Por una alimentación digna, saludable, autónoma e inclusiva

Cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo. Este año se hace un llamamiento mundial a la solidaridad para conseguir que los alimentos saludables lleguen a todos los rincones del planeta, especialmente a los lugares más desfavorecidos y que han resultado más dañados por la crisis del COVID-19.

Cáritas Diocesana de Huelva, en su trabajo diario con las personas más vulnerables, apuesta por una ayuda de alimentación que no deje atrás la dignidad, la autonomía de las familias y su inclusión con la sociedad. Nuestro trabajo, en este sentido, implica acompañar a la persona desde una perspectiva humanista, integradora y comunitaria, con una orientación que profundice en las causas y, desde aquí, seamos capaces de proponer alternativas. No medimos nuestro trabajo en kilos repartidos, sino en la calidad de la atención de las personas acompañadas y en los procesos transformadores generados hacia la justicia social.

Por ello, desde los servicios de Cáritas y en concreto a través del Programa de Familia, las respuestas a las necesidades de alimentación de las personas y familias se intenta realizar teniendo en cuenta el derecho de las personas a una alimentación saludable y en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía, a través de acciones que no estigmaticen a las personas generando más desigualdad. Por este motivo, la gestión de las ayudas económicas va encaminada hacia la dignidad, la autonomía y la salud integral de las personas y se ofrece “en forma de tarjetas monedero, vales para comprar en supermercados concretos o ayudas económicas, de manera que las personas puedan utilizar la red normalizada de comercio y puedan decidir qué desean comer, adaptar su menú a sus necesidades particulares de salud, a sus gustos, a sus costumbres culturales, para que así tengan una alimentación mucho más variada”, cuenta Marifé Aceituno, responsable del Programa de Familia de Cáritas Diocesana de Huelva.

De manera complementaria, también se realizan talleres y sesiones formativas con las familias para hacer un buen uso de esas ayudas. Por ejemplo se llevan a cabo talleres de organización y economía doméstica en los que se tratan temas como la nutrición y la alimentación, aprender a hacer una compra responsable y saludable, aprovechamiento de las comidas, conservación, lista de la compra, elaboración de menús saludables… de manera que las familias puedan adquirir hábitos saludables en cuanto a la forma de alimentarse.

Con este tipo de formaciones las familias tienen la posibilidad de hacer un uso justo y responsable de las ayudas que se les prestan, a la misma vez que tienen libertad y autonomía para ejercer su derecho a tener una alimentación saludable.

En nuestra provincia, ejemplo de este tipo de trabajo es la Cáritas Parroquial de Cristo Sacerdote ya que quieren seguir apoyando y acompañando a las familias del barrio con dificultades para cubrir sus necesidades más básicas y para ello “necesitamos de la solidaridad y el compromiso de los vecinos del barrio”. En lugar de realizar una campaña de recogida de alimentos, “ofrecemos a la comunidad vecinal un cauce concreto para realizar una acción solidaria. Es una invitación a dejarse afectar por la situación de los vecinos del barrio que lo están pasando mal, participando e implicándose en este proyecto. Nuestras pequeñas acciones, por muy insignificantes que sean pueden servir para construir un mundo más justo y fraterno”.

Cáritas Diocesana de Huelva apuesta porque el trabajo decente sea una realidad

El 7 de octubre, las organizaciones que integran la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebran y reivindican el trabajo como derecho y medio para desarrollarnos, crear y realizarnos como personas en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Desde Cáritas Huelva trabajamos día a día para capacitar a las personas con una formación que les empuje a conseguir un trabajo remunerado y digno. El objetivo que persigue el Área de Empleo, junto con las acciones de formación que en esta área se llevan a cabo, consiste en trabajar unas estrategias para aumentar el grado de empleabilidad de las personas destinatarias, así como incidir en el desarrollo de habilidades y destrezas personales y profesionales en la búsqueda de empleo y llevar a cabo acciones formativas que potencien la inserción laboral de los mismos. De hecho, desde aquí resaltamos la labor que el Fondo Social Europeo hace ya que financia las actividades que se llevan a cabo desde el proyecto de orientación laboral y mediación laboral.

Uno de los aspectos más importantes dentro de la orientación y la mediación laboral para conseguir que el trabajo decente sea una realidad “es la de informar a las personas que vienen buscando trabajo y también a aquellas empresas y empleadores que ofrecen el trabajo lo que son los convenios reguladores en materia de trabajo y dejar muy claro que siempre trabajamos con esas condiciones”, cuenta Toñi Gallardo, responsable del Área de Empleo de Cáritas Diocesana de Huelva.

Desde Cáritas sabemos que el empleo favorece a diferentes aspectos de tu vida, como por ejemplo ayuda a establecer unos horarios, a sentirte útil, a darte valor, a favorecer tu economía, a aspirar en tu profesión, a crear equipo,  a socializarte… “Una de las cosas más importante que te aporta el empleo es el crecimiento personal, porque normalmente la gente viene con un empleo precario o con mucho tiempo en desempleo, y eso hace que no crean en ellos mismos y en sus capacidades”, cuenta Gallardo.

“En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”. (Fratelli Tutti 162) Como movimientos de Iglesia trabajamos en equipo con el fin de visibilizar el derecho del trabajo decente; que sea una realidad real en la vida de las personas y respete nuestra casa común. Desde este espacio, animamos a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión.

Cáritas Diocesana de Huelva acompaña a las personas del asentamiento de Lepe afectado por las riadas

Lepe fue uno de los municipios más afectados por la fuerte riada del pasado jueves en nuestra provincia. La lluvia hizo grandes destrozos en el pueblo, arrasando con muchas de las casas de los ciudadanos y ciudadanas de la localidad. Las imágenes de las calles anegadas han copado nuestros móviles y redes sociales durante varios días, imágenes que retratan una desoladora escena de los estropicios que causó el temporal para la vecindad del pueblo y que nos dañan a todos profundamente.

Desde Cáritas Diocesana de Huelva queremos recordar que estas fuertes lluvias también afectaron a las personas que residen en los asentamientos chabolistas. Afortunadamente, gracias a que la mayoría de estos asentamientos se encuentran en zonas elevadas no han sufrido muchos daños. Sin embargo, los daños más importantes se han dado en el asentamiento que hay tras el estadio de fútbol y sólo han sido de carácter material.

En este asentamiento viven en este momento alrededor de 15 personas que  también lo han perdido todo. Desde Cáritas hemos centrado la ayuda en ofrecerles los recursos de primera necesidad: alimentos, utensilios de cocina, colchones, ropa y productos de aseo.

Se trata de una realidad de máxima vulnerabilidad social ya que aunque estas personas se esfuercen en limpiar sus casas de cartón, pallets y plástico, “no dejan de continuar viviendo en unas condiciones que se sitúan al margen de los derechos humanos y a años luz de lo que podríamos consideran un hogar digno”, comenta Juan Manuel Breva, responsable del área de exclusión de Cáritas Diocesana de Huelva. En estos días seguimos acompañando y  haciendo un seguimiento continuo de la realidad personal de cada una de estas personas dentro de la dureza de su día a día.  

Hacia un “nosotros” cada vez más grande

La Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el próximo 26 de septiembre. Este día es siempre una ocasión para expresar nuestra preocupación por todas aquellas personas vulnerables que están en movimiento y que se enfrentan a muchos desafíos. Este día es importante para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrecen las migraciones para hacer nuestra sociedad más rica, global e inclusiva. El tema elegido este año por el Santo Padre es Hacia un “nosotros” cada vez más grande, queriendo así indicar un horizonte claro para nuestro camino común en este mundo. “En realidad, todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad”.

En este sentido, la Casa de la Buena Madre, cedida por los Hermanos Maristas a Cáritas Diocesana de Huelva, es un proyecto que pretende abordar la realidad de aquellos jóvenes migrantes que, o bien por haber salido de centros de menores  o  bien de centros de emergencia, tras cumplir la mayoría de edad, se ven abocados a vivir situaciones de exclusión social y, gracias a esta casa, encuentran una oportunidad para forjarse un futuro y una vida independiente. Se trata de un perfil  que cada vez es más frecuente y que llega a Cáritas a través de derivaciones de los propios centros de atención, de los asentamientos de inmigrantes de la provincia o de los recursos destinados a personas sin hogar.

Se trata de chicos que por su edad, por el momento de ciclo vital que están viviendo y por la falta de estrategias de supervivencia, necesitan del apoyo para que la transición a la madurez sea favorecedora. Por ello, el papel del voluntariado y del personal técnico es vital, ya que, aunque ellos vivan de manera autónoma y sean ellos mismos los que organizan la convivencia, cuentan con un apoyo personal que les guía y les ayuda en todo lo que necesiten. No hay un tiempo máximo establecido de estancia en la casa, ya que todo depende de cada persona, cada proceso es individualizado y de la situación personal, los estudios o su documentación. Estrella Cardoso Paz, técnica responsable del proyecto cuenta que desde la casa intentan “aportarles la tranquilidad y estabilidad que necesitan para su edad, pero sobre todo intentamos ser esa segunda familia con la que disfruten y en la que también puedan apoyarse en los momentos que lo necesiten”.

Uno de los objetivos principales es ofrecer a los menores en acogimiento residencial, apoyo y orientación en su proceso de transición a la vida adulta a nivel personal, social, laboral, económico y doméstico. Además queremos facilitar una vivienda donde poder iniciar un proceso de  inserción a la vida adulta  hacia la vida autónoma. Otro de nuestros objetivos es permitir el establecimiento de procesos de formación e incorporación al mundo laboral y social, a través de los recursos existentes en los distintos organismos y entidades de manera que se prevenga la caída en círculos de exclusión.  Como nos cuenta Estrella, “desde Cáritas nos centramos sobre todo en estos jóvenes que quieren estudiar y formarse académicamente para facilitar su entrada en el mundo laboral y tener un abanico más amplio de posibilidades, ya que tampoco lo tienen nada fácil para residir en España y trabajar de manera legal”.

Desde Cáritas Diocesana de Huelva esperan que estos jóvenes sientan que pertenecen a un hogar. Cáritas trabaja para que en el proceso de su transición de vida adulta, puedan formarse, capacitarse y sentirse apoyados. Como dice el Papa en su carta para la Jornada Mundial del Migrante, “El futuro de nuestras sociedades es un futuro “lleno de color”, enriquecido por la diversidad y las relaciones interculturales. Por eso debemos aprender hoy a vivir juntos, en armonía y paz. Las migraciones contemporáneas nos brindan la oportunidad de superar nuestros miedos para dejarnos enriquecer por la diversidad del don de cada uno. Entonces, si lo queremos, podemos transformar las fronteras en lugares privilegiados de encuentro, donde puede florecer el milagro de un nosotros cada vez más grande”.

Las Cáritas Parroquiales, una red viva y presente

Cáritas Diocesana de Huelva se ha ido conformando en una red viva y dinámica a lo largo y ancho de toda la provincia, de personas voluntarias integradas en Equipos de Cáritas Parroquiales o en los diferentes centros de acogida, con una metodología clara y desde el acompañamiento. Cáritas trabaja en diferentes espacios que se ubican en zonas como el Andévalo, Huelva Ciudad, la Costa, las Minas, el Condado Oriental y el Condado Occidental.

Estos espacios permiten trabajar a lo largo de todo el curso, siempre de manera coordinada, con un sentido de comunión, para responder a las realidades de pobreza y vulneración que tienen las personas. Este año se ha retomado la presencialidad, después de un año complicado en el que, a pesar de que todas las plataformas online han permitido que el contacto y el trabajo siga adelante, desde Cáritas “valoramos el contacto directo y la cercanía con el voluntariado, seguimos apostando por estos espacios tan ricos para la acción sociocaritativa”, expresa Faruk Narváez, responsable de la Formación y Animación Comunitaria. 

Cada coordinadora está formada por las Cáritas Parroquiales de la zona, que se reúnen mensualmente para poner en común las diferentes acciones, las buenas prácticas e intercambiar ideas para seguir aprendiendo del trabajo de los demás.

La coordinadora es un espacio de comunicación, oración, reflexión y formación. Este año en concreto una de las acciones donde más se van a invertir esfuerzos es en abrir espacios para tender puentes con otras personas que puedan ser parte del voluntariado de Cáritas. Este año la Iglesia es convocada en Sínodo y por ello, estas coordinadoras son el espacio perfecto para practicar “la comunión, la participación y la misión”; un lugar para caminar juntos y reflexionar sobre el camino recorrido desde el trabajo con las personas más vulnerables.

Son numerosas las acciones que en el año se realizan desde las Cáritas Parroquiales en las diferentes zonas de la provincia. La Formación y la Animación Comunitaria es también el motor indispensable para responder desde la comunidad Cristiana en clave de compromiso y compartir solidario. Este año los equipos inician con una reflexión que nos comparte el Delegado Episcopal Vicente Martín, que nos invita a seguir tres caminos: el de los últimos, el del evangelio y el de la creatividad, “ya que es necesario seguir cultivando sueños de fraternidad para ser signos de esperanza, especialmente para los jóvenes, que son, al mismo tiempo, las víctimas más frágiles de esta época y los actores potenciales del cambio de época”.

Tres caminos en un nuevo curso para que “el sueño de la fraternidad y la amistad social no se quede en palabras” y sea capaz de integrar a los más pobres. (Fratelli tutti, 6)

Clausura el Campamento de Verano de Cáritas Diocesana de Huelva

Llega septiembre y con ello desde Cáritas Diocesana de Huelva le ponemos fin al Campamento de Verano, un espacio que se ha ofrecido a los menores para que puedan realizar actividades que fomenten su desarrollo académico y personal. Además, este campamento también ha fomentado el ocio en los meses de verano con actividades diferentes y originales.

En total han sido 24 los niños y las niñas que han participado en este campamento de lunes a viernes en horario de 10:00 a 15:00. Con este horario los menores han podido desayunar y almorzar allí en el centro con los monitores, las personas voluntarias y los técnicos de Cáritas Diocesana de Huelva todos los días.

A primera hora, de lunes a jueves se ha realizado una actividad más pausada relacionada con el ámbito académico, pero siempre de forma liviana, con juegos y trabajo en equipo, que han fomentado las habilidades sociales, el trabajo en valores y el compañerismo. Una vez finalizada, se daba paso a actividades lúdicas y de ocio. Además, durante el mes de julio gracias al Colegio José Oliva, se han realizado todas las actividades deportivas en su centro.

El viernes ha sido el día más especial, ya que lo han dedicado a actividades más diferentes como las salidas a la playa, actividades deportivas en el rocódromo de nuestra ciudad, una masterclass con un joven especializado en bailes de TikTok, un curso sobre música de rap, un día en la bolera o una salida a Sevilla Jump, un centro con instalaciones con camas elásticas. El día de playa, desde Cáritas Diocesana de Huelva han apostado porque fuera una actividad dirigida a las familias de estos menores, para que así pudieran disfrutar del día todos juntos.

Según Nuria Martín, responsable del proyecto, la valoración del proyecto ha sido muy positiva. “La diversidad de actividades, la implicación del voluntariado y la propuesta firma por ese cuidado del menor a nivel educativo, lúdico y a través de la alimentación y el deporte, ha facilitado que la experiencia tanto de las familias como de los menores haya sido muy gratificante”.

Para este proyecto el papel del voluntariado ha sido clave. Esta actividad en concreto ha contado con más de 30 jóvenes voluntarios, algunos son aún menores y vienen de diferentes Institutos de la provincia y otros forman parte del grupo de voluntariado joven de Cáritas Diocesana de Huelva.

Recordamos que el proyecto Educar para Crecer se ubica dentro del Área de Familia de Cáritas Diocesana de Huelva y se dirige al colectivo infantil del distrito III de Huelva Ciudad, desde el  que se presta una atención socioeducativa, cuyo fin es dotar a los destinatarios de herramientas que les ayuden a superar la situación de desventaja social que, por diversas circunstancias, está mermando sus posibilidades de futuro.

Ahora, con el nuevo curso escolar que acaba de empezar, desde Cáritas Diocesana de Huelva se está ayudando a familias con las que ya se trabaja y que necesiten un apoyo para la compra de libros o material escolar, así como una ayuda para la compra de material tecnológico como tablets, ordenadores o el acceso a internet.

Logros compartidos

OPINIÓN

Hoy os dejamos esta reflexión de nuestra compañera Sonia Román, una gran persona que ha trabajado con el proyecto de la Buena Madre durante mucho tiempo. ¡Gracias Sonia por estas palabras!

«A través de las acciones que se hacen desde Cáritas Diocesana de Huelva y las Cáritas Parroquiales, no sólo se benefician las personas que acuden a  la entidad o a las parroquias y que forman parte de sus diferentes proyectos,  sino también, de manera indirecta, a las familias en conjunto. Pero hay otras acciones que llegan a más personas, que pasan desapercibidas y no son contabilizadas en números, intervenciones que, sin aportar ayuda en especie, sin participación directa en algún programa,  llegan y no son visibilizadas, pero son tan importantes como cualquier otra, pues desembocan en  esperanza, en sonrisas y hasta en  lágrimas de alegría.

Tener éxito en la vida, a veces no es sólo cuestión de aptitud ni de actitud, a veces es también  cuestión de suerte, del sitio donde te haya tocado vivir. Somos afortunados quienes hemos nacido en un país que nos da todo lo que necesitamos, pues ya sólo por eso tenemos acceso a las oportunidades que, para quienes son de otros lugares menos afortunados las ganas, el tesón y la voluntad casi siempre son insuficientes. En nuestro país enviamos a nuestros hijos a estudiar fuera de casa, a otra ciudad o país para que se formen, aprendan el idioma y se labren un buen futuro, y nos aseguramos de que vivan en las mejores condiciones, nos encargamos de buscar el lugar donde vivirán, los recursos económicos para sustentarse y todo lo necesario para una vida de estudiante fuera de nuestra casa.

Pero hay otras familias que no preparan el equipaje ni despiden a sus hijos, a veces siendo  aún muy niños, ya que éstos salen con lo puesto y de madrugada para que cuando noten su ausencia ya estén a kilómetros de su hogar. Ninguna madre dejaría marchar a su hijo si el viaje no es seguro. Para todas las madres pesa más el miedo que el hambre. Estoy segura de ello.

Por todo esto no puedo dejar de pensar que detrás de cada persona con la que trabajamos, hay una familia, y que cada paso hacia delante que damos, cada logro conseguido, cada objetivo alcanzado, no sólo tiene repercusión en la persona, sino que detrás de ese rostro, de esa persona con nombre y apellido, hay un padre, unos hermanos o  una madre que en la distancia se emociona y da las gracias cuando ve como la oportunidad que  no han podido dar a su hijo en algún lugar lejos de ellos le está llegando de alguna manera.

Somos personas, somos iguales, somos hermanos, independientemente del color, las normas culturales, la religión o los kilómetros que nos separe.

En la casa de la Buena Madre se trabaja con ilusión y esfuerzo día a día para que estos jóvenes que han abandonado sus países, y que han llegado al nuestro  siendo menores y una vez han alcanzado la mayoría de edad y han tenido que abandonar el sistema de protección, o también jóvenes que no han podido acreditar al llegar a nuestras fronteras que no han cumplido los 18 años y han quedado fuera del sistema abandonados a su suerte, puedan contar con el apoyo necesario para que se valgan por sí mismos, ser autónomos, integrándose en nuestra sociedad trabajando por un futuro lleno de esperanza con el acceso a las oportunidades como nuestros jóvenes nacionales.

La casa de la Buena Madre acoge, acompaña, orienta, apoya. No es sólo una casa, es un hogar».

La red Cáritas se moviliza en Haití para prestar ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto

Cáritas Española lanza una campaña de emergencia y pone a disposición de Cáritas Haití una partida inicial de 100.000 euros.

La red Cáritas se ha movilizado rápidamente para coordinar su respuesta humanitaria urgente a los graves efectos del nuevo terremoto de magnitud 7,2 en la escala Richter que el pasado sábado asoló la zona de Les Cayes y Jeremie, en Haití, y que, según los últimos datos disponibles, se ha cobrado la vida de 1.300 personas.

De acuerdo a la información remitida por Cáritas Haití, el seísmo ha dejado también cientos de heridos e importantes daños materiales. No obstante, las comunicaciones con las zonas siniestradas siguen activas y, al menos en Les Cayes, la actividad de la ciudad no ha quedado colapsada. En el terreno, los equipos de la Cáritas local han comenzado a distribuir ayuda de emergencia a los damnificados, a cuantificar el alcance de los daños y a evaluar las necesidades más urgentes a corto y medio plazo, en medio de la incertidumbre y el temor generalizados generados por las réplicas del seísmo que se vienen repitiendo desde el pasado sábado.

El epicentro del terremoto es uno de los escenarios donde Cáritas Española ha venido centrando en los últimos diez años, junto a Cáritas Les Cayes, los esfuerzos de reconstrucción puestos en marcha tras el devastador terremoto de enero de 2010.

Con objeto de canalizar la respuesta solidaria de los donantes de nuestro país hacia las víctimas de este nuevo desastre natural, Cáritas Española ha lanzado una campaña de solidaridad con Haití, además de movilizar ya una partida de 100.000 euros para apoyar la ayuda a los damnificados que está prestando los equipos de la Cáritas local.

Solidaridad de la red Cáritas y de la Iglesia latinoamericana

La respuesta solidaria con Haití ante este nuevo desastre natural por parte de toda la red Cáritas y del conjunto de la Iglesia latinoamericana está siendo inmediata.

En un comunicado conjunto, el Secretariado Latinoamericano y Caribeño de Cáritas (SELACC), el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR), la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) y la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (CLAMOR), “se unen con profundo dolor para acompañar y apoyar a Haití en esta hora de incertidumbre y dolor”.

Este es el texto íntegro del comunicado:

Queridas hermanas y queridos hermanos:

Con profundo dolor recibimos las noticias sobre el impacto del terremoto de magnitud 7,2 que ha sacudido en la mañana de este sábado 14 de agosto al pueblo haitiano, reviviendo la pesadilla y el sufrimiento del seísmo de 2010 y sumándose a la prolongada y compleja crisis social, económica y política que padece el país caribeño.

Como Iglesia latinoamericana y caribeña queremos expresar nuestra cercanía y solidaridad con nuestras hermanas y hermanos haitianos y con la Iglesia que peregrina en Haití, ante las posibles pérdidas humanas y los daños materiales ocasionados por la tragedia. En particular manifestamos nuestro afecto y comunión con el Pueblo de Dios a través de nuestros hermanos obispos, religiosas y religiosos, sacerdotes, laicos y laicas, que como Iglesia samaritana y en salida misionera son testigos de la misericordia de Dios, especialmente entre los más necesitados y vulnerables.

No somos ajenos a la dura realidad que viven en esta hora de incertidumbre y aflicción. El Papa Francisco nos enseña en la carta encíclica Fratelli Tutti que “en estos momentos donde todo parece diluirse y perder consistencia, nos hace bien apelar a la solidez que surge de sabernos responsables de la fragilidad de los demás buscando un destino común”. En este sentido, bien sabemos que “la solidaridad se expresa concretamente en el servicio, que puede asumir formas muy diversas de hacerse cargo de los demás” (FT 115).

Por eso, como Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR), Secretariado Latinoamericano y Caribeño de Cáritas (SELACC), Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) y Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (CLAMOR), queremos unir esfuerzos para acompañarlos y ayudarlos, haciendo nuestra su situación en este momento de emergencia, con el propósito de desarrollar acciones pastorales conjuntas encaminadas a la reconstrucción del tejido social, a la puesta en marcha de acciones humanitarias para el cuidado de la vida, y a apoyar la misión evangelizadora de la Iglesia haitiana.

Este gesto eclesial y solidario quiere ser una expresión de comunión y caridad en clave sinodal, al tiempo que hacemos un llamado a las naciones latinoamericanas y caribeñas, y a otras instituciones y organismos a nivel mundial, para que se sumen a esta causa por Haití. Bien sabemos que “la verdadera calidad de los distintos países del mundo se mide por esta capacidad de pensar no sólo como país, sino también como familia humana, y esto se prueba especialmente en las épocas críticas” (FT 141).

En camino a la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, y bajo la protección maternal de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de nuestro continente, elevamos nuestra oración al Señor de la vida y la misericordia, para que los sostenga en la fe, la esperanza y el amor.

¡Estamos con ustedes! ¡Todos y todas somos Haití!

El comunicado está firmado por monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo (Perú), y mons. Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina), presidente y secretario general del CELAM; Gloria Liliana Franco y Daniela Cannavina, HCMR, presidenta y secretaria general de la CLAR; mons. José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo (Venezuela) y presidente de Cáritas América Latina y el Caribe; Francisco Hernández Rojas, coordinador regional del SELACC; Óscar Armando Pérez Sayago, secretario general de la CIEC; María Antonieta García, FIC, presidenta del Consejo de la CIEC; y mons. Gustavo Rodríguez, arzobispo de Yucatán (México) y Elvy Monzant Arraga, presidente y secretario ejecutivo de la Red CLAMOR.

Apoyo de Cáritas Española

Este nuevo desastre natural golpea a Haití 11 años después del devastador terremoto que el 12 de enero de 2010 asoló la isla, con epicentro entre Jacmel y Puerto Príncipe, y que causó la muerte a 300.000 personas, dejó sin hogar a más de un millón y provocó el desplazamiento de otros dos millones de haitianos.

Cáritas Española se volcó desde el principio en el apoyo a las necesidades humanitarias de esa emergencia y los planes de reconstrucción. Durante la última década, nuestra Confederación en España ha canalizado hacia este país caribeño más de 25 millones de euro, aportados por los donantes españoles a través de la campaña de solidaridad “Cáritas con Haití” lanzada a raíz del seísmo.

Además, en los dos años siguientes el país tuvo que afrontar nuevas emergencias humanitarias provocadas por el impacto del huracán “Tomás”, también en 2010, seguido de un serio brote de cólera en 2011 y dos huracanes, “Isaac” y “Sandy”, en 2012. Los huracanes se han sucedido hasta el día de hoy, con especial impacto de “Mathew” en 2016, que provocó más de 800 víctimas y grandes destrozos.

En los últimos cuatro años, a medida que la población haitiana iba recuperando su derecho a una vivienda y se estabilizaba las necesidades generadas por la emergencia del terremoto, el apoyo de Cáritas Española ha puesto el foco en los programas de educación primaria y formación profesional, junto a los proyectos de seguridad alimentaria que permitan a la población local producir sus propios alimentos y generar sus modos de vida.

Todas las actividades tienen también un enfoque dirigido a aumentar la resiliencia de las comunidades ante posibles desastres naturales. Desde 2016, se han llevado a cabo más de 20 proyectos con este enfoque financiados por Cáritas Española, en los que, de forma general, se han abordado los capítulos de alimentación, agua y saneamiento, salud, educación, vivienda, empleo y capacitación laboral. Les Cayes, epicentro ahora de nuevo con este terremoto, ha sido uno de los lugares donde se han centrado los mayores esfuerzos de la campaña.

En este último cuatrienio la aportación de Cáritas Española a Haití ha sido de 5,2 millones de euros.

EMERGENCIA «CÁRITAS CON HAITÍ TERREMOTO 2021»
La Caixa: ES45-2100-5731-7202-0028-7356
Santander: ES85-0049-1892-6124-1329-0941

Los diferentes recursos de Cáritas Diocesana de Huelva para la atención a las personas sin hogar continúan activos durante todo el verano

Las necesidades no se terminan con la llegada del tiempo estival, más si cabe, en algunas circunstancias se puede decir que la vida de las personas que sufren la exclusión social se ve agravada. Tampoco se puede olvidar que, las características del verano causan verdaderas molestias a las personas que viven en situación de sin hogar o aquellas que viven en viviendas inadecuadas o en asentamientos chabolistas. Hay proyectos que no dependen de estaciones, temporadas o meses y eso es lo que le ocurre al Centro de Día Puertas Abiertas, al Programa de Atención en Asentamientos, a la Casa de Acogida Santa María, a la casa de Acogida Santa María de los Milagros y a la Casa de la Buena Madre de Cáritas Diocesana de Huelva. Son proyectos que acogen y acompañan, por un lado, desde las casas de acogida a personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y desean plantearse unos objetivos concretos, y por otro, desde el Centro de Día Puertas Abiertas y el Programa de Atención en Asentamientos, acompañan de manera integral a personas que se encuentran en situación de sin hogar o que viven en asentamientos chabolistas.

Más concretamente, la Casa de Acogida Santa María, abierta 24 horas al día los 365 días al año, promociona alojamiento y manutención a las personas acogidas, además favorece la integración social de la persona y también su autonomía personal. Es un recurso temporal que acoge a personas que se encuentran en una situación de exclusión social y desean plantearse unos objetivos vitales acordes con una vida normalizada y autónoma.

Desde la Casa Santa María de los Milagros,  se acoge a personas enfermas que, sin recursos ni apoyos familiares, necesitan un lugar donde llevar a cabo la recuperación personal y el cuidado necesario para sus problemas de salud. Esta casa tampoco cierra sus puertas en todo el año, y posibilita, en cada uno de ellos, el apoyo y el acompañamiento  para posibilitar la recuperación de estas personas. Por último, la Casa de la Buena Madre, cedida por Los Hermanos Maristas a Cáritas Diocesana de Huelva, es un proyecto que pretende abordar la realidad de aquellos jóvenes migrantes que, o bien por haber salido de centros de menores  o  bien de centros de emergencia, tras cumplir la mayoría de edad, se ven abocados a vivir situaciones de exclusión social y, gracias a esta casa, encuentran una oportunidad para forjarse un futuro y una vida independiente. En total desde Cáritas Diocesana de Huelva se está trabajando con 24 personas a las que se les está dando una acogida residencial en alguno de los tres recursos.

Por último, el centro Puertas Abiertas se configura como un centro de día de baja exigencia que atiende a personas que se encuentran en situación de sin hogar. Entre sus objetivos está cubrir las necesidades más básicas de las personas, así como acompañar y acoger de forma integral a la persona, situándola en el centro y haciéndola protagonista de su propio proceso. Desde este servicio se está atendiendo a una media de 45-50 personas diariamente con el servicio de higiene y desayuno.

Por otra parte, el Programa de Atención en Asentamientos también sigue su trabajo ya que en estos momentos del año, según cuenta Juan Manuel Breva, responsable del Área de Exclusión “tenemos que estar muy pendientes con las altas temperaturas porque no podemos olvidar que hay mucha gente que está viviendo en chabolas de cartón y plástico con temperaturas muy altas y en plena intemperie”.

Cáritas Diocesana de Huelva no cesa en sus meses marcados por el verano y esto es gracias también a la ayuda voluntaria que no decae y siempre está activa, presente y disponible los 365 días del año.  

El Voluntariado Joven de Cáritas Diocesana de Huelva continúa su actividad en los meses verano

Ha llegado el verano y no por ello la labor que ejerce Cáritas Diocesana de Huelva en la provincia llega a su fin. ¡Todo lo contrario! Desde nuestra entidad proponemos una serie de actividades a todas aquellas personas que quieran ser parte de nuestro compromiso apostando por una sociedad más justa, libre e igualitaria. Queda mucho por hacer y queremos seguir trabajando por las personas que más lo necesitan.

El Grupo de Voluntariado Joven, formado por jóvenes de entre 14 y 20 años con muchas ganas de ayudar a mejorar el mundo, y en formación continua con charlas, cursos y actividades para seguir formándose en la forma de realizar su voluntariado dentro de nuestra entidad. Se trata de un voluntariado que no quiere parar en su labor, que ansía conocer y empatizar con las distintas realidades que viven las personas más vulnerables de nuestra provincia.

Hasta el momento, el Voluntariado Joven aporta un valor incalculable a nuestra entidad, ya que con las distintas experiencias que viven alcanzan un profundo conocimiento de la realidad de pobreza que existe, no solo fuera de nuestro país sino, sobre todo, dentro de nuestra provincia y nuestros barrios. Para Faruk Narvéz, “es una muy buena noticia, porque se trata de personas dinámicas en una edad especial, porque están dispuestos a la solidaridad y a servir a las personas y colectivos con los que Cáritas y la Iglesia está trabajando. La juventud es una etapa muy estimulante, donde rebosa la originalidad, la generosidad  y donde no se conforman con muchas situaciones. En ese sentido es un aire fresco para Cáritas”.

Este grupo tiene muchas ganas de seguir creciendo en el camino del compromiso e invitamos a acercarse a nuestra entidad a  todos aquellos jóvenes comprometidos que quieran participar y ser parte de Cáritas.

Por ello, para este verano se proponen una serie de actividades a realizar con los jóvenes, aprovechando que en los meses de verano están más libres. Una de estas actividades es el Campamento de Verano, un espacio que se ofrece a los menores para que puedan realizar actividades que fomenten su desarrollo. En esta actividad, los voluntarios jóvenes acompañan y guían a los menores en todas y cada una de sus actividades, aportándoles y enseñándoles todo lo que puedan.

Otra de las actividades propuestas por Cáritas Diocesana de Huelva para el voluntariado joven es conocer y participar en el proyecto ‘Puertas Abiertas’, donde se atiende de forma integral a la persona, desde los servicios de reducción de daños como son la higiene, la lavandería, la cafetería, la peluquería… hasta un acompañamiento integral en los procesos personales.

En definitiva, el Voluntariado Joven en Cáritas es una respuesta y escucha a todas las inquietudes que tiene la juventud, y en ese sentido, Cáritas crece y se alimenta de su gran aporte. ¡Muchas gracias a todo el equipo de jóvenes! 

Si quieres unirte al voluntariado de Cáritas no dudes en escribir a la siguiente dirección de correo: comunciacion@caritashuelva.org