las reflexiones que han surgido en la Jornada ¿Otra economía es posible?, organizada por Cáritas Española y la Fundación Pablo VI. El encuentro -que se puede seguir a través de Youtube– fue inaugurado por Milagros Paniagua, secretaria General de Objetivos y Políticas de Inclusión y Previsión Social; Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Jesús Avezuela Cárcel, director general de la Fundación Pablo VI.

“Hemos de comprender -señaló Natalia Peiro- que ni las estructuras, ni las organizaciones que los hombres crean son buenas o malas en sí mismas. Tampoco lo es la economía. Depende del modo en cómo hacemos economía, en cómo desarrollamos nuestras actividades económicas, lo que deriva a que se conviertan en unas herramientas nocivas, es decir, contrarias al desarrollo humano; o que sean instrumentos útiles para que las personas podamos satisfacer plenamente nuestras necesidades y así ejercer nuestros derechos de modo completo”.

“Para que el sistema económico actualmente vigente deje de ser injusto, y no promueva la desigualdad, la pobreza, y la exclusión, -añadió Peiro- es necesario que cambie su finalidad, que modifique su objetivo actual, que utilice las herramientas de gestión a favor del desarrollo pleno de cada una y de todas las personas que habitamos el mundo”.

Responsabilidad social de las empresas

En esta labor de transformación, es fundamental, sin embargo, una implicación activa tanto de las personas como de las estructuras y organizaciones del sistema económico.

“Las empresas tienen un papel decisivo a la hora de generar no solo riqueza sino también valor social. Pero para poder llevar a cabo esa función es fundamental que todo el tejido productivo y empresarial -a través de una profunda reflexión- consiga verse a sí mismo como agente que cuida la sociedad en la que opera y a la que pertenece”, subrayó la secretaria general de Cáritas Española.

La responsabilidad social de las empresas se concreta en la creación de un tipo de empleo que, por una parte, “respete la dignidad de la persona y favorezca su completo desarrollo, y, por otra, permita el acceso a derechos directamente vinculados a la renta disponible, mediante unos salarios suficientes”.

Durante su intervención, Milagros Paniagua resaltó que “la equidad y la redistribución eficiente de los recursos hace que las personas se sientan parte de la sociedad y hay que luchar porque esto sea así”. Paniagua recordó que para conseguir la inclusión de las personas más vulnerables es necesario que tanto las administraciones como el tercer sector “trabajen conjuntamente”. “Cada uno tiene su papel en el acompañamiento a los más excluidos, pero tenemos que trabajar con quienes están más cerca de los ciudadanos para que el impacto sea mayor”.

El encuentro contó con la participación de expertos en Economía, empresarios y representantes de la OIT (Organización Internacional del Trabajo); de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM); la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), y del Centro Internacional de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Corporativa (CIRIEC).

Entre ellos, destacan Aldo Olcese, empresario y especialista en Responsabilidad Social Corporativa (RSC); Jesús Pérez Mayo, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura y patrono de la Fundación FOESSA; Félix Peinado, director de la oficina de la OIT para España; Alfonso Carcasona, empresario y exvicepresidente de CEIM; Adoración Mozas, presidenta de CIRIEC y Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES y Social Economy Europe.

Nuevas iniciativas de economía humanista

Con el objetivo de analizar nuevas propuestas de organización empresarial y económica, la jornada contó también con la presencia de Diego Isabel La Moneda y Pablo Sánchez, fundadores de NESI y B Lab Spain, respectivamente. Se trata de dos iniciativas en el campo empresarial, que han conseguido crear riqueza teniendo en cuenta a las personas y el cuidado del planeta.

Desde el Foro NESI han desarrollado el “Plan A, Economía para la Vida”, una iniciativa colaborativa con 38 Estrategias y 383 propuestas para transformar la economía de España. Diego es co-fundador y director de este Foro. Colabora además con varias redes internacionales de nueva economía, ha sido elegido miembro de la Red de Líderes Responsable de la Fundación BMW y es autor del libro “Yo soy Tú”.

B Lab Spain es una fundación privada que lidera un movimiento global de personas que utilizan la fuerza de las empresas para generar un impacto positivo. Tiene una sólida experiencia en el campo de la evaluación del impacto social y la sostenibilidad empresarial. Es Licenciado en Económicas por la Universidad de Barcelona y Doctor en Administración de Empresas por la Universidad Politécnica de Cataluña.

Cáritas, testimonio de un nuevo modelo económico

Cáritas lleva tiempo trabajando para ser testimonio de un modelo económico que recupere el sentido original de la economía como herramienta de organización de los recursos al servicio de todas las personas para satisfacer sus necesidades y lograr su bienestar, garantizando sus derechos y cuidados del planeta.

Su labor en favor de un modelo que opta por iniciativas empresariales que garanticen el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social, le ha permitido convertirse en la última década en la mayor promotora de empresas de inserción de España con 2.225 puestos de trabajo y 252 líneas de negocio en el año 2021.

En 2018, Cáritas creó además Moda-Re. En pocos años, este proyecto textil confederal se ha convertido en el mayor operador en la recogida y reciclaje de ropa usada en España y uno de los principales de todo el sur de Europa. En 2021, alcanzó 1.136 puestos de trabajo, de los cuales más de la mitad están ocupados por mujeres, mientras que el 48% se reserva a personas en situación o riesgo de exclusión social.

La Casa de la Buena Madre: construyendo un futuro para jóvenes migrantes

La casa de la Buena Madre nace como una respuesta de la iglesia a la necesidad de abordar  y atender la  realidad de aquellos jóvenes migrantes que, después de salir de centros de tutela o emergencia tras llegar a la mayoría de edad, se veían literalmente en la calle.  En este sentido, Cáritas Diocesana de Huelva tuvo claro desde el primer momento la necesidad de ofrecer un espacio de acogida y dignidad que permitiese potenciar la inclusión social de estos menores, así como la convivencia ciudadana y la participación de los jóvenes migrantes en la comunidad.

Huelva, por su cercanía a la frontera sur, por ser lugar de llegada de  miles de personas temporeras  a la llamada de la campaña agrícola de los frutos rojos y por la existencia de asentamientos chabolistas de inmigrantes, es un lugar en el que se pone de manifiesto la realidad de muchos jóvenes viviendo realidades de vulneración o exclusión y que lo único que necesitan es una oportunidad para desarrollarse personalmente y labrarse un futuro. Solo a través de  alternativas creativas y  de empatía  a estas situaciones de injusticia y falta de acceso a los derechos humanos podemos acercarnos a la justicia social y combatir así todas las desigualdades, discriminaciones y el estigma social.

Se trata de jóvenes que por el momento vital que están viviendo, por las dificultades de acceso a vivienda, educación, formación o empleo, necesitan de un apoyo y seguridad  que les ayude a su transición a la vida adulta. Partimos de la base de las potencialidades personales  y por ello los procesos son independientes y personales. A todos les une una dura realidad que queda atrás pero también sus ganas de tener un futuro mejor para ellos y para sus familias.

El trabajo de Cáritas prioriza en la cercanía de la acogida, el acompañamiento en los buenos y los malos momentos y, sobre todo, en lograr que estos jóvenes logren la soñada independencia, no sólo centrada en la mera capacidad de vivir por sí mismos sino en el sentido de ser parte de una comunidad que les haga sentirse vecinos y participantes activos de la misma

Desde el inicio del proyecto, la riqueza de diferentes puntos de vista sociales y culturales sobre un mismo tema, las tradiciones propias, la comida, la forma de relacionarse con Dios nos ha permitido  reconocernos en la riqueza de lo diverso y en la cultura del entendimiento.

Ahora en la casa viven Cheikh, Zakaria, Youssef, Mouhcine, Oussama y Ebrima…. todos ellos con unas ganas de salir adelante que contagian y llenan de esperanza  a quien conoce  la Casa de la Buena Madre; la que ahora les acoge, les da la seguridad y el amor necesario para que  sigan aportando mucho más a todos  de que lo a veces reciben a cambio.

Por último, desde Cáritas Diocesana de Huelva quieren agradecer a los  Hermanos Maristas, que han cedido este espacio a la entidad para que desde la comunión y el compromiso puedan seguir construyendo un futuro para estos jóvenes. 

Este proyecto está financiado por la Dirección General de Políticas Migratorias de la Junta de Andalucía.

Cáritas acompaña a casi un millón de personas en más de 15 proyectos de construcción de la paz

Más de 88 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas en lo que va de año a abandonar sus hogares a causa de la guerra. Desde 2008, los desplazamientos forzosos por culpa de los conflictos bélicos han aumentado un 64%. Aunque la paz no es solo pero sí prioritariamente ausencia de guerra y de violencia, la celebración este miércoles del Día Internacional de la Paz viene indudablemente cargada de conflictos que se recrudecen, se cronifican y se renombran.

Según el Informe Global Peace Index 2022, Afganistán sigue siendo el país menos pacífico del mundo por quinto año consecutivo, seguido de Yemen, Siria, Rusia y Sudán del Sur. Los cinco países con mayor deterioro de la paz en este 2022 fueron Rusia, Ucrania, Guinea, Burkina Faso y Haití.

Una de las líneas de trabajo prioritarias de Cáritas es la construcción de la paz, en los países citados anteriormente, pero también en otros conflictos y crisis prolongadas. Gracias a la Red Internacional de Cáritas, presente en más de 160 países, y con profundo arraigo, es posible desplegar nuestra acción en tres ámbitos: prevención de la violencia, mediación en los conflictos y mitigación del impacto humanitario en las víctimas.

Durante los dos últimos años, Cáritas Española ha logrado acompañar a casi un millón de personas a través de 15 proyectos de construcción de paz en siete países y con un presupuesto total de 1.254.712 euros.

“En Cáritas entendemos la paz no sólo como la ausencia de guerra y violencia. También como la convivencia de todos los ámbitos de la vida: social, político, económico y medioambiental. Desde este enfoque respondemos al desafío de construcción de la paz en diferentes ámbitos y realidades que abordan lo coyuntural y lo estructural”, explica Eva Cruz, directora del área de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

Algunos de los países en los que Cáritas Española desarrolla proyectos de construcción de la paz se encuentra Colombia. En la región de Chocó, uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado interno, Cáritas ha contribuido en el último año a asegurar la alimentación, el acceso a agua y la higiene personal, la atención sanitaria y el refugio temporal a 9.785 víctimas de la violencia, así como a fortalecer sus capacidades de autoprotección frente a los actores armados.

En esta misma línea, Cáritas ha atendido en el último año a 1.017 familias afectadas por el conflicto en Siria en las gobernaciones de Hama y Homs, a través de ayudas económicas y distribución de kits de higiene, además de favorecer el acceso a la educación a 700 niños/as desplazados por causa de la guerra.

Integración de los desplazados

En Ucrania, hasta el momento, se han distribuido 45.000 raciones de comidas, 150.000 paquetes de comida, 290 personas han sido beneficiarias de ayudas económicas, 45.000 personas han accedido a agua potable, 120.000 personas han sido beneficiarias de kits de higiene básica, y 151.000 familias han recibido ayuda para equipar sus hogares e incluso comenzar a restaurarlos en lugares liberados por el ejército.

Para este año escolar, tanto las Cáritas de las ciudades del oeste de Ucrania, como las de los países fronterizos (Polonia, Moldavia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia) y otros afectados (Rep. Checa y Bulgaria), pondrán en foco en la integración de refugiados y desplazados en las comunidades de acogida.

Cáritas también apoya acciones de mediación en conflictos: en República Democrática del Congo, Cáritas acompaña y forma a líderes comunitarios y voluntarios parroquiales para que promuevan el diálogo en comunidades con presencia de actores armados. En el último año, estos líderes han llevado a cabo 7 acciones de mediación comunitaria dirigidas a parar o prevenir enfrentamientos entre grupos armados, lo que ha librado a cerca de 10.000 personas de una situación de violencia generalizada en sus comunidades.

Por último, se acompaña a las comunidades en la fase inmediatamente posterior a la situación de violencia generalizada, mediante acciones de pedagogía para la paz, cuya finalidad es profundizar en la reconciliación y evitar una reactivación del conflicto: en Sudán del Sur la ayuda alimentaria para las poblaciones que retornan a sus lugares de origen tras huir de ellos por la guerra civil, se acompaña de acciones facilitadoras de la implementación de los acuerdos de paz a nivel local en cinco diócesis; de ellas se han beneficiado unas 13.000 personas

Cáritas trabaja por la paz también en tiempo aparentemente pacíficos, mediante la promoción de la transparencia y el buen gobierno, a través de apoyo a misiones de observación electoral, sobre todo en países africanos como Malí y República Democrática del Congo; o del fortalecimiento de las capacidades de la sociedad civil para la vida democrática en Colombia.

Toda esta labor se realiza en contextos de violencia, donde la propia Cáritas (su personal y sus oficinas en terreno) son también víctimas de amenazas, hostigamientos, robos, etc. El caso más reciente lo encontramos en Haití, donde en los últimos días, tres oficinas de Cáritas han sido saqueadas en Les Cayes, Gonnaives y Port de Paix. No se han producido daños personales, pero se llevaron equipos de oficina, muebles y sacos de comida. Cáritas Española trabaja directamente con Cáritas Les Cayes a través de dos proyectos de seguridad alimentaria y de recuperación de medios de vida de las familias afectadas por el terremoto de 2021.

Empleo y formación: un camino efectivo para salir de la pobreza y vivir dignamente

Para Cáritas Diocesana de Huelva, el empleo es una de las llaves más importantes para impulsar a las personas y que puedan salir de las situaciones de pobreza que estén atravesando. Según los datos de la EPA del primer trimestre de este año, la tasa de desempleo se encuentra en 13,65%, disminuyendo los contratos a tiempo completo en 171.500 personas, mientras que el empleo a tiempo parcial se incrementa en 71.300.

Nos encontramos ante una crisis de la precariedad que deja casi dos millones de hogares que dependen económicamente de una persona que tiene trabajos inestables. Esto significa que en el último año ha tenido tres o más meses de desempleo o contratos diferentes en empresas distintas.  Esta inestabilidad genera en las familias pobreza económica, frustración laboral y personal e impide desarrollar proyectos vitales estables y que tiene efectos a nivel psicológico y emocional.

Por estos motivos, Cáritas Diocesana de Huelva, y más concretamente el área de Empleo y Formación, tiene un objetivo claro con estas personas. El programa responde a necesidades reales de personas en situación o en riesgo de exclusión, con los que Cáritas trabaja con un enfoque multidisciplinar e integrador en el que construyen estrategias personalizadas, en función de las diferentes situaciones de partida (pobreza, inmigración, violencia, discapacidad, discriminación).

Cáritas se mueve por todo el ancho y largo de la provincia. “Tenemos una implantación y capilaridad en el todo el territorio que nos permite múltiples vías de entrada de las personas participantes a los programas de empleo a través de las diferentes parroquias. Esta implantación junto con un acompañamiento integral a las personas, en sus procesos vitales y desde la cercanía son claves en el modelo de intervención. Acompañamos a cada persona en cada momento, en su proceso de reapropiación y transformación de su realidad”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del programa de Empleo.

Por otra parte, en el trabajo de orientación y mediación se establece un contacto directo y cercano con las personas participantes, favoreciendo la participación de los mismos. El diseño del itinerario debe de ser consensuado, siendo la persona la que toma sus propias decisiones y el técnico estará apoyando su proceso.

Dentro del servicio de acogida y orientación laboral, las personas pasan por una primera fase de acogida. En un clima de confianza, se conoce a la persona a través de una entrevista y se crea el primer vínculo con ella. Después, una vez obtenida la información, se valora lo que esa persona necesita en el plano laboral y también en otros aspectos que la persona requiera, como es la salud, su situación familiar… Después, las personas trabajadoras de Cáritas junto con la persona participante del proyecto, elaboran y programan una serie de actividades para mejorar sus competencias y la inserción al mercado laboral. Después, a través de entrevistas, las personas tienen un seguimiento por parte de Cáritas y siempre ese plan que se hizo puede ser revisado y modificado.

Por otra parte, existe la mediación laboral y en este sentido Cáritas cuenta con una agencia de colocación que acoge a las personas en un primer momento para conocerles, saber su disponibilidad y actitudes para comenzar su inserción sociolaboral. Después de darles toda la información y también asesoramiento, se les informa sobre las condiciones laborales específicas, ajustando sus expectativas a la realidad del mercado, fomentando su motivación y facilitándoles listados de empresas.

Es en este punto cuando Cáritas comienza a seleccionar las empresas contactadas según el perfil de los participantes. A través de visitas y entrevistas a empresas seleccionadas, contactos telefónicos, envío de documentación sobre nuestro servicio, página web y fidelización con el objetivo de fortalecer y mantener los vínculos de empresas colaboradoras de años anteriores. Por último Cáritas mantiene un contacto muy estrecho con el empresario y el trabajador para saber cómo van las cosas entre ellos y lograr así que la persona contratada se adapte y mantenga el puesto de trabajo.

Cabe destacar que este proyecto está subvencionado por el Fondo Social Europeo y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2020.

Cáritas considera un avance la equiparación de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar

La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el pasado jueves, del Real Decreto-Ley 16/2002 por el que se mejoran las condiciones de trabajo y de Seguridad Social de las trabajadoras del hogar supone un gran avance en la equiparación de los derechos laborales y de Seguridad Social a los del resto de trabajadores y trabajadoras por
cuenta ajena de todas las mujeres que trabajan en el sector de los cuidados y el hogar.
Esta reivindicación histórica fue recogida, de manera específica, en el documento que, bajo el título “Para una sociedad más justa. Propuestas políticas ante las elecciones legislativas de 2019”, planteaba Cáritas para esta legislatura.

Cáritas, lleva décadas acompañando a las mujeres trabajadoras del hogar familiar, así como reivindicando la equiparación y adecuación de sus derechos a lo contemplado en tratados internacionales, como el Convenio 189 de la OIT recientemente ratificado por el Congreso, y a la Jurisprudencia, tanto de tribunales españoles como del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La nueva norma recoge algunas de esas reiteradas peticiones de un sector integrado de forma mayoritaria por mujeres y con un alto porcentaje de migrantes. Este colectivo, especialmente vulnerable, podrá por fin, acceder a la cobertura ofrecida por la prestación por desempleo y al Fondo de Garantía Salarial en caso de insolvencia de la familia empleadora tras la extinción del contrato de trabajo, como ocurre con el resto de las personas trabajadoras por cuenta ajena.
Además, se especifican las causas de finalización de la relación laboral en términos semejantes a la de cualquier trabajador o trabajadora. La figura del desistimiento, que permitía un despido sin causa, anacrónica e injusta, desaparece.

Por otro lado, se arbitra un sistema de bonificaciones para la persona empleadora en el coste de las cotizaciones que esperamos alivie, en parte, la carga económica para las familias sin por ello restar derechos a las personas trabajadoras. Sin embargo, el Real Decreto, deja todavía algunos aspectos sin resolver que impiden la equiparación total entre las trabajadoras del hogar y el resto de personas trabajadoras del régimen general. “Se mantienen diferencias en el cálculo de la indemnización por despido y en
la cuantía cubierta por parte del FOGASA. De igual manera, de cara a la cobertura por
incapacidad permanente o por jubilación, la equiparación plena se ha quedado por el camino”, explica Pedro Carceller, técnico del equipo de Incidencia Política de Cáritas Española. “Cáritas -señala- celebra los progresos logrados y seguirá trabajando para promover el pleno reconocimiento social y legal de la profesión, tratándose de un pilar fundamental del sistema de cuidados necesitado de reflexión y promoción”.

El Papa felicita a Cáritas Española por su 75 aniversario y recuerda que “el Amor es el lenguaje que más nos une”

El Papa Francisco ha recibido este mediodía en audiencia al Consejo General de Cáritas Española con motivo del 75 aniversario de su fundación. Durante el encuentro, que ha tenido lugar en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Santo Padre recordó que “la Caridad, el Amor con mayúsculas, es el rasgo más esencial del ser humano y por ello el lenguaje que más nos acomuna”.

“Si Cristo nos llama a la comunión con Dios y con el hermano, vuestro esfuerzo se encamina precisamente a reconquistar esa unidad a veces perdida en las personas y en las comunidades”, aseguró. En su breve mensaje de felicitación, Francisco reflexionó sobre los principales retos que se ha planteado la institución en estos tres cuartos de siglo: “trabajar desde las capacidades y las potencialidades acompañando procesos”, “realizar acciones significativas” y “ser cauce de la acción de la comunidad eclesial”.

“Entregar la propia vida”

Sobre el primero de estos desafíos, el Papa indicó que “no son los resultados los que nos mueven”, sino “ponernos delante de esa persona que está rota, acogerla y abrir para ella caminos de restauración, de modo que pueda encontrarse a sí misma, siendo capaz, a pesar de sus limitaciones y las nuestras, de buscar su sitio y de abrirse a los demás y a Dios”. “El único momento en que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudarla a levantarse”, subrayó.

En relación al esfuerzo de Cáritas por “realizar acciones significativas”, el Santo Padre invitó a “entregar la propia vida”, ya que la Caridad no trata de “gestos que buscan salir del paso”, sino de ofrecer a las personas “una puerta abierta hacia una vida nueva”. “El Señor nos propone ser fermento de un reino de justicia, de amor y de paz”, apuntó.

Sobre la misión de Cáritas de “ser cauce de la acción eclesial”, Francisco recordó que la Caridad “no es simplemente una gestión ordenada de los recursos, o un espacio en el que poder descargar la responsabilidad de esta delicada misión eclesial”, sino ser “esa mano tendida que es Cristo cuando nosotros la ofrecemos al que nos necesita, y a la vez nos permite aferrar a Cristo cuando Él nos interpela en el sufrimiento del hermano”.

“Ejemplo de solidaridad”

El presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, agradeció a Francisco su “ejemplo de solidaridad, lucha por la justicia y el cuidado de la casa común”. “Una vez más quiero agradecerle en nombre de todos los que formamos Cáritas Española su compromiso por seguir alentando y manteniendo nuestra institución”, aseguró.

Bretón expresó gratitud al Santo Padre por su “apoyo” a “todas las personas que se acercan a Cáritas en busca de una vida mejor, de aquellos que no llegan a conseguirla y los que lejos de las fronteras de nuestro país siguen luchando para alcanzar condiciones dignas que les permita cubrir sus necesidades básicas”.

En su mensaje, recordó que a lo largo de estos 75 años Cáritas ha tenido que afrontar tiempos difíciles. “Nos hemos tenido que adaptar, como el mundo entero a las secuelas de una pandemia y a una guerra cercana a las puertas de Europa, sin olvidar todas las que siguen abiertas en el mundo”, apostilló.

Pese a un escenario de creciente inestabilidad, Bretón recordó que “la esperanza, el tesón, la fe y el apoyo incondicional de los obispos, las instituciones, donantes privados y empresas han sido un gran aliciente para intentar estar a la altura de la confianza depositada en Cáritas, como Iglesia en su acción socio caritativa”.

Omella, junto al Consejo General

En la audiencia estuvieron presentes el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella; el presidente de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social y obispo responsable de Cáritas, monseñor Jesús Fernández; el vicepresidente Enrique Carrero; la secretaria general, Natalia Peiro; el delegado episcopal Vicente Martín, y los presidentes de las Cáritas regionales de Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid, País Vasco y Navarra, Comunidad Valenciana y Murcia.

Junto a ellos se encontraban también los consejeros por designación episcopal, la presidenta de la Asociación San Vicente de Paúl y los directores de la Cáritas Castrense y de las diocesanas de Barcelona, Madrid, Burgos y Málaga, además de los responsables de las áreas de Cooperación, Comunicación, Administración, Acción Social, Desarrollo Institucional y los miembros del Gabinete de presidencia.

Cáritas Española es la confederación oficial de entidades de acción caritativa y social de la Iglesia católica. Instituida en 1947 por la Conferencia Episcopal Española, tiene por objeto la realización de la acción caritativa y social, a través de sus miembros confederados.

Las 70 Cáritas Diocesanas repartidas por toda España promueven el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente de los más pobres y excluidos. Desarrolla su acción gracias a la financiación pública y privada, transformando estas aportaciones en cifras valiosas, aquellas que hablan de desarrollo, justicia y esperanza.

Durante el año 2021, Cáritas invirtió un total de 403.158.987 euros, de los cuales el 69% procedió de aportaciones privadas de donantes, participantes, empresas, instituciones, entidades de economía social y herencias y legados, mientras que el 31% restante resultó de aportaciones de las administraciones públicas.

40 niños de Huelva participan en la escuela de verano del proyecto «Educar para crecer» de Cáritas Diocesana de Huelva

Se trata de una propuesta educativa para niños y niñas de barrios en riesgo de exclusión organizada por el área de familia de Cáritas Diocesana de Huelva y que está financiada por el Ministerio de Igualdad y la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía.

Con la llegada del verano no se clausura la acción que Cáritas Diocesana lleva adelante durante el año. Es el caso del proyecto Educar para Crecer que el área de familia lleva adelante durante todo el año y que, un verano más, pone en marcha su Escuela de Verano dirigida a niños y niñas de entre 6 y 15 años de la que este año se benefician 40 menores.

La escuela, ubicada en el C.E.I.P. José Oliva del Molino de la Vega, en la capital, abre sus puertas cada mañana a las 9 ofreciendo el desayuno a estos niños. A continuación, se desarrollan los distintos talleres de manualidades, habilidades sociales, apoyo escolar y actividades deportivas, entre otras. Además, cada viernes la escuela se traslada a otros enclaves como la playa, el aula de la naturaleza del Parque Moret, al Acuario de Sevilla, etc. Con este programa se pretende, además de favorecer el ocio de estos niños y una mayor competencia académica, se pretende desarrollar otras habilidades creativas, sociales o intrapersonales. Así transcurre la mañana, gracias a la labor de técnicos y voluntarios de Cáritas que lo hacen posible, hasta que cada día cierra a las 15 horas, después de la comida de medio día, con lo que, además, se garantiza una adecuada alimentación para estos menores.

La escuela, que está financiada por el Ministerio de Igualdad y la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía se mantendrá abierta hasta el 31 de agosto.


Formación y Animación Comunitaria: Las Cáritas Parroquiales, testimonio de Iglesia de acogida y cercanía

José Antonio Sosa: “Sueño con una sociedad en donde las familias sean capaces de tomar sus propias decisiones”

José Antonio Sosa es párroco de Punta Umbría y Delegado de Cáritas en el Arciprestazgo de la Costa. Además del oficio propio como párroco y sacerdote, dentro del equipo de Cáritas su función es coordinar y alentar, “animar, a todos los miembros del equipo para que todo lo que vayan desempeñando lo hagan siempre sin perder la esencia, el motivo principal por el que se hace un voluntariado. Lo hacemos desde el compromiso con nuestra fe y sobre todo con el prójimo”.

En los 30 años que José Antonio lleva ejerciendo su ministerio sacerdotal, ha visto una importante evolución en el estilo, las formas, y sobre todo, “en la mentalidad que hay dentro de los equipos de Cáritas. Vamos dando pasos hacia delante evolucionando en la forma de acoger a las personas y ejercer la caridad adaptándonos a la realidad concreta del momento”.

Dentro de la comunidad de Cáritas y en su trabajo con las personas, José Antonio se da cuenta de las realidades que viven las familias, las carencias y pobrezas que tienen. Que no es solo una pobreza material, sino que es una pobreza formativa y educacional. “Yo sueño con unas familias autónomas que tengan las capacidades necesarias para tomar sus propias decisiones. No nos olvidemos que nuestro espíritu es cristiano y lo que pretendemos es que en cada familia se cultiven los valores cristianos y que con esos valores se puedan superar muchos obstáculos”. Muchas veces lo que ocurre es que detrás de esa necesidad material lo que están demandando es otro tipo de acompañamiento, de formación y de orientación.

José Antonio tiene la ilusión de seguir evolucionando y seguir creciendo en la manera de ejercer la caridad y así, poder ir integrando a más familias en nuestra sociedad sin necesidad de que tengan que depender de la ayuda de Cáritas. “Dentro de diez años me veo acompañando a la gente en su crecimiento personal, porque cuando la persona crece, los problemas se van solucionando”.

Simona Aliaño: “Sueño con que todas las personas
tengan una formación adecuada”

Simona tiene 66 años y es voluntaria de Cáritas Parroquial de Corrales, un equipo formado por cuatro mujeres implicadas en la labor de Cáritas. En Corrales ellas se comprometen a muchas actividades, “lo que más tenemos es contacto con las personas, hacemos un seguimiendo, una escucha activa, los acompañamos si hay que hacer algún trámite”. Intentan que las personas salgan adelante y que nunca pierdan la dignidad humana. “Nosotros como Iglesia que somos estamos ahí para todo”.

Cada día Simona se nutre de motivaciones para acudir a su voluntariado. Ella considera que, como cristianos,“tenemos que predicar con el ejemplo, Cáritas es una entidad católica y nosotros tenemos que poner por encima de todo la caridad y el amor por las personas”.

Simona sueña con conseguir la formación que las personas necesitan para optar a un puesto de trabajo. “Lo estamos consiguiendo, porque ya hay personas que están haciendo cursos para formarse y ser mejores profesionales”. Su sueño como voluntaria es seguir tendiendo sus manos a las personas que lo necesitan para que nunca se sientan solos.

En el futuro, Simona imagina una Cáritas capaz de paliar todas las necesidades , una sociedad donde no hubiera tanta desigualdad, “sueño con un planeta más igualitario donde todo el mundo tienda su mano para ayudar a otros”.

Raúl Hidalgo: “Sueño con una Cáritas que siga siendo cercana a las personas”

Raúl Hidalgo es voluntario en Cáritas Parroquial de Aracena desde hace más 13 años. Su voluntariado lo dedica a actividades diversas, “principalmente coordino con otras compañeras las diferentes actividades que tenemos, la acogida, el almacén, preparar las reuniones para el equipo, llevar las cuentas…”.

Su primera experiencia con Cáritas fue cuando vivía en Madrid con 18 años, “fue una experiencia que me impactó mucho, porque estás cerca de las personas, las acompañas y eso hace que empieces a mirar de manera diferente, porque ya no eres tú solo, eres con la persona que tienes al lado y con la que estás compartiendo su realidad”.

Desde Cáritas Aracena intentan siempre trabajar desde la igualdad, “todos aportamos y sumamos por igual”, nos cuenta. Como voluntario Raúl sueña con una Cáritas que siga siendo cercana y que toque la realidad de las personas de manera presente.

Empleo y formación: un camino efectivo para salir de la pobreza y vivir dignamente

Elgrys Castillo: “Sueño con conseguir la nacionalidad y poder ayudar con mi trabajo a muchas personas”

Elgrys Castillo tuvo que salir de Venezuela por la crisis económica. “Me encanta viajar, pero jamás pensé salir de mi país de esta manera. No estaba en mis planes”. Elgrys cuenta que aún siendo licenciada en derecho, teniendo estudios superiores y máster, no podía encontrar trabajo, era difícil vivir y costearle a sus padres las medicinas y la alimentación que necesitaban. “Por eso tuve que salir, porque no podía más. Ya en Huelva una amiga me dijo que podía ir a Cáritas a contar mi caso”.

Al poco tiempo, Elgrys empezó a formar parte de la mediación y la orientación laboral que hace Cáritas Diocesana de Huelva con su Programa de Empleo, “Cáritas y las personas que me atendieron, jugaron un papel fundamental porque yo aquí no tenía a nadie con quien compartir lo que me estaba pasando y en Cáritas me brindaron una escucha y una orientación muy importante, tanto en lo laboral como en lo personal”.

Justo antes del estado de alarma desde Cáritas encontraron una oferta laboral para Elgrys. “Empecé a trabajar cuidando a una persona con parkinson. Allí pasé todo el confinamiento y siempre que tenía alguna duda me comunicaba con el servicio de empleo de Cáritas de manera telefonica”.

Después del año y medio trabajando y con contrato, actualmente Elgrys tiene permiso de trabajo y toda su documentación en regla. Entre sus ilusiones, quiere conseguir la nacionalidad para poder en un futuro “trabajar de lo que he estudiado, dar todo lo que sé, mis pasiones, mi profesionalidad”. En estos momentos sigue trabajando con una persona mayor pero, “no me siento mal por estar haciendo un trabajo diferente porque para mí está siendo una experiencia maravillosa donde estoy aprendiendo mucho y además es un trabajo que me sirve para ganarme la vida dignamente”.

Para Elgrys, la experiencia con Cáritas ha sido muy buena porque “es una entidad que te acoge, te orienta y te acompaña durante todo tu proceso. Me he sentido muy guiada y acompañada en todo momento”.

El sueño de Elgrys sería, en un futuro cercano, poder ayudar con su trabajo a otras personas que, como ella, necesiten apoyo en un momento puntual y, porqué no, confiesa, “me gustaría formar parte de Cáritas”.

Héctor Barrios: “Si no me hubiera formado con los cursos de Cáritas no hubiera podido acceder a mi empleo actual”

Héctor Barrios, de 31 años y procedente de Venezuela vino a España en 2019 con su mujer y su hija por la situación que estaba viviendo su país. Ahora trabaja en una empresa constructora y “hago de todo, trabajos de jardinería,fontanería, albañilería…”.

Hector reconoce que este trabajo fue gracias a un efecto mariposa muy largo y en él se vieron involucradas muchas personas, “un amigo me dijo que me acercara a Cáritas porque quizás me podían ofertar formación que me cualificara para poder trabajar en algunos sectores”. Cuando Héctor llegó a Cáritas y le contó al Servicio de Formación y Orientación Laboral del Área de Empleo su caso, empezó a realizar una formación, en concreto, asistió a un curso sobre mantenimiento de edificios y justo después cursó otra sobre montaje de aires acondicionados.

Una vez terminó la formación y gracias al contacto que tenía con algunos amigos, se enteró de una oferta de trabajo muy similar a lo que había estudiado en los cursos de Cáritas. “Si no me hubiera formado con estos cursos yo no podría haber optado a un puesto que requería conocimientos de mantenimiento o de electricidad. Gracias a las prácticas que también hicimos me dieron la herramienta para poder decir que yo sabía hacer lo que pedían”, confiesa.

Ahora Héctor lleva cuatro meses en la empresa y se siente muy contento. “Me gusta trabajar ahí porque me siento orgulloso de lo que hago”.

Héctor sueña con llegar a ser lo que él estudió: ingeniero químico. “Sé que es un camino largo, pero quiero intentarlo porque es lo que soy”.

Dentro de diez años se imagina en Huelva, viviendo con su familia en una ciudad que se adapta a lo que les gusta y a sus necesidades y porqué no, trabajando en el polo químico.

Un trabajo integral con las familias en el año 2021

Rosa María Palomino: “Sueño con un futuro en el que a mis hijos nunca les falte de nada”

Rosa María Palomino es técnica de calidad de una empresa que trabaja internacionalmente. A través de sus ojos conocemos el valor del esfuerzo y la superación continua. Su sonrisa demuestra fortaleza y empeño, pero no siempre fue así. “Fueron momentos duros en los que sientes que el barco se hunde”, recuerda emocionada. Rosa pasó por un periodo en el que no tenía trabajo, “estaba ahogada, debía meses de alquiler, luz, agua…”. Cuenta que le costaba mucho pedir ayuda, pero comprendió que hay veces en la vida en las que sola no se puede. “Fui a la parroquia y allí me ayudaron con alimentos, gafas para mis hijos, ortodoncia…”.

Reconoce que el apoyo moral fue algo vital en aquella época. “Con Cáritas sentí que aunque me estuviera cayendo siempre había alguien que me sostenía, me cuidaba y no me dejaba”. En aquella época, ella no paraba de buscar trabajo, “no me aburría del no, fue muy duro pero tenía que seguir”. La mayor recompensa, dice emocionada, “fue ver a mis hijos viendo que su madre no paraba de intentarlo”.

Ahora. Rosa trabaja donde quería y tiene la casa que sus hijos se merecen. Rosa sueña con seguir en esta empresa y montar su propio negocio para poder dejarles un legado a sus hijos para que así “ellos tengan donde agarrarse para que nunca pasen necesidad, aunque luchen por lo que quieran”.

Rocío Hernández: “Sueño con que mi familia esté siempre bien”

Rocío Hernández, de 39 años, tiene tres hijos y ahora mismo trabaja como limpiadora. Entró en contacto con Cáritas en un momento de debilidad. Fue ahí cuando Rocío comenzó a participar en el Proyecto de Intervención Familiar de Cáritas Diocesana de Huelva, donde se le brinda el acompañamiento integral tanto a ella como a su familia. Dentro de este acompañamiento, Rocío asiste a los talleres educativos con mujeres donde se trabaja el desarollo y el crecimiento personal, habilidades parentales, organización del hogar, economía doméstica y hábitos saludables. “Ahí empezó a cambiar mi vida”, dice sincera. “Yo era muy negativa y nunca pensaba en mí. Gracias a los talleres, le di la vuelta a la situación y empecé a ver la vida de otra manera”.

Rocío sueña con tener un trabajo estable y bien remunerado. Sueña con encontrar la felicidad y que en su casa siempre se respire la armonía. Pero Rocío ya ha cumplido alguno de sus sueños, “yo antes no trabajaba porque me daba miedo, pero he conseguido salir de ahí gracias, en gran parte, a la ayuda de Cáritas”.

Ayman y Salma: “Todos tenemos un poder especial para ayudar a otras personas”

Ayman y Salma son dos hermanos que viven en Huelva. Ayman cursa 1º de ESO y le gustan las Matemáticas, la Geografía y la historia. “Me gustan porque me lo paso muy bien estudiándolas”. Salma está en 5º de primaria y la asignatura que más le gusta es Lengua. Ambos asisten al proyecto ‘Educar para crecer’, donde cada día refuerzan lo aprendido en clase, mejorando sus notas y “también nos lo pasamos bien, nos divertimos y hacemos nuevos amigos”.
Ayman piensa que todos podemos hacer algo por los demás y ayudarlos a cumplir sus sueños.
Salma, cuando leyó el lema “construimos una comunidad que sueña”, pensó que cada persona tiene un poder especial para ayudar a otros.

Salma sueña con ser abogada de mayor porque “mi madre tiene un abogado y me gusta como trabaja con ella”. Ayman desea trabajar en Cáritas para impulsar a personas que lo necesiten. “Yo sé como se sienten esas personas, es difícil no tener apoyos, por eso quiero ayudar a los demás en todo lo que necesiten.

María Romero: “Sueño con que Cáritas siga cuidando de las personas mayores”

María Romero es natural de Santa Ana aunque nació en una aldea más pequeña. Ha cuidado toda la vida de su familia pero ahora vive sola. María participa en el ‘Proyecto de mayores en la Sierra’, una acción de acompñamiento que Cáritas Diocesana de Huelva hace junto con los equipos de voluntariado de cada pueblo.

En concreto, María va al Taller de Memoria, “me siento muy a gusto, me ayuda en mi día a día y me da vida porque es un motivo más para salir de casa”. En estos talleres hacen actividades junto con las técnicas y las personas voluntarias para fortalecer la memoria y prevenir problemas futuros, “realizamos fichas que hacen que movamos la cabeza, que pensemos y nos esforcemos. Cuando no sabemos algo las ténicas nos ayudan para que avancemos”.

Las ilusiones de María son muchas, entre ellas “tengo el sueño de seguir haciendo cosas y seguir aprendiendo”. María espera que estos talleres sigan por mucho tiempo y que no se acaben porque “si vosotras paráis algo dentro de nosotras se apagaría”.