Una Ley de Vivienda que necesita mejoras para garantizar los derechos de las personas más vulnerables

Cáritas acoge con satisfacción la aprobación hoy en el Congreso de los Diputados del Proyecto de Ley del Derecho a la Vivienda, que se convierte en la primera norma a nivel estatal que regula este derecho humano en España. Supone una gran noticia la aprobación de un texto, pendiente ahora de su tramitación en el Senado, que ya en su primer borrador destacaba en su exposición de motivos la prioridad y urgencia de las personas y familias vulneradas —objeto preferente de la misión de Cáritas— para las políticas públicas de vivienda.

La Confederación Cáritas ha venido trabajando, tanto a título particular como dentro de las diversas plataformas y redes estatales de la que es miembro, en un arduo y largo camino de propuestas para que este proceso legislativo —ante-proyecto de ley, proyecto y sus diversas enmiendas y acuerdos transaccionales— se fuera abriendo paso entre los distintos grupos parlamentarios para llegar a un acuerdo final donde la garantía de disfrutar de un hogar para las personas y familias en exclusión social y vulnerabilidad que acompañamos pudiera encontrar un claro reflejo y desarrollo.

Junto a esta satisfacción por el resultado alcanzado hoy en el Congreso, cabe señalar que el Proyecto de Ley es todavía insuficiente, sobre todo cuando queda pendiente conocer cuál va a ser la implicación de las fuerzas políticas en su ulterior desarrollo reglamentario y territorial, que será, sin duda, muy complejo.

Como señala Sonia Olea Ferreras, experta de Cáritas en temas de vivienda, “a partir de ahora, tenemos delante un marco legal con definiciones y fundamentos muy positivos para articular una posible política de vivienda pública que incorpore, de verdad, a los últimos y descartados de la sociedad”. Dicho esto, advierte sobre “el peligro de que este avance legislativo se quede sólo en principios y objetivos sin cumplir para la realidad diaria de cientos de miles de personas y familias que sufren el dolor espantoso de afrontar la pérdida de su hogar, de no tenerlo o de verse forzados a elegir entre costearlo, alimentarse o encender la luz”.

Vivienda de emergencia para todos

Cáritas quiere subrayar, una vez más, que la vivienda es una necesidad básica y de urgencia máxima para cualquier persona y familia. Hasta ahora, la normativa a nivel estatal que hacía referencia a su acceso no contenía la especificidad de la vivienda de emergencia dentro de la cartera de prestaciones básicas que, desde los distintos ámbitos territoriales, se encuentra a disposición de forma universal para las personas vulnerables. Este es el motivo por el que, para Cáritas, esta haya sido una de nuestras propuestas fundamentales durante toda la tramitación de la nueva ley.

El artículo 3 del Proyecto de Ley, en su letra f) así lo recoge de forma casi idéntica a la formulada por Cáritas: Podrá tener la consideración de vivienda social de emergencia aquella vivienda social que esté destinada a atender situaciones de emergencia, ofreciendo solución habitacional a corto plazo y de forma temporal, con carácter universal y hasta que se provea de una vivienda alternativa permanente, a personas y familias en situación de pérdida o imposibilidad para acceder a una vivienda adecuada, independientemente de las condiciones documentales y administrativas de las personas afectadas.

Acogida de nuestra propuesta de definición de sinhogarismo

Como ya manifestamos en febrero del año pasado ante la publicación del proyecto de ley aprobado por el Gobierno, fue una grata sorpresa encontrar entre las pocas novedades respecto al ante-proyecto de la norma la definición de la situación de sinhogarismo.

Igualmente, expresamos la seguridad de que, durante la tramitación parlamentaria, se afrontaría la limitación que esta primera versión tenía al no contemplar el consenso europeo de la Tipología ETHOS, recomendado por el Comité de las Regiones a todos los Estado miembro de la Unión Europea en el desarrollo de sus políticas públicas de vivienda respecto a incluir no sólo a las personas y familias que viven en calle y sin vivienda, sino también a quienes lo hacen en asentamientos urbanos y rurales, en barrios vulnerables e infraviviendas, en chabolas construidas con materiales de desecho o que están a punto de ser desahuciadas de sus hogares.

Saludamos también la modificación que se ha introducido en dicha definición en el texto aprobado hoy por el Congreso, de forma que las personas y familias sin hogar acompañadas por Cáritas en todo el país pueden ver reflejada su situación en la ley y, por tanto, la posibilidad de poder ser incluidas en las políticas públicas que afronten el sinhogarismo a nivel estatal, regional y local.

Enfoque insuficiente del derecho humano a una vivienda adecuada

Más allá de estos aciertos, el Proyecto de Ley del Derecho a la Vivienda aprobado no afronta dos de las propuestas de Cáritas sobre el cumplimiento de los estándares internacionales de derechos humanos. En esa misma línea, las relatorías de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los DDHH, y la del derecho a una vivienda adecuada se lo recomendaban el pasado mes de enero a nuestro Gobierno: no hace referencia en sus fundamentos de derecho a las Observaciones Generales de Naciones Unidas que desarrollan este derecho y a los dictámenes condenatorios del Comité DESC (Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) a España por su vulneración.

En segundo lugar, y con referencia a los desalojos forzosos sin alojamiento alternativo, si bien Cáritas valora positivamente que se hayan hecho algunas mejoras respecto al juicio de proporcionalidad a realizar por nuestra judicatura, estas resultan insuficientes, pues sigue sin incluir las medidas previstas en la Observación número 7 del Comité DESC, lo que no impide que se pueda desalojar a personas vulnerables mientras no haya un alojamiento alternativo.

Salir del “pozo oscuro de la vivienda”

Con respecto a la titularidad pública permanente de la vivienda social que paliase, en gran medida, la posibilidad de corregir la grave crisis de exclusión residencial que vivimos desde 2008, Cáritas considera que el texto aprobado por el Congreso no ha conseguido profundizar, como propusimos en febrero de 2022, en el desarrollo de las herramientas jurídicas con el objetivo de la recuperación y promoción de vivienda de protección oficial de titularidad pública permanente y siempre de alquiler (considerándola como equipamiento público y reservando, para ello, importantes porcentajes de suelo con uso dotacional). A esto habría que añadir la inclusión en estos parques de vivienda de escalas suficientes de vivienda social para personas y familias vulnerables (es decir, sin ingresos estables o con ingresos inferiores al mínimo establecido).

“No tener un hogar es mucho más que estar sin Techo” ha sido uno de nuestros lemas de la Campaña Nadie Sin Hogar. La Ley por el derecho a la vivienda es, sin duda, un paso cualificado hacia ese logro, pero también menos seguro, profundo y potente del que esperábamos, en especial a la hora de proteger los derechos de las personas más vulnerables que hoy día se sienten sin esperanza, sumidas en ese “pozo oscuro de la vivienda” del que es casi imposible salir.

Cáritas mantiene su apuesta por avanzar en la ineludible tarea de articular políticas públicas concretas, efectivas, transversales e interrelacionadas en los tres niveles territoriales (local, nacional e internacional) y en los distintos ámbitos temáticos que lo hagan posible.

El Instituto Teológico San Leandro y Cáritas Diocesana firman un convenio para la formación

En la mañana de hoy, 27 de abril, la directora de Cáritas Diocesana, María Macías García, y el director del Instituto Teológico San Leandro, Isaac Moreno Sanz, han firmado un convenio de mutua colaboración en materia formativa.

Gracias a este acuerdo los trabajadores y voluntarios de la entidad de acción caritativa y social de la Iglesia católica en Huelva podrán beneficiarse de algunas ventajas a la hora de acceder a la propuesta formativa del Instituto Teológico de la Diócesis de Huelva, que incluye a los estudios de Bachiller en Teología u otros cursos extra académicos que se ofrecen desde este centro.


Isaac Moreno Sanz, director del Instituto Teológico San Leandro de Huelva, y María Macías García, directora de Cáritas Diocesana de Huelva.

Por su parte, Cáritas Diocesana participará en los cursos de formación específica en materia de Pastoral Social y Promoción Humana que el Instituto Teológico San Leandro proponga dentro del Plan de Formación para voluntarios y agentes de pastoral de la Diócesis de Huelva. De igual modo, el Instituto participará de las iniciativas formativas organizadas por el Departamento de Formación y Animación Comunitaria de Cáritas Diocesana.

En palabras de Isaac Moreno “con este convenio nuestro centro quiere responder al compromiso con la diócesis en materia de formación teológica y pastoral de todos sus agentes y esperamos que este sea el primero de otros acuerdos que queremos también establecer con otras instituciones de nuestra Iglesia y de otros ámbitos sociales”. Para María Macías “este acuerdo supone una oportunidad para la formación de nuestro equipo humano, técnicos y voluntarios, y es expresión de ese deseo de generar comunidad en la Iglesia y caminar juntos”.

Cáritas atendió el año pasado en toda España a 64.865 personas en sus iniciativas de empleo, un 11,7% más que en 2021

Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, el próximo 1 de mayo, Cáritas Española presenta su informe anual de Economía Solidaria para dar cuenta de la actividad desarrollada durante 2022 en un contexto marcado por la inestabilidad y precariedad del mercado laboral.

En un año en el que la inflación y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania comenzaron a debilitar el crecimiento del empleo, Cáritas consiguió acompañar a 64.865 personas, de las cuales 12.807 (una de cada cinco) lograron acceder a un puesto de trabajo. En medio de un escenario plagado de dificultades, nuestra Confederación logró atender a un 11,7% más de personas que el año anterior, al pasar de 57.233 personas a 64.865.

Cáritas dedicó el año pasado la cifra récord de 117,5 millones de euros a todas sus iniciativas de economía solidaria (programas de empleo, empresas de inserción, comercio justo). La suma es un 15,9 por ciento superior al año anterior (18,8 millones de euros más). De ese total, 35,3 millones fueron destinados concretamente a itinerarios de inserción sociolaboral.

Si se tiene en cuenta que los 35 millones de euros invertidos en empleo han servido para que casi 13.000 personas encuentren trabajo, eso supone una inversión media de 2.700 euros por persona que accede al empleo.

“No hablamos de gasto, sino de inversión. Y no lo hacemos en términos metafóricos o poéticos sino porque para nosotros, cada recurso invertido supone un retorno en el medio-largo plazo desde el punto de vista social y también económico porque la persona no solo gana en autoestima, reconocimiento de su dignidad y acceso a sus derechos, sino que deja de percibir prestaciones, pasa a pagar impuestos y genera crecimiento económico por la vía del consumo”, explica el director de Acción Social, Francisco Lorenzo.

Empresas de inserción
Con el objetivo de contribuir a la construcción de la economía solidaria y de atender las necesidades de las personas en situación de desventaja social, Cáritas contó en 2022 con 67 iniciativas relacionadas con empresas de inserción, centros especiales de empleo y empresas sociales, que generaron 2.373 puestos de trabajo. La mayoría de sus 268 líneas de negocio están relacionadas con la actividad textil, la gestión ambiental y de residuos, limpieza, transporte y mensajería y restauración y catering.

El perfil de los participantes en los programas de empleo se mantiene similar a años anteriores: la mayoría son mujeres (64%), de más de 45 años (39%), con estudios básicos (38%). Las personas procedentes de países no comunitarios son ligeramente superiores a las nacionales (52%).

“Detrás de ese perfil se dan multitud de situaciones aisladas o que se suman y que hay que ir superando para lograr el objetivo de inserción laboral. En muchas ocasiones nos encontramos con personas que carecen de competencias digitales, presentan dificultades de aprendizaje, escasa experiencia laboral o muchos problemas de conciliación familiar, además de graves carencias socioeconómicas, dificultades con el idioma y baja autoestima que lleva a la desmotivación”, apunta el director de Acción Social de Cáritas Española.

“Toda esta realidad -añade- nos obliga a articular una atención integral, muy individualizada, y con una metodología eminentemente práctica, que acelere y facilite el aprendizaje y les ayude a superar las dificultades que les alejan del mercado laboral”.

Durante el año pasado, Cáritas invirtió en acciones que generan empleo protegido (empresas de inserción, centros especiales de empleo y empresas sociales) 81,6 millones de euros, casi 15,1 millones más que el año anterior. De este importe, el 84% procedió de la facturación por ventas, que fue de 68,8 millones de euros.

Comercio justo
Las acciones de comercio justo desarrolladas en 24 Cáritas diocesanas supusieron además una inversión de 635.030 euros de los cuales se lograron recuperar 564.693 de la facturación por venta de productos (89%). Esta red cuenta con más de 21 tiendas y 45 puntos de venta repartidos por toda España, que funcionan no solo como lugares de comercialización de productos, sino que generan espacios de sensibilización para que los consumidores visibilicen las personas y procesos que hay detrás de cada producto y contribuyan a fomentar un consumo responsable.

Cáritas, además, acompaña a grupos de productores y cooperativas en países en los que la organización está presente desde su modelo de cooperación fraterna, trabajando en red y en alianza con otros actores del movimiento de comercio justo a nivel local, estatal e internacional.

Finanzas éticas
Cáritas apuesta además de manera decidida por un modelo de finanzas que vaya más allá de la rentabilidad económica. “Las finanzas éticas garantizan a los ahorradores que su dinero se invierte en proyectos que buscan el desarrollo de las personas, favorecen la redistribución de la riqueza y protegen el medioambiente”, indica Francisco Lorenzo.

El sistema financiero se mueve en función de las decisiones que toman personas que eligen dónde quieren invertir su dinero sin pensar muchas veces en las consecuencias que esa decisión tiene para otras. Por eso, informarse y elegir alguna de las opciones que ofrecen las Finanzas Éticas pueden ser uno de los instrumentos con mayor capacidad de transformación de la sociedad.

Dentro de esta línea de trabajo: 43 entidades de Cáritas colaboran con entidades financieras que hacen compatibles la rentabilidad económica con la consecución de objetivos sociales y medioambientales.

“Cuando nos referimos a la Economía solidaria, pensamos en un mercado laboral con valores, en un sistema de finanzas éticas, en un comercio justo y un consumo responsable. Sabemos que el alcance actual de estas iniciativas es insuficiente, casi testimonial, pero evidencia que como sociedad podemos autoexigirnos una ética en todo lo que afecta a la economía. Una economía que escucha, que cuida, que suma y que cambia. Esta es la economía que queremos”, asegura el director de Acción Social de Cáritas Española.

Plan de Cáritas y la Fundación Amancio Ortega dotado con 15 millones de € para mejorar las condiciones de vida de 15.000 personas

La Fundación Amancio Ortega y Cáritas Española ponen en marcha la iniciativa “una Vivienda, un Hogar”, dirigida a paliar los problemas de exclusión social provocados por el acceso a la vivienda de las familias más vulnerables.

En el marco de este acuerdo, que tendrá una vigencia de 24 meses, la Fundación aportará 15 millones de euros que permitirán mejorar la situación de unas 15.000 personas, especialmente afectadas por las dificultades de acceso a la vivienda, provocadas por la actual situación de los mercados y los elevados precios de la energía.

La vivienda, segundo factor de mayor exclusión social

En los últimos años, las dificultades de acceso al derecho a la vivienda se han convertido, después de la falta de empleo, en el segundo factor que mayor exclusión social provoca entre la población atendida por Cáritas. En el último año, la Confederación Cáritas en España invirtió un total 12,6 millones de euros en ayudas a la vivienda, que beneficiaron a más de 10.000 personas.

En este contexto, la financiación de la Fundación Amancio Ortega permitirá dar respuesta a las dificultades a las que se enfrentan las familias más vulnerables en el marco de acceso a la vivienda: la realización de mejoras en las condiciones de habitabilidad de los hogares, optimizar la eficiencia energética y asumir el pago puntual de alquileres y suministros.

Cáritas recibió el año pasado 24,4 millones de euros de la casilla solidaria de la Renta

La red confederal de Cáritas recibió en 2022 más de 24,4 millones de euros de la asignación tributaria. Esos fondos fueron destinados a distintos programas relacionados con el acompañamiento de personas y familias en situación de vulnerabilidad. Entre ellos, destacan proyectos de acogida y asistencia, familia, infancia y juventud, mayores, personas en situación de sin hogar y vivienda.

Desde 2017, los fondos asignados por los contribuyentes a través de la casilla de Actividades de Interés Social, conocida como la ‘X Solidaria’, se distribuyen a las organizaciones del Tercer Sector a través de una convocatoria pública de subvenciones en un sistema de doble tramo -y que las ONG destinan íntegramente a proyectos concretos no a sus estructuras-. Las Comunidades Autónomas se encargan de asignar el 80% de esos recursos, mientras que al Estado le corresponde el reparto del 20% restante.

“La solidaridad de los contribuyentes españoles a través de las casillas de la asignación tributaria permite a Cáritas poner en marcha cada año cientos de proyectos sociales, ya que, como entidad del tercer sector de acción social, obtiene fondos a través de la casilla de “otros fines sociales” y también de la casilla destinada a la Iglesia católica, al ser la confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia en España”, explica Eduardo López, del equipo de Sensibilización y Comunicación en Cáritas Española.

“De esta manera, -añade- el contribuyente puede multiplicar su solidaridad al aportar el 1,4% de sus impuestos tanto al sostenimiento de la Iglesia como a los fines sociales. Este sencillo gesto no supone pagar más ni que se le vaya a devolver menos en el resultado de su declaración”.

La pasada primavera, el 53% de las personas contribuyentes marcaron la casilla solidaria de la renta, superando los 11,7 millones de personas. Sin embargo, todavía hay un 47% que no lo hacen, o bien porque marcan solamente la casilla de la Iglesia católica o porque no marcan ninguna. Dejar en blanco estas casillas de la asignación tributaria supone que una parte importante de la recaudación del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) pase cada año directamente a las arcas del Estado, en lugar de destinarse a fines sociales o al sostenimiento de la Iglesia.

Durante la presentación de la campaña de la X Solidaria, la Plataforma de ONG de Acción Social (POAS) ha recordado que, si todos los contribuyentes marcaran la casilla de otros fines sociales, las organizaciones del tercer sector podrían haber recibido este año cerca de 704 millones de euros en lugar de los 425 que obtuvieron de la asignación tributaria, según el balance de los datos provisionales facilitados por Hacienda.

“Marcando ambas casillas -resalta Eduardo López- podemos apoyar a cientos de proyectos de atención a personas en situación de pobreza y exclusión, y, al mismo tiempo, la importante labor pastoral y litúrgica que lleva a cabo la Iglesia católica en España”.

Con motivo del inicio de la campaña de la Renta 2023 y con el objetivo de poder seguir impulsando una sociedad más justa, inclusiva e igualitaria, Cáritas ha lanzado la iniciativa “No cuesta nada ayudar X dos” para invitar a la sociedad a marcar las dos casillas.

En esta declaración de la Renta, piénsalo, “no cuesta nada ayudar X dos”.

No cuesta nada ayudar X dos

En tu declaración de la renta marca las dos casillas de asignación solidaria para ayudar el doble a quien más lo necesita


No te cuesta nada y lo das todo

Cáritas considera que el régimen especial de las empleadas de hogar sigue siendo profundamente injusto

Hoy 30 de marzo, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, desde Cáritas reclamamos un aumento de los niveles de protección de estas trabajadoras. Desde el programa de Empleo y el Servicio de Orientación y mediación laboral, Cáritas Diocesana de Huelva acompaña a las empleadas de hogar y a las familias para asegurar que se cumplen los derechos de las trabajadoras, así como las necesidades de las personas empleadoras.

Gran parte de las personas que Cáritas acompaña buscan trabajo como empleadas de hogar y, un elevado número de las ofertas que llegan son para trabajar en este sector. Pese a los importantes avances registrados en el último año, las empleadas de hogar siguen careciendo del reconocimiento social que merecen, mientras que el régimen especial del que forman parte es profundamente injusto.

Con motivo de la celebración este jueves del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, Cáritas reivindica que se produzcan los avances necesarios para una verdadera equiparación de derechos -especialmente de las que trabajan en régimen interno-, así como el reconociendo social de este trabajo que es fundamental para la sostenibilidad de la vida.

“Esta falta de equiparación con el resto de los trabajadores coloca con frecuencia a las empleadas de hogar en situaciones de precariedad laboral y desprotección social”, explica Tamar Arranz, técnica del equipo de Economía Solidaria de Cáritas Española.

Si bien la ratificación del Convenio 189 de la OIT y posterior aprobación del Real Decreto-ley 16/2022 -que da lugar a modificaciones de distintas normativas relacionadas con el trabajo del hogar- han supuesto un importante avance en el reconocimiento de derechos -como el acceso a la protección frente al desempleo- ha dejado fuera otras reivindicaciones.

Lejos de una verdadera equiparación

“Aún estamos lejos de una verdadera equiparación de derechos, como pueden ser la integración de lagunas en las cotizaciones, la diferenciación profesional entre cuidados de personas y hogar, o todo lo relativo a las condiciones particulares que conlleva el trabajo de interna”, subraya.

Esta falta de definición de las condiciones particulares del trabajo de las empleadas del hogar en régimen interno, hace que muchas de ellas se enfrenten a situaciones de especial desprotección y vulnerabilidad. En muchas ocasiones, se vulneran los derechos laborales, por estar sometidas a amplias jornadas, incluidas jornadas nocturnas, sin apenas descanso, con tiempos de presencia que obligan a tener disponibilidad y, en muchos casos, sin distinción entre trabajos de hogar y de cuidados, no contando éstos con la remuneración correspondiente, dada la especialización que requieren. “Todo ello, unido al hecho de que la mayoría de mujeres que trabajan como internas son migrantes y muchas de ellas sin documentación, hace que sea un sector especialmente vulnerable a los abusos”, recalca.

Según la encuesta de la EPA del cuarto trimestre de 2022, había 543.900 personas trabajando en empleo de hogar. Sin embargo, en el registro de la Seguridad Social figuraban en febrero de este año 376.151 personas dadas de alta en el régimen de empleadas del hogar.

“Esto indica -asegura Tamar Arranz- que buena parte de las trabajadoras realizan su labor sin los derechos y la protección que deberían tener. Por ello, desde Cáritas seguiremos trabajando junto al sector para que se produzcan los avances necesarios que permitan que las trabajadoras del hogar se conviertan en trabajadoras plenas de derechos y cuenten con unas condiciones laborales dignas”.

Cáritas lleva ante la ONU la falta de acceso a agua limpia de cerca de 3.900 personas que acompaña en infraviviendas y asentamientos informales

El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal. Sin embargo, una parte de la población mundial no dispone de ella. Dentro y fuera de nuestras fronteras, Cáritas Española acompaña muchas realidades en el que el acceso al agua limpia se ve gravemente vulnerado.

En el caso de nuestro territorio, Cáritas asiste a cerca de 3.900 personas que no pueden realizar el sencillo gesto de abrir un grifo. Se trata de infraviviendas y asentamientos informales (rurales y urbanos) ubicados en Madrid, Almería, Huelva y Tenerife.

Cáritas ha denunciado estos casos ante el Defensor del Pueblo tanto a nivel estatal como autonómico, al considerar que se trata de “una situación tremendamente grave en un país como España, donde la propia normativa obliga a todos los ayuntamientos a proveer de la misma a las personas y familias empadronadas en sus municipios”.

Para visibilizar esta grave situación, una delegación de Cáritas Española aprovechará su participación junto a la REPAM (Red Eclesial Pan Amazónica) en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023 para dar a conocer algunas propuestas que permitan poner fin a este grave problema.

El encuentro, que tendrá lugar en Nueva York desde este miércoles -Día Mundial del Agua- hasta el 24 de marzo, servirá también para exponer la vulneración del derecho en el acceso al agua que sufren actualmente las comunidades amazónicas. Cada uno de esos casos se encuentran recogidos en el II Informe de Vulneración de DDHH de la REPAM, presentado ante la ONU el pasado mes de noviembre 2022 en Ginebra.

La delegación está compuesta, entre otros, por el cardenal Pedro Barreto, presidente de la CEAMA (Conferencia Eclesial de la Amazonía); Patricia Gualinga, vicepresidenta de la CEAMA; Francisco Urrutia, director de la Red AUSJAL; el padre Fernando Ponce, rector de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador; Mauricio López, secretario general del Programa Universitario Amazónico (PUAM), y Sonia Olea, experta en Derechos Humanos de Cáritas Española y responsable de Incidencia Política de la REPAM.

Cáritas Española acompaña diversas comunidades amazónicas afectadas por la contaminación del agua. En concreto, en Ecuador, junto a Cáritas Ecuador, sigue los casos de los derrames de petróleo en los Ríos Napo y Coca, que afectan a decenas de comunidades indígenas. En Perú, con Cáritas Madre de Dios, en la Cuenca del Río las Piedras, supervisa la afectación minera que tiene contaminado terriblemente el río de metales pesados y que afecta a las comunidades Yine, que viven ancestralmente en sus riberas.

Cinco años de trabajo
Desde 2018, Cáritas Española viene trabajando además en conjunto con algunas Relatorías Especiales de Naciones Unidas la falta de acceso a agua limpia en algunos asentamientos y poblados en España. Las Cáritas diocesanas de Huelva, Almería, Tenerife y Getafe acompañan además a cientos de personas en asentamientos rurales y urbanos en diversos procesos de reclamación e incidencia política.

En el caso de Huelva, hace cinco años su Caritas diocesana inició un proceso de incidencia política, que le llevó a presentar varias reclamaciones ante los ayuntamientos implicados por la situación de vulnerabilidad en la que viven las personas -la mayoría inmigrantes en situación irregular- en 32 asentamientos chabolistas. Actualmente, se acaba de presentar una nueva queja ante el Defensor del Pueblo Andaluz que ha sido admitida a trámite.

En Almería y Tenerife, ambas Cáritas diocesanas iniciaron en 2020, durante las primeras semanas de la pandemia, un proceso de incidencia, similar a la llevada a cabo por Huelva, en diversos ayuntamientos, para que se proveyera de agua a cientos de personas que estaban, en plena pandemia, sin acceso a la misma. En el caso de Cáritas Almería, se ha presentado nueva queja ante el Defensor Andaluz, en conjunto con Cáritas Huelva, que ha sido recientemente admitida a trámite.

En la provincia de Almería, su Cáritas diocesana tiene registrados asentamientos en La Mojonera, Níjar y Vícar. En Santa Cruz de Tenerife, la Cáritas diocesana acompaña asentamientos rurales y urbanos ubicados en Adeje, Arona, Granadilla, Puerto de la Cruz, Candelaria, La Orotava, Los Realejos, Guía de Isora y Guímar.

En el caso del asentamiento de Las Sabinas (Móstoles), Caritas Getafe presentó en 2021, una vez finalizado el confinamiento, ante el Defensor del Pueblo Estatal una queja (aún en trámite) tras no conseguir respuesta afirmativa alguna por el ayuntamiento para llevar agua limpia a este poblado. En aquel momento, más de 900 personas vivían en chabolas junto a la ribera del Río Guadarrama, 344 tenían entre 0 y 16 años.

“Nos hemos reunido con el Defensor del Pueblo estatal y con el Defensor del Pueblo andaluz para llevar todas las demandas de las Cáritas diocesanas y hacer propuestas para que el agua limpia pueda llegar a las personas y familias que tienen vulnerado este derecho”, explica Sonia Olea.

“Nunca te acostumbras a vivir sin agua”
La falta de acceso a agua limpia hace imposible llevar unas condiciones de vida digna. Mariluz lo vive a diario. Reside junto a su marido y sus dos hijos en Las Sabinas (Móstoles), el segundo asentimiento ilegal más grande de la Comunidad de Madrid. “Nunca te acostumbras a vivir sin agua. Todos queremos volver del parque con los niños y darle al grifo para ducharnos, pero eso yo no lo tengo”, asegura. Algunas de las familias que residen en este poblado, ubicado en la ribera del río Guadarrama, cuentan con un pozo que les abastece de agua no potable.

“Es agua filtrada del río, porque cuando llueve sale con tierra. No sirve ni para lavarse los dientes”, se lamenta. Además, no siempre está disponible. Con las bajas temperaturas del invierno, el agua del pozo se congela y la bomba que utilizan para extraerla deja de funcionar. Entonces las familias del poblado se ven obligadas a recorrer cientos de metros para llegar hasta una fuente pública ubicada junto al colegio Emilio Ferreiro.

La falta de un grifo con agua limpia dificulta la higiene diaria, sobre todo la de los niños. Mariluz se resiste a bañar a sus hijos de 11 y 8 años con el agua del pozo. “Pueden coger alguna infección”, asegura. Para evitar riesgos, recurre al agua embotellada. “Tengo que estar con la garrafa grande de ocho litros del Mercadona, calentándola en una olla y echarla en un cubo para bañar al niño pequeño y luego a la niña para que cuando vayan al colegio vayan con higiene y sean niños normales”, asegura.

A unos cientos de kilómetros, María siente lo mismo: “vivir sin agua, es no vivir la vida”. Lleva más de tres años en situación de exclusión residencial extrema. Su casa es una chabola en un barranco en Granadilla de Abona (Tenerife) sin acceso a agua limpia.

“El acceso al agua -asegura el Papa Francisco- es un derecho y debe hacerse justicia. Esforcémonos para que sea accesible a todos”.

Siguiendo el lema de Naciones Unidas con motivo del Día Mundial del Agua, “Agua para todos. No dejar a nadie atrás”, Cáritas seguirá acompañando esta realidad y trabajando para lograr que efectivamente nadie se quede sin acceso a este derecho humano.

Cáritas Diocesana de Huelva celebrará el Encuentro de Mundo Rural el próximo 15 de abril

Con el título ‘Territorio, comunidad y cuidado’, Cáritas Diocesana de Huelva celebrará el próximo sábado 15 de abril el Encuentro de Mundo Rural en la Casa de la Cultura de Hinojos. Un encuentro que es una celebración, una apuesta por la dignidad de los pueblos y de las personas que habitan en él, y es un momento significativo para impulsar una identidad de lo rural dinámica e integradora, incluyendo elementos de tradición, modernidad, sostenibilidad e innovación.

Este encuentro se enmarca dentro de la Campaña Juntos, promovida por Cáritas Internacional.

Cáritas Parroquial Punta Umbría apuesta por la promoción de la mujer y su crecimiento personal

El pasado mes de febrero comenzó en Punta Umbría el denominado Programa de Compensación Educativa en la unidad familiar, una formación promovida por Cáritas Parroquial Punta Umbría y cuyas participantes son mujeres que residen en la localidad y que acuden a  los servicios de dicha Cáritas.

Esta iniciativa, cuya temporalidad es de tres meses extendiéndose hasta finales del mes de Abril, es una continuación de un curso de idénticas características que tuvo lugar en el año 2022, en donde participaron las mismas alumnas, trabajando con ellas a modo de proceso, proceso en el que ellas van aprendiendo y profundizando conocimientos. Este curso, así como el del año pasado, se trata de una colaboración con el Ayuntamiento de Punta Umbría, ya que la monitora del Programa pertenece a los Servicios Sociales, y la temática que se trabaja abarca los siguientes temas: crecimiento personal, habilidades sociales, resolución de conflictos y comunicación intrafamiliar.

Las participantes son diez y acuden una vez a la semana. Sin duda es una oportunidad valiosa para ellas, un espacio donde poder compartir, crear redes de apoyo, expresarse con libertad y avanzar en el aprendizaje de conocimientos muy importantes para mejorar sus vidas y las de sus familias. Un lugar en el que crecer en autoestima, dignidad,  respeto y amor hacia ellas mismas.