Mejor 2

Todos tenemos la oportunidad de ser solidarios en nuestra declaración de la renta. ¡Descubre cómo!

Todos tenemos la oportunidad de ser solidarios en nuestra declaración de la renta. 

Cuando marcas conjuntamente las casillas de Iglesia Católica y de Fines Sociales estás aportando el 1,4% de tus impuestos al sostenimiento de la Iglesia y a apoyar proyectos de atención a personas en situación de pobreza y exclusión. Recuerda que se pueden marcar ambas casillas y que no tendrás que pagar más ni te devolverán menos.

En tu próxima declaración de renta… Mejor2.

Siete preguntas básicas sobre la asignación tributaria a través del 1,4% del IRPF

¿De verdad puedo marcar las dos casillas a la vez?

Sí. Se pueden marcar las dos casillas conjuntamente.

¿Y es cierto que marcando las dos casillas se duplica la ayuda?

Sí, cada casilla marcada genera el 0,7%. Si marcas las dos casillas se destina el 1,4%.

¿Y a mí me cuesta algo?

No, no te cuesta nada. Tú decides el destino del 1,4% de tus impuestos.

¿Y si no marco alguna casilla?

Hacienda destinará el importe correspondiente a otras partidas de los presupuestos generales del Estado.

¿Por qué es bueno marcar la casilla Iglesia Católica?

Porque así puedes destinar un porcentaje de tus impuestos a colaborar con las necesidades de la Iglesia.

¿Por qué debo marcar también la casilla Fines Sociales?

Porque de este modo, un porcentaje de tus impuestos se destina a proyectos sociales en España y en países desfavorecidos.

¿Percibe Cáritas recursos de las casillas de Iglesia Católica y de Fines Sociales?

Sí. Cáritas es parte esencial de la Iglesia Católica y, además, como organización social recibe fondos de la casilla de Fines Sociales.

Ayúdanos a conseguir que cada vez más personas marquen ambas casillas, difunde esta campaña con nuestros materiales descargables.


En el Día del Amor Fraterno

Ante la irrupción del Coronavirus y el sufrimiento que va dejando a su paso, Cáritas Española, junto a la Conferencia Episcopal Española y los medios de comunicación Cope y TRECE, queremos aprovechar la Semana Santa para darle un nuevo impulso a nuestra Campaña “Cada gesto cuenta”, vinculándola a lo que en estos días celebramos como Iglesia: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y la llamada a vivir la fraternidad, haciendo vida el mandamiento nuevo del amor.

Siguiendo los pasos del Señor y alimentados por la Palabra de Dios, el Pan eucarístico y la oración, abriremos bien los ojos para descubrir los rostros frágiles y necesitados, dejaremos que nuestro corazón se mueva a compasión sin dejarse vencer por la indiferencia, ofreceremos nuestro tiempo, nuestras manos, nuestros donativos a favor de las Cáritas diocesanas, y hasta nuestras personas, para levantar y acompañar al caído en el camino. 

Hacer memoria para amar sirviendo

Cada Jueves Santo hacemos memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de todo lo que aconteció en el marco de la misma: la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, el mandato del amor… Este amor fraterno quiso Jesús significarlo en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio, al que los cristianos estamos llamados.

La Eucaristía es “sacramento de la caridad”. En ella se “actualiza sacramentalmente el don de la propia vida que Jesús ha hecho en la Cruz por nosotros y el mundo entero. Al mismo tiempo en la Eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana” (Sacramentum caritatis 88). La Eucaristía es fuente y corazón de nuestra fe, aliento de nuestra esperanza y alimento de nuestra caridad. Quien comulga con Cristo entra en comunión con toda la humanidad y se siente comprometido a ser don para los demás.

El Jueves Santo es el Día del amor fraterno, pues no se puede separar Eucaristía y amor a los hermanos, un amor que se hace servicio concreto, sencillo y gratuito al estilo de Jesús. Efectivamente, no hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir. No hay amor si no se está dispuesto, siguiendo el ejemplo de Jesús, a inclinarse y despojarse de todo aquello que estorba. No hay amor sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita. Ahora bien, antes es necesario dejarse “lavar”, acoger agradecidamente el cariño, el cuidado y la cercanía de otros; y desde esa experiencia “arremangarse” para servir gratuitamente, especialmente a los que más sufren y los más pobres.

En el Día del Amor fraterno, Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio. En el momento actual, este servicio lo hemos de centrar especialmente en los enfermos por el Coronavirus y en sus familias; también, por supuesto, en las personas en situación de vulnerabilidad y exclusión social. “¿Veis lo que he hecho? Haced vosotros lo mismo”. Gracias a Dios, esta fraternidad está manifestándose ya en múltiples gestos solidarios y de cuidados que apuntan hacia la Pascua, pues el amor alumbra nuestra esperanza. Aún así, nos queda mucho por hacer.

Algunas actitudes para vivir la fraternidad.

En estos días tan duros necesitamos potenciar actitudes y valores. Apuntamos algunos que nos pueden ayudar a vivir el amor fraternal.

  • Mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes comparto el hogar y el confinamiento.
  • Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro.
  • Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos.
  • Compasión. Sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.
  • Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones.
  • Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante.
  • Acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.
  • Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren.
  • Esperanza, la que viene de Cristo resucitado, una esperanza que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría.[2]

Un gesto: la fraternidad alumbra la esperanza.

Desde Cáritas proponemos un gesto para el día de Jueves Santo. Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.

Con este gesto queremos unirnos a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde se nos pide “aislarnos”, cuando solo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, nos sentimos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la humanidad sufriente, alumbrando, de esta manera, la Pascua que esperamos.

Oración-Bendición:

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…

Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos; que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza. AMEN.


[1] Cf. Cáritas Española, “Conectados y … ¿Vinculados? Guiones Litúrgicos de Cuaresma Pascua 2020.

[2] Cf. Cáritas Española, “Tu compromiso mejora el mundo”, Guiones Litúrgicos de Cuaresma y Pascua 2018.

Coronavirus: La Iglesia española llama a expresar la solidaridad con los afectados en el Día del Amor Fraterno

En pleno impacto sanitario y social de la pandemia del coronavirus, que está causando una grave precariedad social y un intenso sufrimiento en tantas familias de nuestro país, la Iglesia española, a través de Cáritas, la Conferencia Episcopal y los medios de comunicación Cope, Trece TV y Ecclesia, invitan a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados.

La celebración del Día del Amor Fraterno en el día de Jueves Santo es un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor.

La fraternidad alumbra la esperanza

Hay formas concretas de expresar esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus.

Una de ellas es el gesto que Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen para el día de Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”. Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.

Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos.

Apoyo económico a las personas más vulnerables

Otro gesto a través del cual es posible expresar en el Día del Amor Fraterno esa cercanía solidaria con los afectados ante el impacto del coronavirus es canalizar ese compromiso a través del apoyo económico a la campaña de emergencia Cada gesto cuenta lanzada por Cáritas Diocesana de Huelva para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.

Los efectos del Covid-19 en las condiciones económicas y sociales del país están siendo muy intensos y todo indica que, debido a la crisis de empleo en ciernes y la falta de ingresos a la que ya se enfrentan cientos de miles de familias, las demandas de apoyo urgente van a multiplicarse. En ese escenario, los esfuerzos de acompañamiento de Cáritas estarán, como en ocasiones recientes, allí donde las necesidades de las personas más frágiles sean mayores.

Hacer memoria para amar sirviendo

Cada Jueves Santo, la Iglesia hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio.

No hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir, si no se está dispuesto a despojarse de todo aquello que estorba, sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita.

En este Día del Amor Fraterno de 2020, cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia.

Algunas actitudes para vivir la fraternidad

Dentro de la llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir este año la jornada del Amor Fraterno potenciando el valor de la acogida, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivir el amor fraternal:

– Mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento.

– Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro.

– Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos.

– Compasión. Sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.

– Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones.

– Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante.

– Acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.

– Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren.

– Esperanza, la que viene de Cristo resucitado, que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría.

Oración-bendición

Asimismo, y con objeto de acompañar el encendido de una vela en el momento de compartir la cena, Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen una oración-bendición:

Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…

Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos; que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza.

AMEN.

#CadaGestoCuenta

#AmorFraterno

El confinamiento en La Casa de los Milagros

Zahra, Hassana, Rachida, Aouitef son algunas de las mujeres que viven desde el pasado agosto en la Casa Santa María de los Milagros de Cáritas Diocesana de Huelva. Una casa de acogida para personas en situación de sin hogar y que además atraviesan una enfermedad. Esta casa se ha convertido en un espacio de recuperación y fortalecimiento de la salud. Durante el periodo que estén en la casa, las personas tienen cubiertas todas sus necesidades básicas, tratamiento médico, acompañamiento, actividades para la mejora personal y de autoestima. Se les brinda un espacio donde se sientan acogidas y queridas, donde se les ayude a serenarse y estar en paz consigo mismas. Además, cuando la situación de la persona es terminal se les acompaña en el duelo y en la aceptación de su final.

Por la crisis del coronavirus y el confinamiento, estas personas que se recuperaban en la casa han tenido que limitar sus salidas. Solo aquellas que tienen que acudir a la sesión de quimioterapia pueden ir al hospital. Estas mujeres vinieron a España para trabajar en la campaña de frutos rojos, muchas de ellas hace más de 13 años que trabajan los campos durante los 9 meses que dura la campaña. Hay que destacar que para sus familias, el sueldo de estas mujeres es el único sustento económico que tienen.

Este año se  encontraron con una enfermedad que les impidió seguir trabajando. Muchas de ellas necesitaban un espacio estable de recuperación, un lugar donde pudieran ser atendidas, un sitio donde pudieran sentirse apoyadas en la enfermedad y poder recuperarse. Y por eso, la Casa Santa María de los Milagros se convierte en el abrazo cálido, en la mano que se tiende al que está derrotado, en la voz que susurra para calmar los miedos.

Ahora, asustadas por la situación y lejos de sus familias, intentan invertir su tiempo haciendo algo útil para ellas y para otros. Esta semana han comenzado a fabricar mascarillas que usarán cuando vayan al hospital a recibir el tratamiento. “Es una forma de entretenerse, de sentirse útil y contribuir para hacer algo ante esta situación”, cuenta una de las responsables de la casa.

Desde Cáritas Diocesana de Huelva seguiremos acompañando a las personas que más lo necesitan, siendo conscientes de la situación y tomando todas las medidas de prevención, pero con absoluta disposición para estar allí dónde nos necesitan. 

URGENTE: Cáritas alerta de una captación de fondos fraudulenta en su nombre a través de redes sociales

Cáritas denuncia los intentos de phishing que están circulando en los últimos días a nivel estatal a través de WhatsApp y redes sociales para recaudar de manera fraudulenta y utilizando el nombre y la imagen de nuestra institución fondos económicos y ayuda en especie para los afectados por el coronavirus.

Estamos trabajando para frenar ese fraude y poner la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional.

Rogamos a todos los voluntarios, socios y donantes, así como a toda la ciudadanía, que se abstengan de acceder a esa aplicación fraudulenta y eviten replicarla a través de cualquier medio de comunicación o dispositivo.

Ante cualquier duda a la hora de hacer efectiva a través de Cáritas la solidaridad con los efectos del coronavirus en las personas más vulnerables, aconsejamos consultar los canales habilitados a tal efecto tanto en las respectivas páginas web de las Cáritas Diocesanas como en la web de Cáritas Española, o a través de los servicios de atención telefónica de la Cáritas más cercana.

Cuenta única para apoyar la Campaña de Captación de Fondos de Cáritas Diocesana de Huelva:

  • LA CAIXA: ES38 2100 7434 3722 0024 1033    

No olvide declarar el concepto, ‘Covid-19 Cáritas’ en el momento del ingreso bancario.

Recuerde que para recibir certificación de sus donaciones es imprescindible que nos comunique nombre y apellidos, NIF/CIF dirección completa. Para ello, si lo necesita, puede comunicárnoslo a los correos cgallardo.administracion@caritashuelva.org , nsoto.administracion@caritashuelva.org o a los números de teléfono              627 61 01 13 //  660 17 58 87

Si prefiere otra forma de realizar la donación, envíenos sus datos por la misma vía y nos pondremos en contacto con usted para proceder como considere más convenientemente.

Consultas, dudas, incidenciascomunicacion@caritashuelva.org

#LaCaridadNoCierra – #CadaGestoCuenta

Coronavirus: Cáritas alerta sobre la extrema precariedad social en la que están miles de personas en infraviviendas y asentamientos

La emergencia generada por el impacto en España del coronavirus está empujando a unas condiciones socio-sanitarias extremas a unas 12.000 personas que viven en unas condiciones ya de por sí muy precarias en los asentamientos e infraviviendas de Huelva, Almería y Tenerife.

Las Cáritas Diocesanas de estas tres provincias vienen alertando desde la declaración del estado de alarma de esta grave situación de desamparo, que afecta a un número importante de personas que ya de forma habitual viven en situaciones de exclusión residencial y que ahora ven cómo las medidas de confinamiento les limitan aún más su acceso a los derechos humanos.

Imposibilidad de garantizar el confinamiento

Las Cáritas de Huelva, Almería y Tenerife, que desde hace años están dando respuesta a las necesidades de estas personas y familias, vienen alertando en las dos últimas semanas de la imposibilidad material de cumplir con lo establecido en el Real Decreto-ley 8/2020 de 17 de marzo, en cuanto a la adopción de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19.

“¿Cómo pueden hacerlo si donde habitan no pueden tener acceso al mínimo vital necesario para vivir con dignidad, con acceso mínimo al agua, la alimentación o a la salud, y malviven en barrancos, cuevas, playas, asentamientos rurales y urbanos, o casas abandonadas?”, se pregunta uno de los responsables de esas Cáritas. “Para ellos es una quimera la consigna del `quédate en casa´”, añaden.

Esta emergencia sanitaria se superpone a una situación extrema previa a la crisis, caracterizada por una falta de recursos de primera acogida, carencia total de alojamiento alternativo e imposibilidad de acceso a derechos humanos básicos (salud e higiene, agua potable o alojamiento digno), como detalló en su informe Philip Alston, relator especial de la ONU para la Pobreza Extrema, tras su visita a los asentamientos en febrero pasado.

En este sentido, es importante subrayar la recomendación recogida hace pocos días por la Relatoría Especial de Naciones Unidas para una Vivienda Adecuada de “la vivienda como primera medida de contención del COVID-19”, junto a la manifestada también por la Relatoría Especial de Naciones Unidas de los derechos al Agua y Saneamiento el pasado lunes 23 de marzo, donde señala que “no se podrá parar el COVID-19 sin proporcionar agua a las personas en situación de vulnerabilidad”.

Datos sobre las zonas afectadas

En Tenerife, Cáritas indica que actualmente hay alrededor de 1.000 personas repartidas en varios municipios que viven en quebradas, barrancos, casas abandonadas o cuevas.

Cáritas Huelva informa que unas 2.500 personas permanecen en varios asentamientos urbanos y rurales repartidos por distintas localidades de la provincia.

En Almería, Cáritas Diocesana señala que alrededor de 8.000 viven en cortijos abandonados, asentamientos construidos con chabolas de plástico y madera, antiguas balsas y construcciones abandonadas.

Todas estas personas se enfrentan actualmente a estas carencias, que han sido documentadas por las Cáritas locales:

– No están teniendo acceso a agua potable y saneamiento, o, si lo tienen, mediante el suministro a través de camiones cisterna y puntos de agua, las personas afectadas tienen que salir fuera de los asentamientos, además de carecer de recipientes adecuados para su traslado y conservación. En muchos casos, tampoco hay acceso a agua no potable para saneamiento.

– Carecen de acceso a medidas sanitarias de prevención y contención del COVID-19, excepto a los kits de higiene facilitados por entidades sociales, como Cáritas.

– Tampoco disponen de kits de alimentación, según se establece en las medidas ordenadas por Ministerios de Defensa y de Derechos Sociales y Agenda 2030 respecto a personas en situación de sin hogar. El único suministro de comida son las bolsas que las entidades sociales les están proporcionando, aunque cada vez con mayores dificultades:

Propuestas

Cáritas está reclamando en los distintos niveles de coordinación y toma de decisiones, tanto local y autonómico como estatal, las medidas necesarias para garantizar en esos asentamientos la aplicación de uno de los ejes señalados en el Real Decreto del 17 de marzo: “Refuerzo del Sistema Nacional de Salud en todo el territorio nacional con el aseguramiento de suministro de bienes y servicios necesarios para la protección de la salud pública, el abastecimiento alimentario, el suministro de energía eléctrica, productos derivados del petróleo y gas natural y ciertas medidas también en materia de transportes”.

Además, es urgente asegurar las medidas de confinamiento en los asentamientos rurales y urbanos e infraviviendas de las zonas donde residen las personas y familias afectadas, tal y como las Cáritas de Huelva, Almería y Tenerife vienen planteando a las distintas Subdelegaciones y Delegaciones de Gobierno, Ayuntamientos y servicios de Protección Civil, así como ante organismos de la Administración estatal.

Para ello, Cáritas pide la convocatoria inmediata de Mesas de Emergencia para facilitar medidas de confinamiento en asentamientos rurales y urbanos e infraviviendas ante la crisis del coronavirus, con la presencia de los tres niveles de Administración pública (local, autonómica y estatal) y las entidades sociales, con el objetivo de coordinarse en la aplicación, seguimiento y evaluación de las medidas que se establezcan.

Entre estas medidas, es indispensable garantizar con la máxima urgencia:

– Abastecimiento permanente de agua potable, alimentos (comida caliente de forma cíclica y temporal) y medidas sanitarias de prevención del COVID-19 con la tutela y coordinación del Ministerio de Defensa, a través de unidades sanitarias especializadas.

– En su caso, y para poder hacer seguimiento de cuarentenas obligadas por la pandemia, utilización de espacios habilitados a tal efecto.

– Dada la especial situación de vulnerabilidad de las mujeres y menores, facilitar alojamientos adecuados a las que puedan ser trasladados.

#CadaGestoCuenta

Cáritas Diocesana de Huelva responde ante la crisis del Coronavirus

Situación actual de la crisis

España es uno de los países de la Unión Europea más castigados por la pandemia. Los casos de personas infectadas no paran de aumentar y se estima que cada cuatro días se duplica el número de casos positivos.

Las instituciones educativas de todos los niveles están cerradas desde el pasado 11 de marzo y la población confinada en sus hogares para evitar el contacto y la propagación de la infección.

El Gobierno declaró oficialmente el estado de alarma el sábado 14 de marzo lo que implica:

  • Severas restricciones a los movimientos diarios de todos los ciudadanos, excepto en casos de necesidad urgente: ir a trabajar, comprar alimentos o atención médica o asistencia a personas mayores u otras personas vulnerables.
  • Todos los viajes nacionales e internacionales están restringidos.
  • Además, el Gobierno anunció un paquete de medidas urgentes para enfrentar el impacto económico y social de la crisis.

Actuación de Cáritas Diocesana de Huelva

Cáritas Diocesana de Huelva está colaborando en el cumplimiento de las medidas señaladas a partir del estado de alarma, evitando el tránsito y la aglomeración de personas. Por ello, se han suspendido temporalmente aquellas actividades (atención presencial, reuniones, encuentros, formación, etc) que podrían suponer un riesgo para las personas, tanto  personas participantes, como voluntarios/as y trabajadores.

Cáritas quiere seguir desarrollando la misión de atender a las personas en situación de mayor vulnerabilidad y riesgo de exclusión social, velando por su atención y cuidado.

Como consecuencia del confinamiento provocado por el estado de alarma decretado, muchas  actividades comerciales y productivas han quedado paralizadas, por lo que muchas personas van a ver agravada su situación económica, viéndose abocadas a solicitar ayudas para paliar sus necesidades básicas, y otras que ya vivían una situación de precariedad,  se van a empobrecer aún más.

Con el objetivo de seguir acompañando y ayudando a las personas más vulnerables (personas mayores, enfermas, solas, familias o mujeres solas con hijos/as, personas sin hogar, etc)  y  organizar el servicio de la caridad en los equipos de Cáritas parroquiales y en nuestros programas y proyectos, para garantizar la respuesta a las situaciones urgentes que se nos están planteando, desde Cáritas Diocesana de Huelva se han elaborado protocolos de actuación con orientaciones adaptadas a este momento concreto y con un replanteamiento de nuestros servicios..

Las Cáritas Parroquiales y Cáritas Diocesana estamos identificando las necesidades humanas y materiales que tiene nuestra provincia, tanto de voluntariado como de material sanitario y de protección, alimentación y productos de primera necesidad, con el fin de poder dar respuesta a las necesidades de las personas más afectadas y con mayores dificultades.

Este nuevo escenario de empobrecimiento, va a exigir de todas las personas comprometidas con Cáritas y solidarias con nuestra sociedad, el hacer frente y colaborar con este nuevo reto que nos plantea la situación de incertidumbre que estamos viviendo. Más aún cuando el principal ingreso de las Cáritas Parroquiales eran las colectas y actualmente, a causa del cierre, esos ingresos se ven mermados.

Realizar una donación mediante transferencia o ingreso en cuenta

También puede contribuir al trabajo de Cáritas mediante una donación puntual realizando una transferencia o ingreso en esta cuenta.

  • LA CAIXA: ES38 2100 7434 3722 0024 1033    

No olvide declarar el concepto, ‘Covid-19 Cáritas’ en el momento del ingreso bancario.

Recuerde que para recibir certificación de sus donaciones es imprescindible que nos comunique nombre y apellidos, NIF/CIF dirección completa. Para ello, si lo necesita, puede comunicárnoslo a los correos cgallardo.administracion@caritashuelva.org , nsoto.administracion@caritashuelva.org o a los números de teléfono              627 61 01 13 //  660 17 58 87

Si prefiere otra forma de realizar la donación, envíenos sus datos por la misma vía y nos pondremos en contacto con usted para proceder como considere más convenientemente.

Consultas, dudas, incidenciascomunicacion@caritashuelva.org

La caridad tampoco cierra en Cáritas Diocesana de Huelva

Desde Cáritas Diocesana de Huelva seguimos acompañando a las personas más vulnerables porque la Caridad no cierra. Queremos seguir atendiendo a las personas que en situación más precaria y que pueden encontrase en una situación de vulnerabilidad aún mayor a causa de esta crisis. Cáritas vive con plena consciencia su compromiso y por ello seguimos atendiendo todas las realidades o áreas con las que cuenta nuestra entidad, con las limitaciones propias de este estado de emergencia y alerta.

La misión de Cáritas es ser esperanza en nuestro mundo junto a las personas que viven diariamente la exclusión. Por ello, desde Cáritas Diocesana de Huelva vamos a seguir realizando la labor de asistencia humanitaria en asentamientos, con las precauciones que esta situación de alarma sanitaria nos impone.

En principio y salvo notificación de la administración competente se va a seguir desarrollando en servicio en la medida de los recursos personales disponibles, aunque extremando las medidas de protección y prevención.

Somos conscientes de  nuestra propia identidad como institución  y de las ganas de seguir atendiendo a estas personas desde la buena voluntad; pero, igualmente sabemos que no es suficiente, por lo que para seguir prestando este servicio es necesario que dispongamos de material preventivo efectivo para el desarrollo de la actividad por parte de técnicos y voluntarios. Creemos necesario asegurar el suministro de alimentos y productos de primera necesidad, para poder seguir repartiendo en los diferentes asentamientos. Además, es muy complicado para las personas que acuden a los asentamientos  la detección de  posibles contagios  por el virus, por lo que  sugerimos  la presencia periódica  de personal sanitario  en la línea de atención presencial a estas personas y  detección  de posibles contagios.

Desde Cáritas Diocesana no podemos dejar de remarcarles la absoluta disposición en la línea de acompañar cualquiera de las acciones que se solicita en las medidas de nuestras posibilidades y con las limitaciones que la administración pueda plantear en este sentido.

Centro de Día Puertas Abiertas

Seguimos prestando el servicio de atención a personas sin hogar en la ciudad de Huelva en nuestro Centro de Día para Personas Sin Hogar, Puertas Abiertas,  extremando todas las medidas de higiene, prevención y control que son necesarias en una situación como esta.

El espíritu general de las medidas propuestas responde a los siguientes objetivos:

– Reforzar la misión de Cáritas de atender, acoger y escuchar a los últimos y más excluidos, velando por su atención y cuidado.

– Proteger y prevenir el contagio entre los agentes de Cáritas, las personas participantes y otras personas con las que desde Cáritas nos relacionamos.

– Observar estrictamente las medidas indicadas por las autoridades sanitarias de cara a la contención del virus y colaborar con las autoridades en las medidas que el Gobierno central y las Administraciones competentes en cada territorio recomienden en cada fase de la crisis sanitaria.

– Colaborar con toda la iglesia para adaptar la vida de las comunidades cristianas a las limitaciones impuestas por la actual emergencia, apoyar la difusión de las recomendaciones oficiales y, sobre todo, transmitir un mensaje de confianza, solidaridad y esperanza al conjunto de la sociedad.

COVID19 Cuando es la hora de un amor inteligente y creativo

Debido a la situación que estamos viviendo por el coronavirus, Vicente Martín, delegado episcopal de Cáritas Española, reflexiona sobre cómo vivir este momento desde la fe. Aquí os dejamos un pequeño texto que ha elaborado y que se puede ver en el blog de la web confederal:  

Ante la situación que estamos viviendo a causas de ese virus que se ha “instalado” en nuestro mundo, llenándonos de temor y recluyéndonos en nuestras casas, me pregunto ¿cómo vivir este momento?, ¿cómo vivirlo desde la fe?.Sin esperarlo, nos vemos obligados a vivir una Cuaresma en modo “cuarentena”, y me digo a mi mismo: ¡qué oportunidad para una sincera conversión!

Curiosamente, cuando se nos pide evitar lo exterior para no contagiar ni contagiarnos, es cuando puede ser transformado nuestro interior, nuestro corazón. No cabe duda que algo está cambiando.También me pregunto qué podemos aprender de todo esto que acontece, porque si es importante saber qué ha pasado y por qué, más aún lo es descubrir qué hemos de hacer y aprender.

Me gustó la reflexión de una psicóloga italiana, Francesca Morelli, en la que manifestaba que, ante ideologías discriminatorias, el virus nos hace sentirnos “discriminados” de alguna manera, sin poder cruzar fronteras aun siendo de raza blanca, occidentales, y con recursos económicos.En una sociedad basada en la productividad y el consumo, nos vemos forzados a un parón para aprender a vivir de otra manera.

En una época en la que la crianza se delega por causas mayores, nos vemos obligados a pasar más tiempo en familia. En un modelo social en el que pensar en uno mismo y en los propios intereses es la “norma”, el coronavirus nos lanza un mensaje claro: la única manera de salir de esta situación es vincularnos, hacer emerger en nosotros el sentimiento de ayuda al prójimo, de pertenencia a una familia, a una comunidad, a un país, siendo algo más grande que la propia individualidad, de corresponsabilidad, sintiendo que de mis acciones depende la suerte de otros, y que yo dependo de ellos.

Creo, honestamente, que si vivimos esta crisis sanitaria, con repercusiones económicas y sociales, desde criterios realmente humanos, desde responsabilidades compartidas, asumiendo cada uno su misión, como dijo el Presidente de Gobierno, todo esto puede ser un punto de partida para otro modo de vivir, para otro mundo posible, como decimos en Cáritas.

Esta situación nos enfrenta con nuestra propia vulnerabilidad: en cualquier momento podemos dar positivo. Reconocer esta vulnerabilidad, es camino para hacer frente a un “bicho” que amenaza nuestra vida en común, nos aísla y, al mismo tiempo, nos hace ver la gran mentira del individualismo; nos hace caer en la cuenta que nos necesitamos unos a otros, que no tenemos vida si no es compartida, que es imposible ser, si no es con otros; nos avisa, en fin, de la importancia de la común-unión y del bien común.Lo que inéditamente estamos viviendo, nos muestra que el dolor y el sufrimiento nos une y puede acrecentar en nosotros el amor al prójimo.

Precisamente, la dificultad para entrar en contacto físico va a requerir un amor inteligente, creativo y operativo, capaz de nuevas formas de presencia.San Juan Pablo II nos animaba a echar imaginación a la caridad. Yo percibo en estos momentos ese amor creativo en tantos padres, que inventan tareas y juegos para sus hijos, intentando compaginarlas, además, con el teletrabajo; en tantos profesores, que no interrumpen su labor educadora ni su apoyo a sus alumnos; en tantos profesionales de todos los campos, servidores de lo público (sanitarios, investigadores, camioneros, taxistas, limpiadores…), que cuidan y posibilitan que la vida de este país no se pare por completo; en esos responsables políticos que, con altura de miras, articulan medidas económicas y sociales para no dejar a nadie atrás; en todos aquellos que viven el ayuno y la abstinencia cuaresmal haciendo real el eslogan “quédate en casa”; en tantos voluntarios que, bien a título personal o desde sus organizaciones sociales, sean eclesiales o civiles, siguen estando ahí, con generosidad, en favor de los más débiles de la sociedad; en tantos religiosos y sacerdotes que oran y celebran la eucaristía, acogen y escuchan a sus feligreses alentándoles en la esperanza que viene de Dios.Es la hora de una caridad creativa y responsable para decir a los más vulnerables: ¡no os dejaremos!

Es la hora de testimoniar el evangelio de la misericordia y hacer presente la cercanía de Dios. Es la hora de inventarse nuevas formas de presencia para no estar solamente “conectados”, sino vinculados. Es la hora de agradecer la bondad y generosidad de tantas personas que se arriesgan y entregan, dispuestas a perder, pero amando a sus familias, vecinos, conciudadanos, y a los más pobres. Vaya mi reconocimiento a todas ellas. ¡Es emocionante ver cómo cada noche se abren nuestras ventanas y en el silencio irrumpen los aplausos!

Es la hora de sos-tenernos para aliviarnos en nuestras incertidumbres, miedos y tristezas; de alentarnos en la paciencia y la esperanza. Es la hora de tener muy presente a los enfermos y no olvidarnos de los difuntos y sus familiares. Es la hora, en fin, de confiar en Dios, que nunca abandona a sus hijos.Estoy seguro que, con su ayuda, saldremos adelante cantado de nuevo “Resistiré” y contando con el apoyo de tantos que sacan lo mejor de sí mismos en tiempos víricos. “A los que aman, todo les sirve para el bien”. Mi reconocimiento y admiración a todos vosotros y vosotras. 

Vicente Martín. 

COVID-19: Cáritas insta al Gobierno a ir más allá de las medidas del Real Decreto para «no dejar realmente a nadie atrás»

Tras el lanzamiento, el pasado martes, de un documento de propuestas urgentes para garantizar los derechos de las personas en situación de exclusión social más expuestas ante los efectos del coronavirus, Cáritas ha recibido con esperanza las medidas sociales que el Gobierno plantea en el Real Decreto-Ley 8/2020 de 17 de marzo para responder al impacto económico y social del COVID-19. Es también digno de destacar el importante esfuerzo presupuestario de movilización de recursos que acompaña al Real Decreto.

Muchas de estas medidas pueden ayudar a paliar la situación de muchas personas y familias, fundamentalmente de las clases medias, que son la gran mayoría social, en estos momentos de gran inseguridad e incertidumbre. En concreto, son medidas que pueden ayudar a esos 6 millones de personas, que como señalan los estudios de FOESSA, integran la “sociedad insegura” y que está más expuesta a caer en la exclusión social. Una sociedad insegura que espera del apoyo del Estado para no sentirse abandonada.

Baja capacidad protectora

Las medidas adoptadas, sin embargo, no abordan del todo las propuestas planteadas por Cáritas para paliar los efectos que esta crisis va a producir entre la población más excluida. El Real Decreto muestra, en general, una capacidad protectora baja para las familias que ya viene sufriendo las situaciones de pobreza y exclusión social. Y si ahora no se abordan medidas dirigidas a estos sectores, se podrá producir un enquistamiento en su situación ante la debilidad de la intensidad protectora de sus derechos humanos.

Po ello, si bien Cáritas aplaude las medidas incluidas en el Real Decreto, insta al Gobierno a dar un paso más allá en las próximas semanas en esta estrategia de articulación de un “escudo social” ante los efectos de la emergencia y apruebe sin demora nuevas medidas que, de verdad, no dejen a nadie atrás y se dirijan de manera específica a las personas en situación social más precaria.

Tras cotejar las medidas incluidas en el Real Decreto (RD) con las propuestas presentadas por Cáritas, esta es la valoración que hacemos, por sectores sociales, de las mismas.

Empleo

El RD no incluye nuestra propuesta de prorrogar de forma extraordinaria las prestaciones por desempleo de las personas que se verían fuera del sistema de protección por vencer su prestación en marzo y abril, con posibilidad de extensión si la situación de emergencia lo requiere. Sí está contemplada, sin embargo, la prórroga del subsidio por desempleo sí está incluida (art. 27 RD-Ley).

En cuanto a los expedientes de regulación temporal de empleo nos parece positivo que, en la línea propuesta por Cáritas, se adopten medidas que supongan evitar los despidos, y garantizar, en su caso, que se cobren las prestaciones por desempleo, flexibilizando los requisitos para que puedan acceder a dicha prestación por desempleo todas aquellas personas que por culpa de esta crisis van a perder su puesto de trabajo.

Sobre nuestras demandas en el ámbito del empleo doméstico, destacamos el olvido respecto a este colectivo, especialmente vulnerable, donde sus trabajadoras desempañan su labor en condiciones precarias, con un alto índice de economía sumergida y que, a día de hoy, todavía no tienen reconocía legalmente la prestación por desempleo. Echamos en falta, ante la eventual la pérdida de empleos en este sector a causa del coronavirus, la aprobación de una ayuda de emergencia temporal que ayude a cubrir esta contingencia.

Vivienda

El RD no incluye la moratoria de desahucios ni la moratoria del pago de alquileres, sino solo la de moratoria de deudores hipotecarios.

Cabe recordar que la propia Relatora especial de Naciones Unidas para una vivienda adecuada publicaba ayer mismo una recomendación para todos los Estado miembro en referencia a la actual crisis del coronavirus con un título muy elocuente: “La vivienda como primera línea de defensa” ante esta pandemia.

Por eso, creemos de la máxima urgencia la adopción de todas las medias posibles para evitar situaciones de pérdida de vivienda, desalojo o desahucios. Se trata de una medida preventiva sanitaria de mayor magnitud. Asimismo, en cumplimiento del objetivo de “no dejar a nadie atrás”, debe incluirse también una moratoria en el pago del alquiler cuando los titulares de la vivienda sean entidades bancarias y grandes tenedores.

Personas en situación de grave exclusión

En el RD no se contempla, en la aplicación del estado de alarma, las cuestiones relacionadas con la prohibición de estar en la vía pública que afecta a aquellas personas que carecen de otro lugar en el que vivir o que necesitan desplazarse para acudir a servicios sociales básicos.

En cuanto a la garantía de ingresos mínimos planteada por Cáritas –que son la última red de protección social de las personas y familias— de prorrogar de forma automática las rentas mínimas concedidas y las que tendrían que ser renovadas en marzo y abril, mientras las circunstancias actuales permanezcan, así como resolver de forma urgente las que están en curso, el RD tampoco contempla ninguna medida específica.

Alimentación

El Gobierno anunció una partida extraordinaria de 25 millones de euros para que las familias que tuvieran concedidas becas de comedor, puedan hacer efectivo este derecho, a pesar de encontrarse los centros educativos cerrados.

Cáritas, sin embargo, proponía que, para asegurar el derecho a la alimentación de los menores afectados por el cierre de colegios y comedores escolares, se gestionaran las ayudas previstas en forma de tarjetas canjeables en todo tipo de supermercados y comercios de alimentación para aquellas familias que ya tuvieran reconocido su derecho a becas comedor. El Real Decreto no incluye esta propuesta.

Inmigración y protección internacional

No se han incluido ninguna de las propuestas planteadas por Cáritas. Sin embargo, sabemos que se están dictando instrucciones desde la Secretaría de Estado de Migraciones y la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, que pueden ser adecuadas si abordan las respuestas a las realidades señaladas en nuestras propuestas y arbitra soluciones que garanticen la regularidad de las personas migrantes y refugiadas.

Nos preocupa la situación de las personas que a día de hoy siguen encerradas en los CIE. Entendemos que estos Centros deben ser cerrados y arbitrar una solución organizada en la línea de la propuesta portada por Cáritas a la salida de los internos.

Suministros básicos

Como aspectos positivos, el RD recoge la renovación automática del bono social hasta 15 de septiembre, la congelación de la tarifa del butano y de la Tarifa de Último Recurso de gas natural, y la protección del suministro telefónico y el acceso a internet, que es un elemento esencial para frenar el aislamiento de familias y personas durante el confinamiento, y posibilitar la asistencia médica telefónica de las personas afectadas por el coronavirus en sus casas.

De todos modos, en el RD hay aspectos que nos generan dudas. Una de ellas se refiere a la protección general de los colectivos más vulnerables frente a cortes de suministros por impago, ya que la redacción actual plantea dudas sobre si esa medida beneficiaría igualmente a las familias que se encuentran en el mercado eléctrico libre.

El RD circunscribe esta protección a consumidores donde “concurra la condición de consumidor vulnerable, vulnerable severo y en exclusión social” conforme a lo definido en la normativa que regula el bono social eléctrico. Pero esa normativa señala que, para ser considerado consumidor vulnerable, además de requisitos de renta y de otras circunstancias especiales, tiene que estar “acogido al precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC)”. Si la aplicación es literal, se estarían dejando fuera a 1,5 millones de familias que actualmente están en el mercado libre (que ya son más que las que está en el mercado regulado). El Gobierno debería clarificar cuanto antes esta circunstancia.

Trabas burocráticas

Por último, las medidas contempladas en el RD imponen trabas burocráticas para el acceso a las prestaciones y ayudas por parte de las personas más vulnerables, sobre todo en lo que atañe a la obligación de demostrar “la necesidad del apoyo”.

Sería necesario introducir un cambio en la forma de procesar las ayudas y prestaciones para que sean concedidas por el mero hecho de declarar la necesidad y que a posteriori, y con un plazo de tiempo amplio, se produzca la obligación de demostrar esa necesidad, o de compensar esa ayuda percibida.

Cáritas al lado de los vulnerables

Cáritas conoce a la población vulnerable que está más expuesta a los efectos de esta crisis sanitaria. Conocemos a las personas más pobres de nuestra sociedad, hacia las que se dirige nuestra misión de escucha y de trabajo conjunto para paliar, a veces, solucionar, en otras, acompañar, la mayoría, sus procesos de vida y de participación en pie de igualdad con el resto de la ciudadanía.

En esta coyuntura, las 70 Cáritas Diocesanas del país han sumado sinergias para adaptar sus recursos y proyectos a las nuevas necesidades planteadas por esta emergencia tanto en las personas que atendemos como en los voluntarios y trabajadores, que están conciliando las exigencias de prevención con la necesidad ineludible de responder a las necesidades de las personas empobrecidas.

Esta crisis sanitaria se ha mezclado con una crisis de confianza en nuestras instituciones y sus representantes. En nuestra relación permanente con la vulnerabilidad, percibimos en las personas que acompañamos una desconfianza contradictoria, ya que las personas vulnerables son de las que más necesitarían tanto de las instituciones como del apoyo del resto de la sociedad, Sin embargo, no se sienten apoyadas. Se consideran estancadas en su situación y, en cierta manera, descartadas, en expresión del papa Francisco.

Estas personas llevan más de una década pidiendo ayuda, reclamando protección porque se encuentran cada vez más a la intemperie, pero sus reclamaciones no se traducen en políticas públicas fuertes. Por eso, creemos que este Real Decreto es un buen primer paso para recuperar la confianza perdida de ese sector social que se ha sentido demasiado tiempo sin el suficiente apoyo. Pero no basta.

No podemos dejar nadie atrás

Recordamos que el sentido primigenio de nuestros Estados del Bienestar es no dejar a nadie atrás ante las desigualdades, desde que nacemos hasta que morimos.

Cáritas ofrece su compromiso y toda su capacidad como organización social del Tercer Sector para trabajar junto al Gobierno de España y el conjunto de Administraciones públicas para paliar aquellas necesidades que no han podido ser acometidas en el actual Real Decreto.

Urge seguir avanzando y ampliar el alcance de estas medidas iniciales para que el objetivo de construir ese “escudo social” defienda realmente a los ciudadanos y las familias más desprotegidas. No podemos permitir que esta nueva crisis ahonde aún más la desvinculación de un porcentaje importante de la población y la expulse de la sociedad.