Semana de la Caridad: Cáritas reivindica el amor como “el motor que nos hace avanzar y proyectar el bien común”

Arranca la Semana de la Caridad, una convocatoria que lanza Cáritas Española con motivo de la celebración, el domingo 19 de junio, fiesta del Corpus Christi, del Día de Caridad. Bajo el lema “Somos lo que damos. Somos amor”, la campaña invita a “orientar nuestros anhelos y propósitos desde el aprender a amar y el dejarnos amar por los demás”.

La convocatoria, que este año coincide con la celebración del 75 aniversario de Cáritas Española, recuerda que el amor es “lo único que da sentido a nuestra existencia” y, por ello, es el motor que “nos hace avanzar y proyectar el bien común” y, a la par, “alumbrar horizontes posibles de esperanza, de oportunidades y de vida nueva”.

Tras dos años de pandemia seguimos transitando tiempos desolados, marcados por una profunda crisis que nos hace aferrarnos al presente. El informe FOESSA presentado recientemente nos muestra una dura realidad: la del empeoramiento de las oportunidades laborales y sociales de miles de familias que ya estaban en situación de exclusión. A ello se suma la gravedad de la guerra en Ucrania y los 6,5 millones de personas que han tenido que huir del país causando en Europa la mayor crisis humanitaria después de la II Guerra Mundial.

Brotes de fraternidad

Esta creciente inestabilidad global -como se explica en los materiales editados por Cáritas con motivo del Día de Caridad- “nos afecta a todos de una manera u otra y nos recuerda con insistencia un presente del que no podemos escapar: todos los seres humanos somos frágiles y vulnerables, no podemos afrontar solos y de forma unilateral ni las crisis ni los desastres”.

En medio de esta fragilidad y a pesar de las incertidumbres que plantea el mundo actual surgen a la par numerosos “brotes de una fraternidad universal que traspasa todas las fronteras y que tiene su origen en el amor que somos”.

“Desde Cáritas queremos poner en valor el amor por los demás como propuesta de vida: una invitación a la comunidad cristiana y al resto de la sociedad a construir nuestros proyectos personales y colectivos de vida desde un amor concreto y social, un amor agapé de mesa compartida, comprometido con todo lo que nos importa: con las personas, y en especial, con aquellas más frágiles y vulnerables; con la Creación y nuestra casa común, su cuidado y preservación; con la justicia y los derechos humanos para conducir nuestras relaciones y el bienestar común”, explica Eva San Martín, coordinadora de la campaña institucional de Cáritas.

En Cáritas -añade- somos testigos de que este amor mueve los corazones de muchas personas que quieren ayudar, colaborar, participar en un proyecto de sociedad nueva que se construye menos desde el individualismo y más desde un nosotros compartido que piensa en el para todas las personas.

Gestos sencillos y cotidianos

En esta Semana de la Caridad, Cáritas propone gestos sencillos que permitan a las personas ser esperanza, justicia y amor para los demás. Se trata de situaciones concretas y cotidianas, como mirar con ternura, escuchar con paciencia, cuidar la fragilidad, compartir con generosidad o denunciar la incoherencia que genera injusticia.

En este 75 aniversario de Amor por los demás, Cáritas quiere celebrar con toda la sociedad que todos los seremos humanos “somos capaces de una solidaridad y una generosidad inmensas que brotan de nuestro interior cuando nos conmovemos ante el dolor de los demás”.

En su mensaje para el Día de Caridad, los obispos de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social agradecen “la respuesta e implicación solidaria de la sociedad en su conjunto” ante el sufrimiento causado por la pandemia de la Covid-19 y la guerra en Ucrania y urgen a “un compromiso solidario y estable”. A lo largo de estos días, las distintas Cáritas diocesanas aprovechan la proximidad de la fiesta del Corpus Christi para presentar a la sociedad sus memorias, es decir, la labor realizada y los recursos invertidos durante el año 2021.

Día de Caridad: Los obispos agradecen “la respuesta solidaria de la sociedad” ante la pandemia y la guerra en Ucrania

Bajo el lema “De la adoración al compromiso”, los obispos de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social acaban de lanzar su mensaje para la festividad del Corpus Christi, Día de Caridad, de este año, en el que agradecen “la respuesta e implicación solidaria de la sociedad en su conjunto” ante el sufrimiento causado por la pandemia de la Covid-19 y la guerra en Ucrania y urgen a “un compromiso solidario y estable”.

En su mensaje, los prelados invitan a “ser sembradores de semillas de bien, de justicia y de caridad para un mundo más humano, justo y pacífico” y felicitan a Cáritas en su 75 aniversario.

Este es el texto íntegro del mensaje:

DE LA ADORACIÓN AL COMPROMISO
Mensaje para la Solemnidad del Corpus Christi 2022

La solemnidad del Corpus Christi nos permite revivir el clima intenso de la última Cena y nos conduce a lo que es fundamental en nuestra vida y misión como cristianos, “la fuente y el culmen de toda evangelización”: la Sagrada Eucaristía.

Mirar con ojos pascuales

En este año tan convulso y al mismo tiempo tan lleno de esperanza, los obispos, como pastores de la Iglesia de Jesucristo, queremos alentar el ánimo y la alegría cristiana. Tiempo convulso. Por segundo año, hemos vivido la pandemia de la COVID-19 con su carga de enfermedad, soledad y muerte. A ella se suman las guerras en Ucrania y en otras muchas partes del mundo. Los desplazamientos forzosos, la violencia, el dolor, la tortura y la muerte que provocan, hieren el corazón de Dios. También vivimos un tiempo de esperanza porque estas realidades, los sufrimientos personales y comunitarios, no nos dejan desamparados, sino que nos adentran en el Corazón de Cristo, crucificado y resucitado, fuente de toda esperanza. Las llagas del Señor crucificado son transfiguradas en el Cuerpo del Resucitado.

No podemos celebrar la solemnidad del “Corpus Christi”, memorial de encuentro y entrega de Cristo, sin vivir y experimentar la profunda e inseparable unidad entre la fe y la vida; la unidad entre la Eucaristía y la caridad.

Agradecimiento y compromiso
Ante estas situaciones dolorosas, la respuesta e implicación solidaria de la sociedad, en su conjunto, está siendo encomiable, como lo está siendo también por parte de la Iglesia y de Cáritas. Realmente, no podemos permanecer ajenos al dolor y al sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas ucranianas y del resto del mundo. Toda nuestra persona vibra ante esta realidad que Cristo hizo suya y redimió en la cruz y que anticipó sacramentalmente en la última Cena. Porque en el Cenáculo se anticipa lo que fue el sacrificio del Gólgota: la muerte del Verbo encarnado; Él es el Cordero que se entregó libremente y se inmoló por nosotros. Él es nuestra Paz.

Queremos agradecer tantas muestras de solidaridad, al tiempo que advertimos que ésta no puede ser “flor de un día”. Se necesita un compromiso solidario, estable. Tengamos presente la invitación que el apóstol S. Pablo dirigía a los fieles de Galacia, y que el Papa Francisco nos recordaba en su Mensaje para la Cuaresma de este año: “No nos cansemos de hacer el bien” (Ga 6,9). Estamos invitados a ser sembradores de semillas de bien, de justicia y de caridad para un mundo más humano, justo y pacífico porque “no tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas” (Fratelli tutti 77 =FT).

Caridad

Con la narración del milagro de la multiplicación de los panes, dentro del contexto litúrgico del “Corpus Christi”, san Lucas nos ayuda a entender mejor el don del Misterio eucarístico. Es un acontecimiento que nos asombra y que se prolonga de forma incesante en la Iglesia que, a lo largo de la historia, parte y comparte el Pan de la Vida nueva para todo hombre y mujer de cualquier raza y cultura, sobre todo a través de la acción de Cáritas.
Este año celebramos el 75º Aniversario de esta institución: “75 años de amor por los demás”, de lucha contra la pobreza y de promoción del desarrollo integral de las personas, especialmente de los más pobres y excluidos dentro y fuera de nuestras fronteras. ¡Felicidades Cáritas!

Lo más importante de esta historia de amor y servicio son las miles de personas en nuestro país y en muchas partes del mundo que le han confiado su vida y tantas otras (voluntarios, trabajadores, donantes…) cuya generosidad ha generado nuevas ilusiones, oportunidades y esperanzas. Lamentablemente, su acción va a ser cada vez más necesaria en un contexto de inequidad provocado por los modelos económicos y el contexto concreto de encarecimiento de la energía y la consiguiente inflación.

Fraternidad abierta y universal

“Todos los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Porque no hemos recibido el espíritu de esclavos para caer en el temor; sino que se os ha dado un Espíritu de hijos adoptivos que os hace gritar: “¡Abba! ¡Padre!” El Espíritu en persona se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios” (Rm 8,5-27).

Ciertamente, cuando vivimos esta experiencia, el ejercicio de la fraternidad no es un deber categórico, sino un impulso del corazón que nos encamina hacia los hermanos y nos empuja a la fraternidad. Todos estamos invitados a caminar juntos viviendo la sinodalidad, es decir, dejándonos guiar por la luz del Espíritu Santo, escuchándonos unos a otros y prestando especial atención a los que están en la periferia. El camino sinodal es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Ellos son compañeros de camino.

Paz y presencia

Nos dice San Pablo: “Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva” (1Co 11, 26); palabras que nos invitan a anunciar la muerte redentora de Cristo y que fortalecen nuestra esperanza en el encuentro definitivo con Él. Urge abrir caminos de esperanza, en la certeza de que Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien (cf. FT 54).

En el camino de la vida no estamos solos, Cristo camina con nosotros y nos alimenta con el Pan de Vida “panís angelorum, factus cibus viatorum”. Jesús es alimento espiritual que ayuda, sostiene y fortalece la esperanza de los creyentes; la piedra angular que nos fundamenta en el itinerario hacia el cielo al tiempo que consolida la comunión en la que vivimos cotidianamente con la Iglesia celestial.

Santa Teresa de Calcuta, la Santa de los más pobres entre los pobres, habla así del Santísimo Sacramento: “El privilegio que tenemos de adorarle cada día es uno de sus más grandes regalos. Si tienes un corazón limpio, siempre podrás ver esa conexión hermosa entre el Pan de vida y el cuerpo roto de Cristo en el pobre”.

En este día nos recogemos y nos adentramos en el silencio ante el misterio de la fe. Contemplamos el “asombro eucarístico”, como lo llamó san Juan Pablo II, y con agradecimiento adoramos el sacramento en el que Cristo quiso “concentrar” para siempre su amor infinito. Por tanto, la solemnidad del “Corpus Christi” hace que nuestra vida cristiana junto a la adoración nos lleve de la mano al compromiso para transformar con Cristo la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste (cf. NMI 29). La presencia de Cristo nos dona la paz que necesitamos y que necesita el mundo; una paz que nos lleva a estar presentes junto al Cuerpo de Cristo en los necesitados.

“Te adoramos, oh verdadero Cuerpo nacido de la Virgen María”. Amén.

Corpus Christi, Día de la Caridad

El amor, el recibido y el que damos, y también, el que somos, es lo que celebramos en esta gran fiesta de Cáritas, el Día de la Caridad. Una celebración que para los cristianos toma cuerpo y forma en el pan y en el vino, en la entrega que hace de su vida Jesús, el Hijo de Dios, para salvarnos de una vida abocada a la muerte y al vacío, para que dejemos de ser esclavos de todo aquello que nos oprime y no nos deja ver ni respirar; para liberarnos de lo que nos hacer vivir sin esperanza y sin horizonte, atrapados en la insatisfacción, el miedo y la oscuridad.


Celebramos que el AMOR es lo único que da sentido a nuestra existencia humana y que orientar nuestros anhelos y nuestro propósito en la vida desde el aprender a amar y el dejarnos amar por los demás. Celebramos que el amor es el motor que nos hace evolucionar y avanzar, descubrir y proyectar el bien común para esta Humanidad a la que estamos vinculados a través de esta Tierra, que se ofrece para ser casa y hogar de todas las personas.


Desde Cáritas queremos poner en valor el amor por los demás como propuesta de vida: una invitación a la comunidad cristiana y al resto de la sociedad a construir nuestros proyectos personales y colectivos de vida desde un amor concreto y social, un amor agapé de mesa compartida, comprometido con todo lo que nos importa:

  • con las personas, y en especial, con aquellas más frágiles y vulnerables;
  • con la Creación y nuestra casa común, su cuidado y preservación;
  • con la justicia y los derechos humanos para conducir nuestras relaciones y el bienestar común.

Se trata de vivir y reflejar un amor que da la vida a otros, que se comparte en fraternidad y que es fiel, capaz de sostenerse en el tiempo, de permanecer, no desde el voluntarismo sino desde una experiencia de encuentro personal y comunitario con el Evangelio de Jesús.

En Cáritas somos testigos de que este amor mueve los corazones de muchas personas que quieren ayudar, colaborar, participar en un proyecto de sociedad nueva que se construye menos desde el individualismo y más desde un nosotros compartido que piensa en el para todas las personas.

¿Qué puedes dar para SER ESPERANZA, SER AMOR, SER JUSTICIA, para los demás?

Piensa en situaciones concretas y cotidianas, en las que puedes dar y compartir la maravilla que eres, todos los dones que Dios ha sembrado en ti, y que puedes seguir cultivando para alumbrar la vida de otras personas al estilo de Jesús.
Aquí dejamos algunas ideas que te pueden inspirar.

MATERIALES DE LA CAMPAÑA

Enlázate por la Justicia presenta su nueva etapa sobre «CUIDAdanía integral»

Tanto el trabajo realizado por la red «Enlázate por la Justicia», como el que se propone a partir de esta nueva etapa que hoy comienza con la “CUIDAdanía integral”, contribuye al objetivo del Decenio 2021-2030 de Naciones Unidas sobre Restauración de los Ecosistemas, promovido en el Día Mundial del Medio Ambiente, y titulado “Prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo”.

Precisamente la red «Enlázate por la Justicia» integra la ecología de los cuidados en esta noción de ecosistemas. Así, su campaña “Si cuidas el planeta, combates la pobreza”, fruto de la encíclica Laudato si’, contó con dos fases diferenciadas: la primera, entre 2016 y 2018, centrada en el Decálogo verde y, la segunda, entre 2019 y 2021, promoviendo el cambio de nuestro estilo de vida a través los materiales #ConectaPobreza y las actividades del Año Laudato si’.

Hoy se anuncia una nueva etapa con la que desde 2022, la labor de «Enlázate por la Justicia», con base en Laudato si’, se verá complementada con el contenido de la última encíclica del papa Francisco, Fratelli tutti, y así ayudar a construir una fraternidad implicada en el cuidado de la casa común y restablecer las conexiones que facilitan la vida en ella.

EL AUTOCUIDADO

La red señala la importancia del cuidado personal de forma integral para humanizar la propia vida cotidiana. Esto supone cuidar el cuerpo, la mente y el espíritu. En la práctica se considera que cuidarse está relacionado con mantener una buena salud, alimentación y hacer ejercicio físico, pero hay más. Cuidar la mente es una necesidad en un momento en el que las estadísticas muestran el mayor número de suicidios en España y el incremento de personas con depresión. Cuidar el espíritu es cuidar lo que nos motiva, anima e impulsa.

EL CUIDADO MUTUO

La vulnerabilidad existencial humana, de la naturaleza y las consiguientes interdependencias tienen implicaciones políticas decisivas. Las entidades participan, así, en el movimiento social involucrado en pensar las infraestructuras, tecnologías y aspectos de la vida cotidiana como asuntos de cuidados, es decir, avanzar hacia una sociedad del cuidado.

Al igual que los Estados necesitan cooperar para trabajar por el bien común de sus poblaciones, las personas necesitamos unas de otras y de un entorno medioambiental que favorece el cuidado. Asimismo, se hace imprescindible que nos comprendamos como seres humanos precisamente desde la necesidad de ser cuidados.

EL CUIDADO DEL PLANETA

Las advertencias de la naturaleza en forma de cambio climático, pérdida de biodiversidad, dificultad del acceso al agua potable, catástrofes naturales o generación de contaminación y residuos, se han convertido en una emergencia planetaria e impele a las entidades que formamos Enlázate por la Justicia en la acción conjunta global para transformar en cuidado el daño que le infligimos al planeta.

Cáritas, Cedis, Confer, Justicia y Paz, Manos Unidas y Redes siguen advirtiendo de la necesidad de caminar hacia un sistema de aprovisionamiento que supere la fractura ecológica y social, construyendo una economía del cuidado y basada en la justicia social y el bien común. También señalan la necesidad de decidir el destino más adecuado del excedente de bienes y servicios, que se acumula actualmente y no se utiliza de acuerdo a las necesidades de las personas, sino más bien a fines especulativos. Por ello, insisten en recuperar el control de estos excedentes, democratizando la decisión de la inversión social y dirigiéndola especialmente a la inclusión y promoción de las personas más desfavorecidas.

ENLÁZATE POR EL CUIDADO

Los problemas complejos necesitan soluciones abordadas de forma comunitaria. Por ello, «Enlázate por la Justicia» invita a enlazarse, a vincularse en esta tarea desde la realidad de cada persona y organización. La red propondrá espacios formativos sobre las encíclicas, el cuidado, la cultura del encuentro y el propio trabajo en red. Continúa su compromiso en la educación formal, con la participación en el Pacto Educativo Global.

Al mismo tiempo seguirá incidiendo en la actuación responsable de las empresas frente a la vulneración de los derechos humanos y ambientales trabajando junto con otras organizaciones para que se promulgue legislación basada en la Diligencia Debida en esta materia, en España y en Europa.

Para finalizar, se renueva e impulsa una actividad, presente en todas las etapas y a la que se enlazan muchos territorios, que es la celebración anual de las vigilias de oración. “La vida subsiste donde hay vínculo, comunión, fraternidad” es el lema de este año y la acción que «Enlázate por la Justicia» lleva a cabo mayoritariamente durante el periodo pascual.

#CUIDAdaníaIntegral
#UnaSolaTierra

Cáritas apuesta por el Comercio Justo para ayudar a romper la brecha de género

Las mujeres tienen menos posibilidades de acceder a un trabajo remunerado. Según Naciones Unidas, por cada diez hombres que trabajan, solo seis mujeres están empleadas. Ante la desigualdad y la marginación que sufren todavía muchas de ellas, Cáritas se ha unido a la campaña “Por la igualdad. Somos Comercio Justo”, con motivo de la celebración del día mundial de Comercio Justo, el próximo 14 de mayo.

La iniciativa, promovida por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo -a la que Cáritas pertenece-, reivindica este año la importancia de avanzar en la igualdad de género, ya que hoy legalmente, en 18 países, los hombres pueden impedir que las esposas trabajen. Por otro lado, la brecha salarial es otra de las realidades que todavía persisten a nivel global. Naciones Unidas constata que las mujeres ganan un 23% menos que los hombres. Además, la previsión del Foro Económico Mundial es que, si no hay compromisos y acciones decididas, se tardarán 217 años en conseguir la igualdad salarial.

Como recuerda la Coordinadora en su manifiesto, “en todo el mundo, millones de mujeres no pueden ejercer sus derechos esenciales, una profunda injusticia absolutamente intolerable y que, además, lastra su desarrollo personal, social y económico, y limita el desarrollo sostenible”.

Las organizaciones de Comercio Justo defienden, por ello, que trabajar para avanzar en la igualdad “no solo es una cuestión de justicia, sino que además beneficia a toda la sociedad y favorece el desarrollo de las comunidades”. El Comercio Justo contribuye a romper la brecha de género y los roles sociales a través de varias medidas que todas sus organizaciones deben cumplir: favorecer el empleo de las mujeres y fomentar su presencia en los órganos de dirección.

Visibilizar las personas

Cáritas cuenta con una red de 25 Cáritas Diocesanas que, a través de sus 34 tiendas y 66 puntos de venta repartidos por el territorio español, funcionan no solo como lugares de comercialización de productos, sino que generan espacios de sensibilización para que los consumidores visibilicen las personas y procesos que hay detrás de cada producto y contribuyan a fomentar un consumo responsable.

Cáritas, además, hace una intensa labor de comercialización, sensibilización y difusión de un modelo de comercio que empodera a las mujeres, protege la infancia y garantiza trabajo digno y seguridad para productoras y artesanas en desventaja social y económica.

“Se ha demostrado que el Comercio Justo empodera a las mujeres tanto social como económicamente. Los datos de la Organización Mundial del Comercio Justo señalan que la generación de ingresos por parte de este sector tiene un impacto directo sobre un millón de hogares, ya que el 74% son generados por y para mujeres. Además, el 54% de los puestos de dirección de las pequeñas empresas, cooperativas y grupos productores están ocupados por mujeres”, explica Ana Sancho, técnica del Equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española.

Sancho precisa también que “la alta presencia de mujeres en el Comercio Justo repercute también en el uso de la Prima Fair Trade, un ingreso adicional que proviene de la venta de productos Fairtrade y que debe utilizarse para invertir en el desarrollo social y económico de los trabajadores, sus familias y comunidades. La prima puede ayudar a las mujeres y favorecer su seguridad y bienestar a través de servicios de ayuda al parto, al bebe, guarderías, quirófanos, etc”.

Pese a la pandemia, la facturación global del Comercio Justo en España sigue al alza. Según los últimos datos disponibles de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, en 2020 las ventas alcanzaron los 143,7 millones de euros en su conjunto. Ello supone un incremento del 3,6% respecto al año anterior. Cáritas Española facturó 538.799 euros y la mayoría de los productos que se comercializaron estuvieron relacionados con la alimentación, según la Memoria de Economía Solidaria 2021 presentada a finales del mes de abril.

Cada habitante en España consume una media de 3,01 euros en productos con estas características. La alimentación continúa acaparando el protagonismo en el sector, generando el 97,3% de las ventas. Los productos más vendidos son el cacao, los dulces y el café.

Este año, la red de Comercio Justo de Cáritas se suma a una amplia variedad de actividades organizada por la Coordinadora de Comercio Justo, cuya agenda se puede obtener a través de este enlace.

Cáritas destina una nueva partida de 3 millones de euros para atender la emergencia humanitaria provocada por la guerra en Ucrania

Cáritas Española ha movilizado una partida de tres millones de euros para atender la emergencia humanitaria provocada por la guerra en Ucrania. Los fondos serán destinados a las dos Cáritas presentes en el país: Cáritas Ucrania (rito griego) y Caritas-Spes (rito latino).

Las Cáritas en Ucrania destinarán esos fondos a satisfacer las necesidades básicas de la población más vulnerable, que se desplaza internamente huyendo de una ciudad a otra. El servicio prioritario es el alojamiento de corta estancia, comida, acceso a las medicinas, recuperación de las viviendas, información sobre rutas de evacuación segura, y atención psicológica para sobrellevar de forma adecuada el estrés provocado por el desplazamiento forzoso.

También se atiende a las personas que quedan atrapadas en lugares de conflicto, sin posibilidad de huir a ninguna parte. En el oeste del país, además se ha abierto un pequeño centro donde se acogerá a perfiles muy vulnerables por un periodo de tiempo más dilatado (hasta seis meses). “Es necesario destacar el esfuerzo que se está haciendo para detectar los casos más vulnerables como es el caso de las madres a cargo de familia numerosa, mayores, mayores a cargo de nietos, con el fin de acompañarlos de la mejor manera”, explica Carmen Gómez de Barreda, responsable de la campaña Cáritas con Ucrania.

Desde que empezó el conflicto, Cáritas Ucrania ha atendido dentro del país a más de 706.000 personas, la mayoría (64%) son mujeres. Sus más de 60 centros se han visto obligados a dar un giro a su trabajo de 180º para poder prestar apoyo a los desplazados internos que huyen de los bombardeos.

“Cáritas trabaja en red con el gobierno local y el resto de organizaciones, coordinando la ayuda para que ésta sea lo más extensa y sostenida en el tiempo posible. En esta nueva intervención, se modificará el contenido de la cesta básica, dando una respuesta más amplia a la población”, señala Gómez de Barreda.

El conflicto en Ucrania está teniendo consecuencias nefastas para la población. En los 69 días que dura el conflicto, alrededor de 10,5 millones (la cuarta parte de la población) está en situación de movilidad humana forzosa, tanto desplazados internos como refugiados. Se estima que 24 millones de personas dentro de Ucrania (la mitad de la población) necesitan ayuda humanitaria urgente.

“Las oficinas de Cáritas continúan atendiendo a la población necesitada, teniendo en cuenta los actuales riesgos. Pese a todas las dificultades existentes, se sigue haciendo un esfuerzo por trabajar en el Este del país, donde han quedado personas atrapadas y sin posibilidad de huir. Se estima que en los próximos meses la prioridad va a ser hacer llegar ayuda humanitaria a estas zonas, objetivo prioritario de ataques”, puntualiza Gómez de Barreda.

“Antes, ahora y después”

Desde el inicio del conflicto, el pasado 24 de febrero, Cáritas Española ha movilizado 3,8 millones de euros gracias a la solidaridad de medio millar de empresas y de más de 20.000 donantes particulares. Una semana después del inicio de la crisis, comprometió a Cáritas Ucrania una primera partida de 100.000 euros para atender las necesidades básicas de las personas vulnerables durante sus desplazamientos. A mediados de marzo, aprobó una asignación de otros 400.000 euros para programas de emergencia en Moldavia y Polonia ante la masiva huida de la población a esos países vecinos. En Rumanía, se ha aprobado una asignación de 300.000 euros.

Cáritas Española además está en Ucrania desde el año 2010 a través de diversos proyectos de acción social. “Cáritas estaba en Ucrania antes, está ahora y cuando se acabe el conflicto y la atención mediática seguirá allí. Los fondos que consigamos recaudar se invertirán en esa carrera de fondo que corre Cáritas porque la reconstrucción del país requerirá mucho tiempo y esfuerzo”, explica Gómez de Barreda.

Iglesia por un Trabajo Decente reivindica la dignidad del trabajo como una prioridad humana

La crisis socioeconómica provocada por la pandemia ha duplicado la tasa de precariedad laboral. Según el último informe FOESSA, «Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España», casi dos millones de hogares (10,3%) sufren las consecuencias de la inestabilidad laboral grave debido a que el sustentador principal ha estado tres o más meses en desempleo o ha tenido tres o más contratos diferentes en distintas empresas. Otras muchas familias (1.023.900) tienen a todos sus miembros en paro, mientras que 589.900 carecen de algún tipo de ingreso periódico.

Frente a este deterioro del mercado laboral y con motivo de la celebración, el próximo 1º de Mayo, del Día Internacional del Trabajo, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) ha lanzado el manifiesto “Sin compromiso no hay trabajo decente” en el que alerta cómo la pandemia y las previsibles consecuencias económicas de la guerra en Ucrania “están debilitando el derecho al trabajo y empobreciendo y descartando a millones de trabajadores, principalmente mujeres, jóvenes y migrantes”.

Según la última EPA (Encuesta de Población Activa) del cuarto trimestre de 2021, el desempleo (13,33%) afecta a más mujeres (1.650.600) que a hombres (1.448.200) y es 7,5 puntos porcentuales superior entre la población extranjera (20,89%). Entre los jóvenes, la falta de trabajo afecta al 30,7% de los menores entre 16 y 24 años.

Un mercado de trabajo caracterizado por la inestabilidad e inseguridad laboral -advierten las entidades de inspiración cristiana que impulsan en España esta iniciativa- provoca que “muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consigan salir de la pobreza”.

Cambio en el sistema productivo

ITD subraya que “la crisis visibilizó la necesidad de un cambio en el sistema productivo, que fuese capaz de crear empleos que aporten valor y con condiciones laborales dignas, pero la generación de empleo no está avanzando en este sentido y, de nuevo, asistimos a un sistema que prioriza el beneficio económico y ‘descarta’ a las personas, principalmente mujeres, jóvenes y migrantes”.

Por ello, en este Primero de Mayo, -añade- defendemos la dignidad del trabajo y el trabajo decente como una prioridad humana y, por ello, una prioridad cristiana y un compromiso de toda la Iglesia. El trabajo decente es además uno de los compromisos asumidos por las Naciones Unidas y los países que la forman en la Agenda 2030, que fue aprobada en 2015.

Pese a las dificultades que plantea el mercado laboral, ITD aprovecha su Manifiesto para resaltar el diálogo, la dedicación y el esfuerzo de numerosos trabajadores para hacer frente a la precariedad. Es el caso de un grupo de trabajadoras de la limpieza del Museo Guggenheim en Bilbao. Tras 285 días de huelga, estas mujeres han logrado recientemente una subida salarial del 20%, la desaparición de los contratos parciales y la reducción de la brecha salarial.

“Estos nueve meses han sido muy duros, pero han merecido la pena, han servido para ganar en dignidad. Ha sido una lucha muy bonita, un ejemplo de trabajo colectivo”, señala Carmen, trabajadora de la limpieza del museo.

ITD plantea además algunas medidas urgentes para reconducir la situación, como:

1. Igualdad salarial, políticas sociales y de género que permitan a las mujeres el acceso a las mismas oportunidades laborales que los hombres, garantizando la conciliación de la vida personal y laboral.

2. Creación de empleo juvenil de calidad: para que jóvenes en desempleo o en situación de temporalidad o precariedad tengan el derecho a acceder a un trabajo digno; relacionado con sus estudios y/o vocación.

3. La promoción de un entorno de trabajo seguro: con la puesta en marcha de políticas activas y la financiación de medidas de seguridad y de salud laboral.

4. Que las trabajadoras de hogar tengan acceso a los mismos derechos que el resto de trabajadores y trabajadoras, reconociéndose definitivamente su derecho a la prestación por desempleo.

5. La regularización urgente de las personas migrantes en situación administrativa irregular.

6. El acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan acceder a un empleo.

“Animamos a que en este 1º de Mayo nos unamos, como comunidad cristiana, en el compromiso por la defensa del trabajo decente, participando en los actos reivindicativos y celebrativos que se realicen en las diócesis; apoyando su visualización y difusión; contribuyendo así a que nuestro mensaje pueda llegar con fuerza en la esperanza de que el trabajo decente pueda ser una realidad para todas las personas”, concluye.

La iniciativa Iglesia por el trabajo Decente (ITD) comenzó su andadura en 2014 y está formado por organizaciones de inspiración católica y congregaciones religiosas, entre las que se encuentran Cáritas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC). Su objetivo es sensibilizar, visibilizar y denunciar una cuestión esencial para la vida de millones de personas: el trabajo humano y reivindicar el trabajo decente «hacia el interior de estas organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».

Cáritas Diocesana lamenta la muerte de Alam en el asentamiento de Lepe a causa de un incendio

Huelva, 22 de abril de 2022. Cáritas Diocesana de Huelva, junto con el Secretariado de Migraciones y la HOAC, lamenta el fallecimiento a causa de un incendio de Alam, un chico de 27 años originario de Marruecos que vivía en el asentamiento chabolista de Lepe.

La Iglesia Diocesana de Huelva ha alertado desde hace varios años de la situación de vida insostenible de estas personas. Las condiciones de falta de acceso a derechos, el agravamiento emocional y la perpetuación de condiciones de exclusión social tan severas y prolongadas en el tiempo, agravan, más si cabe,  la realidad de estos asentamientos chabolistas y de las personas que malviven en ellos.

La falta de alternativas habitacionales dignas, unida a la prohibición de construir infraviviendas, hace que muchas personas vivan en un espacio muy pequeño, hacinadas e incrementando así el riesgo a accidentes como el ocurrido.

Nunca como ahora se pone de manifiesto la necesidad de elaborar un plan que integre medidas a medio y largo plazo y que conduzcan a la erradicación de estos asentamientos y a las causas estructurales que propician la aparición y consolidación de los mismos.

Las entidades mencionadas llevan años alertando y denunciando la total vulneración de derechos humanos a la que se ven sometidas miles de personas que malviven en estos asentamientos y que, a fecha de hoy, siguen poniendo rostro a una de las realidades de exclusión más duras que se dan a nivel autonómico, nacional y europeo.

Caritas Diocesana de Huelva y el resto de entidades eclesiales firmantes, en su trabajo diario de acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes en cada una de sus necesidades, no olvidan, como dice el Papa Francisco que lo que está en juego es el rostro que queremos darnos como sociedad y como vida humana.

Mari Carmen: “No tenemos hora, estamos siempre disponibles”

Cuando se declaró el estado de alarma a causa de la pandemia de la Covid-19, Mª Carmen Camacho, voluntaria de Cáritas Parroquial de Beas, se encontraba en el campo. Esos días, recuerda, “las llamadas no pararon de llegar por parte de los usuarios. Estaban asustados por lo que veían en las noticias y sentían una tremenda ansiedad”. Y es que, según cuenta la voluntaria, muchas fueron las personas que de un día para otro se quedaron sin nada.

En esos momentos, parte del equipo de voluntariado que forma Cáritas Parroquial de Beas se tuvo que resguardar, ya que eran personas mayores. Además, la situación de restricción de la movilidad y la apertura, impidió al equipo seguir abriendo la acogida presencial, aunque la telefónica nunca cesó. Por ello, Mª Carmen, siendo una de las más jóvenes, estuvo al frente y tuvo una muy buena coordinación con el Ayuntamiento de la localidad y los Servicios Sociales. “ En las primeras semanas del confinamiento, yo me hice cargo de la asistencia tanto de las familias con las que ya trabajábamos como de aquellas que nos derivaba el Ayuntamiento. Desde mi casa hacía los vales de alimentos y la Policía Local se los llevaba a las familias”. Para este trabajo, Mª Carmen resalta que fue vital la coordinación para actuar rápido y con calidad. “Además, Cáritas Diocesana de Huelva siempre estuvo ahí, preocupándose por nosotros y orientándonos para atender a las personas”.

El teléfono ha sido clave en esta crisis, ya que se convirtió en un aliado para estar cerca de las personas. “Cuando alguien te necesitaba te llamaba, lo escuchabas e intentabas ayudarle, pero nos hemos encontrado con muchas situaciones nuevas que no sabíamos muy bien cómo tratar y aliviar. Fueron momentos muy duros para muchas personas”.

Han sido muchos los problemas psicológicos que la crisis de la Covid-19 ha supuesto para muchas personas que tenían una vida normalizada y que de repente, se encontraron en una situación de vulnerabilidad, perdiendo sus trabajos y quedándose sin su sustento principal. “Escuchamos el llanto de las personas que lo estaban pasando mal, y en ese momento, escucharles, apoyarles e intentar entenderles era, a veces, la única cosa que podíamos hacer. Estar disponibles para ellos, porque Cáritas Beas no ha tenido horarios, estamos disponibles siempre”, confiesa Mª Carmen.

Una vez superadas las semanas más duras de confinamiento y las restricciones más fuertes, el voluntariado de Cáritas Parroquial de Beas ha vuelto a su labor aunque “en ningún momento lo dejaron, porque aunque las voluntarias de más edad tuvieron que quedarse en casa, siempre estaban atentas, preocupadas y disponibles para todo lo que pudieran hacer. Las personas mayores hacen una labor increíble porque son constantes, conocen al pueblo y tienen disponibilidad”. Poco a poco, también fue volviendo el equipo más joven, “personas como Maleni, Maribel y Miriam empezaron a hacer los repartos, tanto fuera como en la sede”.

En estos momentos, Cáritas Parroquial de Beas ha vuelto a abrir la acogida presencial con un sistema de citas para evitar colas, con la intención de escuchar a las personas y tomar una decisión personal para cada una de ellas. Después de la vivencia acaecida, después del año 2020 y lo que aún estamos viviendo, Mª Carmen expresa que “tienes que estar preparada para situaciones inesperadas y que, a veces, esa preparación te la da el Señor”.

Sin duda, el voluntariado de la Cáritas Parroquial de Beas ha sido el principal motor que ha hecho posible la labor de atención social que han realizado, demostrando una buena coordinación con otras entidades y administraciones. “Sin olvidar al pueblo, que también se volcó con las realidades más duras, haciendo donaciones y preocupándose por ellas”.

Nuestros mayores: un valor incalculable

Hasta la declaración de esta pandemia nunca las personas mayores habían sido tan mencionadas ni habían tenido tanto protagonismo en los medios de comunicación. La constatación de que el virus genera síntomas más graves y de que sus consecuencias tienden a ser peores en quienes tienen más edad, llevó a definir a los mayores de 65 años como el colectivo más vulnerable y a recomendarles que no salgan de casa, quedándose, en muchos casos, aislados, sin que nadie pudiera ir a visitarlos, sintiendo, como consecuencia, miedo y soledad.

Para Cáritas Diocesana de Huelva, las personas mayores son el pegamento entre nuestro pasado y nuestro presente, y su conocimiento debe ser contado, acompañado y compartido. Por ello, se merecen toda nuestra atención, escucha y amor antes, durante y cuando pase la crisis sanitaria.

El Proyecto de Acompañamiento a Mayores se viene desarrollando desde hace varios años en la zona de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Inma Ruiz y Nieves Domínguez, técnicas del proyecto, cuentan que “es muy gratificante trabajar con estas personas”. Recuerdan que cuando se produjo el confinamiento, “tuvimos que pararnos y evaluar lo que ocurría, era una situación totalmente nueva”. Así que, elaboraron un listín telefónico con todos los pueblos y empezaron a organizar los talleres a través de WhatsApp. “Es difícil trabajar de manera telemática con personas que no saben manejar un ordenador, pero siempre había un hijo, un amigo o un vecino que nos hacía de puente”. En esos momentos de caos e incertidumbre, también recibieron muchas llamadas, “algunas personas estaban muy preocupadas, se encontraban solas y no sabían lo que pasaba realmente”, cuentan.

Ángela Maestre, lleva siendo voluntaria del proyecto desde 2019. En su voluntariado, visita a los mayores para darle compañía o para dar respiro a sus acompañantes. “Son visitas largas que nos dan la oportunidad de disfrutar del mayor, hablar con tranquilidad y poder hacerle compañía”. Emocionada de su función y con alguna lágrima en los ojos, cuenta que cuando conoció el proyecto pensó que podría aportar mucho. “Después fue al revés, estar con los mayores me aporta mucho más a mí”. En la etapa del confinamiento, Ángela recuerda llamadas con los mayores en las que “sentía la pena en sus voces, porque se sentían solos al no tener a sus familias cerca. Ante esto, les intentaba transmitir esperanza, aunque yo no la tuviera, me tenía que hacer fuerte por ellos”. Milagros Mozo (85) es una de esas personas que recibe la visita de las técnicas y voluntarias. “Cuando no podían venir me sentía regular, porque me alegraban mucho sus visitas. Hablar es necesario y a veces lo hago muy poco, cuando están ellas puedo hacerlo”.

A su vez, Cruz Rosario Rodríguez (86) participa en los talleres de memoria que realizan todas las semanas. En esas horas hacen ejercicios para mejorar la memoria y la retención de los mayores. “Hacemos diferentes ejercicios que me ayudan a acordarme de lo que se me olvida. Me gusta venir, nos conocemos entre todas y pasamos un buen rato”. Eso mismo le sucede a MªTeresa Romero (90) que vive sola y venir cada semana “le da mucha alegría”.

Cuando las técnicas, viendo que todo estaba cerrado, decidieron seguir con el taller telemáticamente Felisa Acedo (64) y Francisca Suárez (68) recibían todas las semanas fichas con ejercicios, “eran actividades diferentes que nos ayudaban a sentirnos entretenidas”, comentan. Antonia López (75) y Yeye (80) sintieron miedo y desinformación porque no podían salir en pleno confinamiento, pero “ahora estamos deseando venir al taller, echamos una hora muy buena porque aprendemos cosas que no sabemos. A veces preguntamos mucho, menos mal que tienen paciencia”, ríen ambas.

Mayores con ganas de seguir aprendiendo y mejorando. Mayores que enriquecen nuestra vida aportándonos su tiempo y sus saberes. Un tesoro del tiempo que debemos respetar y cuidar.