Rosa María Palomino: “Sueño con un futuro en el que a mis hijos nunca les falte de nada”
Rosa María Palomino es técnica de calidad de una empresa que trabaja internacionalmente. A través de sus ojos conocemos el valor del esfuerzo y la superación continua. Su sonrisa demuestra fortaleza y empeño, pero no siempre fue así. “Fueron momentos duros en los que sientes que el barco se hunde”, recuerda emocionada. Rosa pasó por un periodo en el que no tenía trabajo, “estaba ahogada, debía meses de alquiler, luz, agua…”. Cuenta que le costaba mucho pedir ayuda, pero comprendió que hay veces en la vida en las que sola no se puede. “Fui a la parroquia y allí me ayudaron con alimentos, gafas para mis hijos, ortodoncia…”.
Reconoce que el apoyo moral fue algo vital en aquella época. “Con Cáritas sentí que aunque me estuviera cayendo siempre había alguien que me sostenía, me cuidaba y no me dejaba”. En aquella época, ella no paraba de buscar trabajo, “no me aburría del no, fue muy duro pero tenía que seguir”. La mayor recompensa, dice emocionada, “fue ver a mis hijos viendo que su madre no paraba de intentarlo”.
Ahora. Rosa trabaja donde quería y tiene la casa que sus hijos se merecen. Rosa sueña con seguir en esta empresa y montar su propio negocio para poder dejarles un legado a sus hijos para que así “ellos tengan donde agarrarse para que nunca pasen necesidad, aunque luchen por lo que quieran”.
Rocío Hernández: “Sueño con que mi familia esté siempre bien”
Rocío Hernández, de 39 años, tiene tres hijos y ahora mismo trabaja como limpiadora. Entró en contacto con Cáritas en un momento de debilidad. Fue ahí cuando Rocío comenzó a participar en el Proyecto de Intervención Familiar de Cáritas Diocesana de Huelva, donde se le brinda el acompañamiento integral tanto a ella como a su familia. Dentro de este acompañamiento, Rocío asiste a los talleres educativos con mujeres donde se trabaja el desarollo y el crecimiento personal, habilidades parentales, organización del hogar, economía doméstica y hábitos saludables. “Ahí empezó a cambiar mi vida”, dice sincera. “Yo era muy negativa y nunca pensaba en mí. Gracias a los talleres, le di la vuelta a la situación y empecé a ver la vida de otra manera”.
Rocío sueña con tener un trabajo estable y bien remunerado. Sueña con encontrar la felicidad y que en su casa siempre se respire la armonía. Pero Rocío ya ha cumplido alguno de sus sueños, “yo antes no trabajaba porque me daba miedo, pero he conseguido salir de ahí gracias, en gran parte, a la ayuda de Cáritas”.
Ayman y Salma: “Todos tenemos un poder especial para ayudar a otras personas”
Ayman y Salma son dos hermanos que viven en Huelva. Ayman cursa 1º de ESO y le gustan las Matemáticas, la Geografía y la historia. “Me gustan porque me lo paso muy bien estudiándolas”. Salma está en 5º de primaria y la asignatura que más le gusta es Lengua. Ambos asisten al proyecto ‘Educar para crecer’, donde cada día refuerzan lo aprendido en clase, mejorando sus notas y “también nos lo pasamos bien, nos divertimos y hacemos nuevos amigos”.
Ayman piensa que todos podemos hacer algo por los demás y ayudarlos a cumplir sus sueños.
Salma, cuando leyó el lema “construimos una comunidad que sueña”, pensó que cada persona tiene un poder especial para ayudar a otros.
Salma sueña con ser abogada de mayor porque “mi madre tiene un abogado y me gusta como trabaja con ella”. Ayman desea trabajar en Cáritas para impulsar a personas que lo necesiten. “Yo sé como se sienten esas personas, es difícil no tener apoyos, por eso quiero ayudar a los demás en todo lo que necesiten.
María Romero: “Sueño con que Cáritas siga cuidando de las personas mayores”
María Romero es natural de Santa Ana aunque nació en una aldea más pequeña. Ha cuidado toda la vida de su familia pero ahora vive sola. María participa en el ‘Proyecto de mayores en la Sierra’, una acción de acompñamiento que Cáritas Diocesana de Huelva hace junto con los equipos de voluntariado de cada pueblo.
En concreto, María va al Taller de Memoria, “me siento muy a gusto, me ayuda en mi día a día y me da vida porque es un motivo más para salir de casa”. En estos talleres hacen actividades junto con las técnicas y las personas voluntarias para fortalecer la memoria y prevenir problemas futuros, “realizamos fichas que hacen que movamos la cabeza, que pensemos y nos esforcemos. Cuando no sabemos algo las ténicas nos ayudan para que avancemos”.
Las ilusiones de María son muchas, entre ellas “tengo el sueño de seguir haciendo cosas y seguir aprendiendo”. María espera que estos talleres sigan por mucho tiempo y que no se acaben porque “si vosotras paráis algo dentro de nosotras se apagaría”.